Partida Rol por web

Al adentraros a través de la puerta, enseguida perdisteis a los demás de vista. El lugar era oscuro y lúgubre, como si de una casa del terror se tratara. Por el fondo del pasillo pudisteis ver a Tetsuya caminando, el cual desapareció finalmente tras atravesar una puerta.

Por otra parte os llamó bastante la atención el hecho de que el móvil funcionaba allí dentro, cosa que era extraña, pero os venía bien para comunicaros con vuestros compañeros.

Montada en el Saito-movil, avanzo por lo que seria el "lado izquierdo" del subconsciente. Bueno, mi profesora de ciencias decia que el cerebro se dividia en dos lados, supongo que seria a esto a lo que se referia...

Se puede ver a lo lejos a Tetsuya pero ¿no lo habiamos dejado atras? Vale, ironias de la vida: dentro de una cabeza, no debo de usar la cabeza

-Chofer, sigue a ese fantasma-le digo a Saito, mientras señalo hacia la puerta donde se fue Tetsuya

Por su parte, Ayame parecia estar jugando con el movil, parece que hay cobertura aqui dentro... bueno, estamos dentro de una cabeza, y la cabeza esta está dentro de un hospital, que suelen tener wifi, asi que supongo que será normal. Ojeo el mio, pues parece que estan mandando mensajes al chat del grupo, aunque no me preocupo mucho, el otro lado tienen a la niña diabolica, basta con dejarla a su aire para que solucione las cosas destruyendo todo lo que encuentre a su paso... igual que pienso hacer yo por este lado

Tal y como decía Yadiel pudimos a ver un Tetsuya al final del lugar pasando por una puerta hasta desaparecer por lo que estaba claro nuestro rumbo actual. Solté a Ayame e iba a hacer lo mismo con Yadiel pero como parecía disfrutar de que la cargara pase del tema y me limité a seguir andando.

- Estoy deseando que aparezcan unas sombras, necesito descargar un poco dando de hostias a algo -mire de reojo a Ayame que estaba con el móvil- ¿Funciona aquí? Genial, entonces podremos saber que pasa con el otro grupo

Los jóvenes avanzaron tras Tetsuya, pero al cruzar la puerta la imagen que se encontraron los sorprendió. Tetsuya era mucho más pequeño y parecía estar recibiendo una bronca monumental por parte de su madre, la cual estaba gritando las siguientes palabras. - ¿¡Pero es que no puedes hacer nada bien!? ¡No me haces caso! Yo... Uf... ¡A tu cuarto ahora mismo, no quiero ni verte! - el pequeño Tetsuya, con ojos llorosos, asintió resignado y se marchó a paso lento y pesado...

Tras aquella escena la madre miró al resto. Cosa que os sorprendió, pues todo parecía ser un recuerdo. ¿Cómo era posible que un recuerdo os estuviera mirando? Aquella mujer sonrió y puso los ojos en blanco. - Lamentaréis haber venido aquí. - y con una macabra risa, reveló su auténtica forma. ¡Eran sombras!

"¡Uaah!" Saito se puso a Yadiel al hombro y agarró a Anemashi-chan del cuello de la camisa, arrastrándolas a las dos a través de la puerta que había abierto de un patadón. Fue tan de improviso que se le cayeron los auriculares de los oídos a Ayame, y estuvo más pendiente de ponérselo otra vez a toda prisa mientras andaba, arrastrada, que de que la soltase siquiera. "¡N-n-no pasa nada nada, que yo estoy bien, de verdad, que todavía no he vuelto a sangrar ni nada!"

Finalmente consiguió ponerselos de vuelta, y pudo ya andar más o menos al ritmo que llevaba el chico y bueno, también Yadiel en sus hombros. "¿U-un disfraz de caballero?" pero no parecía eso, parecía un... "Héroe..." repitió Ayame cabizbaja mientras escuchaba la explicación de Kitagawa-kun-senpai.

'Nosotros debemos ser nuestros propios héroes'

"Tonto, haces que suene... como si fuera fácil..."

Aquella frase, aquella filosofía, la que había empujado a Ayame a tratar siempre de mostrar una sonrisa... No, no, ahora no, o se quebraría. Necesitaba una distracción rápida, algo que le cambiase el chip. Sacó su móvil y se puso a contestar a Akemi-senpai. "Sí que funciona sí... Ellos dicen que están viendo casi lo contrario que nosotros, como todo iluminado y de colores. Creo que ellos están en el Yang y nosotros en el Ying..."

Yadiel dio orden de marcha al Saito-Móvil y las otras dos chicas los siguieron. Entraron y vieron lo que parecía ser un recuerdo de la infancia de Tetsuya Arashi. Rápidamente Anemashi describió en el móvil el recuerdo, porque imaginaba que si ellos, desde el otro lado, estaban viendo lo mismo, quizás sería la mitad que el Tetsuya cognitivo no podía ver... ¿La mitad luminosa, la mitad Yang?

Cuando levantó la vista del movil, vio al a mujer mirándoles. Se pegó un susto de muerte, era como si estuvieras leyendo un libro y de repente la ilustración se moviera y te mirara. Pronto la figura se desformó revelando su auténtico rostro: ¡sombras!

