Partida Rol por web

La cura no pudo llegar a ser suficiente para evitar que el chico acabara con la barra de HP a 0, pero al menos su icono no desaparecía... ¿Quizás eso significaba que estaba inconsciente y podía recuperarse? Si era así, era un pequeño alivio pero era igualmente peligroso. También pasé a seguir monitoreando la actividad del enemigo, y pude notar como parecía estar deprimido... ¿Eso significaba que quizás fuera a desaparecer pronto o algo? Si era así, era un alivio.

- Ayame, mantén las curaciones al resto. Chica, si puedes hacer que no pueda atacar el enemigo, mejor que mejor. Chico, mantén la ofensiva. - Dije, pasando a dar unos pasos y pasé a hacer que el chico que estaba inconsciente fuera a acabar al lado mío, costándome un poco eso, pero al menos estando al lado mio dudaba que fuera a recibir más ataques por el momento. 

Aún con sus mayores esfuerzos conjuntos con los de Ayame, las energías sanadoras de Sumizome no podían contrarrestar el ritmo con el que el jinete infligía nuevos daños al chico que se había lanzado al combate. "¡No!" cuando el chico cayó inconsciente Ayame corrió hasta el caído y se lo colgó al hombro. Cargando con un compañero era difícil balancearse de izquierda a derecha en saltitos para mantener los músculos calientes y la sangre y adrenalina corriendo, pero de algún modo Ayame se las arregló. "Si buscas rematarlo... ¡primero tendrás que pasar sobre mi cadáver!" anunció muy en serio la chica de ojos aguamarinas, y estuvo a puntito de impulsivamente contraatacar con su magia, pero tras escuchar el consejo del chico de las pantallas, Ayame asintió con decisión, y extendió ambas manos. "¡De acuerdo! ¡SUMIZOME! ¡DIA!"

Eligor recibe nuevamente la estaca de Hielo que le manda. Parece estar sintiéndose algo cansado.

el ataque cae sobre el rubio quedando inconsciente y no pudiendo hacer nada Hotaru por evitarlo, ahora era Ayame quien llegaba para llevárselo y Hotaru los ayuda a cargarlo, vigilando la retirada, aún sin saber muy bien que pasaba o sí el rubio realmente moriría.

— eh... sí... Hikari... por-por favor... — asiente a lo que el chico de gafas le dice, y pidiéndole a la kitsune que intente algo similar a lo ya hecho, el espíritu sonríe con malignidad y lanza un nuevo ataque contra el enemigo, esta vez buscando perturbarlo aún más en su estado y así, hacerlo presa de los ataques que el resto haría. 

A pesar de que el hechizo golpea de lleno a Berith, parece que al ya estar afectado por la desesperación, el miedo no le hace efecto. Tetsuya se recupera de sus heridas.

Gracias por las curas, desconocida-san, pero en serio no hace falta que os preocupéis por mi. - decía con una sonrisa mientras sus ojos expresaban bastante preocupación.

Reservad vuestras fuerzas en curaros y atacar al enemigo, no vale la pena curarme.

Invocando a Sigmar y su lanza, atacó nuevamente al enemigo. - Dejad que me encargue del monstruito y ya esta, solo puedo hacer eso, no sirvo para nada más.

Berith recibe el daño que le manda Tetsuya con su lanza, parece estar ya bastante cansado, además de que la desesperación de Hotaru cada vez es más y más grande. Ataca a Ayame, pero después de ese último Zio y la desesperación que le va restando energía, parece que ya no podrá lanzar más hechizos mágicos.

Acabamos por encontrar su punto débil entre el repertorio de técnicas de las que disponíamos lo cual nos sirvió para poder golpearle en cuanto cayo al suelo entre todos aunque tenía la sensación de que yo era el único que de verdad estaba haciéndole daño en aquel momento. Se levanto de nuevo tras los ataques de todos y nuevamente volvimos a lanzar otra tanda de ataques a por el, no debería poder aguantar mucho mas o esa era la impresión que me daba. Dado que el fuego parecía no ser muy útil contra el y tenía la impresión de que lo que hice contra las hadas tampoco serviría, pero si tenía otra oportunidad lo comprobaría, me decidí a simplemente lanzarme a por el para darle un tajo simple sin nada raro tratando de no meter la pata dado que nunca había usado una espada ni por asomo.

Eligor bloquea el ataque de Saito, el cual no le hace ningún tipo de daño. Aprovechando la oportunidad, evita que Kuro vuelva a aprovechar su punto débil, pero mirando nuevamente a Lilie, siente miedo y huye.

