Steve escuchó el porton cerrandose. Sabía que ella estaba dentro. No sabía lo que pasaría en los siguientes minutos, solo sabia que le gustaría mucho... mucho, no odiarse despues. Se giró, dispuesto a lidiar con lo que fuera toda aquella historia.
Parecia tan fragil, tan perdida. Y luego sus revelaciones. Le golpearon como un puñetazo y se sentó en su butacón.
Se tomó un momento para reflexionar sobre toda su vida, toda su maldita vida, su ego, su lista de conquistas, su modo de vida... Cerró los ojos y reflexionó un segundo. Despues los abrió, serio y le indicó el butacón gemelo al suyo, en su salita de estar pequeña, en la que tantas cosas mundanas y pasionales habían ocurrido, en esos mismos butacones...
- Acabas de destrozar la imagen de mi mismo que tenía. Has aplastado mi ego, ¿sabes? No... no se de que me hablas. Nadie nunca me ha hecho ningún analisis y no se nada acerca de feromonas. Pero... supongo que explica muchas cosas. Porque en serio, mírame. Y comparame con el mazas de la barbacoa. Soy... si, soy mono, pero soy solo eso un chico interesante. Y sin embargo, me las he tenido que quitar de encima, toda mi maldita vida. Tengo labia, eso es cierto, pero...
Suspiró. Recordó a muchas de sus amantes. Como poco a poco la magia desaparecia. ¿Se habituaban a su olor y por eso la pasión terminaba? No habia sido más que quimica. Ellas no lo habían decidido mas de lo que el lo había hecho.
Despues, la extraña petición.
- ¿Quieres que yo te enseñe a seducir a la gente?
Era la petición más extraña que jamas había recibido. Pero era tremendamente interesante.
- Me encantará ser tu profesor. Incluso sin otra contrapartida que tenerte alrededor. Eres muy interesante Azazel -y se dio cuenta de que lo estaba diciendo de corazón-. Pero te tengo que preguntar... ¿porque quieres aprender a seducir? Podría enseñarte a hacer exactamente lo contrario. ¿Cual es tu objetivo? ¿Que tienes en mente? Por favor, se sincera. Si vamos a ser profesor y alumna... y alumno y profesora, tenemos que confiar el uno en el otro.
Por un instante, con la tenue luz de su apartamento, Azazel le pareció mas adulta, mas mayor. La vio como sería en cinco, quizas en diez años. Rebasaría a su madre, eso seguro. Era un fuego que apenas acababa de comenzar.
- Por cierto, y esto tambien te lo digo de corazón. Rebasaras a tu madre. Tengo buen ojo para la belleza femenina.
Dejó que su piropo asentase, en silencio, contemplandola con admiración.
- Ahora dime ¿que son esos asuntos que yo no controlo y debería controlar?
Oh, si nos lo hacen, nos hacen muchos...a la gente normal al menos dos veces al año. -Lo miré intentando ver si parecía mentirme. Pero no era así, o yo no lo lograba discernir al menos. Me dijo que lo comparase con el chico rubio, el mismo que lucía palmito en la barbacoa y simplemente puse un mohin de indiferencia.- Fisicamente si, llama más la atención que tú. Hasta que os movéis, u habláis.
Negué con la cabeza- no quiero que me enseñes a seducir- mis pasos acabaron frente a él, y yo de rodillas a su lado con un gesto natural, expectante- quiero que me enseñes a manipularlos.- pasé de largo sus preguntas y hasta su halago bajando la mirada un par de veces al suelo para al final acabar mirando al techo, como un claro para ti gesto de que os estaban escuchando. Porque era así, lo sabías bien.
Solo reaccioné con una sonrisa volviendo a mirarle, apoyando la mejilla en su rodilla con el rostro ladeado para que me viese bien. Las luces titilaron, la luz en la casa se fue. No era la primera vez, si era raro, pero había pasado algunas veces a lo largo de los años. El problema era el momento.
