Partida Rol por web

Madison está loca.

Vamos, que tenía que estar como una puta cabra para dejar que todos (o prácticamente todos) los invitados a su fiesta vinieran vestidos como el tal Ghostface. ¿Era la manera de decirle "No te tengo miedo, jódete"? Miré como uno tras otro salían los disfrazados del lugar hasta sólo quedar un puñado de personas.

-Wow, así que esta es una fiesta Montgomery. Guay, no me he perdido de la gran cosa estos años entonces.- Dije, encogiéndome de hombros, antes de irme a la mesa de comida, a ver si había algo para beber de verdad que no fuera ponche.

Una vez paró todo (mientras se vaciaba el salón), tuve que actuar de la mejor manera que dispusiera; todo fuera por y para mi bien.

Dejé el paquete prácticamente invisible, en la cabina del dj; cuando poco después observé que había llegado mi fantástico y…alcoholizado padre.

Me bajé rápidamente de donde estaba y ya en mitad del camino hacia la puerta, me paré con Nathan.

Cuando el palurdo del dj y todos los estúpidos que se habían disfrazado se iban por fin de mi precioso y colorido salón (recalco esto porque parecía que habíamos asistido al túnel del terror por tanto disfraz, pero no, frikis), me dispuse a acercarme a la puerta donde se encontraba mi (recién llegado y oliendo a -ojalá no fuera- JB) padre; aunque en mitad del recorrido me cogió Nathan, tratando de ¿animarme?

Le miré con una terrible interrogante, ¿creía que esto era Disney? ¿Qué éramos los enanitos de blancanieves cantando el “ay ho” al salir del trabajo? -¿estás de broma, verdad?- pregunté cogiéndole yo de la mano para que se acercara de nuevo a la puerta, conmigo.

-La organizadora ha sido mamá, Alex me lo ha dicho- le dije a mi padre, tratando de dejar espacio entre ambos para no acabar embriagada yo por el olor que traía tanto él como mi séquito –repartió bolsitas, regalos, paquetes…no sé- seguidamente miré al resto –pero esto no se acaba aquí. Hice un llamamiento, iba a hacer una fiesta y, voy a terminarla hasta el final –formé una ligera y ladeada sonrisa –todos arriba, ya estamos menos, así que beberemos y, como cabemos en las habitaciones, pues dormiremos también. Vamos a descubrir a ese Ghostface.

Miré a Mary, qué raro pensar en su nombre; a frankenweenie (mejor así) –esto va por ti también, votadora en instagram de pacotilla.

Emily llegó a la fiesta, a tiempo para ver como un montón de gente disfrazada como Ghostface abandonaba el lugar. Quedaron en el lugar, además de la gente evidente, Alex, el padre de Madison y el séquito de esta.

Llego corriendo a la cabaña, aun con algunos rasguños y la rodilla de mi pantalón rasgada. 

Me paro en seco y me quedo unos segundos mirando extrañanada a los Gosthface salir de la fiesta, ¿que Mierda estaba pasando aquí?, hoy definitivamente era un día de locos... y lo que le faltaba. 

Sacudo mi cabeza, para volver a centrarme en mi objetivo, ¡encontrar a la Barbie!, entro en la casa en busca de Madison. 

Cuando al fin la veo a la distancia me acerco tomandola por el brazo y le digo. 

-Madison realmente necesito hablar contigo- no le doy ni tiempo a contestar y continuó hablando- Estoy segura que Morat fue quien le dijo a la policía que tu tenias las fotos de los informes... él está enfermo, tiene “la enfermedad del héroe", es un trastorno o algo así... hace que las personas ocasionen accidentes, para luego solucionarlos o incriminar a alguien más, para sentirse como héroes. 

Me quedo en silencio unos instantes, apuntes de proseguir. 

-Además, como tienes la lista... Necesito que me prometas que no le dirás a nadie de esto, Por favor. 

Vaya, Emily Baker, la rumi esa, la personita que aun creyendo que iba a ser asesinada en mi fiesta, no dijo nada de nada. Seguramente me quería haber visto muerta y, lo que no sabía, es que yo tenía demasiados medios para sobrevivir, como cual protagonista.

Miré su mano primeramente y, seguidamente todos los rasguños que traía. Pero antes debía aclarar el tema del falso teletubbie.

