"Anda, pues es verdad, jaja..." Anemashi rió tímidamente, con la mano en la nuca en gesto de disculpa. Pero sonreía, alegrada y reconfortada de oírlo. Kitagawa-kun era como un súperhéroe. Había aguantado con estoicismo los golpes de Ayame y Sumizome, una y otra vez. Visto así, el golpetazo sin querer con el hombro no era para tanto... ¡Y eso era genial! Porque podría parecer una tontería, y-y lo era, pero Ayame se sentía muy aliviada de no tener que preocuparse de que sus repentinos, destructivos y súbitos ataques de energía fueran a ser un problema para Saito Kitagawa. Este siempre fue uno de sus miedos, porque necesitaba de esas energías para de algún modo equilibrar sus emociones y evitar que su negatividad interior, esa que tanto también temía, la devorase. Todavía aún después de la batalla en el subconsciente de Tetsuya, ella no había superado su autofobia del todo. Pero poco a poco, pasito a pasito. El poder apoyarse en sus amigos y en su pa-pa-pareja la reconfortaba. Ayame agarró una silla y la pegó a la de Saito, pero pegada madera con madera, y se sentó a su lado con prácticamente el mismo gesto de vergüenza y rojez en su rostro que antes. "A-así mejor... p-por ahora mejor..." repitó a su manera las palabras de Saito, mientras extendía una mano hacia los pastelitos para probarlos. Tenía tantas distracciones alrededor que no se concentró mucho en el sabor. Por ejemplo, pensó que definitivamente tenía que pedirle a Momoka-chan esa fotografía. Y cuando llegó la llamada de la mamá de Tetsuya, se recriminó a sí misma el no haber caído en avisarle que sería bueno llamarla... al tiempo que se imaginaba cómo sería tener una mamá que se preocupase de ti... y rápidamente sacudió la cabeza para no sumergirse otra vez en pensamientos tristes. ¡A centarse en disfrutar de la fiesta!
La primera en cantar fue Lilie-chan. La pequeña niña cantó súper bien, ¡una canción gótica que le recordó lo cerca que estaban de Halloween! Y cuando terminó y todos aplaudieron, Tetsuya intentó convencer ahora a Anemashi de subir al escenario. "¡¿E-Eh?! ¿Ca-cantar? ¿Nosotros? ¡N-n-no estoy preparada! ¡Todavía! ¡Hiraki-chan, Arashi-kun, v-v-vosotros primero!" por suerte esta vez Hiraki-chan sí que la rescató, subiéndose al escenario y buscando para seleccionar una canción. Mientras que aún no comenzaba, Ayame se giró a Kitagawa-kun y le preguntó: "¿Q-quieres... te apetecería cantar un d-d-dueto?" buscó una canción en el móvil y le enseñó la letra y portada. ¡Ojalá él conociera la canción! Aún recordaba la súper función que había hecho Saito la primera vez que cantaron en el karaoke. ¡Ni en sueños ella iba a estar a la altura! T-todavía, al menos. ¡Así que no quedaba otra que practicar en el escenario!
Todos eran unos artistas... Hiraki-chan se movía y cantaba con tanto arte que parecía hubiera nacido para el escenario. Arashi-kun tardó en subir, pero cuando subió... ¡pues sí que bailaba bien! ¿¡PERO QUÉ LES PASABA A TODOS QUE ERAN TAN GUAYS!? ¡P-pues ella intentaría dar también lo mejor de sí misma! Los bailes que ella había aprendido eran más bien bailes de salón, pero sí que había recibido clases de canto en su día cuando era pequeña... Lo tenía todo tremendamente oxidado, ¡pero no importaba! A-además, los primeros versos del dueto le tocaban a Saito... ¡El primer paso siempre es el más difícil! Él seguro que le transmitía seguridad...