-Mi objetivo es salir de aquí...¿Sabes que- en medio de la oscuridad había dos pequeñas luces diminutas que bailaban al sol de una canción antigua, como si de dos estrellas se tratasen, dos cuerpos celestes con vida propia en su superficie, que se escondían en el reflejo claro aun en oscuridad de mi mirada.
No es que sus ojos fuesen bellos, eran aterradores. Inhumanos- ...Titan trae cosas de otros lados? Cosas que mezcla en fetos, personas que murieron en otro tiempo, para ver que sucede? Para mandarlos a misiones...lejos, ¿y analizar sus capacidades?- el sonido de su voz fue un arrullo calmo que logró hacer que no salieras corriendo de allí, o que simplemente entendiste que no iba a ser buena idea.
La luz volvió apenas ella terminó de hablar, y ella seguía allí. En la mismas postura. Humana. Tan cándida, tan lolita, pero ahora quizás, la verías con otros ojos.
Motivo: Hero Steve
Tirada: 1d10
Resultado: 6
Por si no fuese ya suficiente paranoico después del incidente del falso Mayhem.
Steve captó sus insinuaciones acerca de la falta de intimidad. Y sin embargo...
¿Que eres? ¿Insinúas que experimentaron contigo?
Una idea cruzó su cabeza. Aquello, aquel fallo de energía, no había sido casual. Lo había provocado ella para poder decirle lo que quería con discreción.
- ¿Salir de aquí? ¿Estas loca? ¿Quien eres? ¿QUE eres? -le susurro aprovechando la oscuridad. Pero no hubo tiempo para una respuesta. La luz volvió. Volvía a ser la Lolita tentadora. Volvía a desearla con furia, con una energía animal, pero saber que era química ayudaba... Aún así, era obvio que aquella chica era más de lo que aparentaba.
Se puso en pie, agitado. Se aflojo la corbata y se quitó la gafas, dejándolas caer descuidadamente sobre un almohadón. Se aproximó de nuevo, como antes en el ascensor y tomo un mechón de su intenso pelo rojo. Se lo acercó a la nariz y lo aspiró. Era un olor divino. Steve asintió como un cargador de vino.
- Acepto tu petición -la dijo mirándola a los ojos-. Podemos empezar cuando desees.
Antes de que salieran del complejo Steven le dio la dirección, planta y número de donde vivía. Los miedos a ser investigado y a que se deshicieran de él quedaron olvidados al sentir o notar el camino que estaba cogiendo aquel encuentro. Antes creía que era una encerrona pero la muestra de carmín en su cuello y el beso en la mejilla además de la falta de pudor por relegar el tema en un sitio más confidencial como su casa… Hicieron que todas las alertas rojas se disparasen pero se contuvo ya que no quería que se notara ni que se oliera. Una mujer como Megan despertaría pasiones por su belleza por su cuerpo voluptuoso su inteligencia, y el cargo que tenía en asuntos internos le daba una baza a la cual jugar. Aunque el asunto le parecía de lo más extraño que una mujer como Megan en el trascurso de su trabajo fuese tan directa sin apenas conocerlo. Aunque Steven fuera guapo y tuviera un cuerpo sensual y que junto a su labia y su deseo lujurioso se hubiera ganado un sitio entre los galanes… Pero nunca le había venido nadie tan directo y más una mujer tan hermosa y sensual como ella.
En otro momento hubiera seguido con sus paranoias y desconfianza pero recordaba a su rollo Margot y al estado tan lamentable en el que lo había encontrado. Tanto que no llegó a acercarse ni presentó ninguna muestra sensual y eso dejó tocado a Steven. Y cuando ahora que estaba de alta se emparanoiaba con que esa cicatriz como una aguja ya no le hacía tan sensual para las mujeres... Y el hecho de que en ese momento apareciera Megan y mostrara tal grado de acercamiento provocó una mezcla explosiva, y a la vez se resarciría del desprecio de Margot.