Avanzaba con gesto resuelto por aquel lugar lúgubre. Después de ver al Tetsuya con cadena estaba aún más decidida que nunca. Mi positivismo volvió a mi - vamos a lograrlo, recuperaremos a Tetsuya, derrotaremos a todas las sombras que sea necesario, libraremos la mente de Tetsuya de la escoria, patearemos el culo al tal Arlek y nos alzaremos con la victoria, y yo podré usar esa cadena con Tetsuya.

- Sí, señor - asentí con energía antes de darme cuenta de lo que había pensado - no espera, eso no era parte del plan... ¿no?

A ver que estaban mandando mensajes por el chat, me puse a ojear el móvil. Era curioso que funcionara, pero nos venía bien.

- Es tal como están diciendo, el otro lado es completamente diferente a este.

Fue entonces cuando vimos a otro Tetsuya desaparecer en el fondo. ¿Sería otra imagen de sí mismo? Después de todo, estábamos en su mente.

- ¡Tetsuya! - sin embargo, mi grito no sirvió de nada. 

Avanzamos tras el fantasma o lo que fuera hasta la puerta para encontrarnos con lo que parecía ser un recuerdo del peliblanco. Fruncí el ceño ante lo que veía. Una madre nunca debería decir aquellas cosas.

- Creo que aquí se esconden los recuerdos más oscuros de Tetsuya y en el otro lado los más alegres.

A punto de abrir la boca para regañar a la madre, esta nos miró y cambió para convertirse en sombras.

El combate había terminado, a pesar de que estaban bastante cansados, habían conseguido dos nuevos aliados. La puerta a la siguiente habitación estaba abierta, pero quizá los adolescentes quisieran hablar entre ellos antes de continuar.

Momoka se quedó callada durante un segundo y tras canalizar durante un rato, un círculo apareció a los pies de Ayame. Tras aparecer un haz de luz, se intercambió de posición con Akemi, la cual ahora estaba en este grupo.

¡WOAOAOAOAOA! ¡Pero Momoka-chan! ¡Avisa antes de hacer estas cosas! _{Aunque ha molado bastante} - rió por lo bajo. Echó un par de vistazos al rededor. - Que mal rollo de sitio... Pero la puerta está abierta. ¿Seguimos?

Los adolescentes llegaron a un pequeño parque, propio de una escuela de infantil, allí había un montón de niños sin rostro jugando a fútbol, uno de ellos era el pequeño Tetsuya. Le pasaron el balón al peliblanco, pero se resbaló y tropezó con este, cayendo de bruces al suelo y haciéndose una herida más de las múltiples que ya parecía tener. Los niños se acercaron a él y empezaron a decirle un montón de barbaridades, incluso alguno le soltó algún que otro puñetazo.

Tetsuya se escabulló entre la gente y logró correr hacia una de las clases y encerrarse dentro. No pudisteis ver lo que hacía allí dentro, pero los niños seguían diciéndole cosas a través de la puerta, hasta que una pequeña niña cuyo único rasgo distingible era su rosado cabello trajo a una de las profesoras de la guardería, la cual disipó la turba y los niños se marcharon a continuar jugando. El pequeño peliblanco abrió un poco la puerta y miró a través de esta, para acto seguido cerrarla. Allí se quedó sentado en el suelo, abrazado al peluche que llevaba en la mochila, llorando y recordando lo que le habían dicho.

El recuerdo ya se había disipado. - Sin duda alguna este sitio es mucho peor... - comentó. - Pero esa chica pelirrosa... ¿Crees que era la misma de la que hablaba en el otro recuerdo? - se rascó la cabeza y pronto sus ojos se iluminaron. - Oooh... Entiendo. - asintió, sin decir nada más.

Pero las sombras no tardaron mucho en aparecer... ¡Un nuevo grupo de enemigos aparecía!

En cuanto el combate termino tocaba seguir avanzando y Ayame nos dejo con unas bonitas palabras hacia Yadiel antes de ser cambiada de posiciones con Akemi, lo cual me pillo desprevenido ya que no conocía esas habilidades por parte de Momoka.

Igualmente ese no era el momento ni yo tenía el humor, debíamos continuar (además casi me había olvidado de que la pequeña seguía encima mía), una cosa que agradecí en estos momentos fue llevar la mascara puesta, no solo me hacía parecer mas duro de lo que era en realidad si no que también me ayudaba a ocultar el cansancio, desde que habíamos acabado con la poli mala había notado que tanto yo como Sanada nos habíamos fortalecido bastante y el tamaño de sus llamas era la prueba pero aún me costaba mucho controlar ese poder. Mi respiración era algo mas pesaba pero trataba de ocultarlo lo máximo posible, debía ser ese pilar para el equipo, el primero en entrar, el último en salir, el que nunca pierde la esperanza, el que los protege a todos.

- Yadiel, ¿puedes mandarle un mensaje a tu hermano para que se asegure de que nada le pasa a Ayame? Le prometí a Tetsu que cuidaría de ella pero ahora no puedo.

