Partida Rol por web

Una mirada de rabia es la primera respuesta que recibe Smith de mi parte, pese a tratar de aguantar un tono serio, forzando la mandíbula -Los soldados que colaboran con nosotros en la nave son muy útiles, mucho más de lo que se puede decir de otros pasajeros. 

Sin esperar una respuesta por su parte le doy la espalda y escucho las palabras del brigada -Me temo que la nave no cuenta con ninguna prisión ni sala dispuesta para ello. Trataré de improvisar algo para solventar el problema pero me temo que a la tripulación no le hará ninguna gracia la entrada de nuestro nuevo pasajero, ni el hecho de tener que desalojar una sala para encerrarlo. 

Parece que el control de Smith sobre la nave no es tan eficaz como alardeaba. Esperemos que la consejera tenga la cabeza mejor amueblada.

-Como he mencionado antes, tres no son suficientes, no... y desde luego no va a estar suelto en la nave... y a usted le ha salido un trabajo. No menciona nada sobre las razones o no razones para sacarlo, no son de su incumbencia, de hecho le ha molestado un poco que se lo mentara.

Tras habla después Adama, interviene de nuevo.

-Comandante, sugiero que lo mejor será en el hangar, con varios militares vigilantes a distancia prudencial y vigilancia contínua. No desalojaría ninguna sala... Mejor a la vista de mucha gente que fuera de la vista, hemos visto de lo que ha sido capaz con todos mirando... ¿Y si no le viese nadie?...

Observo a Smith con expresión impasible. "Hiena... buen apodo. De carroñero a carroñero", me digo recordando el apelativo que le había puesto el Chacal.

- Yo, en cambio, sugeriría que se pasase todo el tiempo criogenizado - digo. - Por supuesto, desconozco si eso es compatible con su cometido en la nave. - Algún día, los dirigentes de las corporaciones se darán cuenta de que compartir información sirve para ayudar a los colaboradores a tomar decisiones en pro de los objetivos. Ocultar a los mandos intermedios datos importantes sólo sirve para que cada uno vaya en la dirección que mejor le parezca, lo que suele dar resultados completamente caóticos.

- De cualquier forma, comandante, la decisión es suya. Sin embargo, no creo que éste sea el lugar más apropiado para discutirlo - añado finalmente volviéndome hacia el alcaide. - Primero asegurémonos de volver al AURORA y allí podrán tomar una decisión.

"Y, si tienen un poco de sangre en las venas, volar esta maldita prisión por los aires con un misil nuclear" pienso mientras frunzo ligeramente el ceño, recordando con desagrado las torturas que los reos sufren en este lugar.

-Evidentemente no tiene sentido que esté todo el rato criogenizado, para eso no le hubiéramos sacado. Dijo serio. Pero tiene razón en una cosa, no es el momento.

-Alcaide diríjame, mientras preparan al reo, a la zona donde podamos comunicarnos con el Aurora. Preferiría que cuando llegásemos a la nave estuviese lista para recibirnos, como ha sugerido nuestro Comandante. Desde luego es la primera vez que califica a Adama de "nuestro comandante" y no de "el Comandante" ¿Habrá cambiado algo?

"Evidentemente...", me digo. "salvo que le hayáis sacado para lo que sea que tenga que hacer en el destino de la nave."

Esto no me gusta nada. No me había fiado de Smith desde el momento en el que le vi con Pierce. El mero hecho de que necesitase una demostración en la que me enfrentase a varios hombres simultaneamente era mala señal, pero el hecho de que estuviese involucrado en el Proyecto Salvaguarda era aún peor. ¿A qué tipo de gente se le ocurriría darle semejante poder a un individuo como Smith?

Desde el primer momento tuve mis diferencias con Pierce, pero al menos era alguien suficientemente inteligente como para no despreciar el valor de sus recursos, por mucho que tampoco hubiese dudado en sacrificarlos inútilmente a cambio de una ligera ventaja. Smith ni siquiera tenía esa visión táctica: se creía intocable, en su caja de cristal, sin darse cuenta de que sus acciones podían desbaratar por completo el delicado equilibrio del mundo mucho más allá del alcance de su limitada visión.

Recordar al director me hace pensar una vez más en nuestra despedida. En particular en los "complementos vitamínicos" y los documentos que le dió a Smith. Si de mí dependiera, Riddick volvería a prisión (pero a una prisión real, no a este centro de tortura) al terminar la misión. Por lo poco que he conocido a Smith, apostaría a que el REOBOX detonará la cabeza de Riddick desde el mismo momento en el que el terrorista no sea necesario. Pero, ¿qué tendrá preparado para todos los demás?

Una vez más, pienso que toda esta misión es un error y hay algo que huele muy mal en las megacorporaciones.

El Comandante Adama parece una persona mucho más íntegra y razonable que el señor Smith, así que habré de esperar a tener unos momentos a solas con él para ver qué opina de todo esto.

Asiento con la cabeza ante las afirmaciones de ambos hombres y doy por zanjada la conversación -Bien, informemos a la nave para que nos den el merecido recibimiento y una vez allí acondicionaremos el hangar para el reo.

No se puede reprochar nada al alcaide James A. Johnston en cuanto a su voluntariosa colaboración para el translado del preso conocido como el Chacal. Es como si, ahora que es evidente que ha dejado de ser su responsabilidad directa, estuviese deseoso de verle partir de su estación orbital... incluso cuando el cadáver de su guardia de prisiones todavía está caliente.

Os ofrecen todas las facilidades para contactar con el AURORA y hacer los preparativos pertinentes, un nutrido contingente de guardias acorazados os escolta hasta el hangar y supervisan como la lanzadera de clase Tintorera despega, disfrutando de paso franco a través de toda la red de seguridad de drones armados que patrullan el exterior.

Hasta llegar al Crucero de Combate que os espera en una órbita estacionaria, a corta distancia...