Si aquello era una encerrona, la empresa la había clavado, ya que había dado con todos los factores psicológicos y corporales y también con la mujer de ensueño para que Steven no se pudiera resistir a sus encantos. Y se abriría a ella como alguien que necesita que lo escuchen pues ese beso lo había conquistado.
Iba al lado de Megan dejando un pie de separación para aparentar la formalidad del paseo, intentó no pensar en nada pues no quería que se le notara su deseo hacia ella. - Tampoco intentó entablar una conversación frívola para hacer tiempo. Se mantuvo en silencio intentando pasar desapercibido para los demás es decir como un tipo normal sin sus paranoias. Cuando abandonaron el complejo simplemente miró hacia la puerta de entrada para saber en qué hospital le habían ingresado.
Esperó a ir dando un paseo si estaba cerca o coger un taxi o ir incluso en el coche de ellos si así se lo proponía Megan. Todo le olía mal le sonaba raro pero si la agencia iba a por él no se podía ocultar. - Para él la agencia era la única familia que conocía además de sus padres adoptivos pero nunca había hecho por sus padres lo que hizo por la agencia. Si ahora era inservible y reemplazable que así fuese no iba a demostrarle a la agencia de su miedo de sus dudas y falta de confianza. Eso hubiera propiciado todavía más el rechazo hacia Steven y ya había hecho demasiadas locuras afectando negativamente a la agencia con su ataque al psicólogo, con su inhabilitación y ahora lo que faltaba la paranoia de que iban en contra suya. No, necesitaba descansar de todo ello y echarse en los brazos de Megan y si todo era una confabulación que así fuera. En este caso, no dejaría actuar a la mente sino a lo que sentía en su cuerpo y de alcanzar el sueño de estar con una mujer como ella.
Post de continuación de Megan.
- No pongo los datos de mi piso porque lo desconozco si el anterior jugador lo hizo no lo he podido localizar.
- Tampoco sé si está cerca o lejos el hospital para ir andando o en coche así que presento la opción sabiendo que Steven tomará la ruta más rápida.
- No pongo los datos de mi piso porque lo desconozco si el anterior jugador lo hizo no lo he podido localizar.
No puso descripción, solo te puedo decir que por tu nivel en el complejo podrás tener un piso de hasta dos plantas estilo duplex. Máximo 90 metros, 3 habitaciones, cocina, salón, baño. Puedes equilibrar el lugar como quieras. Quitarle habitaciones o hacerlas mas grandes. A tu gusto. Aprovecha. ¿espero que me describas el piso? Ella no hablará en si nada hasta llegar. Lo digo para no ponerte un post de 6 lineas XD
Tu vivienda tiene que estar en: Plantas 12 a 1 Viviendas (lo más bajo). 13 Apartamentos por piso.
- Tampoco sé si está cerca o lejos el hospital para ir andando o en coche así que presento la opción sabiendo que Steven tomará la ruta más rápida.
Para moverse por el complejo solo hay una opción (bueno dos) ascensor, solo hay uno. Enorme. Como para 40 personas apretando o escaleras que no suelen usarse casi nunca. Nadie sale del complejo al menos que tenga vacaciones XD
Steve le respondió con premura - planta 12 apartamento 13 - en su voz y su pronta respuesta se reflejaba su anhelo de estar con Megan. Estuvieron esperando en el ascensor... Steve a un pie de separación al lado de ella respirando su olor que intentaba que no lo embriagara. Ya que cualquier motivo o rienda suelta que diera a su fantasía haría que se desplegaran sus feromonas y es lo que intentaba evitar a toda costa. Mientras esperaban Steve pasó la mano por su nuca para cerciorarse que la parte de atrás de su cabello quedaba liso, y se estiró su chaqueta y camisa para que estas no dieran el aspecto de estar desaliñado, y se tocó el cuello de la camisa para asegurarse de que estaba bajado.
