Partida Rol por web

Miró con seriedad a Yuuta. - Esta vez no te puedo dejar cocinar, porque no podría vender lo que hagas, estamos hasta arriba de comida y con no demasiados clientes. Quizá en un par de días. - dejo de mirar a Yuuta y siguió fregando el vaso. - Pero puedes servir a la gente, siempre me vienen bien jóvenes con muchas deudas y pocas exigencias.

  J.jaja..V-vale... - reía un tanto incómodo de aquellas palabras ... se nota que no a cambiado mucho... -​​​​​​ s-sin problema, ¡¡ Yuuta~boy se encargará con una sonrisa !!- mientras tomaba uno de los delantales cercanos, y perfilaba una sonrisa, aunque siempre evitando ver directamente a su rostro, y sin más que decir, pasaba nuevamente al frente con intenciones de ganarme esos Yens al final del día .

Yuuta estaba saliendo de dentro de la cocina, ajustándose el uniforme de camarero, pero entonces tanto Yadiel como Ayame entraron al lugar.

   Ehh... c-chicas, ¿ que tal ? - mientras miraba a las recién llegadas - ¿ o debería decir ? - tomando un poco de aire a la vez que me brillaban levemente los ojos - Bienvenidas señoritas a K's Café, vuestro camarero de hoy seré yo, ¡ Yuuta~boy !- inflando levemente el pecho con cierta confianza - ¿ en que puede ayudarles, este humilde sirviente ? - terminando con una leve reverencia mientras les indicaba a la mesa mas cercana desocupada. 

"¡Hola!" saludó nada más entrar. "¡Yadiel-kohai-chan me dijo que trabajabas aquí! ¡Y claro, como su Senpai no puedo decepcionarla! ¡Señor K!" lo saludó con la mano. "¿Cree que podría dejarme servir también esta vez? ¡Quiero impresionar a los hermanos!" exclamó muy orgullosa. ¡Oh no! ¡Receta para le desastre!

Kinji no dejó de fregar el mismo vaso, que llevaba ya aproximadamente unos veinte minutos dándole. Se notaba que odiaba los gérmenes, pero más odiaba tener que dar órdenes a nadie. - Ponte el delantal, las mesas no se sirven solas. - contestó a Ayame. - Aunque la verdad, creo que hay gente que necesita este trabajo más que tu... ¿o es que vienes con segundas intenciones? - inquirió el camarero. - Como sea, vas a cobrar lo mismo que cualquier otro y has llegado antes que nadie, con excepción de Yuuta-kun. - empezó a silbar, ignorando a sus dos trabajadores.

Ahora les tocaba a los dos empezar a trabajar, esta vez parecía haber bastante trabajo.

- Un chico medio adormilado mirando su mochila.

- Dos padres con su hija, los tres bastante risueños.

- Un anciano sujetándose con un bastón, a pesar de estar sentado.

- Dos adolescentes de sexo opuesto que parecen bastante incómodos, como queriendo salir de allí.

- Un tipo con pintas de macarra.

- Una niña que observa pendiente a su hermanastro mientras este trabaja.

¿Que si había gente que necesitaba el dinero más que ella? ¡Yep! Ayame asintió. ¿Que si venía con segundas intenciones? ¡Ayame asintió otra vez! "¡Exacto señor! ¡Aprender, de mí misma, de las personas... ¡y sobretodo ver las caras felices de los clientes! ¡Oh, y impresionar a ellos dos!" señaló a Yuuta y Yadiel. "Aunque eso será difícil... ¡Pero estoy lista para el desafío!" exclamó con sinceridad y ánimos, yendo por tanto rápida y eficaz a vestirse.

"¡A servir!"

En el restaurante del señor K, se solía servir a los clientes eligiendo por ellos. Había seis clientes, contando a Yadiel. ¡Eso tocaba a tres por cabeza! Ayame decidió dejarle a Yuuta el intentar servirle algo que le gustara a su hermanita, ¡y observar atentamente para apuntarse sus gustos! Así que, ¿a quienes? Miró a los clientes, y luego vió las cosas que había dejado ya preparadas el señor K.

_{"¡Oh por dios qué cucada!"} se la escuchó murmurando sola detrás de la barra, mientras tomaba los platos. Se dirigió primero a los padres con la hija, que tan bien se lo estaban pasando. Había encontrado el que creía pan calentito relleno más adorable y divertido de todos los tiempos, ¡a la par que sencillo! 

A la parejita de adolescentes incómodos pensó que quizás estarían más cómodos con algo reconocible, ¿y quién no conoce Pokémon? ¡Hasta ella conocía Pokémon! Más o menos... tampoco mucho, por desgracia...

