Partida Rol por web

Tras la salida de Saito de la habitación, unas sombras aparecieron y atacaron inmediatamente al grupo.

¡Parece que tendremos que seguir sin Saito-kun! ¡Vamos Yadiel-chan! ¡No podemos dejar que los malos ganen! - comentó Miyuki intentando animar el percal, a pesar de que estaba bastante nerviosa y preocupada.

Permanecí en silencio durante unos segundos, con gesto dolorido sin saber qué decir. Debía informarles de lo que había ocurrido al otro lado. A punto de decir algo, alguien se me adelantó. Lilie-chan había mandado algunos vídeos que explicaban perfectamente el porqué de mi semblante preocupado.

Tras la marcha de Saito, la aparición de nuevas sombras no mejoró la situación.

- Acabemos con ellos - dije con voz impasible.

El grupo acabó con las sombras sin demasiado esfuerzo, justo para ese momento, Saito volvió.

Ahora la habitación número veinte se encontraba completamente vacía y los jóvenes podían elegir un nuevo destino. La puerta número uno tenía un pequeño escrito.

Siempre fui una decepción para _________

La habitación número diecisiete estaba abierta. 

Con una gran sonrisa en el rostro y caminando llegué de nuevo junto a Momoka, Akemi y Yadiel, lo único diferente en mi aspecto podría ser una ligera magulladura pero me encontraba perfectamente. Mi respiración era algo mas rápida como si hubiera venido todo el camino a la carrera desde la entrada.

- Ya podemos continuar chicas -dije sin querer dar muchas explicaciones y dirigiéndome de inmediato a ver el puzzle de la puerta- ¿Alguno de sus padres quizás? Probablemente... -traté de escribir la palabra "padre" en el espacio en blanco esperando que al menos su madre realmente le apreciara, ya que yo perfectamente conocía lo que era el amor de una madre, tal vez si los demás se fijaran durante un segundo mientras escribía esa palabra me detuviera, quería recuperar mi casco- ¿Has cuidado de mi casco Yadiel? -le dije a la niña mientras terminaba de escribir

-¿Eh? ¿Casco?-miro hacia Saito, sin terminar de saber de que hablaba... hasta que, de golpe, recuerdo al chico entregandome su yelmo, yelmo que inmediatamente solté cuando comenzó la batalla pasada y de cuya existencia me olvide apenas segundos despues-Eeehh... -miro, algo desesperada, a mi alrededor, buscando el objeto perdido, hasta que, por fin, lo encuentro tirado, cerca de una pared-Si, aquí esta, todo bien cuidado, si-digo mientras lo recojo y lo entrego, sin mirar muy bien el estado en el que estaba

-...-me quedo callada, no sabia muy bien que decir, la batalla fue algo intensa y los ataques en area eran muy efectivos, asi que no me contuve a la hora de hacerlos...

-Eeeeh, una pregunta que llevo haciendome desde que entramos aquí (cabeza de Tetsuya)-intento cambiar sutilmente de tema- ¿Hasta que punto debemos seguir el "pasado"? A ver, estamos en su cabeza, ¿Por que no aprovechar e intentamos modificar un poco los recuerdos que tiene, volviendolos un poco mas bonitos? En este caso, ¿Que creeis que pasaría si ponemos "nadie" como respuesta? A lo mejor podemos arreglar los traumas que tiene Tetsuya, que ya hemos visto que no tiene pocos

Opsie... El pobre casco de Saito-kun... - comentó Akemi tras ver el estado de este. - ¿Modificar sus recuerdos? ¿A caso podemos? - preguntó intrigada. - Y la puerta... Si no se abre, supongo que es porque necesita la respuesta correcta ¡como en el piso anterior!

Supongo que el otro grupo antes o después lo adivinará ¿por qué no vamos por la puerta que está abierta ya? Ahí seguro que podemos sacar algo en claro. - dijo con una sonrisa.

Al entrar en la puerta que llevaba a la habitación número diecisiete, pronto se encontraron en una de las clases de la escuela, de su propia escuela. Allí estaba Tetsuya reunido con una profesora. - Lo has hecho muy bien en el último trabajo... Aunque tienes exactamente las mismas respuestas y los mismos fallos. - la profesora miró directamente a los ojos a Tetsuya. - ¿Has prestado tus deberes a alguien? - pronto el peliblanco negó con la cabeza. - Está bien... Supongo que habrá sido casualidad.