Le costaba no decir algo y no pensar en Megan pero era el sacrificio que debía de hacer para no llamar la atención. No quería que su olor lo fastidiara todo, y miraba hacia el ascensor con su tarjeta ya en la mano para utilizarla en cuanto se abriera. No sabría decir el tiempo que tuvieron que esperar pues no lo contó y sólo veía aquel armazón de metal y observaba si se reflejaba en él. Cuando por fin la puerta se abrió le dio paso a Megan y se puso a su lado mientras el elevador se iba llenando pero no se llegó a completar ¡Estaban de suerte! Cuando fueron bajando sintió un cosquilleo, una subida de su ritmo cardiaco, sentía la aventura igual que cuando iniciaba una misión. Era una subida de adrenalina y esa sensación le gustaba y le hacía notar que Megan podía ser su aventura indefinida. Quizás le chocó el no hablar más tiempo con ella pero presentó algunos atisbos de ternura que le hicieron decidirse a invitarla a su hogar.
Cuando se escuchó el pin de haber llegado a la planta y se abrió salieron... Steve siempre caballeroso le cedió el paso algo nervioso mientras andaban por el pasillo escuchando el tintineo de los tacones de Megan. En ese momento quiso que fueran más silenciosos pero no dijo nada al respecto. Saludó como de costumbre hasta llegar a la puerta al fondo del pasillo y la abrió con los medios de acceso que disponía. Se quedó en la puerta invitándola a entrar para después entrar y cerciorarse que la puerta quedaba cerrada.
En cuanto la puerta se abrió la luz del salón se encendió dejando ver la sala de estar con asientos cómodos, elegantes y modernos que había tenido que actualizar hace pocos años. El detector de luz también se encendía en cada parte de la casa que detectaba movimiento. Pasado un tiempo prudencial las luces se apagaban y esto a veces era un engorro como por ejemplo en el cuarto de aseo, porque las luces se apagaban y él debía de dar varias palmadas para que otra vez se encendieran.
- Si quieres te enseño toda la casa antes de sentarnos y tomar algo... - La miró con ojos embriagados de deseo y se fijó levemente en la voluptuosidad de su pecho. Giró su rostro y le señaló la cocina, - tengo un par de copas y una botella de buen vino. - Se quitó la chaqueta y la dejó en el perchero que colgaba detrás de la puerta dejando ver su camisa blanca pegada que se trasparentaba algo para dejar ver la aureolas rosadas de su pecho. Se desabrochó los suficientes botones de la camisa dejando ver los vellos del pectoral. Mostraba una alegría que se mezclaba con nerviosismo y una extraña vitalidad que se reflejaban en sus ojos. Los dientes blancos presentaban una bonita sonrisa que provocaba ligeros pliegues en sus mejillas. Su cuerpo se perfilaba fibroso cuando se puso de perfil a varios pies de ella esperando su reacción.
Gracias ^^, sí voy a pensar un poco en cómo sería el piso. Hago el post de continuación entonces hasta que estemos en el piso.
Master pongo un dibujo para que así nos sintamos libres los dos de describirlo, siéntete en total libertad de describir aspectos del piso que creas que sería la forma de decorarlo de Steve.
Cuando volvió la luz al piso, tras ese breve apagón tus preguntas quedaron en la nada, pues ella no las respondió. Te alzaste, nervioso de cierta manera. Dejaste las gafas sobre cualquier lado mientras yo te seguía con la vista sin perder esa ligera sonrisa sempiterna.
Esperé, porque era normal. Pero a la vez había cierto miedo a una reacción negativa. Vi como el nudo de la corbata estaba aflojado, como se acercaba a mi mientras yo me ponía de pie a la espera. Tomó un mechón, lo olió mientras mi rostro se ladeaba ligeramente. Aceptó. La sonrisa no tardó en llegarme hasta ser tan plena que podía doler, el brillo en los ojos que antes era ya de perse extraño se volvió mas fuerte y con ello las bolutas parecían vibrar.- ¿Por donde empezamos?- una frase, solo una,envuelta en un susurro que daba comienzo a algo de lo que Steve podría arrepentirse.
Steven estaba excitado y aterrorizado a la vez aquellos ojos parecían no ser humanos y se movían como si tuvieran vida propia. Además de ser tan brillantes… y moviéndose en círculos como si fuera el medio de activar algún mecanismo de su ser.
