Partida Rol por web

Steve, como siempre, había encontrado el lugar donde se servían las bebidas y montaba por alli su particular "patrulla". Al igual que los predadores hacen en el Serengueti, Steve montaba guardia alrededor del lugar donde todos terminaban por acudir a saciar su sed en estas fiestas de hermandad. En ese lugar Steve supervisaba el ganado y se dejaba ver, como si fuese un pavo real. Aquella tarde parecía haber sido productiva. Steve susurraba lindezas al oído a una rubia de mediana edad vestida de una manera muy poco discreta, posiblemente tratando de compensar la perdida de atractivos con una rebaja de la modestia. 

Steve, como siempre, se tomaba su propia imagen muy en serio. Como casi siempre, de traje sobrio y elegante, sostenía un destornillador en la mano, a medio consumir, por el color, muy bajo de zumo de naranja y muy rico en vodka.

Fuera lo que fuera lo que Steve le estaba diciendo, a la dama parecía agradarla y reía sus bromas.

- ¡No te atreverías!

- Yo me atrevo a hacer todo aquello que es digno de un mortal, Margot.

- No te creo. Tendrás que probarlo...

Buscando un lugar para dejar su copa, posiblemente con la intención de tener ambas manos libres, sabe Dios con que propósito, Steve levanto la mirada y barrió en derredor, cruzando sus ojos con los de River por un momento.

- ¡Riv! Que oportuno. Quería verte esta noche. Ven, te presentaré...

- Tengo prisa Stevy. Tengo que volver con mis amigos. Ten -la mujer extrajo una pequeña tarjeta de cartón de gran calidad con solo dos lineas escritas- Sigo sin creerte ni una palabra.

La mujer agregó sus palabras con una sonrisa felina, que se volvió un gelido escrutinio de arriba a abajo a la recien llegada. Sin esperar una palabra más, giró con un golpe de cadera, recuperó una copa de una mesa auxiliar y desapareció entre la arboleda.

- Buenas noches, Riv. ¡Santo Cielo, mírate! ¡Estás tan guapa, tan angelical! ¡Casi me apena que seamos amigos! Asi no puedo tirarte los tejos. -su sonrisa era falsamente maliciosa.

Subitamente relajado, la actitud de Steve cambió de macho alfa a simple colega. Su traje parecía menos lleno y sus movimientos menos tensos. Se aproximó al barman y encargó la bebida favorita de River.

- Me he fijado que no tomabas nada. Acabas de llegar, seguro. ¿Has venido sola? ¿Has visto a Samuel o OA?

 -Una barbacoa, no era el sitio donde más me apetecía estar ahora mismo - Samuel pensó mientras sus compañeros de los barracones comían, bebían a destajo y se peleaban entre ellos al ritmo del ánimo festivo, midiendo sus fuerzas o buscando con quien pasar el resto de la noche o con sus parejas mismamente. A Samuel no le gustaba mucho el estar en las fiestas, por lo que cogió un bocata con carne picada y un par de cervezas y tras despedirse de sus compañeros comentando que se iba a ir a dar un garbeo por ahí, se encaminó hacía el lago y saltó la barandilla para acercarse a la orilla del mismo mientras dejaba el vaso a un lado y masticaba lentamente su comida. Se quedó observando con aire taciturno como la gente se divertía y los criajos no paraban de corretear buscando montar en las atracciones y columpios.

El panorama festivo era mas agradable una vez lo observas desde fuera, que desde dentro, no cabía duda de eso y si tuviese una cámara decente a mano podría hacer alguna foto que guardar en su taquilla, junto con muchas otras de sus paseos por los lugares abiertos de aquel enorme complejo subterraneo. Por un momento se preguntó si podría salir a fuera de aquel lugar pronto para recorrer algún lugar nuevo y probar a pescar algún nuevo pez, - En este lago maldito siempre picaban los mismo-. Mientras en su cabeza se formulaban dichas preguntas y la maldición, se terminó el bocata y recogió un canto plano para lanzarlo al agua y ver cuantas veces rebotaba, no muchas, pero algo es algo. Finalmente acabó levantándose y rebuscando entre sus bolsillos su zipo metálico el cual deslizo entre sus dedos, abriendo el mismo y prendiendo la mecha de cuerda con una sola mano mientras su otra mano sacaba un cigarrillo de una pequeña caja metálica, subiendo el cigarro lentamente a su boca, seguido del mechero para encenderlo dando un par de caladas.

- Ahora si va mejorando la noche - Mustió, antes de agacharse para recoger la cerveza y darle un par de tragos, mirando otra vez al lago y lo que este reflejaba. 

Samuel estaba vestido con unos pantalones vaqueros muy simples y una camisa de tono caqui, con el primer boton abierto, una ropa simple y cómoda para él, sus mangas ahora mismo estaban remangadas. Sus zapatos eran cómodos y de color oscuro. En definitiva su vestimenta era normal y corriente, nada elaborado ni elegante, pero estaba bien arreglado como para causar una buena impresión.

