Partida Rol por web

Despertaste porque algo en tus pulmones te había obligado a toser de forma abrupta, reiterada, hasta vomitar. No te ahogaste de milagro, lleno de tu propio vómito que abarcaba tus mejillas, y babeaba por la barbilla seguías sin entender donde estabas, o que pasaba. Solo la sensación de que algo iba mal, muy mal. 

Los recuerdos llegaron como latigazos, siendo la alarma, que ya no sonaba, el último pilar que devastó tu mente. 

La celda estaba en silencio, uno de estos que te prohíben casi hablar. La consola de comunicaciones que estaba al otro lado, tras el cristal, repetía una y otra vez el mismo mensaje en un parpadeo rojo intenso, siendo inservible para nada más que no fuera avisar. 

Protocolo Alpha Activado

Las luces, mucho mas tenues y blanquecinas solo le dieron mas dramatismo. Casi todos los trabajadores conocían ese protocolo, iban a cerrar el complejo, herméticamente, durante a saber cuanto tiempo, mínimo 18 meses. Eso significaba, que quizás habría algo suelto, y de estar suelto, acabarían cremando todo el complejo de ser necesario antes de que saliera. 

Tenías con suerte una hora y media para llegar al piso 100 e intentar salir. 

No había comunicaciones de ningún tipo, ni señal. Las luces, empezarían a fallar en poco tiempo y el ascensor principal no debería funcionar. Se activaban las salidas secundarias que llevaban a la planta superior, pero nadie sabía como o por donde. Suponías que habría indicaciones en algún lado pero no los veías. 

La puerta, que daba al pasillo de seguridad por el cual había salido el chico del observatorio estaba entreabierta, y escuchabas, de fondo, el sonido de algo arrastrarse. No sabías si hacía ti o no pero no te gustaba para nada. Y solo había una forma de salir de allí. 

El instinto hizo que se limpiara la boca con la manga de su camiseta, como cuando era pequeña y encontraba las servilletas un accesorio tremendamente inútil. El sabor era asqueroso, y a pesar de todo, ese pequeño instante en que se centró en la parte física de su cuerpo, fue lo mejor del despertar, porque cuando comenzó a darse cuenta de lo que sucedía a su alrededor... contuvo una nausea, el chico le había dicho que escapara, pero el muy hijo de perra ni siquiera se había molestado en decirle como o en ayudarla... Lo primero fue ir al lavamanos, la sensación de suciedad era muy molesta para ella, y eso que estaba acostumbrada a los vómitos y esa pérdida de conciencia y control.

Piensa Hilv...

Entonces escuchó aquel sonido... ¿quién la mandaría ver tantas películas de terror? Una docena de posibilidades sobre lo que podía producir aquel ruido acudieron a su mente. No había ni una buena.

Eres una soldado, recuerda los entrenamientos...

Mucho más fácil de pensar que de hacer.

Se acercó con todo el sigilo del que fue capaz a la puerta, para echar un vistazo sin tocarla ni abrirla más de lo que ya estaba. No conocía aquella parte del complejo, y eso era una putada, pero el tiempo jugaba en su contra.

Te asomaste, con el corazón en un puño. Fuiste silenciosa, como cuando aquella vez te escapaste de casa para ir a una fiesta que no resultó ser mas que una reunión rodeados de vacas. Un desastre total, pero nadie se dio cuenta de esas tres horas que estuviste fuera. 

Una extraña figura se acercaba, aun estaba a unos quince metros, en el inicio del pasillo. En el mismo solo habían mas celdas, pero todas con las luces apagadas y no se veía nada en ellas. Estaban a oscuras totalmente. 

Lo malo, es que la pared era transparente, y aunque la puerta la hubiese roto el otro, sería muy fácil verte desde fuera. 

¿Qué coño es eso? ¿Dónde están los malditos guardias? Si la jodías un poco enseguida aparecían y ahora ni puto rastro de ellos...

No había sitio para esconderse, y no quería quedarse en la celda, porque si se quedaba dentro y aquella cosa tapaba la puerta, ni siquiera podía intentar esquivarla y encerrarla allí porque el chico, el puñetero gilipollas que la había dejado allí abandonada, la había roto.

Enseguida notó como su corazón se aceleraba, si no hubiera estado en otro mundo y se hubiera enfrentado a cosas imposibles, seguramente estaría muerta de miedo... bueno, estaba acojonada, pero había conseguido mantener la calma, y siendo sincera, se sentía muy orgullosa por ello, aunque eso no le aseguraba que salvara su culo.

Fijó su objetivo en la puerta más cercana a ella y más alejada de la criatura, puede que estuviera cerrada, pero tampoco era seguro, y si aquella criatura la descubría, mejor que lo hiciera con distancia entre ambas. Se movió intentando de nuevo ser sigilosa.

Saliste en silencio, y te colaste en la siguiente puerta que daba al lado contrario. Estaba abierta ¿Por qué? 

No había activado luces, no se encendía nada en el interior. 

Los sistemas estaban ya fallando. 

Intento no perder de vista a aquella cosa, no debía ser difícil con las paredes transparentes.

Analizó la situación.

Ni rastro de guardias. Cosas chungas vagando por Titán. Sistemas fallando. Nada con lo que defenderse.

No le quedaba más remedio que esperar, porque la salida estaba detrás del ser, pero el tiempo corría en su contra. Se centró en ver lo que hacía el monstruo.

Esperaste tensa, pero nada se acercó a la celda, ni entró en tu rango de visión. 

Agudizó sus sentidos antes de aventurarse a abrir de nuevo la puerta y echar un vistazo desde una mejor posición saliendo al pasillo para ver cómo estaba la cosa fuera.

Siempre que no escuchara, viera u oliera algo sospechoso.

HILV?!- Se escuchó justamente del pasillo, la voz era reconocible aunque tenía un deje metalizado- HILV ESTÁS AHÍ?!- El sonido de algo arañar la superficie de metal muy muy cerca de tu puerta marcando un giro hacia donde venía la voz te decía que había llamado la atención de lo que habías visto antes...

¿Dag?

Por suerte la sorpresa hizo que no contestara de inmediato, porque el sonido que escuchó justo a su lado le provocó un escalofrío que recorrió todo su cuerpo.

Joder, joder, el puto licker está justo al lado...

Permaneció en silencio, si relevaba su posición se lo haría también a la criatura, y eso era lo último que quería, quizás Dag tuviera un arma, o quizás ese toque metalizado indicara que la estaban llamando por algún tipo de dispositivo electrónico y Dag no estaba realmente allí...

Buscó a la cosa sin moverse, suelo, techo, paredes... por todos lados con la esperanza de localizarla antes de iniciar cualquier acción.

No puedes quedarte aquí pasa siempre...

Se decidió a salir finalmente al pasillo, parecía desierto, su intención era aproximarse hacía la supuesta salida de aquella zona, que debía encontrarse al final del mismo. Avanzaría con cautela, y no directamente hacia la voz de Dag, sino permaneciendo cerca de la pared para tener la opción de meterse en otra celda si la cosa se ponía fea, aunque esperaba no tener que llegar a ese extremo.

Allá vamos...

Alerta y en silencio, o eso pretendía.