Partida Rol por web

Una mueca de ligero desagrado y una mirada en general alrededor, como si buscase algo. Cogió la copa, e hizo un gesto extraño con las manos. La mano que sujetaba la copa apunto con un dedo a la palma de la mano contraria que estaba hacia arriba en horizontal, haciendo un giro en el aire hasta que la punta del dedo tocó el centro de la palma. Se te quedó mirando, fijamente.  

Arabelle observó confusa durante unos instantes. Al principio no entendió la reacción del chico, pero tras un par de segundos comprendió lo que ocurría... pero aun así no sabía lo que había querido decir. Estaba bastante segura de que se trataba de lenguaje de signos, un lenguaje que no tenía nada controlado. 

-Yo... - titubeó un momento, antes de buscar rápidamente en los bolsillos de su ropa una libreta o un lapiz. No los encontró, pero si encontró su terminal personal. Abrió un archivo de texto y comenzó a escribir. Cuando terminó se la acercó al chico para que pudiese leerla.

"Lo siento, no lo he entendido. Yo soy Arabelle, soy amiga de Azazel."

Leyó y te miró, alzando esos ojos ligeramente saltones. 

Azazel se acercó por detrás tuya, "clavando" con cierta dulzura los dedos en tus costados, como si quisiera hacerte cosquillas.- ¿Ya os conocéis?- el tono de voz era bastante mas animado. 

Se movió hasta quedarse a tu lado, pero dejando la mano rodeando tu cintura- No le hagas caso, te puede entender si le hablas de normal.- le dio con el pie un golpe hacia el gemelo de chaval, nada fuerte, solo un toque con algo de vehemencia. 

El chico sonrió de medio lado, dando por sentado que le habían fastidiado el momento- oh-oh-oh-la- tenía un tono muy grave, y la tartamudez solo lo empeoraba. Le había costado decir esa palabra casi diez segundos. 

Arabelle dio un saltito de sorpresa al sentir las manos de Azazel. Rió al darse cuenta de que era ella. Verla más animada hizo que se le dibujase una sonrisa en el rostro, aun más clara al sentir su brazo rodeandole la cintura. Solo hacía falta que Azazel le sonriese o la rozase para que fuese ella la que parecía una adolescente enamorada.

-Apenas habíamos cruzado una frase – contestó a Azazel – Ni siquiera llegué a saber su nombre – lo miró, sin hacer mención ni reaccionar a sus dificultades hablando – Creo que soy un poco inocente para vosotros dos… - sonrió agachando un momento la cabeza .

Recostó suávemente el cuerpo contra el de Azazel mientras daba un trago a su copa. Era evidente que su contacto mejoraba su estado de ánimo.

-¿Que estás leyendo? – le preguntó al chico

Sentido y sensibilidad- La voz apenas era un eco tras el tartamudeo del inicio, y estaba muy muy cascada. No era bonita, parecía ajada. 

Azazel te llevó a sentarte ahí mismo, en el césped- Le gusta mucho leer- Era como si tuviese que darte datos de él, hablar por él.- así aprende como comportarse- bromeó. Parecía que tenerlo cerca, le sentaba extrañamente bien, o tal vez solo fuese una máscara. 

Él sonrió, algo orgulloso. Su carcasa se fue rompiendo, pero de fondo, la mirada era inquietante y muy directa.- ¿lees?- Cada palabra, era mas desagradable que la anterior, y eso que solo llevaba tres. 

Azazel frunció el ceño- claro que si lee, pero ella no es como nosotros- miró el libro de él de reojo- ella es botánica, tiene una carrera, es lista y guapa- Se giró para mirarte mientras sus pupilas se dilataban quizás demasiado. 

¿Es tu novia?- No sabías que era peor, si escucharlo o la pregunta que había lanzado.  

Esos ojos eran su perdición. La forma en que la miraba, hizo que se le erizase la piel. Seguro que lo había notado. Seguro que había notado como se derretía porque la mirase a los ojos una vez más. Lista y guapa... aquello era música para su corazón.

