Al final os acabásteis metiendo en el edificio, de nuevo. Con cuidado avanzasteis por los pasillos que ahora iluminados daban otro aspecto menos amenazador. Para encontraros en los primeros escalones que subían el primer cadáver, de un hombre de aspecto zarapastroso, con la ropa rota por una pelea y los pies descalzos. Adam lo reconoció como el que le atacó. No había heridas, ni nada a simple vista, pero estaba tieso, y no respiraba. Aquello no auguraba nada bueno.
El segundo estaba en las escaleras de bajada, y ese si parecía tener el cuello roto, pero al menos, le habían puesto alguna tela por encima para que no se viese demasiado. Habían dejado todo lo que había en la alacena, los suministros médicos estaban impolutos, y en la planta de arriba solo había una radio como las que usaban los camioneros y un montón de sacos de dormir, una cocina de camping y mantas y suciedad.
Gracias a la entereza de un hombre maduro que había tenido que enterrar a mucha gente Sara pasó entre los cadáveres con algo de disgusto pero nada más. Aquella casa probablemente se convertiría en la sepultura de ambos hombres y la escena le dio una certidumbre.
-No creo que sea buena idea seguir a esta gente Adam, mira lo que hacen. Y lo que decían de los niños no sonaba peor, no se que clase de mundo piensan construir con ello, pero espero que no lo consigan. Tendremos que buscar otro lugar. -Estaban de vuelta al comienzo.- Iremos hacia las montañas, al menos si subimos la temperatura será más fresca, nos arreglaremos como podamos.
Revisaron toda la casa y cogieron todo lo que pudieran llevar sobre todo los suministros médicos y la cocina de camping. Los sacos y las mantas no les harían falta a la larga, pero si no tenían en el coche también cogerían algunos para no pasar frío mientras la temperatura era baja, la noche anterior había hecho frío.
-Nos llevaremos también la radio, quizás podamos escuchar retransmisiones de gente dando coordenadas de sitios donde ponerse a salvo y hablar con ellos. Y hay que recoger toda el agua que podamos, eso es importante.
Una vez terminada la ardua tarea volvieron a subir al coche y pusieron rumbo a las montañas. Sara conducía tranquila mientras Adam intentaba manejar la radio.
Tras tomar todo lo que podíais para meterlo en el coche, fuisteis directos a las montañas mas altas que hubiese accesibles. Con la radio encontrásteis un pequeño grupo que se movía hacia el norte, de varias familias que sabían a ciencia cierta que a un par de días de viaje en coche, tras la meseta agreste la cordillera ascendía hasta los cerca de casi cuatro mil metros.
Hablaste con ellos, había tres niños mas de vuestra edad y un par de bebes, junto con una mujer en largo estado de embarazo que estaba a punto de parir. Unas veinte personas, la mayoría adultos con unos conocimientos básicos de muchas cosas. Una enfermera, un granjero, un ingeniero de sistemas eólicos que era el que había recomendado la zona, un par de reponedores, una estudiante de medicina, una cartera, y una pareja de policías entre otros. No parecían mala gente, aunque se notaba que estaban de los nervios, pues no sabían si un antiguo hotel abandonado en la zona donde antes de esquiaba estaría ya tomado o no. Se habían encontrado con gente violenta por el camino ya, aunque no hablasen demasiado de ello.
Adam, paranoico como el solo, no dejaba de repetirte que sonaba a trampa, aunque según pasaban las horas y hablabais entre vosotros y con ellos, la cosa se fue suavizando. Tuviste que controlar la batería de la radio, y finalmente quedasteis en una zona a la entrada de la montaña, porque el ascenso era terrible y seguramente todo estuviese mojado a partir de la mitad por el deshielo.
Se sorprendieron de que supieras conducir, siendo tan joven, y se alegraron mucho al ver que teníais el maletero lleno de cosas, suministros y comida. La pareja de policías era reticente a teneros, pero al final, simplemente os aceptaron.
