Partida Rol por web

Que llegara con James “Jimmy” Davis a mi multitudinaria fiesta, ya ni me sorprendía. Tras todo lo acontecido se podría afirmar que la vida era una tómbola. Y, también, que todos requerían de mi gratificante presencia. Lo tomaría como un acto de buena fe, por mi parte.

Sin embargo, me había hecho varias preguntas de camino al lago. Pues, era rica y lista, los planes bullían por mi mente. Tenía una enorme oportunidad para lograr hacerme famosa; había que aprovecharla.

De hecho, externamente, la felicidad me invadía. Estaba segura de mí misma. Aunque, cuando vi a Alex, me acerqué para comentarle un pequeño detalle.

Me acerqué a Alex con un gesto algo serio -¿Por qué no me contestaste al mensaje? ¿A qué juegas? Necesito saber qué son los paquetes esos que me mencionaste.

Y, acto seguido, relajé el semblante –Pero bueno, ya que estás aquí y hablamos de mensajes, ¿te importaría dejarme tu móvil? El mío no tiene cobertura y necesito mandar uno con bastante urgencia.

Si hubiera sabido que demonios es, te lo habría dicho. - comentó algo molesto. - Igualmente, es tu madre ¿no sabes lo que reparte en tu fiesta tu propia madre? - suspiró. Le ofreció entonces su móvil. - Sí, aquí lo tienes, pero que sea rápido que me queda poca batería. Espero que dentro tengas algún cargador.

Cogí el móvil cuando me lo dio –Las sorpresas, sorpresas son. Pero como entenderás, a mí me gusta saberlo todo –dije con una falsa sonrisa.

Y, seguidamente me dispuse a enviarme a mi propio móvil la imagen (que según Morat), Alex había echado en la oficina del implicadillo Wayne.

Todo esto lo tuve que hacer con rapidez, mandármelo y borrarlo para que no se diera cuenta.

Por último, disimulando, me metí en el número de Seth. Sabía que este llegaría más tarde y aún no podía estar en la fiesta, por lo que era la coartada perfecta para que Alex no tuviera sospechas de que mi intención real era ver la lista de nombres –vaya, móviles de segunda generación…tendrás que ahorrar y comprarte un iphone- expresé como con fastidio, simulando que tardaba en cargar. Demostrando mis dotes como actriz, para no variar.

En pocos segundos, ya lo había hecho todo -Toma, gracias y, tranquilo que lo puedes cargar.

Mark y Mary llegaron juntos a la gran casa que tenía esta en el lago. Alex estaba en el exterior esperando y vigilando desde allí, junto con Madison y James, también había un coche patrulla dando vueltas al rededor. Las amigas de Madison, su leal séquito, estaba ya dentro de la enorme casa.

El exterior de la casa.

El comedor

Las habitaciones

Pero desde fuera todo parecía tranquilo.

¿Dónde demonios estaba la gente? La respuesta se respondió rápido cuando se oía música desde el sótano de la mansión.

Mark y Mary llegaron a las afueras de la casa del lago.

¿UN IPHONE? - gritó Alex de forma sonora. - ¡Antes muerto que llevar esa patata, Madison! - parecía quejarse. Entonces se guardó el móvil que le acababa de dar Madison en el bolsillo. - Creo que deberíamos ir entrando, todo parece tranquilo por aquí fuera.

Uno de los policías se acercó a Madison. - Señorita Montgomery, por favor, entregue su teléfono. Ha llegado a nuestro conocimiento a través de una llamada que su móvil contiene información clasificada. - entonces extendió la mano, esperando que esta lo entregara.

¿Por qué había gritado Alex? ¿Acaso quería que me diera jaqueca por tener que oírle? Resultaba absurda su reacción, pero lo ignoré –vaya, ahora parece que me está llegando algo más de cobertura. Para que luego digas cosas de los iphone, Alex- solté centrándome en escribir unos mensajes.

Cuando de repente llegaron los "sombras siniestras", la pareja Tim Burton. Aquellos a los que sólo les faltaban unas cuantas telarañas para hacerse pasar por Drácula: Mark y Mary.

Sonreí malévolamente cuando, antes de poder pronunciarme, un policía se me acercó.

-¿Cómo? ¿Pretende quitarme el móvil? ¿En mi propiedad y en el día de mi fiesta?- pregunté con una irónica risa –Usted sueña. Mejor limítese a hacer su trabajo- dije dándome media vuelta. Portando aún el móvil en la mano.

Y, aprovechando el haberme girado, reenvié aquel mensaje al último contacto con el que había hablado: Seth.