-Me gusta leer, pero lo mio es más el misterio, me gusta que me asusten... - decir aquello le resultaba un poco extraño ahora que sabía lo que era temer por su vida de verdad - En realidad hace tiempo en que casi todo lo que leo es ciencia, no me queda demasiado tiempo para leer por placer...

La voz y la forma de hablar del chico le resultaban incómodas, pero hizo un esfuerzo por pasarlo por alto. Era amigo de Azazel, y ella parecía más animada desde que había hablado con él. No seas una imbécil ahora Arabelle, no es como si lo estuviese haciendo para incomodarte.

Entonces soltó la bomba. ¿Era una pregunta inocente, o lo estaba haciendo para incomodarla? Se giró hacia Azazel y la miró de nuevo a los ojos. Su mirada, en parte, hacía la misma pregunta que le habían lanzado. También había algo de miedo a meter la pata. Aquel no era su ambiente. No sabía a que prejuicios se enfrentaba, si es que se enfrentaba a alguno además de los suyos propios. Azazel era a la única persona que conocía allí; despertaba en ella una excitación adolescente que la hacía sentirse increíblemente viva, y también hacía que dudase de todo lo que decía. Aunque hubiera sido su ambiente se hubiera sentido insegura.

-¿Lo eres? - Agachó un instante la mirada, con gesto dubitativo. ¿Que hacer? ¿Lanzarse? Tenía pocas buenas experiencias siendo franca. Pero con Azazel todo había sido diferente desde el principio... Empezaba a notar el estómago revuelto y el corazón disparándose en su pecho. Solo fue capaz de generar un tenue hilo de voz - Nada me gustaría más... - mientras levantaba la mirada hasta cruzarla de nuevo con la de ella.

Azazel se sorprendió ante tu respuesta, bastante de hecho. En cambio, el chico solo sonrió y habló de esa forma tan peculiar- Los tienes a todos loquitos...¿Cuantos novios as tienes ya?. 

Se ganó un codazo de la muchacha que volvía a mirarte con clara confusión- ...creo que....

El chico volvió- Deberías ha- otro codazo de ella y este la empujó a maldad para que cayese encima tuya. Quizás con algo de saña, pero no parecía ir con verdadera mala intención. Para cuando Azazel se iba a girar tras acabar su cabeza en tu pecho el muchacho ya se estaba alejando. 

..........

Había llegado un verdadero momento incómodo. 

Arabelle suspiró, mientras la sensación de que había metido la pata hasta el fondo, y después un poco más abajo, empezaba a hacer que sintiese un vacío en el estómago. Imbecil, ¿Tenías que decirlo? ¿Tenías que lanzarte a la piscina? ¿Eres idiota? Poco a poco sentía el corazón acelerandose ¿lo habría notado Azazel al chocar contra su pecho? ¿Pero en que piensas? Sabes que no funciona así.

-No es lo que esperabas oir ¿verdad? - La miró con gesto algo compungido

Ahí estaba otra vez. Sus nervios adolescentes, la duda, el miedo. Sus manos temblando, su corazón a punto de salirse del pecho. Buscó leer la mirada de Azazel. Buscó alguna respuesta que no fuera la que creía. 

- No debería haber dicho nada, lo siento... Soy una idiota... uff... - se llevó las manos a la cara 

Frunció un poco el ceño- yo..a...- se sentó a tu lado, dejando de lado al que se escapaba.- Eso ha sido bastante directo- se rió con cierto nerviosismo. Tenía la mirada baja, como si le costase la vida misma mirarte a los ojos. Algo parecido a lo que igual a ti te pasaba. 

Podemos ir viendo- Habló quizás sin pensar por la velocidad. Te apartó las manos del rostro con delicadeza- pero es cierto que si me veo con algunas personas más, aunque no es nada serio, es como si...- miró al techo, buscando una forma de explicarlo- necesitara asegurarme, conocer...os?- Acarició tus muñecas con el dedo índice mientras eran sus manos las que hacían de colchón a las tuyas, hacia arriba. 