En la siguiente sala volvimos a ver momentos duros en los recuerdos de Tetsuya, ¿así iba a ser todo el camino por la casa? debía aguantar todo esto para poder entender y ayudar de verdad a mi mejor amigo. Ya que tras ver todo el dolor por el que había pasado podría ayudarle aún mejor a superarlo. Bajo la mascara, oculto de todos observaba la escena en silencio, como también ocurrió antes en cuanto acabo el recuerdo vino una nueva tanda de sombras y yo estaba mas que listo para despacharlos.

-Gra-feliz por el curioso regalo de Ayame, me disponia a agradecerselo, pero de repente esta desaparece, siendo sustituida por otra chica. Vale, ya le agradecer mas tarde, supongo.

"...Este chico... se parece a mi" no puedo evitar pensar mientras revivimos las memorias de Tetsuya, recordando mi "divertido" pasado en el proceso. "Mas tarde hablare tambien con él" 

-Preguntar a Yuuta-nii por Ayame-senpai, recibido-le respondo a Saito, mientras saco el movil y comienzo a escribir, bastante despacio, de hecho, como si no estuviera nada acostumbrada a hacerlo

Le dediqué una sonrisa de disculpa a Akemi y seguimos adelante. La siguiente habitación no fue mucho mejor que la anterior. Me mordí el labio al ver lo que estaba pasando Tetsuya, pensar que aquel era su pasado... comenzaba a comprender el porqué de sus pensamientos negativos.

Al ver a la niña del pelo rosa me quedé mirándola, llevándome instintivamente la mano a mi cabello. La primera vez que lo habían mencionado en el otro lado apenas me había dado cuenta, pero me resultaba extrañamente familiar. Sin embargo, no tuve mucho tiempo para pensar, pues un nuevo grupo de sombras nos atacó.

Los enemigos fueron derrotados y el parque quedó despejado. Una puerta más había allí, más parecía que un nombre había que escribir antes de avanzar.

___________ ha sido mi mejor amigo, además del único que he tenido en mi infancia. Me alegro mucho de haberlo conocido. 

Tras acabar con todos los enemigos suspire muy muy levemente, podría haber acabado mucho mejor y mas rápido ese combate. Mire un poco hacia Yadiel que iba encima mía, tal y como pensaba sus heridas habían sido sanadas por Momoka junto a las mías aunque aún seguían siendo notorio los daños de estos dos combates seguidos, yo podría ser aguantando golpes pero mis energías mágicas eran prácticamente nulas tal vez fuera un buen momento para un merecido descanso porque como nos cruzáramos con algún enemigo mas fuerte que el resto íbamos a tener serios problemas.

Igualmente me acerque a la puerta para ver que necesitaba una contraseña antes de ser abierta, tenía clara la respuesta solo que no sabía el nombre exacto y como si fuera caído del cielo mi móvil sonó con un mensaje por parte del otro grupo al sacarlo pude ver que era por parte de Ayame y nos dejaba claro cual sería la respuesta para seguir avanzando, le contesté y de inmediato di media vuelta para volver por donde veníamos.

- Suficiente por hoy, de vuelta a casa... Tenemos que descansar antes de seguir avanzando. Llevamos aquí dentro mucho mas tiempo del que parece -el tono de voz autoritario que usaba dejaba claro que no habría discusión posible, mire a Momoka mientras caminaba- Trata de convencer a los demás si no quieren. Estoy seguro de que por su lado estarán parecido a nosotros.

Me quedé con la boca abierta tras el impresionante ataque de Saito.

- Eso fue impresionante - dije aún asombrada aplaudiendo entusiasmada.

Cuando apareció el acertijo, tenía muy clara la respuesta.

- Es el mismo del otro lado - Saito parecía querer irse ya. Sin embargo, yo no estaba tan segura de querer irme. Si en los lados había el mismo acertijo, tal vez condujera a la misma sala - ¿no crees que podríamos seguir un poco más? ¿Una salita más? Creo que aún tenemos un poco de tiempo.

¡Venga yolo! - dicho eso y gracias al mensaje de Ayame, puso el nombre de "Rukie" en la puerta.

Se podía ver la entrada a la casa de Tetsuya, una pequeña y estrecha calle. Tetsuya andaba jugando con el perro, le lanzaba la pelota y este se quedaba mordisqueándola. Tetsuya fue hasta el perro e intentó quitársela. El perro gruñía y parecía reacio a dársela. - ¡Venga Rukie! ¡Que quiero jugar contigo! - finalmente el perro mordió a Tetsuya en la mano, haciéndole sangrar. Este se echó a llorar. - ¿Por qué? Yo solo quiero jugar contigo... ¿Por qué ni si quiera tú quieres jugar conmigo? ¿Es culpa mía que nadie quiera jugar conmigo? Tiene que ser eso... - tras esa escena, Tetsuya se desvaneció y el perro empezó a mutar, transformándose en una criatura grotesca con una tumba anclada en su espalda. De ella salió un hada ya conocida por todos, una pixie.