Zanjo con la mano la discusión entorno a las bombas -Las minas de alta potencia podrán servirles de distracción o, incluso, como herramienta para salvarles la vida. Si en algún momento nuestros enemigos tratan de matarles pueden hacer explotar una parte de la estación orbital y hacer que la estación pierda su suministro de oxígeno. Ustedes están equipados con trajes preparados para dicho panorama y espero que el enemigo no lo esté -digo explicando algunas de las utilidades de las bombas -espero que no tengan que recurrir a algo así pero, si ven que sus vidas están en peligro, prefiero que manden al infierno a todos esos matones y que se salven.
Miré a Rogers cuando me habló directamente a mí, no parecía estar de acuerdo con mi predisposición a matar, pero se estaba equivocando. No iban por ahí los tiros, como bien había dicho en su momento.
Toda muerte debe tener un significado, matar por matar es de animales, por muy bueno que sea el asesino.
- Según el hombre a cargo de esta misión -señalé a Adama con un gesto de cabeza- la infiltración es cosa mía. -No lo decía yo, eran las palabras textuales del viejo- Yo no mato por matar, Rogers, pero no pondré en peligro la misión -véase mi vida, principalmente- por tratar de evitar un par de muertes. No dudaré... si no me dejan mejor opción. - Mantengo su mirada como él hace con la mía, tal vez en su mundo fuera normal que siempre se saliera con la suya, pero aquí y ahora, en esta misión, somos iguales.
Ya no somos prisionero y perro guardián. Algo que sin duda será interesante ver cómo se toma.
Tras ese breve momento, sigo la conversación con interés, mas mi mente y mis ojos están concentrados en el detallado plano que nos ha dado el geniecillo. Estudié los diferentes módulos, como sólo un terrorista puede hacer. La primera idea seria colocar los explosivos en todos los puntos clave, es mejor tenerlos que no tenerlos... y mas aún que estén listos para explotar en caso de necesidad. Puede ser una baza de negociación importante... pero eso pondría en riesgo a los hombres que debemos rescatar, por lo que dudo que acepten considerar realmente el empleo de semejante alternativa. - Existe un riesgo, eso esta claro, pero poseer las minas es mejor que no tenerlas... y en caso de extrema necesidad, siempre pueden usarse como baza negociadora. - Mire a nuestro agente de inteligencia. Estaba seguro de que no necesitaría de ese tipo de bazas extra, pero siempre es mejor tener un as en la manga.
El doctor Baltar se vuelve entonces hacia el suboficial, esbozando una media sonrisa socarrona.
— Señor Rogers, pregunte mejor... ¿qué no podré hacer? —Responde pedante con aires de autosuficiencia—. Una vez el canal entre los drones y la AURORA esté establecido, podré operar paliando en gran parte los efectos del retraso en las comunicaciones. Y cuando me haya infiltrado en el sistema central de la estación orbital… ustedes pidan, que yo les proveeré de todo aquello que necesiten. Desde la deshabilitación de cámaras de vigilancia y cierres electromagnéticos que les bloqueen el camino, hasta el cese de las funciones vitales de la estación, como la gravedad artificial... o incluso los suministros de oxígeno. Aunque confío que no será necesario llegar a tales extremos, claro. Lo primero en lo que me pondré a trabajar es en los registros de entrada y salida, si es que mantienen ese protocolo, buscando evidencias de a dónde han podido llevar a los rehenes.
Hace un alto y agudiza su sonrisa, completamente pagado de sí mismo.
- Supongo que le parecerá más que suficiente.
Cuando Riddick dice que no mata por el mero hecho de hacerlo es cuando se ponen de manifiesto nuestras diferencias de opinión. Frunzo el ceño ligeramente antes de contestarle.
- El combate es cosa mía, lo que incluye cualquier tipo de acción ofensiva - respondo. - Aunque en este caso en particular me importa poco la opinión del comandante, Riddick - añado, probablemente para sorpresa del oficial al mando. - No dudo que no vayas a poner en peligro la misión viniendo con nosotros, igual que tú no deberías dudar que no evitaré matar a alguien cuando sea necesario para pasar desapercibidos o para proteger a cualquiera de esta nave. Pero no quiero que nuestra definición de necesario se interponga en el rescate de nuestros compañeros. - Aunque él no lo pueda saber con certeza, seguramente Riddick ya habrá deducido que no es mi primiera misión de infiltración, y a menudo he liderado pequeños grupos de comandos en situaciones similares a esta. - De todas formas espero que funcionemos los tres como un equipo, tal y como hemos hecho hasta el momento. Si empezamos a discutir basándonos en hipótesis incluso antes de salir del puente de mando, no creo que esto funcione.