Y por último... el chico macarra... Ay, con él seguro que se equivocaba. ¿Qué podría gustarle a alguien como él? Por alguna razón le vino a la cabeza Tetsuya... ¿Tetsuya era un macarra? ¡Oh dios mio, lo que acababa de descubrir! Debía preguntarle en otra ocasión. Pero primero, ¡a servir al chaval! La trastienda del K's Café parecía una tienda de maravillas, llenas de cosas raras y curiosas y... _{"¡Oh dios mio! ¡Me encanta!"}

Sin pensárselo dos veces fue a servirle aquel peculiar dulce de arroz¹ con salsa de pasta de judía... ¡en la boca de un tiburón!

La familia feliz, tan feliz que estaba, agradeció a la chica el traerle unos bollitos tan graciosos. - ¡GRACHIAS! - dijo la niña pequeña, todo parecía felicidad absoluta en aquella familia.

Cuando Ayame entregó el arroz en forma de pokémon, el chico se decidió a hablar con su acompañante. - Y... ¿Pokémon te gusta? - la chica dio una palmada en la mesa y le gritó. - ¡Es que contigo siempre igual! ¡Solo sabes hablar de tus frikadas y tonterías! ¡Aprende a vivir en el mundo real! - la chica no esperó a la respuesta del joven y se largó, dando un portazo. El chico se quedó comiendo solo, mientras sollozaba.

Finalmente Ayame entregó aquel curioso tiburón al que tenía pintas de delincuente juvenil y este empezó a gritar. - PERO BUALA TRONCA, QUE PASADA. ¿CÓMO HAS SABI'O QUE QUERÍA ALGO ASÍ? - se lo papeó en un santiamén, eructó, pagó y se fue.

     Hummmm... - me quedaba un tanto pensativo al ver el montón de chucherías que había ido recolectando Kinsho-sensei ... recordaba que buscaba variedad... ¿ pero un tiburón ?... , pero como sea, si quería que me pagaran, era mejor que no errara demasiado en mis elecciones.

    Empezando por los que ya se encontraban en la tienda, mire la mesa del muchacho ... solitario... con su mochila... ¿ tal vez nos quiere robar wi-fi ?... preparo un taza de un café con leche simple y cortaba una porción pequeña de Pie de limón y con ello en mano, me arriesgo con aquella mesa.

    Recomendación de un simple camarero...- dejando ambas en la mesa - a por cierto... ¿ le interesa saber la clave ? - apuntando al cartel cerca del mostrador que indicaba que en el local se contaba con zona Wi-fi - claro es solo para clientes... y usted es un cliente... ¿ verdad ? - juzgando con cierta malicia a las intenciones de por que vendría a un café en solitario ... extraño...

     .....

      La siguiente mesa fue lanzar una moneda ... o un viejo cliente... o alguien que solo viene a ver a las camareras... y la que teníamos acaba de romper la oportunidad de un muchacho en la mesa cercana..., pero confiando en la clientela de Kinsho-sensei, me arriesgo por la segunda. 

      Su orden señor...- dejando un Café negro clásico acompañado de unas pocas magdalena suficiente como para durar lo mismo que el café ... confió en la mano del maestro... a menos que sean de las de ayer.... hummmmmm...

......

      Por ultimo estaba Yadiel ... ¿ un café...? no... ¿ leche...? ¿ sera intolerante... ? ¿ galletas...? y si le molesta la masa... ,me ladeaba debatiendo en mi cabeza cual seria la mejor opción, hasta que termino dando con el menú de postres fríos y aquella preparación que decoraba parte del mismo cartón decorado  ... ¿ Par...fruit ?...

     Ten Yadiel... deja, invito yo esta vez...- mientras le dejaba el empalagoso postre en el centro de su mesa... se que no voy a sacar mucho dinero hoy...

El chico que miraba embobado la mochila que había encima de la mesa, reaccionó casi como un zombie. - ¿Aaaah? - mugía despacio. - Wiiiiifiiiii... Tengo que acabar... El proyecto... Llevo dos días sin dormir... Trabajaaaaar... - ofreció el portátil que llevaba en la mochila para que Yuuta pusiera la clave. Se tomó el café junto con la tartita y se recuperó levemente, así que siguió tecleando y trabajando en algo que a lo mejor no era seguro para el trabajo.

Por otra parte el señor mayor recibió el café y las magdalenas con cara de disgusto, de hecho agarró a Yuuta por las piernas usando su bastón. - ¡En mis tiempos el cliente tenía que pedir sus cosas! ¿Qué moderneces y desfachateces son estas de inventarse el pedido? ¡Seguro que las magdalenas están rancias y el café con leche! ¡El café de toda la vida se hace solo con agua! De hecho en mis tiempos... - esa fue la última frase que Yuuta podría recordar, pues fue el comienzo de una larga y angustiosa charla de quince minutos sobre lo bueno que era el pasado y lo malo que es el presente. El hombre se fue y dejó marchar al pobre Yuuta. A pesar de que parecía enfadado, pagó su cuenta sin rechistar.