-Lo sé. Sé que fue Morat- si con las pintas que tiene...muy normal no podía ser -él me lo contó todo. Así que, sin saber del todo quiénes eran los "buenos" o los "malos", robé la lista y le avisé de que la tenía. Se ha sentenciado el sólo- me crucé de brazos -pero te tengo una mala noticia: y es que llegas tarde. En vez de haberte hecho la diva cuando fui a tu casa, podrías haberte parado un rato para contármelo. Porque antes de quedarme sin móvil, reenvié esa lista a uno de mis contactos.

La miré a los ojos con incredulidad y molestia –me entiendas o no –cosa que no me importaba –voy en busca de descubrir a ese ghostface. Y lo haré, me ayudes o no.

Sonreí de medio lado –pero no te preocupes, sé que hacer para que la otra persona no diga nada. Además, sólo tiene nombres, no posee información aparte.

Descrucé los brazos – bueno, ahora es cuando tú debes explicarte y decir porqué vienes...así -simulando un retrato modernista de Picasso.

Suelto el brazo de Madison y escucho atentamente todo lo que tiene que decir. 

Cuando comenta sobre mi actitud del día de ayer me encojo de hombros, después de todo no había actuado de la manera correcta con ella, y ahora lo notaba.

-Realmente lamento lo que pasó ayer... No debí haber reaccionado así, ni dejar que te fueras sola... Realmente lo siento. -mi tono es totalmente sincero, - Y talvez debí haberte contado sobre todo esto, pero Madison seamos sinceras, tu y yo no somos para nada cercanas. -sin exajerar esta era la primera vez que realmente estábamos hablando las dos, sin que hubiera algo obligándonos a hacerlo. 

Cuando escucho que ha enviado la lista a uno de sus contactos me limito a hacer una mueca de resignación, y no comentar nada al respecto, después de todo ya se había enviado y no había nada que se pudiera hacer ahora.

-Si vas a intentar descubrí quien es el asesino, dejame ayudarte. -tal parecía que era como decían "el enemigo de mi enemigo, es mi amigo" - Prometo que te diré todo lo que sé... Pero hay que hacer que ese maldito se pudra en la cárcel... O algo peor. 

Es ahí cuando me pregunta que porque vengo así, y antes de eso casi ni recordaba los raspones, instintivamente bajo mi mirada, ya había pasado un tiempo y aún no hacía nada por curarlos o al menos desinfectarlos. 

-Oh... ¿esto? - le preguntó levantando un poco los brazos, enseñándole los raspones y cortadas. -Ya sabes... Lo de siempre, un idiota llamado Morat, rompió el cristal del escaparate de la farmacia e intentó incriminarme, diciendo que yo estaba haciendo vandalismo... Yo intente escapar y él me tiro al suelo, y tuvimos un lindo momento juntos revolcandonos entre pedazos de cristal. -Respondo con un ligero tono de sarcasmo, antes de preguntar- Por cierto, ¿tienes algo con lo que pueda desinfectarme todo esto?. 

En algo sí que coincidíamos: antes nos hubieran obligado a hablar y, en esos momentos, continuábamos por la misma línea. Engañarnos era inútil. Si Emily había venido era para saber, o mejor dicho, para comprender mis increíbles conocimientos y, en especial: lo que había hecho con la lista.

Un ejemplo más de que las personas éramos egoístas. Aunque como yo ya lo sabía, opté por conversar unas cuantas cosas más. Total, criticar al integrante de los Tokio hotel (Morat) se me daba bastante bien (bueno, y no sólo a él, sino al resto del instituto también).

-Con razón no tiene hermanos: la genética lo deshecha. Es una terrible sabandija. Seguramente le reza a Sauron y se va de vacaciones a Mordor en lugar de Benidorm- dije sentenciándolo, pese a que me había informado y algo positivo tenía a su favor.

Cambiando mi gesto a uno más “cordial”, proseguí- y en verdad estaría bien que me dijeses lo que sabes, o al menos que me explicases de qué conoces a Nathan- me molestaba seguir teniendo esas interrogantes.

-Pero bueno, vamos arriba. En el baño tiene que haber algo de alcohol médico- comenté y, separándome un poco, dije algo en voz alta para el resto del “grupo”.

En mitad de la conversación con Emily, decidí hablarles a los pesados que aún estaban a las puertas del sótano. Al parecer les llamaba la atención ver una fiesta horriblemente vacía -¿acaso no pensáis subir?- dije mientras me dirigía hacia la parte de arriba con Emily. Pues nuestra conversación de dos tenía que seguir.

Viendo que allí abajo no habría mucho más que hacer, me limité a encogerme de hombros y a subir las escaleras. Tenía que admitir que me tenía intrigada toda la "planeación" de Montgomery. ¿Qué pensaba hacer?