Borrando las huellas (de lo que había hecho) de nuevo, traté de andar esperando alguna reacción más de aquel insufrible e inepto policía.

Señorita Montgomery, tenemos un testigo que afirma que usted le ha enviado un mensaje diciéndole que tiene pruebas ilegales, si no entrega su móvil ahora mismo, las consecuencias serán más graves. - dijo esta vez de forma tajante, sacando las esposas. - Me da igual quien sea y donde esté, un delito es un delito y si hay pruebas en su contra, pagará ante la justicia.

-Ugh.- Vaya suerte, llegar justo mientras la "Reina de la Fiesta" estaba en la entrada. Me pensé lo de devolverme un instante, y estaba por darme la vuelta, cuando vi como un policía comenzaba a hablar directamente a la rubia y le intentaba quitar el teléfono.

-Oh, esto no me lo pierdo.- Dije, y saqué el móvil para comenzar a grabar lo que estaba pasando.

¿Les habían avisado? Pues entonces, ya tenía a alguien en el centro de mis sospechas. Por lo que me volví a dar la vuelta, mirando a aquel funcionario, que al parecer tenía menos luces que un descampado (o la bici de un gitano).

Estiré el brazo ofreciendo que cogiera el móvil –Esto tendrá repercusiones. Se lo aseguro –afirmé.

Y, seguidamente miré a Mary -¿Quién eres ahora? ¿El calleja grabándose en mitad del bosque? ¿O la de 21 días en la inmundicia?- solté decidida a no esperar fuera más y entrar ya.

Me quedé atónito al ver la escena con el agente de la autoridad, cuando Madison se retiró me acerqué discretamente y le dije

-Creo que va siendo momento de que llames a tu padre, las acusaciones que te hacen esos agentes son muy graves... después de decir eso, me fui caminando hacia el lugar donde se encontraba a Alex.

Alex se acercó un momento a Madison para susurrarle algo, después escuchó lo que tuviera que decir James.

No me gusta que me mientan, Madison. Si sabías lo de la foto y el orfanato, habérmela pedido y te la habría enseñado, pero me parece fatal que te la hayas pasado y que se lo hayas dicho a saber Dios quien. - decía disgustado. - Igualmente he venido aquí a cuidarte y si necesitas usar el móvil puedes contar con el mío, pero me tendrás que decir primero a mí que quieres enviar y a quien. Visto lo que has hecho, entenderás que es lógico. - suspiró. - Enseguida entro a la fiesta, voy a ver que quiere Jimmy.

Después del incidente con la policía James intentó quitarle hierro al asunto haciendo como si nada hubiera ocurrido...

- Hola Alex, hace días que no nos vemos en natación! Jimmy se acercó a Alex y comenzaron a hablar.

Cambié el tono de voz a uno un poco más serio - ¿Que ha pasado antes, por qué ha venido la policía?

¿A requisarle el móvil a Madison? - suspiró. - Verás, Emily descubrió que había un nombre tachado en las listas de supervivientes del orfanato de la biblioteca. En todas las copias. - Jimmy pronto recordó aquél incidente, murieron ochenta niños y sobrevivieron solo veinte. - Emily y yo nos colamos en la comisaría y conseguimos hacer una foto al archivo policial, donde no está el nombre tachado y por lo visto, Madison, no sé como, también ha descubierto lo del nombre tachado... Y me ha mentido para pasarse la foto que hice y después ir diciéndolo a saber Dios quien.

Y por si fuera poco, esa persona la ha denunciado por tener un archivo policial. - comentó asqueado. - Nos hemos librado por los pelos, si me llegan a quitar a mí el móvil se jodió la marrana.

Madison entró en la fiesta y justo en la entrada estaban sus tres amigas, con unos vasos rojos, rellenos seguramente de alcohol en sus manos. - ¡Madiii! - gritó en un tono ligeramente más agudo de lo normal. - Tu madre se ha dejado un dineral en la fiesta ¡y ha fomentado que perdamos el miedo al asesino! Nos ha dicho que detrás del disfraz solo hay una persona incomprendida y que el disfraz es eso ¡solo un disfraz! - abrió el paquete que tenía en su mano. - De hecho mira, mira. - sacó el contenido de este y Madison pudo ver algo que la dejó patidifusa. Era un disfraz de Ghostface. - ¡Y todos en la fiesta tenemos uno! ¡Patada al miedo! - gritaba mientras bebía.

Las tres chicas llevaron a Madison a la entrada del sótano, donde la madre de esta había montado luces, un puesto de DJ y varios altavoces.