Mientras Ayame-senpai se dedicaba a servir a parte de los clientes, Yuuta-nii se encarga del resto, incluyendome. Cuando me vio, opto por no dejar que pidiera nada y, por su parte, decidio que me apetecia un parfait ¡Yo queria pastelitos como los de el otro dia! Aun asi, no podia decirselo a la cara, mas cuando me trajo un postre helado que parecia sacado de una obra de arte

En ese momento, Ayame-senpai sirve un extraño plato a una pareja que, obviamente, estaban en una cita, a lo que la chica no reacciono muy bien. Bueno, si me preguntan, para una cita quedaba mejor este postre helado y que mi pareja me alimentara, jiji. Distraida en mis pensamientos, me sobresalto cuando la chica golpea la mesa y, cuando veo que se levanta, casi por reflejo, me levanto yo

-Disculpe-le digo, interceptandola antes de que se fuera-Creo que se han confundido los pedidos-señalo mi parfait, al que le coloque una segunda cuchara de forma discreta-Me parece que su pareja habia pedido este plato para compartir, a fin de cuentas, una persona sola no podria tomarselo entero. Por otra parte-señalo el plato de pokemon, al tiempo de que le guiño un ojo al chico para que me siga la corriente-ese menu se parece a lo que yo habia pedido-mentira, pero no me gusta ver parejas romper durante la comida, me quita el apetito, y creo que esta "solucion de urgencia" podria ayudarles un poco. 

La chica se paró al escuchar a Yadie y le acarició la cabeza. - No está bien que mientas, pequeña, solo hay una norma aquí y es que los camareros deben saber que haría feliz a sus clientes ¡no puedes haber pedido nada! - señaló al chico que andaba triste. - Además míralo como se lo come cual cerdo ¡está claro que es lo que quería! - resopló, indignada. - Muchas cosas son ya con ese ¿eh? Muchas... - y ahora sí, se fue dando un portazo.

El servicio había terminado y ahora el bar estaba bastante tranquilo, parece que podíais hablar con tranquilidad que el único que os iba a oír era el señor K.

¡Oh no, qué desastre! ¡Qué horror! Los dos otros éxitos no valian para nada en un fracaso tan fulminante. Había hecho infelices a dos personas, que ya eran infelices, sí, ¡pero podrían no haberlo sido! Había sido el catalizador para que la chica finalmente dejara al chico y ahora el pobre estaba llorando. A Ayame se le rompió el corazón. En su interior, volvió a machacarse una y otra vez. -Eres una inútil Ayame.- se reprochaba a si misma en su mente. -¿Ves? Eres una inútil. Deja de jugar a los prejuicios con las personas. ¿Qué te crees, que sus vidas son un juego? Por esto es por lo que el Señor K te dijo que por qué venias a trabajar si no necesitas el dinero. Que cuáles eran tus segundas intenciones.- Vio cómo Yadiel Chishi intentaba fallidamente arreglar el estropicio tiernamente. -¿Ves? ¡¿VES?! No solo no vales para nada, sino que le causas problema a la gente, al señor K, a esos chico y chica y ahora también a Yadiel. - 

Entonces no pudo más, y con ojos rojos fue a refugiarse en la pequeña dándole un abrazo y echándose a llorar en su hombro. "Sniff... sniff..." a los pocos segundos, con los ojos lagrimosos levantó la cabeza para mirar a K. "Lo siento, señor K..." murmuró, intentando secarse las lágrimas, sin tampoco soltarse de la pobre Yadiel. "...Tenía usted razón, qué hago aquí..."

    Hmmm... S-si... ¿ _{creó...? e-es solo café señor...} - respondía de vez  en cuando al viejo y su aturdidora charla ... c-creo que el viejo s-solo necesitaba una víctima... mirando a las otras mesas cuando esté no se daba cuenta, aunque mi cordura empezaba a flaquear con cada nueva palabra ... ¿ q-que tiene ver el primer ministro ?...

    G-gracias... v-vuelva pronto... - totalmente cansado... simplemente agachaba la cabeza mientras le escuchaba marchar, miraba a los lados viendo que ya casi no quedaba nadie más - Bffff....

   Buscando  donde poder descansar tomo asiento en la mesa de las chicas y aprevechando que aquel postre le habían servido con otra cuchara, empiezo a comer de el ... ¡¡ pague por el !!...

   Humm... está rico... - dejaba escapar, mientras volvía a sacar una cucharada más.

Me quedo a cuadros cuando dice que en este lugar el cliente no elige lo que toma ¿Que clase de sitio es este? Cualquier dia me dan, no se, un cafe muy cargado (odio el cafe) ¡y aun encima tendria que pagarlo! Escucho al anciano quejarse tambien del tema, a lo que yo le doy mucho la razon en mis pensamientos.