Antes de que pudiera darle el golpe de gracia, el enemigo salió por patas, respiré aliviado, hasta entonces habíamos podido contenerle, pero quién sabe si no podría habernos hecho un contraataque letal, lo importante es que hemos salido ilesos de la batalla contra un enemigo feroz. -Phew... eso estuvo cerca, buen trabajo chicos. No sabía que te defenderías tan bien, Ryuzaki-san, vosotros de segundo tampoco lo hacéis nada mal, ¿cómo os llamáis?

Me levanto la bandana para secarme el sudor y mi Persona desaparece volviendo a mi corazón.

El combate parecía seguir bien... y bueno, tocaba darle un correctivo a ese chico, sobre todo cuando vi que sus ataques hacían que se bajara su HP. Eso era peligroso. - ¡Ey, que si hace falta! ¡Tus técnicas hacen que tu HP se baje, y eso es peligroso! ¡Y no te menosprecies, que te doy con la zapatilla! - Dije molesto, antes de pasar de nuevo a analizar la situación. Eso de que solo valía para atacar era algo que no me gustaba, aunque en los juegos de rol eso sería un DPS o cosas parecidas. Era cuestión de usar la zapatilla para corregirle.

- Ayame, cúrate. Chica, pasa a mantenerte a la defensiva, no uses tu Persona. No parece que se pueda stackear más de un estado alterado, interesante. Y chico, mantén tu ofensiva, pero a la defensiva. Parece que el enemigo va a estar a punto de caer ahora mismo. - Dije, esperando que me hicieran caso, y al parecer en la pantalla parecía estar a punto de caer... ¿Sería una especie de estado Condena? Si era así, tendría que ver cómo tratar ese estado si fuera a aplicarse a nosotros en sí.

De alguna forma el enemigo huye, quizás al ser atacado incesantemente, o la criatura con silueta de mujer y alas de murciélago tuvo que ver. ¿Algo de lo que hizo? Es posible. En cualquier caso, es de agradecer, y suspiro aliviada al sentirme no a salvo del todo, porque aún seguimos en el lugar, pero ya no había más peligro, aparentemente. - ¿Ha...sentido miedo? - Pregunto al aire con suave titubeo quizás sin tener la certeza de una clara respuesta. Una afirmativa implica de que esas criaturas no eran meros monstruos sacados de leyendas y cuentos, si no que son como animales salvajes.

Buen trabajo, lo hemos conseguido, ahora deberíamos salir de aquí mientras podamos. Ese...supuesto juez, podría regresar. - Sugiero con tranquilidad, pero también preocupada, aunque no por ello privaría de continuar hablando mientras nos movemos.

Mi espada prácticamente reboto contra el caballero y de hecho casi me caigo por ello pero aunque no me gustaba la idea de literalmente no poder hacer nada contra este enemigo sin dañarme yo solo no hizo falta ya que en cuanto pudo corrió por su vida. Durante un momento me relaje pensando que ya estaba todo hecho y que ahora podríamos irnos hasta que me acorde del otro grupo y volví a alzar la espada mirando al otro enemigo para comprobar si ya habían acabado con el o como iban.

- Saito Kitagawa -respondí rápido- Pero aún queda otro enemigo... creo

Algo aún me mantenía unido a este mundo o al menos eso creía, después del ultimo golpe de aquel caballero había quedado en un estado suspendido, flotando en espació negro aún así podía escuchar las voces de aquellos que aún combatían, debía de estar ahí y ayudarlo y no ser un estorbo pero por ahora solo les escuchaba cada vez más lejos.

"Si buscas rematarlo... ¡primero tendrás que pasar sobre mi cadáver!"

¿De quién era esa voz? no la reconocía, era mi madre, no sonaba diferente, por mero impulso abrí los ojos, no podía ponerme de pie, pero podía verla, la primera imagen fue borrosa, luego siguió esos ojos verdes cual esmeraldas, un verde intenso y brillante que me hizo sentir tranquilo, su cabello era castaño y sus facciones eran finas, de algo su cara se me hacía familiar, la recordaba era la chica que había estado conmigo en aquél juicio tan raro, no sabía su nombre pero se sentía bien estar a su lado, pero al mismo tiempo me sentía patético e idiota, yo debería protegerla no al revés.

-Gra...gra...cias- mencioné titiritando aún por el frío que el caballero me había proporcionado, no podía combatir pero al menos observaría al resto como se enfrentaba a la criatura, la voz de Fenrir no se escuchaba en mi cabeza, el lobo estaba tan cansado como yo y a la vez tan debilitado que dudaba que pudiera hacer algo para ayudarme.