Bueeeeeno... - hipó. - Solucionado, más o menos. Me voy a casa, gracias por llamar James, nos vemos mañana en mi casa para hablar lo que tenemos pendiente. - y con esas palabras y dando tumbos, abandonó la estancia.

Supongo que si solo estamos nosotros... No debería pasar nada. Así que vamos a seguir la fiesta arriba de momento. - dijo con una sonrisa, esperando coger un par de botellas y tener buena música. ¡Si estaban juntos no les pasaría nada!

Me río ante los comentarios de Madison sobre Morat, después de todo lo que me había hecho ese imbecil, lo mínimo que podia hacer era eso. 

Ella me pregunta sobre mi relación con Nathan, eso me hace sacar un media sonrisa... Tal parecía que esa duda llevaba bastante tiempo rondando en su linda cabecita, y seguramente la respuesta la desepcionaria bastante.

-¿a Nathan? -preguntó con un tono de extrañeza, aunque sabía perfectamente de lo que estábamos hablando-nada fuera de lo común... Tu lo conoces, es una buena persona... Me da clases particulares, nada mas. - decido decirle la verdad, tal parecía que la Barbie y yo ahora estábamos... ¿Del mismo lado?. -y si te preguntas el porqué le pedí ayuda cuando el asesino vino a mi casa, es algo muy sencillo... ¿Tu le has visto?, con esos músculos que tiene deja en K.O a más de uno... Ademas... Me agrada. -termino la frase y no agrego nada mas sobre el tema, mientras comienzo a seguirla en dirección al baño. 

-parece que alguien o algo a arruinado tu fiesta... ¿Que fue lo que ocurrió aquí?, y más importante aún ¿ahora que vas a hacer?... Supongo que no vas a permitir que tu fiesta sea un fiasco. -No lo digo con malicia ni nada, solo pura y notable curiosidad. 

Sigo caminando detrás de ella, cuando por fin saco el tema que me trajo hasta aquí. 

-Supongo que ya sabes cual es el nombre tachado- afirmo sin mas -he estado investigando y no he logrado conseguir casi nada de información, solo algo sobre el desparecido pero absolutamente nada sobre el nombre tachado. -le dedico una media sonrisa- Pero seguro una persona con tus contactos no tendrá difícil el obtener esa información ¿no?. 

Y los que parecían ser los últimos invitados de la noche, llegaron a la gran casa de Madison. Pudieron ver como el padre de Madison se fue, dando tumbos, además dentro, aparte de los evidentes, también encontraron a Alex Cruz y el trío calavera de Madison.

El exterior de la casa.

El comedor

Las habitaciones

Llego junto a Seth en el auto, la verdad es que me sorprende el poco ambiente festivo que hay. No sé, te imaginas que una diva debe crear la mejor fiesta del Pueblo y te encuentras con el cutre evento social de siempre. No lo puedo evitar, me decepciona bastante. 

Ataviada con una falda negra a la rodilla muy ajustada, que resalta la forma de mis caderas y un top muy femenino, camino con un bolso colgado al hombro. Busco con la mirada a algunos de los presentes, principalmente a mi hermana para ver dónde díantres está y alzo la mano para saludarla. 

Junto a Seth, le doy un codazo y río por lo bajo. 

- ¿Esta es la maravillosa fiesta del año? - pregunto con sarcasmo. 

En medio de aquella búsqueda visual, donde simulo que solo estoy atenta en ubicar a mi hermana, en sí es todo lo contrario ya que al encontrarme con la mirada de Mark, le sonrió un tanto tímida. Reflejando las ganas enorme de verlo que tengo. 

Me fijé en Eleanor apenas entró, sonriéndole de medio lado como respuesta al movimiento de su mano. Me encaminé entonces hacia el par, manos en los bolsillos de la remera negra.

-Bienvenidos a lo mejor que puede ofrecer Madison Montgomery. La créme d' la créme, todos en un mismo lugar.- Dije, lanzando una mirada de medio lado a la rubia. -¿No se cruzaron a un Ghostface o dos de camino acá? Al parecer su brillante madre creyó que sería divertido que los invitados a la fiesta vinieran vestidos con máscaras y capuchas. Una lástima que su padre no opinara lo mismo, y los mandó a todos afuera, boohoo...-

Miré a Eleanor de nuevo, antes de morderme los labios. -Ele, tus brazos...- Dije, un poco atónita de que hubiera decidido dejar visibles sus cicatrices.