La subida tardó tres días debido a los problemas con el terreno, zonas con pequeñas corrientes en lugares muy dificiles de transitar y al final tuvisteis que dejar los coches apenas a 1km de donde se supone que estaba el hotel. Al menos, hasta que el calor apretase lo suficiente como para terminar de descongelar el hielo de la cima y con la humedad, la tierra fuese transitable a cuatro ruedas.
Hicisteis un parón y se fueron subiendo cosas, mientras otro grupo se aseguraba de que la zona no estaba tomada. Por desgracia, lo estaba. Pero hubo suerte, solo eran dos parejas ya algo mayores que habían trabajado en el pequeño edificio hacia un par de décadas.
El hotel era pequeño, apenas cuarenta habitaciones, y estaba en mal estado, pero lo suficientemente alto como para que las temperaturas no alcanzaran los 25º, lo cual era un alivio. Temporal. Adam quiso instalarse contigo en una de las habitaciones, pues no se fiaba. El dormía en el sofá o el suelo.
Con el paso de los días, se fueron intentando arreglar las bombas de agua que venían de un pozo privado, y la electricidad. Hubo suerte con el agua, no con la luz. Aunque intentaban ver que pasaba con los motores de emergencia, no había nadie especializado y no conseguían nada. Así es como os quedásteis sin bateria en los móviles, en las radios, y como poco a poco la sociedad simplemente iba desapareciendo de vuestra mente. ¿Donde estarían los demás? ¿Conseguirías sobrevivir con el grupo? El último día que te fuiste a dormir* estábais ya de normal a 40º y aquello empezaba a ser insoportable una vez fuera. La comida se había agotado, aunque había animales que subían intentando salvarse del calor, y aunque sin hielo, había agua encharcada un poco mas arriba, junto con pequeños lagos que se irían secando poco a poco.
No habías logrado ascender hasta salvarguardar con seguridad el cuerpo, pero al menos, había una posibilidad de sobrevivir, si la cosa no empeoraba demasiado. Estabais 9 grados por debajo de lo que estaban las previsiones de TITAN. Podría ser dificil, pero igual, si no subían a mas de 65º sería un infierno, pero soportable si se hacía bien.
*Puedes ponerme si quieres una despedida con Adam o no, lo dejo a tu elección
**Cuando los demás tengan sus finales, abriré una nueva escena. Espero que sea para mañana o pasado lo mas tardar.
Era ya la última sesión que dedicarían a aquella misión. Don Carlotto entró con una mezcla de alegría de saber que los dos chicos estaban con buena gente y relativamente seguros, al menos de momento y tristeza por tener que despedirse de ellos. Le preocupaba que pudiera pasar algo pero él ya había hecho todo lo que podía.
Durante los últimos días había intentado usar todas sus habilidades para que ambos niños encajaran en el grupo y se sintieran protegidos, parecían buenas personas pero cuando las cosas empeoraran más nadie sabía como podían reaccionar. En cualquier caso podía hacer una última cosa por Sofía.
Se acercó a Adam con gesto serio y ojitos tristes aprovechando un momento en el que estaban solos.
-Adam. Solo quería agradecerte todo lo que has hecho por mi, sin ti no lo hubiéramos conseguido y aunque estos últimos días he intentado mantenerme fuerte creo que no aguanto más, estoy cansada. -Se acercó al muchacho y le dio un abrazo mientras lloraba.- Ahora necesito que sigas cuidando de mi, esta gente es buena pero quizás cuando la temperatura aumente vengan problemas y necesito saber que siempre estarás a mi lado y que puedo contar contigo. ¿Me lo prometes?
Adam era un buen chico y se había comportado muy bien a pesar de todos los horrores por los que habían pasado. Don Carlotto sabía que él cuidaría de Sara y eso le reconfortaba.
La pantalla comenzó a parpadear indicando que la sesión estaba a punto de finalizar y antes de que lo hiciera Don Carlotto no quiso dejarlos sin la mejor de las ayudas.
-Que Dios os bendiga hijos míos.
Se persignó y vio como la imagen de ambos niños iba desapareciendo.