Partida Rol por web

Dolor en el corazón. ¿Por qué seguía doliendo? Ni siquiera la posesión del Amo Arlek le trajo la paz que tanto buscaba, sólo más dolor. Había propinado un fuerte golpe con Sumizome sobre Kitagawa-kun, haciéndole sangrar... y su corazón le dolía punzantemente. Más dolió aún cuando Saito no quiso golpearla, cuando le tendió una mano a pesar del golpe que le había hecho Ayame, sonriendo a pesar de la sangre que le recorría el rostro, aún si algo después acabaría quemándola sin quererlo a causa del truco de Arlek. Ayame se cubrió con ambos brazos cuando el fuego de Sanada destinado a Arlek acabó sobre ella, pero de poco sirvió: las llamas ardieron sobre ella y la ya quemada Sumizome.

La aparición del Tetsuya Cognitivo tomó de improviso a Arlek, que sabía que estaba en la mente de otra persona y que ésta podría echarla si no afianzaba su control sobre el mismo, así que aún a pesar de ir ganando aquella batalla se retiró, llevándose consigo al Arashi-kun cognitivo, que insistía en que se marcharan para no ponerse en peligro más. Tras irse ambos, los ojos de Ayame volvieron a la normalidad. Ella dio un par de pasitos para acercarse a Saito y le puso una mano sobre la mejilla ensangrentada.

..."¿Estás bien? Deja que cure eso... _Diarama..." murmuró Ayame casi sin voz, debido al malestar emocional y mental, la culpabilidad por todo su rostro. Tras curarle ella se agachó y sentó en el suelo sin más, abrazándose las rodillas. "Mi mera existencia ya le causa dolor a los demás, Saito..." segunda vez que le llamaba por su nombre y no el apellido. "A mi padre... que me abandonó... a mi madre, que se murió por mi culpa... a Arashi-kun, que sufre, sufre y se lleva culpando desde entonces... a ti... que te he estado a punto de matar... No soy ninguna chica linda... soy una falsa... solo creo problemas y le hago daño a las personas allá donde voy... ...como con aquella pareja en el Café del Señor K... Me odio, Saito, me odio tanto a mi misma... tanto tanto... que hasta me da miedo estar a solas conmigo misma... porque soy horrible y lo detesto, porque hago me hago daño y le hago daño a los demás... una vez... una vez le pegué al servicio..." se miró el dedo ensangrentado de cuando se había mordido antes. No era la primera vez que lo hacía. "... o me muerdo a mí misma... Además, soy una carga para vosotros... Arlek me poseerá otra vez y..."

Trate de detener el ataque de Sanada en cuanto vi como Arlek usaba a Ayame como escudo pero ya era imposible alterar el fuego que volaba en su dirección. Me habría gustado correr hacia ella y apagar el fuego que había dejado sobre ella pero si lo hacía probablemente me atacaría de nuevo y no podría salvar a nadie. Por suerte el mini Tetsu dentro del verdadero Tetsu llego a imponerse sobre aquel ********* consiguiendo que liberara a Ayame de su control, no trate de evitarlo por el momento... ya le daría una lección a ese tipejo.

- Nos volveremos a ver Tetsu... -dije mientras este desaparecía

Luego mis ojos volvieron sobre mi amiga que ahora volvía a ser la de siempre, sonriendo mientras sanaba mis heridas como si nada hubiera pasado. Escuche tranquilamente todo lo que decía sin cambiar mi expresión en absoluto y cuando termino le di un golpe con el dedo en la frente, me había agachado frente a ella.

- Desde que te conozco nunca me has hecho daño, al contrario me alegro de haberte conocido... al igual que a Tetsuya -la abracé e hice que su cabeza fuera contra mi pecho- La próxima vez que pienses cualquier cosa mala, la próxima vez que Arlek trate de controlarte piensa en nosotros... Yadiel, Momoka, Yuuta, Lillie, en Tetsuya y en mi. Venga, cura esas heridas tuyas y volvamos los dos... -entonces termine el abrazo pero me mantuve cerca suya- Todos nos están esperando...

"¡Ay!" Anemashi no se esperó el golpecito en la frente, Saito no le puso mucha fuerza, pero sí la suficiente como para hacer ese efecto en ella de distraerla por completo del bucle de negatividad y autodestrucción del que la chica no conseguía salir. Y cuando tuvo su atención, le contó que se alegraba de haberla conocido y la empujó contra sí en un abrazo.