Lo que le llegó a comentar era aterrador de que experimentaban con fetos y personas que ya murieron y lo mandaban a misiones para analizarlos… Las feromonas de Steven se dispararon debajo de su pantalón se notaba un gran bulto debido a la sensación tan extraña que estaba sintiendo entre excitación, miedo, arrepentimiento y mucha adrenalina.
Por un momento creyó haberse encontrado con un ser superior detrás de esa cáscara llamada cuerpo que la envolvía en una joven. Aquellos ojos la forma de moverse era algo extraño y poderoso, también le había dicho que dominaba la magia, ¿pero de qué magia hablaba? Por un momento quiso arrodillarse, abrazarla y decirle que era un farsante y que su vida no estaba llena de magia sino de engaños y asesinatos. Pero algo le alertaba algo le decía que si aquel ser veía que no tenía el poder que ansiaba lo destruiría. Lo aplastaría como se aplasta a una cucaracha por haber sido un incordio durante ese tiempo. Por haberle hecho perder su precioso tiempo y comentarle cosas que en otras manos podía suponer que se disparara la alerta de Titán y eso desembocaría en caos y destrucción.
Empezó a temblar, a sentir escalofríos que intentó controlar y por un momento apoyó sus manos en el mueble desplazándose ligeramente a un lado de la muchacha. Desconectando de su olor para empezar a notar todo lo que se le venía encima. Debía de controlarse de controlar ese ataque de pánico que había tenido con el psicólogo.
- Aquí no, mañana al mediodía en la planta 59 lo haremos, y cálmate Azazel tus ojos te delatan es lo primero que te enseñaré a dominar tus sentimientos. Voy al baño y cuando vuelva espero no verte aquí cumpliré mi trato y tú el tuyo.
Se alejó sin volver la vista atrás intentando llegar al baño cuando empezaba a notar que cada paso le costaba pero se repetía a sí mismo. - Cálmate Steven, ¡aquí no! ¡Ahora no!, domínate domina tus sentimientos no te dejes arrastrar por lo que no es. Llega al baño y relájate.
Anduvo intentando ser ligero pero sin que se notara que corría sin que notara que huía de aquella situación. Por un momento se le vinieron a la mente las alarmas de Titán saltando, el mecanismo cerrándose dejándolos atrapados y explosionando en cientos de partículas desintegrándolos. Él sus amigos su familia todo quedaba reducido a la nada…
Para Azazel.
La muchacha te miró ladeando el rostro, como si intentase entender que era lo que pasaba por esa cabecita tuya. Tus palabras le hicieron entrecerrar los ojos por unos instantes antes de simplemente asentir- mañana ¿A que hora? Tendrá que ser por la tarde o noche temprana- se cruzó de brazos prestándole ahora mas atención a la casa, impregnándose de lo que allí había mientras esperaba una respuesta- ¿mis ojos? Mis ojos no tienen nada que ver con esto, todo el mundo sabe sobre ellos, solo tienes que acercarte para verlos, sería raro que eso cambiase ahora- dio un paso atrás antes de girarse para dejarte allí solo y salir por la puerta mientras tu hacías lo mismo hacia la del baño.
*Describo lo que puedes percibir por encima con tu ficha si el pj está bien, en este caso por el estado de Steve dudo que hubiese percibido demasiado. Siempre puedes pedir tirada.
Cierro aquí la escena con Azazel y vuelvo a la de Megan.
Megan permaneció tranquila y profesional, el hombre que la acompañaba os siguió hasta la puerta mismo de tu casa, pero se quedó ahí fuera, por orden de ella- Avísame si me requieren- le dijo la mujer con sonrisa agradable. Te habías fijado en ella por el camino, mientras sus pasos dejaban ver que era una de esas mujeres que tienen mas armas de las que crees, o al menos, que saben defenderse bien a su manera. Todo podía ser una fachada claro, una tallada por el trabajo, pero aun con eso, parecía bastante segura de si misma y de su entorno, y eso último, esa apariencia o verdad era lo que mas llamaba la atención.