Y así, poquito a poquito, pensamiento a pensamiento, se preparó para subir. ¡Y cuando el momento llegó, los nervios se habían convertido en ganas de empezar! La canción que Ayame había escogido era una que siempre le había gustado... Y lo cierto era que por el espíritu de lo que transmitía la canción... que le recordaba a ella, y lo que había sentido durante tanto tiempo sola consigo misma, y la... liberación que había supuesto para ella encontrar al grupo, entablar aquella creciente aunque aún tímida amistad con todos, y aquella creciente y desde luego aún tímida relación más profunda con Saito Kitagawa... Así que de alguna forma, sentía como que les dedicaba aquella canción.
Saito: kioku no hate ni, sagashiteita risou no miraizu
(I searched for the ideal map of the future within the boundaries of my memory)Ayame: nanika ga kowakute, wakaranakute hitori de furuete
(Something is frightening, but I don't know what and I tremble alone)Saito: anata ga miezu, ni itsumo aisowaratte
(Being unable to see you, I faked a smile)Ayame: kimi no ude no naka dakaretei~ta
(You embraced me in your arms)Ambos: sameteiku yo ni koi wo shite yume no naka made tsureteite
(I fell in love as if awakening)Saito: itsudatte kimi wa,
(You always,)
Ayame: itsudatte kimi wa,
(You always,)
Ambos: itsudatte boku ni yasashii uso tsuita
(You always told me kind lies)Saito: nanimo iwazu ni tomadowaseteita wake sono wake wa,
(Without saying anything, the reason why I was confused by you)
boku ga katte ni kowagatteita futari no chikai sa
(That reason was our vow that I had started to fear)Ayame: dakishimerarezu ni itsumo aisowaratte,
(Being unable to be embraced by you, I faked a smile)
kienai yoru wo mezashiteita
(I wanted a night that would never disappear)Ambos: sameteiku yo ni koi wo shite,
(I fell in love as if awakening)
yume no naka made tsureteitte
(You took me into your dream)Saito: itsudatte kimi wa,
(You always,)
Ayame: itsudatte kimi wa,
(You always,)
Ambos: itsudatte boku wo yasashiku kizutsuketa~~
(You always kindly hurt me)Ayame: mienai kimochi itsumo aisowaratte,
(With feelings that could not be seen, I faked a smile)
kienai yoru wo mezashiteita...
(I wanted a night that would never disappear)Ambos: sameteiku yo ni koi wo shite
(I fell in love as if awakening)
yume no naka made tsureteitte
(You took me into your dream)Saito: itsudatte kimi wa,
(You always,)
Ayame: itsudatte kimi wa,
(You always,)
Ambos: itsudatte boku ni yasashii uso tsuita
(You always told me kind lies)Ambos: toki ga tatsu hodo tooku naru, futari no kyori wa uta ni natte
(As time passes, the growing distance between us turns into song)Saito: matteiru nda,
(I'll be waiting,)
Ayame: zutto matteiru nda,
(I'll always be waiting,)
Ambos: ano toki futari miteta nagareboshi
(For the shooting star that we saw together back then)
Y la noche entró completamente cuando los dos jóvenes terminaros de cantar. Kinsho empezó a cerrar el local y todos los clientes abandonaron el lugar y fueron a sus respectivas casas. Aquél día todos fueron directamente a dormir, a pesar del buen y relajante rato que habían pasado, hace no mucho habían estado luchando contra un montón de monstruos en aquél extraño mundo.
Todos los que han cantado, consiguen 2 chikipuntos en Valor (Momoka, Lilie, Saito y Ayame)
Todos los que han cocinado pastelitos, consiguen 2 chikipuntos en Proficencia (Tetsuya y Yuuta)
Como siempre las subidas de amistad las dejo en vuestras manos.
Los dos jóvenes enamorados llegaron a la cafetería del señor K y allí, tras cambiarse, parecía que tenían bastante trabajo.
Habían dos adolescentes que no parecían saber de que hablar, probablemente era una cita, un señor bastante mayor cabezeando todo el rato, una chica que parecía querer tirarse de los pelos, una jovencita que miraba por la ventana con cierta tristeza, también había un niño pequeño acompañado de su padre y por úlitmo, un señor sonriente en la barra.
¿Quién atendería a quien y qué le servirían?