Tetsuya abandonó la estancia, pero aún así se podía ver una sonrisa en el chico, el cual empezó a susurrar. - Te... Tengo un secreto con gente... Eso me hace su amigo ¿no? Amigos... - suspiró antes de irse.

Al desvanecerse el recuerdo, no aparecieron monstruos en la estancia, por lo que podrían moverse a otra habitación... Aunque ya estaban todas cerradas. Era hora de compartir datos con el otro grupo para abrir puertas.

- Bienvenido de nuevo, Saito - le sonreí al verlo volver. Ya había visto a Ayame al otro lado, por lo que se me escapó un suspiro de tranquilidad. Aún había muchas cosas que aclarar, pero podríamos hacerlo cuando saliéramos de allí.

Avanzamos a la siguiente habitación que nos mostró otra escena triste de la vida de Tetsuya, me dolía escucharle tener tanta ilusión cuando sus supuestos amigos sólo se aprovechaban de él. Entorné los ojos mientras lo grababa y sin una palabra volví a la sala anterior.

- Maldita profesora... mirad esto - saqué el móvil y les enseñé una escena que estaba ocurriendo en el otro lado.

Al entrar en la habitación número cuatro, se vieron en el salón de la casa de Tetsuya. Allí estaba su madre, realmente enfadada con él. - ¿CÓMO QUE VAS COPIANDO LOS TRABAJOS DE TUS COMPAÑEROS? ¿Pero lo ves normal? ¡Me ha llamado tu profesora y sé toda la verdad! - el peliblanco estaba callado, por lo visto se resignaba a replicar, como si supiera que sería peor. - Siempre te metes en líos. Primero traes un perro de la calle a casa, luego haces que lo atropellen ¡y ahora descubro que te vas copiando de tus compañeros! ¿Qué clase de persona quieres ser así? A veces pienso que tu padre se fue porque lo avergonzabas. - bufó, alzó el brazo y apuntó dirección a la puerta que llevaba a la habitación número tres. - Ve a tu cuarto. Luego hablaremos.

- Supongo que la respuesta será madre o padre... 

-Estamos dentro de Tetsuya, ¿no es así? -respondiendo a Akemi, expongo mi idea-Pues cuando veamos la próxima escena traumática, lanzamos un hechizo de lavado de cerebro y lo cambiamos, omitiendo las partes desagradables y/o añadiendo alguna recompensa posterior ¿Que os parece?

Entramos entonces en la siguiente sala y sucede la mitad pacifica del recuerdo

-Bueno, aquí no habría que tocar nada, el chico sale mas o menos contento, todo bien, supongo

Y Momoka cuenta el otro lado de la escena

-¡¡Aquí es donde tendríamos que actuar!!-salto, tan pronto comienza a narrar la escena-Momoka, podrías decir al otro grupo que utilicen Marin Karin contra el entorno, para que afecte a Tetsuya, y así modificar el recuerdo? Uno bonito, no se, que en lugar de la madre gritando salga el amigo que lo delató agradeciéndole el no haberlo hecho e invitándolo a tomar algo, por ejemplo. Si nadie conoce el hechizo, el sub-persona Canibir podría lanzarlo por ellos, aunque luego tendría que devolverlo, que no creo que en este grupo alguno lo conozca y también requeriríamos su ayuda-una chica genki, un chico héroe y una fanática de las armas, el clásico grupo de "solo ofensiva directa", realmente me sorprenderia si alguno tuviera el hechizo.

Al terminar de hablar, caigo en la cuenta que soy el centro de atención y mi timidez ataca de nuevo.

-Bueno... a mi me parecía un buen plan...-medio susurro, bajando la cabeza mientras me sonrojo de forma notable.