Hasta el momento me he negado a tratar a Riddick como un mero prisionero, y desde que obtuve el control de los grilletes magnéticos y pude soltarle de la pared de la bodega no me he tratado de imponer de ninguna forma, ni siquiera cuando se calentaron los ánimos en el puente de mando de la Valentina. Pero desde el primer momento parece claro que nuestra mayor diferencia se encuentra en el respeto por la vida de los demás. De nuevo se hace evidente cuando habla de las minas, pues para mí no es una opción negociar con las vidas de todos los habitantes de esa estación. Sin embargo, prefiero evitar la discusión cuando el informático se dirige a mí.
- Perfecto, señor Baltar - le respondo. - ¿Podrá también utilizar las comunicaciones de nuestros trajes para tener conexión directa con el AURORA o tendremos que buscar algún otro método de comunicación? - Añado mirando a Bester, que había sugerido que tenía algo en mente.
Observo la conversación con cada vez menos paciencia, ante una discusión que parece eterna.
- La fuerza letal solo se usará en caso de última necesidad. La gente de esa estación son criminales de la peor calaña que deberían entregarse a la justicia. Sin embargo, nosotros no podemos ser jueces y verdugos, aún menos teniendo en cuenta que si matamos a sus hombres ellos podrán hacer lo mismo con los nuestros -respondo tratando de dar por zanjada la discusión -aún así tengan en cuenta que nuestros hombres pueden estar muertos y que no me gustaría que arriesgaran sus vidas por no matar a nuestros enemigos. Si podemos acceder a sus cámaras de vigilancia podremos obtener información de la situación de nuestros enemigos en tiempo real y la localización de nuestros hombres. Será otra interesante opción para trabajar durante la misión y alcanzar el éxito.
- ¿Hemos funcionado como equipo ya? -Preguntó ante el comentario de Rogers. Si por equipo comprendía aquella discusión propia de un patio de parbulario sobre quien la llevaba en el pollito inglés, le eperaba un gran trabajo diplomático en la estación... con sus compañeros. - En fin, como estaba diciendo, me gustaría contar con la colaboración de ambos. Quizás, la delgada linea de lo que debe hacerse y lo que no debe hacerse sería mejor si la definiera alguien dedicado a la psicología, el humanismo y la política. Pero no niego que disfrutaría viendolos con birrete y toga. - Comentó mientras miraba a Steve y después a Riddick.
- Una vez finalizada esta interesante y amable conversación me gustaría añadir que la prioridad deberían ser los rehenes, pues con ellos allí la estrategia de detonar el soporte vital podría ser... problemático, en el mejor de los casos. Pero estoy seguro que aquí el Señor Riddick podrá decirnos cuál sería el mejor sitio para tener unas bonitas celdas en una estación como esa. ¿No? - Acabó por mirar a Riddick, inclinando ligeramente la cabeza.
Interesante. La reacción de Rogers me parece exagerada, esa necesidad de ser el gallo con mejor porte del gallinero es absurda y sin sentido, mas sin embargo me permite darme cuenta de ciertos detalles que antes no había notado. Su contestación a Adama me indica algo que no me gusta para nada, una cosa es contestar al otro lameculos de mala manera, pero al oficial al mando de la nave y con mayor rango de la ONUG, implica sin lugar a dudas que no es un miembro de esa organización. Solo hace falta ver el tipo de animales que se mueven por esta nave, por lo que solo queda un rebaño mas al que poder adjudicarle etiqueta. MegaCorps. Estoy casi seguro de que Rogers pertenece a ellos, algo que sin duda me decepciona pero tampoco me sorprende. Eso en cierta manera me explica aun mas su postura de gallo.
Es fácil llevarse bien con alguien como yo cuando tienes la correa bien sujeta y el bozal en el sitio, mas en el mismo momento en que nos ponen a la par, ya encuentra la necesidad de ser quien da las ordenes cuando ha quedado claro que no es así. Gastar saliva contra el perro amaestrado de un carroñero es un desperdicio de mi tiempo, al fin y al cabo sigue tan ciego como la primera vez que nos vimos. Le miro a los ojos durante el tiempo que él lo hace y le sonrío, una sonrisa similar a la que hace ya tanto tiempo pudo ver, a través de un cristal reforzado en Himalia. Tu mismo perrito, quieres mandar en la ofensiva, pues perfecto. Toda tuya.
Adama intenta entrar en la conversación, si es que puede llamarse así, aportando mas bien poco a la misma. De nuevo condicionan las respuestas ofensivas de acuerdo a parámetros que desconocemos o hipótesis difíciles de demostrar en todo caso. Centro entonces mi atención en Bester, hasta ahora el mas callado de todos y por lo tanto el que menos tonterías puede adjudicarse. Tras escucharle miro el mapa que se nos ha entregado y sin problemas lo reviso lentamente, para luego señalar los sitios mas probables para tener prisioneros. Alejado de las zonas criticas de la misma y en lugares cuyo control fuera mas o menos sencillo. Pasillos estrechos, pocas intersecciones y con facilidad para cortar cualquier ruta de escape, con un numero mínimo de efectivos. - Esos serian los mejores sitios, siempre y cuando no hayan realizado muchas modificaciones desde que Kaiju tomo la estación.