En el K's Café los clientes no piden, sino que se dejan servir por los trabajadores lo que les hace falta. Es la magia del lugar.
Estaba muy emocionada, no sólo por trabajar codo con codo con Tetsuya, sino por trabajar como camarera y vestir un traje de sirvienta. Era la primera vez para mi y quería hacerlo muy bien.
- Hagamos nuestro mejor esfuerzo, Tetsu-kun - miré a los clientes y comencé a repartirlos entre los dos para no demorarnos mucho - Yo me ocupo de los tortolitos, el señor mayor y de la chica nerviosa (la que se quiere tirar de los pelos). Te dejo la chica que está mirando por la ventana, el niño con el padre y el señor sonriente. Cuento contigo - le guiñé el ojo y me acerqué a la joven pareja con una enorme copa de batido de fresa con helado de vainilla adornada lindamente con flores, corazoncitos y una pajita para dos - buenas tardes, parejita, aquí os traigo una copa para tortolitos.
Tetsuya asintió confiado y se acercó a la chica que miraba por la ventana con un té verde bastante simplón. Lo sirvió con cuidado de no derramar ni una gota y entonces se sentó enfrente de la chica.
Hola. - dijo con un tono firme, pero muy tranquilo. - No sé que debes estar pensando, ni porque pareces tan triste. - sonrió, confiado. - Pero quiero que sepas que nadie está solo, ni si quiera tú. Sea lo que sea lo que te pase, estoy seguro de que tendrás alguien con quien compartir la carga ¡y si no puedes contármelo a mí!
Aquella pareja que ya parecía estar increíblemente incómoda de por sí, se sintió aún más incómoda al ver la pedazo de copa enorme y super llamativa que les llevaba Momoka. - N... ¡No somos novios! - decía la chica, señalando a su acompañante. - ¿Cómo iba a salir yo con este tipejo? - el chico con las manos entrecruzadas en las piernas comentó con la voz temblorosa. - Pero si me has traído tú... - entonces la chica se puso roja como un tomate y se levantó. - ¡Qué dices! ¡Eso no es verdad ¡me has traído tú engañada, me voy! - el pobre chaval se tomó la copa de Momoka entre lágrimas.
Por otra parte, la chica que atendió Tetsuya suspiró al escucharle, pero al final asintió. - Tienes razón, no puedo seguir llevando este secreto yo sola, tengo que decírselo a alguien de confianza. - ladeó la cabeza. - Y no te ofendas, pero no te conozco lo suficiente ¡aunque gracias por ofrecerte! - se bebió el té entero y llena de confianza, se marchó.
Ups... me quedé algo sorprendida al ver lo que había pasado, pero no me rendí. Al ver a la chica que se quería tirar de los pelos una idea surgió en mi mente. Con esmero, preparé una infusión de manzanilla y lavanda y se lo acerqué.
- Hola - le dije tranquilamente mientras le sonreí - te he traído una relajante infusión de manzanilla y lavanda, es bueno para tanto para el alma como para el cuerpo - el fragante olor de la lavanda inundó el lugar mientras hablaba - he visto que estás algo nerviosa. ¿Te ocurre algo? Tal vez pueda ayudarte, se me da bien escuchar, tanto como preparar infusiones - bromeé - si te sientes frustrada por algo, recuerda que siempre hay muchos caminos en el camino que recorres - y junto a la taza de la infusión, puse un plato con un trozo de pastel de arándanos y queso - ¿algo postre para endulzar un poco la tarde?
Tetsuya se acercó al niño y al padre y les ofreció un par de helados. - ¡Espero que os guste! - comentó con una pequeña reverencia.
La chica que atendió Momoka empezó con un. - ¡¿Qué si me pasa algo?! - y tras una larga, larga, LARGA charla, finalmente terminó con un. - Y eso es todo. - suspiró entonces mucho más tranquila. - ¡Que buena la manzanilla, me ha relajado mucho! - comentó aludiendo a que toda su mejora era gracias a la manzanilla y no a Momoka, que la había escuchado desahogarse.