Y doña OA hizo acto de presencia, bueno, más bien estaba ahí desde ya algunas horas. Al otro lado de donde estaban sus compañeros pudieron escucharla reír, estaba rodeada de tres hombres, pero los que la conocían sabían que no corría peligro alguno ¿OA corriendo peligro? Que va, estaba con un palo de pool dándole su merecido a sus contenedores, y sin soltar la jarra de cerveza, la chica se inclinaba para lanzar la última de las bolas directo al agujero. 

- ya, paguen, señoritas - a regañadientes, los hombres, todos mecánicos como ella, le entregaban los billetes y ella los guardaba en su billetera rosada de conejo, que venía a  ella tanto como un cerdo en misa, pero así era OA, tenía una billetera de consejos, un peluche en su jeep y pequeñas cosas infantiles que se daba el lujo de tener. Se escucharon nuevamente las carcajadas, era obvio que la veían como un chico más, y eso a OA no le molestaba, incluso se llegó a decir que era lesbiana, pero nada confirmado. 

Contando el dinero, se alejó de la mesa, ya había ganado lo suficiente como para la noche y un poco más, ese poco más les pagó las cerveza a sus amigos, porque había que mantener los lazos y calmar las asperezas que produce el perder. La chica levantó la cara en ese momento y vio a River junto Richards- senpai (aún lo mencionaba de esa manera, a pesar de los años y a pesar de que poco y nada lo respetaba). Richards besaba a una chica, y ella, toda "cocoroca" (palabra aprendida de un chileno y que le causaba mucha gracia a OA) se alejaba tan contenta como perro con dos colas. OA solo pudo pensar que la gente se contentaba con muy poco.

- Prost ! - había nacido en Berlín aunque manejaba muy poco de su lengua materna, su abuelo nunca vio del todo necesario enseñársela. Amplió su desenfadada sonrisa, había que reconocer que de aquella escuálida chiquilla, había surgido alguien interesante. Alta, demasiado delgada quizás para lo que hacía pero de mirada penetrante y descarada. OA había cambiado mucho en esos años, aunque su personalidad seguía siendo la misma pendenciera de cuando tenía trece años. Esa noche iba vestida con pantalones negros ajustados, botines cómodos y una sudadera negra con un unicornio estampado. Y claro, su amada chaqueta de cuero, de la que pocas veces se desprendía.

A ojos de River, la mujer que estaba al lado de Steve era sumamente hermosa, no sentía envidia, sino cierta admiración pues sabía que nunca llevaría un vestido como ese o tendría ese tipo de interacción con nadie por sus propios gustos y personalidad. Esperó hasta que esta se marchara, saludándola con la mano cuando el hombre las presentó, pero seguía tan asombrada con ella que apenas pudo articular palabra hasta verla marchar.

- Buenas noches, y gracias -Dijo a modo de respuesta, aprovechando para darle un beso en la mejilla- No tienes que tirarme nada para fijarme en ti, te conozco ya desde hace muchos años y se más o menos lo que harías -Para ella si era una broma, no llegaba a concebir ningún tipo de relación entre ellos más que la de amigos, en parte por el tiempo juntos además de que sabía que él prefería ir con mejores mujeres.

Aceptando la invitación, se acercó a la barra mientras tomaba asiento en un taburete alto, cruzando las piernas y el codo en la encimera- La verdad es que no, vengo de estar con un compañero, pero me gustaría encontrarme con ellos -Casi como un milagro, la mujer apareció junto a ellos, la reconoció antes que nada por el saludo y su voz, lo cual hizo bajar a la rubia casi de un salto, haciendo que su falda volviera a revolotear sobre sus piernas, como la espuma del mar- ¡OA! -Al igual que al resto, llevaba tiempo sin verla, algo que se le hacía hasta pesado, tanto sin poder hablar con su mejor amiga pasaba factura. No tuvo reparos en abrazarla, al llevar tacones llegaba a la altura de su amiga, pero eso no quitaba que se notara que era más baja que esta- Me alegro tanto de verte -Dándole un beso en la mejilla mientras la rodeaba con los brazos, se podía ver su rostro completamente feliz, tal vez más que con Steve, pero no por eso dejaba de apreciar a este. La tomó de la mano y llevó a su lado, tomando otra banqueta para sentarse ella también si quería, dejando así que pudiera saludar el otro.

En eso llegaba el barman, con el margarita de River, aprovechando para pedir algo para sus dos amigos- ¿Sabes algo de Samuel? -Ya sólo quedaba él, por lo que aprovechó a preguntar en cuanto se le presentara la oportunidad, no sería lo mismo sin él.

Steve pidió solamente agua mineral con gas, a la invitación de River.

- Llevo ya dos copas. Y la noche aun es joven, no me quiero quedar dormido debajo de un arbol.

Ante la llegada de OA, Steve pareció encogerse un poco, su sonrisa algo forzada. Como saludo tendió su mano. De todas las mujeres de Titan, OA era la unica que conseguía ponerle a la defensiva.