Contesto a Bester con un ligero gesto de asentimiento. - No los tres juntos, pero a bordo de la Valentina Tereshvova, Riddick y yo colaboramos en la investigación de la estación. - La mirada de Riddick me deja claro su cambio de opinión sobre mí. En la nave anterior no había amenazas de enfrentamiento con la tripulación, así que nuestras diferencias no salieron a la luz, pero era inevitable que antes o después nos separasen.
Sin embargo en su expresión hay algo más que no me pasa desapercibido, aunque no tengo ninguna intención de corregir su error; si quiere pensar que hay algún cambio en mi forma de tratarle por el hecho de que le hayan asignado a esta misión como uno más del equipo... es su problema, siempre y cuando no se interponga en nuestros objetivos. Pese a todo, no deja de sorprenderme lo rápido que puede cambiar su actitud, independientemente de que desde el primer momento le quitase los grilletes y confirmase que iría armado. Desgraciadamente, es precisamente esa forma de verlo todo en blanco y negro lo que probablemente haya hecho de Riddick un asesino despiadado, en vez de alguien que lucha por su gente sin despreciar sus vidas. Una vez más, el respeto a la vida de los demás es lo que nos distingue. Y lo que nos mantiene separados.
Niego con la cabeza sin ocultar cierta decepción en respuesta a la sonrisa de Riddick. Ignoro completamente el primer comentario de Bester, pues no vamos a resolver ahora ningún tipo de dilema moral cuando siglos de historia de la filosofía no han conseguido avanzar desde el imperativo categórico de Kant, ni aceptándolo como base para una ética común, ni rebatiéndolo para lo contrario.
Sin embargo, su pregunta siguiente está en línea con el análisis que yo mismo tenía pensado hacer de los planos. Asiento corroborando la opinión de Riddick, casi aliviado de no discrepar una vez más con él. - Señor Baltar, ¿podría comprobar el perfil de energía en esas zonas de la estación cuando activemos su programa? - Le pregunto al informático. - Si ha entrado algún nuevo prisionero, es probable que haya un mayor consumo de energía que en los últimos días y nos podría servir para acotar su posición... - y determinar si los rehenes siguen vivos.
El informático permanece abstraído afilando con los programas de infiltración que planea utilizar una ver el canal del dron esté habilitado, ajeno a las disputas que surgen entre el trío fantástico y el propio comandante. En estas sigue cuando alguien pronuncia su nombre de improvisto.
Baltar deja de teclear al momento, aunque tarda un buen rato en reaccionar al estímulo social, como si estuviese perdido en su propio mundo. Se vuelve entonces hacia el cabo, su actual interlocutor.
—Claro, señor Rogers. Aunque estoy seguro de que las cámaras de seguridad nos pueden proporcionar más información en directo sobre la hipotética ubicación de los hipotéticos rehenes, había considerado otras opciones para rastrear su origen. Tomo nota de su sugerencia —por la forma en la que habla, parece que todo esto no es más que un juego para el informático.
Escucho al equipo, al fin trabajando para lograr el éxito de la misión, aunque es obvio que la relación entre Riddick y Rogers no está pasando por el mejor momento.
Aunque ellos no son la verdadera cabeza de la misión, espero que Bester no me falle y logre organizarlos con éxito.
- Con las cámaras y la información del gasto energético tendremos más información sobre a lo que nos enfrentamos. Tal vez encontréis una docena de mercenarios o pueden ser medio centenar. Incluso puede que tengan trabajadores para mover el material a las diferentes naves, gente inocente a pesar de todo -comento al grupo- Lo que tengo claro es que esa gente nos espera por lo que es posible que nuestros hombres, si están vivos, estén con el líder de la banda, esperando entrar en contacto para mostrarnos que ellos dominan la situación...
El mayor Tigh carraspea para atraer la atención, lanza una mirada torcida al terrorista que contra su criterio personal va a ser enviado a una misión tan delicada como esta... y sin embargo pronuncia con solemnidad unas palabras dirigidas a todos:
- No deberíamos demorar más el lanzamiento, o correremos el riesgo de que a alguien a bordo de esa estación orbital le dé por realizar un escaneo activo de los asteroides circundantes y nos detecten -advierte, antes de añadir- Les deseo mucha suerte. Espero que sean capaces de traer a nuestros chicos de vuelta...
- Mucha suerte en la misión, espero verles en breve sanos y salvos -digo despidiéndome del grupo, dando por zanjada la reunión y acompañando mis palabras con un saludo de corte militar.