A veces no hay respuestas que dar. Al menos, no con tan poco tiempo, en medio del campo de batalla que era el subconsciente de Tetsuya. Ayame dudaba que pensar en sus amigos la ayudaría a evitar la posesión de Arlek, pero no dijo nada, no quiso replicar más. En su lugar, levantó los brazos lentamente y le devolvió el abrazo, agarrándose a su armadura con fuerza. Quizás un abrazo era justo lo que necesitaba, lo que necesitaba desde hacía mucho tiempo. Y aunque solo un abrazo no pudiera quizás curar todas las heridas que tenía en su corazón, que se habían abierto y ampliado con el recuerdo del accidente, y con la posesión de Arlek... Por esa vez, en aquel momento, y aquel día, quizás fuera suficiente... tenía que serlo. Tenía que ser fuerte... Era difícil. Era difícil ser fuerte... era siempre el mismo dilema al que Ayame se enfrentaba una y otra vez, toda la vida se le hacía cuesta arriba. No le quedaba otra que seguir pretendiendo, como siempre... Al menos... hablar de la carga la había hecho un pelín, menos pesada. Solo un pelín... pero tendría que ser suficiente. Tetsuya Arashi la necesitaba. Y aunque pudiera odiarle ahora, también seguían siendo amigos... además de que los demás contaban con ella... ¿no? Quizás si se hacía un gorro de papel de aluminio lograría evitar la posesión de Arlek...

Ayame alargó el abrazo un poquito más de lo que Saito pretendía darle, hasta que finalmente se separaron. "Vale..." se secó las lágrimas con la manga. Seguía teniendo mil dudas, seguía sintiéndose débil, y una carga para los demás. ¿Pero qué otra cosa tenía? Podía huir a llorar, bloquearse y no hacer nada mientras que su amigo estaba en peligro... o podía luchar... seguir luchando... No era un cambio respecto a lo que ya había venido haciendo a trompicones en su vida... tropenzandose una y otra vez... Aunque bueno, algo sí había cambiado... esta era la primera vez que tras tropezarse le habían tendido una mano, dado un abrazo de consuelo... Ayame trató de aferrarse a ese sentimiento de calidez para reunir fuerzas.

En cuanto note como se mantenía pegada un poco mas de lo que yo esperaba y sin decir nada me mantuve pegado a ella e incluso cuando se separo puse la mano sobre su cabeza acariciándola levemente, igual que como había hecho tantas veces pero esta vez se sentía diferente como si el pusiera mas cariño.

- Así me gusta -tome su mano y tire levemente de ella de vuelta con el resto- Recuerda que no estamos solos, nadie nunca lo está, si no puedes soportar algo tan solo compártelo. Somos un equipo.

Cargaba con un dolor enorme sobre sus hombros, apenas me podía imaginar todo lo que le pasaba por la cabeza en esos momentos pero no buscaba algo tan complejo como entender a la perfección su dolor, tan solo quería que me permitiera aliviar un poco esa carga y hacer su camino mas fácil. Me limpie el lateral de la cara tratando de quitarme toda la sangre posible antes de volver con los demás, no quería preocupar a los demás en exceso por una tontería como eso...

- Ah... Una última cosa... ni se te ocurra dejar que te posean otra vez... me gusta ver tus ojos verdes como siempre... -dije justo antes de girarme para volver a paso rápido

Tras separarse del abrazo, Saito aún le puso una mano en la cabeza para rascarla levemente, en una caricia, como solía hacer. Ayame no se había atrevido a decirle lo que agradable que siempre le resultaba el gesto. Se le hacía similar a cuando ella misma se llevaba la mano al pelo para hacerse tirabuzones... era relajante. En realidad, se sentía aún mejor. Siempre cualquier gesto de afecto de sus amigos la hacía feliz, queriendo siempre corresponder ese afecto, esa calidez que le transmitían a su corazón. La mejor manera de hacerlo ahora era ser fuerte... y luchar con ellos para salvar a Tetsuya. Aún si sentía miedo, dolor, culpa e incluso odio a Tetsuya Arashi... seguía queriendo salvarle. Seguía debiendo y debiéndole el salvarle. 

Saito tomó su mano y tiró de ella con lentitud, ayudándola a levantarse. Le recordó que eran un equipo que estaban ahí para ayudarse, que si no podía soportar la carga de sus pesares, del día a día, que solo tenía que compartirla... ¿No era eso para lo que están los amigos?

- Ah... Una última cosa...  ni se te ocurra dejar que te posean otra vez...

Me gusta ver tus ojos verdes como siempre... -

Menos mal que el chico se giró justo nada más decir ello, porque Ayame se sonrojó sorprendida. Se llevó una mano a su pelo inconscientemnte una vez más mientras le observaba marcharse. _{"...Son aguamarinas, tontorrón..."} fue lo único que se le ocurrió responder, en un murmullo, y además cuando Saito se había ido ya. Se giró también ella y regresar por su propio camino y hemisferio.

Aquella experiencia caló en el corazón de los dos jóvenes, los cuales, a pesar de estar dentro de una mazmorra, vieron fortificada su relación. Ahora era el momento de volver con los demás y continuar en la aventura de salvar a Tetsuya, el cual seguramente ahora estaría sufriendo una auténtica tortura por parte de Arlek.