- Hola pequeña. Veo que has ganado dinero a esos pardillos. Cuando quieras te lo vuelvo a ganar al poker -Steve jugueteaba todavía con la tarjeta de Margot entre los dedos, inconscientemente, hasta que la mención al poker le hizo caer en la cuenta. Leyo las dos lineas, sonrió para a continuación hacer desaparecer el trozo de cartón entre sus manos como por arte de magia. En realidad sus amigas ya sabían que se encontraba en la bocamanga de la camisa, pero no por ello dejaba de ser un truco vistoso y efectista.

Dejó que las muchachas se pusieran al día. Había pasado tiempo. Si al menos apareciese Samuel. Empezó a otear distraido el panorama, en busqueda de su rubio amigo, sin mucho exito. De paso, iba fichando a todas las chicas solas o con cara de aburridas que podía localizar, otorgandolas mentalmente una puntuación que determinaba en base a diferentes criterios y baremos. Todo muy mecanico.

- ¿Que tal os va en el trabajo, hermanitas? -intervino a la minima posibilidad que tuvo de meter baza.

El olor a quemado y nicotina del cigarrillo llegaba a su nariz mientras estaba recostado en el césped. El pequeño halo rojo baja despacio, a su tiempo y con mucha calma mientras daba una larga calada y exhalaba el humo poco a poco, ladeando la boca para no tener que soltar el pitillo de sus labios, la ceniza estaba apunto de caerse del mismo cuando se percató de que estaba apunto de mancharse así que en un gesto rápido y patoso se aparto el cigarro y ladeo el cuerpo para que la ceniza cayese al suelo.

 - En cuanto termine el cigarro iré a por otra cerveza. Estos deben estar ya reunidos, que pereza coño. - Mustió Samuel para sí mismo mientras daba la última calada del cigarro y lo dejaba caer en el vaso de cerveza con un culín //(Que no de sidra)// restante. - Volvamos al mundanal ruido.

Con otro gesto perezoso se levantó, limpiándose los pantalones y la camisa, alisándola con la mano un poco antes de partir nuevamente por donde vino, caminando con el vaso en la mano, aproximándose tediosamente hasta la barandilla que saltó con agilidad y se interno entre las personas, esquivándolas y saludando a sus compañeros que todavía estaban en pie de guerra, bebiendo y cotorreando sin parar.

Finalmente tras deambular un poco y esquivar a los participantes del evento de entre ellos niños que corrían por doquier y se colaban con la agilidad de roedores almizcleros entre los mas adultos causando que tropezasen o tuvieran que frenar en seco y esperar a que los mozalbetes pasasen en estampida, consiguió llegar hasta donde estaban sus compañeros. Pero antes tenía que tirar el vaso con la colilla así que giró noventa grados de manera casi marcial y se acercó al cesto de basura metálico del parque para volver sobre sus talones y acercarse a la barra saludando con la diestra mediante un gesto afable y pseudo militar con los dedos indice y corazón juntos llevandoselos a la frente y separandolos inmediatamente.

 -  Vaya, ¿Todos reunidos y no me dais un toque al teléfono? - Alce un poco la voz, con un tono ligeramente socarrón, claramente bromeando - ¿Como va todo chicos?

Tras el breve saludo Samuel se apoyó en la barra, entre Oa y River y pedía otro vaso de cerveza, esta vez grande. 

se dejó abrazar, levantando los brazos y sobando la espalda de su amiga, por River había aprendido a aceptar muestras de cariño y darlo, pero para su amiga tan solo, aunque solo fueron unos instantes y el roce social llegó a su máximo. OA puso sus manos en los hombros de la rubia y la separó, sonriendo, eran como el agua y el aceite, ella tan oscura y River, tan linda. La quería a rabiar y la protegería de todo como su caballero andante e incluso aprendía a ser más dulce por su amiga.

- te dije que fueras a casa la semana pasada, te quería mostrar mi nueva joyita - de seguro habría comprado algún nuevo automóvil - te dije que te dejaría vestirme de rosado, así que te lo perdiste - se río pasando su brazo por los hombros de River y ahora miró a Richards, observó su mano, y luego sus ojos, casi diciendo que no sabía qué hacer con ese gesto, lo que era imposible viniendo de ella. Entornó los ojos y chocó su palma con la de él sentándose en el taburete más cercano a su amiga.

- detesto que me llames pequeña - lo miró de reojo y luego sonrió de nuevo a su amiga, - y ya he satisfecho mi lodupatia, para la otra, campeón - se inclinó hacia delante, seguía más pendiente de su amiga - eh... pues ni idea, no me había movido de la mesa, así que ni idea, ahí, mira, hablando del rey de Roma, - Samuel hacia acto de presencia.

- etto, gané unos verdes, así que hoy, yo invito,  bueno, lo que alcance, no sé que tanto beberán hoy - sacó su billetera, y mostró los billetes, los suficientes como para asegurar una buena borrachera.

Acabo de acordarme máster, estuve leyendo esto (no sabía si preguntarte aquí o en otro sitio), para saber como era River y poder moverla acorde a sus interacciones anteriores, la cosa es... ¿qué pasó con OA? Porque por lo que leí era su mejor amiga...