Entró y apenas se dedicó a mirar la casa, por encima si acaso- vaya, veo que le gusta reorganizar la casa- por norma las que habías visto, eran todas bastante similares. Variaban en las decoraciones claro, pero, pocos habían modificado las paredes o sistema de organización. Negó cuando dijiste de enseñarle la casa- no quiero ser una molestia, y tampoco hay- se percató de tu mirada llena de deseo- tiempo para eso ahora...-por un segundo viste ahí el ligero fulgor de la pasión en el fondo de su mirada, en la tensión del cuello, pero la desechó al mirar hacia otro lado, como si así perdiese el embrujo.- Una copa de vino estaría bien si...- no volvió la mirada hacia tu persona hasta unos segundos después- es una buena idea para ponernos mas...a tono- lo dejó caer, como el que deja caer un mazo sobre una mesa de cristal.
Dejó primero el maletín negro en el suelo, desabrochó el botón de la chaqueta para dejar esta abierta, solo con la camisa blanca ceñida que llevaba debajo. Se acercó a Steve mientras deslizaba los dedos por la encimera de la cocina, cincelando esa sonrisa de quien sabe a lo que va. Justo cuando llegó a él, apoyó la mano en su hombro apretando ligeramente y se escuchó un chasquido metalico en la puerta junto a un agudo pitido que comenzó con fuerza, poco a poco fue perdiendo hasta que se hizo inaudible. Un disruptor seguramente. La mujer se apartó con un suspiro cansado, cayendo el falso acercamiento- Seré breve, creemos que hay un topo en Titan, y que usted sabe algo o ha descubierto algo en algunas de sus misiones, o simplemente estuvo en un mal momento en el sitio adecuado. Suena a intento de asesinato.
¿Señorita o señora?, – Preguntó Steven con esa sonrisa que le caracterizaba, - la comprendo, es decir comprendo que quiera venir a mí a sacarme información que no sé. – Se cogió a la encimera pues estaba algo nervioso dándole la espalda a Megan. – Y sin preocuparse por mi estado vaya tengo que elogiar la manera de actuar de los que trabajan en Titán. – Dijo con sarcasmo. – Que un psicólogo me diera a entender levemente o me pusiera en el lugar del asesino que mató a mi familia no es algo por lo que me sienta contento. Es más me provocó un ataque de ansiedad, de ofuscación de ira que me sacó fuera de sí. – ahora miré a Megan una vez que había descargado lo que tenía dentro y siguió mirándola a los ojos con desafío por su falta de tacto.
Le mandé un correo disculpándome pero quiero que se le dé de baja a este psicólogo es más quiero ponerle una denuncia. Su última sesión me llevó a estar fuera de sí, a descontrolarme por ponerme en el lugar del asesino de mi familia. Esa es la información que tengo señorita Megan y si ha venido para conseguir información que desconozco no le voy a hacer perder más el tiempo. – Steven se cruzó las manos apoyado ahora a la encimera. – Y no sé entonces a qué ha venido ese beso, no debería de jugar con los sentimientos de las personas. Si está interesada en mí deje de preguntarme por lo que no sé, y céntrese en sus reacciones. – Se le notaba enfadado por haber dado un giro tan radical al asunto cuando Steven ya estaba ilusionado con conocerla de otra forma. Pero en sus ojos se reflejaba el sentimiento de que tampoco quería que se marchara solo que cambiara de tema.
O bien se hacía el tonto muy bien, o bien era menos de lo que me habían dicho. Me dio la espalda para hablarme demostrando así con su comportamiento físico que no quería que le viese algo...o notase algo.-Señorita- Escuché sobre sus quejas del psicólogo con un gesto de paciencia.