Tan pronto como se va la chica, Ayame-senpai me salta encima y me abraza mientras llora. "Etto... creo que a quien tendrias que consolar es al chico que acaban de dejar plantado, no a mi..." pienso mientras le doy unas palmaditas, pues no se muy bien como reaccionar a este asunto

Mientras llora, Yuuta-nii opta por comerse mi parfait. Bien, parece que no sabe muy bien como leer el ambiente, asi que me voy a aprovechar un poco de la situacion, a ver si metiendome un poco con él, hago reir, o por lo menos que deje de llorar, a Ayame-senpai

-Entonces... esas eran tus intenciones-le digo a Yuuta-nii, mientras lo señalo con el dedo, imitando a cierto detective de 17 años que fue encogido por culpa de una pocion-Me trajiste un parfait para dos para que lo compartiese contigo: tu querias una cita con tu hermana, siscon!-intento contener la risa mientras proclamo mi singular deduccion, pero la sonrisa me traiciona, terminando en una mal contenida risotada

La gente se empezaba a ir del local, pero aun así, no era hora de cerrar. - Ya he visto tus intenciones Ayame-san y veo que son menos egoístas que las de algunas personas, pero también más que las de otras. - dejó de fregar por un segundo. - Aquí tanto los que vienen a trabajar como los clientes, buscan algo en especial. Mejorar sus dotes sociales, caer mejor a la gente, aprender a leer los sentimientos de la gente, relajarse un poco y olvidarse de sus problemas, ser mejor en cierta rama o incluso a mejorar su propia autoestima con un trabajo bien hecho. Luego están los que simplemente vienen aquí a ganar algo de dinero, claro está... - miró a Ayame, fijamente a los ojos. - Así que ya he visto que estás dentro de una de esas cosas y todos son bienvenidos, menos los gandules, no soy el padre de nadie. Si quieres algo, vas a tener que trabajar muy duro.

Volvió a fregar, desviando nuevamente su mirada a los vasos. - Pero bueno, hoy habéis hecho un buen trabajo, habéis sido capaces de leer a la mayoría de los clientes y hacerles pasar un buen rato. Aunque la gente que viene aquí a veces lo que busca es una excusa para irse lo más rápido posible y hay gente que viene para intentar conocer mejor las verdaderas y siniestras intenciones de su hermanastro. - miró a Yuuta. - No diré nada malo, solo juzgaré en silencio...

Parece que no iba a deciros nada más y el local estaba bastante vacío. La paga os la daría al salir de allí, como siempre, pero os sentís ligeramente mejor por dentro.

   Con cierto bochorno y con la cuchara en la boca me quedo escuchando las palabras de Yadiel ...S-seras...

  Coff.. Y-yadiel... - dejando utensilio a un lado antes de ahogarme con ella  - N-no~no.. y-yo solo ví que estaba puesta la cuchara y... además la pedí con una sola.. ¿ d-de donde salió la otra ? -  intentando justificar, pero con el agotamiento de escuchar al viejo, estaba demasiado exhausto como para pensar en una buena defensa, lo bueno es que Kinsho-sensei empezó a hablar desde el fondo y ayudo un poco a quitarme la atención del momento, aunque creo que aprovechó de clavarme una que otra puya ... creo...

   ... va ser un camino largo, ¿no ?...

   En-entonces... cambiando de tema, Anemashi-san...- sacando el móvil, pues no había tenido tiempo de charlar con nadie sobre aquel tema del mensaje ... aunque me interesaba otro asunto... - ¿ lista con... el sombrero... ese.. el de aluminio ?  - pasando m mano por mi cabeza a modo que fuera cubriendo toda la parte superior - habría que hacerle uno también a Yadiel,digo... para estar preparados y esas cosas... ¿ verdad ?.

La noche cae y K os incita, con una mirada seria y asesina, pues a los autónomos no les gusta trabajar de más, a abandonar el lugar. Tras los adolescentes recibir su sueldo, cada uno vuelve a su casa por su propio pie, después de una agradable tarde en el café.

Al llegar al café, estaban ya casi cerrando, pero aun así K te invitó a pasar. - Te he llamado tan tarde porque quiero llevarte a un sitio. Aunque a lo mejor no tienes tiempo... - inquirió el camarero.

     Entre que esperaba a que se decidieran las chicas entre venir o no, y que veía al resto irse por su cuenta, llegue a las puertas del café bastante pasada la tarde ... tsk... Me perdí los buenos turnos...

    S-si... i-igual me demore más de lo que pensé... pero heme aquí Kinsho-sensei... - mientras me golpeaba un poco el pecho a modo de orgullo ... Si es el mismo maestro quién llama, no puedo ni negarme...