Partida Rol por web

Apenas lograste comenzar la segunda frase de plegaria cuando las tres deflagraciones llegaron hasta tus oídos. Algo te agarro una pierna, tiró de ti con violencia hacía atras, te logró arrastrar un par de metros antes de darte la vuelta y encontrarte con la misma mujer de la campana, babeando, segregando ese icor que caía goteante, lento, hacia ti. 

Otra deflagración y el cuerpo de la mujer o ser resultó empujado hacia atrás, lo justo para apartar sus manos de tu cuerpo. Aunque aun la tenías sobre las rodillas. Había recibido un disparo en plena cabeza, pero ahí volvía, descurvando la columna lentamente para volver su atención a ti. 

Unos segundos mas, y estaría de vuelta. 

- Mierda, mierda, mierda !!! - El mantra religioso se había esfumado y ahora sólo quedaba el instinto de supervivencia, la adrenalina bombeando a fondo empujada por el miedo más primario que el hombre conocía, el miedo a la muerte... 

Pegó una patada a la criatura, no tanto para dañarla como para alejarse de ella, y aprovechó el impulso para girarse y comenzar a correr a trompicones hacia la soldado, intentando pegarse a la pared para no recibir un disparo. A veces parado, a veces en cuatro patas, no importaba como lo importante era alejarse del mostruo que lo perseguía.

Poco le importaba nada ahora que no fuera vivir, salir de allí, alejarse de la criatura de pesadilla que tenía a sus espaldas... 

Le pegaste la patada, lograste arrastrarte y alejarte un poco de aquel ser de pesadilla. 

Pero de nuevo, alto te agarró por la pierna y tiró de ti hacia él. 

Me cago en...- la mujer con la armadura sacó un cuchillo largo y fue a cortar algo. La perdiste de vista antes de escuchar el sonido tan conocido de algo mojado al aplastarse. Dejaste de notar el tirón aunque la presión sobre la pierna seguía ahí. 

La escalera de subida apenas a seis metros...seis...

Si no fuera por el hecho de que la cosa esa lo quería matar, Liam se sentiría fascinado por un organismo tan resiliente y resistente... pero lo cierto era que lo odiaba. Ante sus ojos sólo existian los primeros escalones de la escalera de salida, ahora al alcance de su vista, no podía pensar en nada que no fuera esa escalera. Tan pronto como dejó de sentir resistencia inició una carrera, sin importarle si se llevaba un trofeo aferrado a su pantorrilla... solo le importaban los pasos a dar hacia su libertad.

Había un sonido de fondo que...que cuando atravesó las paredes os golpeó tan fuerte que solo pudiste llevarte las manos a los oídos, y caer al suelo, cegado por el dolor. 

No reconocías esa alerta. No venía en lo que habías leído del manual, aunque era cierto que de tanta información, algo podrías haber perdido. 

Te pareció escuchar un quejido detrás tuya, pero daba igual, no podías ni levantarte del suelo. 

Veías el humo blanco, los aspersores de emergencia soltando algún tipo de droga, de algo al ambiente. Apenas pudiste resistir por la falta de casco. 

Con la salvación cada vez más cerca, con cada latido del corazón acercándolo a la luz, Liam estiró la mano para aferrarse al primer escalón. La textura de la madera viajó desde la punta de sus dedos hasta su cerebro, cada veta cantaba una canción de libertad, el empujón de adrenalina lo ayudó a ponerse en pie... y entonces sonó la alarma.

No supo si había gritado de dolor, si el grito que había escuchado había sido suyo o ajeno... sólo que el escalón al que ahorra se aferraba su cuerpo hecho ovillo dibujaba su textura en cada fibra de su ser. Las manos en los oidos, el cerebro desconectado, lo último coherente que sintió fué el aroma de algo acre y el vapor blanco que lo cubría todo, luego oscuridad, luego nada.