Ya que parecía que no podía meterle más estados alterados a aquél bicho y que parecía estar a punto de caer, me acerqué a darle un buen puñetazo en la cara. - ¡Hiya!

¿¡Q-que no valía la pena curarle!? ¿Pero por qué? El chico albino muy convencido le pidió a ella, la señora desconocida, que no hacía falta sanarle. ¿Es que acaso el espíritu que a él le ayudaba le protegía de sufrir heridas? ¿O le sanaba ya de por si? Ryo parecía no estar de acuerdo con él, amenazándole con la temible zapatilla, diciendo algo sobre que le bajaban los 'Achepé' o algo así. Ayame no sabía qué eran, pensó en el PH del agua pero ¿dónde habia agua por aquí? ¿Tendría que ver con el hielo del enemigo?

Y hablando de hielo... el compañero rubio que había cargado contra el enemigo parecía haber recobrado la conciencia. Colgado de la espalda de Ayame, la chica pudo oírle tiritar unas palabras de agradecimiento. Aquello renovó las fuerzas de Anemashi. Mantener la ofensiva a la defensiva, 'stackear estados alterados'... la mitad de las instrucciones que Ryo daba a ella le sonaban a chino. Curiosamente la instrucción que le tocó a ella, pese a ser la más clara y directa (sanarse a sí misma esta vez con el poder de Sumizome), fue sin embargo también rechazada, casi a la misma manera que el chico albino había hecho.

"¡N-no, no te preocupes por mí Ryo!" empezó a contestar, dolorida. "¡A-a mí tampoco me hace falta, apenas he sufrido un par de rasguños!" mintió, sin saber que su compañero de hecho, tenía una estimación numérica de las heridas de la chica. "¡Sumizome! ¡Garu!"

Berith recibe la ráfaga de viento, aunque no parece acabar demasiado mal por este golpe, ya se le ve extremadamente cansado.

Sorprendido, miró a la chica que decía no necesitar ningún tipo de curación - ¿Pero a quien intentas engañar? Se ve claramente que otro golpe así te dejaría fuera de combate ¡no cometas estupideces! Alguien capaz de curar es muy útil ¡no podemos perderte! Si este combate continúa, por favor, cúrate. - insistió bastante el chico, incapaz de verse capaz de ayudarla y desesperándose en cierta medida. - Pero intentaré que no vuelva a atacarte ¡así te mantendremos con nosotros y todo estará bien! ¡SIGMAR!

El monstruo recibe el impacto de Tetsuya, parece estar ya en las últimas, pero aun así realiza un último ataque a Hotaru para acto seguido, caer al suelo y quedar completamente al descubierto.

En la desesperación de ver a ambos chicos lastimados y no poder hacer nada para ayudarlos, Hotaru se había girado sobre sus talones, dejando atrás a Ayame y al rubio para poder defenderlos de un nuevo ataque. No sabía muy bien que hacer, no era peleando ni mucho menos, de hecho odiaba la violencia y era algo que siempre había reunido, a pesar de saber algo de artes marciales por su educación, era algo que nunca usaba con otros, sin embargo ante el miedo y el agobio de ver a sus compañeros lastimados, le había dado un golpe a la criatura con todo su puño, doliéndole bastante en el proceso.

— Ay — exclamó, echándose para atrás con su mano pegada a su pecho, sin darse cuenta o sin meditar que ahora la distancia que tenía con esa cosa era a sólo un palmo y se aterró al verla frente a ella, abriendo mucho sus ojos y conteniendo el aliento viendo cómo la criatura lanza un nuevo ataque, ahora a ella que estaba a solo un paso de ella, sin realmente poder hacer mucho, conteniendo el aliento y recibiendo de lleno el golpe que la lanzaría lejos. El dolor y la falta de aire fue lo primero que la asaltó, luego, todos sus huesos crujir, no sabía porque razón había llegado a ese lugar o porque alguien se burlaba de ella poniéndola en ese sitio, pero tras ese intenso dolor, supo que no era un sueño para su desgracia.

se apoyo en sus brazos que temblaban, y tuvo la idea de quedarse en el suelo, ahí, entendió, no le haría más daño, pero un intenso fuego surgió en su interior, pues, al ver en el suelo a la criatura y sabiendo, ahora más que nunca, debían salir de ahí, se puso de pie y volvió a emprender la carrera en contra de la criatura, dando un salto y cayendo con su puño sobre el pecho de la criatura, sintiendo nuevamente el dolor y cayendo a un costado temblando, ya era demasiado para alguien tan pacifico como Hotaru. - ¡Ahora que no se puede mover! ¡Rematadla!