Rascándome la nuca al no reaccionar la puerta empiezo a pensar en cual podría ser la repuesta mientras tiendo una mano para recoger el casco, al notar el peso girar la cabeza y no puedo mas que mostrar un rostro sumamente lleno de tristeza al ver el lamentable estado en el que se encontraba. Miro a Yadiel igual que un niño pequeño miraría a su madre al ver como su juguete preferido acaba hecho trizas, miro al casco, a Yadiel, al casco, Yadiel, casco, Yadiel, casco, pendientes de Lillie, casco, Yadiel, casco, Momoka, Yadiel, casco, pin del Fary, casco... sin decir ni una sola palabra, solamente mirando con ojos vidriosos.

Seguí a las chicas aún mirando mi deteriorado casco, pensando en que debería dedicar un buen rato para arreglarlo en cuanto volviera a casa. Nos toco ver otro recuerdo, al parecer todos los recuerdos estaban ligados y seguían un tema hasta llegar a un momento de quiebre... o eso suponía teniendo en cuenta el último. Como cabría esperar pudimos ver en un vídeo por parte del otro grupo la segunda parte del recuerdo el cual de inmediato nos brindo la respuesta para abrir la puerta de antes, exactamente la que no quise poner.

- No creo que sea tan buena idea... -dije en cuanto Ayame termino de exponer su idea- Volvamos a la puerta de antes y me explico -di media vuelta para caminar hacia la puerta con aquel acertijo nuevamente- Las experiencias que vivimos a lo largo de nuestra vida son lo que nos convierte en quienes somos, al cambiar dichas experiencias también cambiamos quien es Tetsuya. Es decir, perfectamente puede pasar que por hacer eso el Tetsuya que despertemos sea muy diferente al que conocemos... lo vi en una película de viajes en el tiempo... -eso último no sonó muy convincente- Creo que es mejor si el mismo consigue enfrentarse a estos recuerdos y superarlos... en vez de evitarlos... eso hace a las personas fuertes de verdad... creo... ¡Le podemos ayudar con eso, somos sus amigos al fin y al cabo! Es la clase de cosas que hacen los amigos.

En cuanto volvimos a la habitación número veinte me puse frente a la puerta número uno, borre lo que había escrito y lo sustituí por "madre". Ahora debía abrirse con total seguridad.

Y efectivamente la puerta se abrió. El grupo se pudo adentrar en la habitación marcada con un uno en el mapa y dentro pudieron ver en el salón de la casa a la madre de Tetsuya. - Tetsuya-kun... Ven por favor... - Tetusya apareció por la habitación contigua. - Sé que me he pasado antes gritándote. Lo siento. No es culpa tuya que se haya ido tu padre, ni la muerte del pobre Rukie...

Tetsuya se separó de ella. - Está bien madre. Hay que aceptar lo que uno es.

¡Y sé que soy una decepción constante!

Intentaré no ser un estorbo, ni para los profesores, ni para mis compañeros, ni para papá. ¡Aunque bueno, él ya se ha alejado de mí para que no le moleste más! - decía completamente alegre, aunque la cara de su madre expresaba una enrome preocupación. - Ya he descubierto quien soy. Gracias por todo madre.

El recuerdo se desvaneció... ¡Pero esta vez si que había sorpresa! ¡Unas sombras salieron de la nada para atacaros!

¡No hay tiempo que perder chicos! ¡La siguiente habitación ya está abierta! - tras decir eso agarró a Yadiel de la mano y corrió hacia la habitación marcada como la número dos.

Una vez allí, el grupo pudo ver como Tetsuya andaba escribiendo algo en su diario.

A veces... Me desanima el hecho de estar vivo. Solo molesto a la gente, como a mamá ¡o incluso a papá, que se fue! También siento que molesto a la gente cuando no necesitan algo de mí, porque... Siendo sincero, no se me da bien nada la verdad ¡todo es pura suerte! Aunque a veces es muy mala suerte... Supongo que es peor, porque lo que consigo con la suerte, lo pierdo con la mala... ¡Pero bueno, según dicen es mejor haber amado y perdido que nunca haber amado!

No sé quien es el imbécil que dijo eso.

Solo espero algún día poder compensar todas las molestias que causo a mi alrededor y hacer feliz a la gente que me rodee. No me importaría darlo todo, hasta la vida, si con ello sé que he hecho feliz a alguien, feliz de verdad. Así sabría que mi vida, por fin, sirvió para algo. Pero dudo que me pase nada... Con lo aburrida y monótona que es mi vida.