Ver a Azazel así se le hacía muy extraño. Normalmente era ella la que se hacía un saco de nervios cada vez que la tenía cerca, mientras ella parecía en control de la situación. La escuchó con atención, dejando que recogiera sus manos, y asegurándose de no interrumpirla. 

Cuando acabó, se quedó unos segundos en silencio, pensando en que decir. Quería decirle muchas cosas. Sobre todo, que no tenía por que sentirse así.

-Azazel, me gustas, me gustas mucho... creo que lo sabes - sonrió al decir aquello - Soy... soy un poco idiota, y una llorona - dejó escapar una risa nerviosa - pero no quiero obligarte a cambiar... o a dejar de hacer algo que te hace feliz... - respiró profundamente, tanto que se hizo evidente como subía y bajaba su pecho. Trataba de mantener la calma, pero estaba en realidad muy nerviosa - Lo que quiero decir es que me me haría muy feliz ser tu novia, pero solo de una forma que a ti te hiciese feliz también.

Le dio la vuelta a las manos para sujetar con suavidad las de Azazel.

-No me importa que veas a otras personas. Me importa que decidieses pasar tiempo conmigo... y espero que esa decisión siga en pie - se le dibujó un enorme sonrisa en el rostro, una con la que parecía que en cualquier momento iba a echarse a llorar, de júbilo o de tristeza - ...y si tu amigo pretendía avergonzarte delante de mi, o que me enfadase contigo, se equivocó por completo de objetivo - negó con la cabeza.

El rostro de Azazel era una mezcla de confusión y extrañeza bastante grande- entonces...no me ha quedado claro si...- miró a un lado- eso te molesta...o no...- era una pregunta dicha en un tono neutro. 

Haciendo cabeza, bueno, igual ya no estabas muy segura de si todo lo que habías pensado lo habías dicho o todo lo dicho pensado de antes. Y ahora te acababas de quedar en blanco. 

Arabelle se quedó un momento con la boca abierta, sin saber que decir. En su cabeza todo estaba muy claro. Pocas veces había tenido algo tan claro en los últimos tiempos, pero estaba claro que su voz no había y su cabeza no habían trabajado juntas. ¿Como podía ser esto tan dificil? Sabía lo que quería decirle, lo había sabido desde antes de hablar, pero... 

-Eh... yo... te dije que era un poco idiota ¿no? - bromeó con evidente nerviosismo -  no me molesta - no era tan dificil de decir ¿no? le apretó ligeramente las manos y tiró un poco de ella, acercándola- no hay nada acerca de ti que me moleste... - sonrió, ya no era una sonrisa nerviosa, mientras la miraba a sus preciosos y grandes ojos.  

Al menos, fuiste clara al final. Ella no volvió a tocar el tema en todo el tiempo que estuviste allí, una hora más. Lo que si era cierto, es que ella no parecía tener miedo de aquello que había pasado. Su comportamiento, lejos de ser mas esquivo, fue mas cercano incluso, aunque nunca llegaba a rozar lo íntimo y menos en aquel lugar. 

Un roce, una mirada, una sonrisa. Así que, suponías, todo estaba bien. 

La forma de comportarse de Azazel durante el rato posterior la hizo sentirse aliviada. Había estado bastante asustada por un momento. Le pasaba mucho con Azazel. Solo verla hacía que sonriese, que la acariciase le alegraba el día, y si la notaba dudar sentía el suelo abriéndose a sus pies. Cuando estaban juntas era ella la que parecía tener quince años. Se sentía una idiota, una idiota feliz. 

Se quedó allí alrededor de una hora más. Acompañándola, estando con ella cuando la reclamase, y dejándole espacio cuado lo necesitase. 

Se despidió de ella sin saber cuando la volvería a ver. Confiaba en que pronto, pero dudaba que fuese así. Fuera de allí la esperaban muchas preocupaciones. Tantas que apenas sabía por donde empezar.