Por otra parte el niño empezó a llorar. - ¡Yo quería que me atendiera la chica moooonaaa, buaaaaa! - Tetsuya no sabía muy bien que hacer... Así que simplemente se disculpó, al igual que el padre por el escándalo del niño, quien no se tomó el helado, a pesar de que el padre sí.
Escuché con paciencia a la chica, dándole algún que otro consejo o asintiendo con la cabeza. Cuando terminó y vi que ya estaba más tranquila, me disculpé para ir a ver al pequeño que lloraba.
- Tetsu-kun, ¿puedes darle un par de consejos de amor al chico con la copa grande de helado? - le susurré al pasar por al lado - parece que mis buenas intenciones con su cita no acabaron muy bien y está algo deprimido. Yo me ocuparé del pequeño.
Me cerqué a la mesa donde el niño estaba llorando y me incliné a su lado.
- Hola, pequeño, ¿no quieres comerte el helado que te ha traído el onii-chan? - le acaricié el pelo y luego escondí ambas manos detrás de la espalda como si tuviera una sorpresa - es una pena, porque el helado trae... ¡sorpresa! - de detrás dela espalda saqué varias decoraciones y un bote con virutitas de chocolate. Le coloqué un galletita de chocolate y una pequeña figurita de dibujos y un caramelo en forma de estrella que iban sujetos con un largo palito - ¿quieres virutitas de chocolate?
Quiero un beso tuyo muñeca. JEJEJEJE. - rio de forma descarada el niño que ahora Momoka reconoció claramente al verlo tan de cerca.
¡Pero bueno! - comentó el padre bastante mosqueado. - ¡Por favor, ignóralo, no sabe lo que dice! - comentó con una reverencia.
Tetsuya por otra parte se había puesto a abrazar al chico llorón, parecía que algo mejor estaba.
- Pero si es mi pequeño traviesillo del trabajo de canguro - reconocí al bribonzuelo y le sonreí - con que quieres un beso... - saqué del bolsillo un pintalabios rosa. Lo solía usar para dar un poco de color a los labios, pero en esta ocasión me los pinté con capa gorda y, después, le planté un sonoro beso en la mejilla dejándole una marca de labios rosa intenso - ahí tienes tu beso, guapo, y ahora, a comer el helado antes de que se derrita - le dije metiéndole la galleta de chocolate en la boca para que lo probara - a que está bueno.
El niño se ruborizó y se comió el helado tranquilamente, al igual que el chico que estaba con Tetsuya se tranquilizó un poco. Los clientes fueron abandonando el lugar hasta solo quedar los dos últimos, siendo el señor mayor y el señor sonriente.
- Bien - sonreí feliz al ver que todo se iba solucionando, ya sólo nos quedaban un par de clientes para servir. Mirando al señor que parecía estar durmiéndose, por lo que me acerqué con un café con leche descafeinado con bastante crema, un par de galletitas de canela y un bombón de menta. Como no había más clientes, me puse a hablar tranquilamente con él - buenas tardes, señor, ¿le apetece tomar un café descafeinado? El bombón de menta está especialmente bueno y ayuda a despejar la mente - traté de entretenerle para que no se durmiera - ¿qué tal ha ido su día? Hoy hace un buen día para salir a dar un paseo, ¿verdad?
Tetusya por otra parte se acercó al señor sonriente y le dio un té verde con pastas. - ¡Son la especialidad de la casa, espero que las disfrute!
El señor sonriente se tomó el té y se marchó sin decir ni una palabra, manteniendo siempre aquella extraña y espeluznante sonrisa.
Por otra parte el cliente que atendió Momoka se tomó el café y... se quedó completamente dormido.
- ¿Señor? - al ver que se había quedado completamente dormido, le puse un jarrón con menta y romero al lado a ver si se despertaba suavemente y fui a organizar todo para poder cerrar.
El señor al final se levantó y se fue a dormir la mona en casa. El señor K les dio algo de dinero a los dos chicos y finalmente pudieron volver a casa.
Gastamos el dinero para comprar directamente el chaleco acolchado para Tetsu ¿vale? Qué es lo que había hablado ^^