En mi mundo ideal, pasaría algo que me permitiera acercarme a la única chica que una vez me defendió, aunque parece que soy invisible para ella. También encontraría la forma de compensar a Anemashi-san, aunque dudo que sepa que existo y la pobre seguramente no me guarde ni rencor... Si se entera, supongo que dejaría que me matara para hacerla sentir mejor... También estaría bien tener un buen amigo, uno de verdad, que se preocupe por mí. Alguien con quien compartir un secreto, una afición ¡y por Dios, me ecantaría ayudar a alguien para que se sintiera mejor!

Pero todo eso es y siempre será, un sueño...

También habían unos cuantos dibujos por la habitación.

Antes del combate anterior habíamos podido ver como Tetsuya llegaba finalmente a un momento de rotura y el que finalmente lo llevado a su estado actual de pesimismo total del que parecía incapaz de salir sin ayuda, sin duda el momento mas triste de todos los que había visto hasta ahora pero poco mas podíamos hacer aparte de seguir avanzando y dando palizas ya que era la única manera de finalmente ver a nuestro amigo abrir los ojos nuevamente.

En la siguiente sala tan solo estaba él escribiendo algo y un montón de dibujos que haría hace tiempo, en todos ellos excepto el último estaba la chica de pelo rosa, que para ser sincero no era un color de pelo muy común y menos aún en Japón, eso sin contar la fuerte tonalidad por lo que... mire a Momoka y señale los dibujos, especialmente los que tenían corazones. Luego me acerque donde estaba Tetsuya y leí por encima de su hombro lo que escribía, puse una mano sobre su hombro.

- Ese mundo ideal es la realidad Tetsuya...

Me quedé atónita al ver los dibujos. Di unos pasos hacia ellos y acerqué una temblorosa mano.

- La  chica que pelo rosa que habló en el recuerdo del pájaro muerto, ¿podría a ser...? - negué con la cabeza llevándome la mano a la boca, ¿cómo nunca me había dado cuenta? - ahora recuerdo aquella lata color rosa... así que fue Tetsuya quien me lo dejó... 

Miré a mis compañeros y asentí ante el gesto de Saito. Acaricié los dibujos, especialmente los corazones, y un par de lágrimas resbalaron por mis mejillas precipitándose a mis pies. Un gesto triste asomó rostro, algo muy poco habitual en mi.

- ¿Cómo no me di cuenta nunca? - mi rostro se volvió hacia Tetsuya y miré el diario - Tetsuya-kun...

Extendí un segundo el brazo, como si fuera a tocar al Tetsuya del recuerdo, pero me detuve a medio camino y volví a alejarla mano. Con gesto resuelto, tomé el móvil y saqué foto al diario y a los dibujos. Ayame-chan debía ver esto. Después, me volví hacia el acertijo.

- Acabemos con esto - tal como Ayame había puesto en el otro lado, puse de nuevo la misma combinación: mis profesores, mis compañeros, mi padre.

Y la puerta se abrió, dando paso al grupo. Allí seguramente esperarían algún tipo de recuerdo, pero se encontraron con un tipo de blanco y negro. Un tipo que al veros no dudó en reírse. - Así que al final no os habéis ido ¿eh? Y pensar que el pequeño Tetsuya se intentó sacrificar para que os fuerais y no os enfrentarais a mi, ni al malvado Arlek... Pero ahora supongo que ya no hay vuelta atrás... - volvió a reír, de un chasquido cerró la puerta que había tras los jóvenes.

Para que veáis lo confiado que estoy luchando contra vosotros os voy a decir ya que mi defensa es exactamente de cero. ¡Y ni aun así vais a vencerme!

¿Con que no podemos eh? ¡Pues con cero defensa no podrás hacer nada, já! - pegó un disparo la chica, pero justo cuando iba a golpearle la bala, solo la capa y las manos negras quedaron en el aire, volviéndose lo blanco completamente ingolpeable.

El monstruo, sin razón aparente para el grupo, volvió a cambiar de color, dejando solo visible la parte blanca de su ser. El monstruo rió. - ¡¿Veis por qué no podéis ganarme?! ¡Ni si quiera podéis golpearme!