Creo que no ha comprendido donde se está metiendo. Esto no es cosa del pobre psicólogo al que casi mata, que por cierto, solo estaba haciendo bien su trabajo, si no de quien le dejó lo que tuviese en la cabeza.-Negué con la cabeza, como si aquello fuese una pérdida de tiempo- ya le he avisado, si no quiere colaborar y se niega a tan siquiera intentarlo está solo.- su comentario por el beso me pilló de sorpresa- ¿perdone? Le he dado un beso en la mejilla señor Richards, puro teatro ¿no es lo mismo que usted hace en sus misiones? No me venga ahora con rasgarse la camisa- una directa, como un ariete en toda regla. Atacado con tus propias artes de cierta forma
Esta mujer me estaba haciendo dudar de mis propias decisiones respondía rápido y con una contundencia y claridad de entendimiento que me dejaron anonadado. Pero actué con presteza, - perdone señorita Megan siéntese por favor y abriré una botella de vino. Hasta ahora no sabía a lo que se refería pero su respuesta me ha hecho pensar en algo que le había contado a la doctora… Elisa, abandonó su postura de estar a la defensiva, sus gestos pasaron de la ira a la sonrisa y se movió hasta la despensa sacando una botella. – Oh esto sí que es un buen vino, una crianza ya antigua señorita Megan quería compartirlo con alguien especial, y aunque usted no lo crea la considero una mujer muy especial, desde la primera vez que entró en la habitación del hospital. – Steven volvía a ser el hombre persuasivo que dejaba atrás sus meteduras de patas y se le borraba cuando se encontraba con una mujer de la inteligencia de Megan. La miró y sonrió y esta vez su mirada más que de deseo era de amistad, de querer contactar con el ser de Megan, con sus pensamientos más sensibles.
Sacó de un cajón el sacacorchos y dos copas, y empezó a descorchar el tapón de la botella. – Me resulta raro que la doctora no viniera más sería su día de descanso. Sabe todo esto me hizo recordar algo que quizás tenga que ver con su topo. -Terminó de descorchar la botella y llenó las dos copas sin que estuvieran a rebosar. Se acercó a Megan con un rostro que expresaba cariño, y le tendió la copa, después se sentó frente a ella. – Puede antes de tomarlo olerlo para saber el olor del buen vino, este olerá a madera, a raíces a árbol, degústelo antes en la boca para saborearlo es el segundo paso. – Steven siguió haciéndolo lo olió y después lo degustó antes de tragarlo. - ¿Qué le parece? – No pudo dejar de echarle un vistazo a su pecho aunque rápidamente miró hacia otro lado.
Recuerdo señorita Megan que hace tres meses si mi memoria no me falla. Me di un golpe bastante fuerte, y me hicieron todas las clases de pruebas aunque el médico que me trató… Miró para el suelo al venirle una mueca de sufrimiento y horror. – Era un hombre raro de rostro ceniciento que me dio mala espina es más la consulta estaba bastante oscura, y no correspondía a lo que había visto en Titán. Pero no había salido del complejo se lo puedo asegurar, sus ojos eran grises con un pequeño derrame rojo en el derecho. No lo he vuelto a ver más…
O acabó comprendiendo o solo era un juego para ver de que palo íbamos. No me parecía en absoluto innecesario. Ahora si se acordó de algo y me instó a que me quedase y tomara un poco de vino con él. Descorchó una botella, intentó ganarme con una perdida en su bolsillo y yo acepté en parte encantada- claro, una copa no suele venir mal- el cambio en mi fue perceptible por él, me había relajado un tanto y esperaba que aquella conversación llegase a buen puerto, para ambos, o al menos, para TITAN.
Miré el sacacorchos, luego a él, de forma distraída. Todo era un arma en una casa, y estaba en la suya. Me tendió una copa tras unas palabras que llamaron mi atención- gracias...-procedí a olerlo como el dijo, buscando una tranquilidad que por ahora, me podía permitir. Probé un poco, y me quedé mirando el fondo de la copa sin bajar el brazo mas de lo necesario para darle otro sorbo- con fuerza, carácter, seguro que viene bien con un tipo de carne de caza- le miré con una ligera sonrisa- no entiendo en exceso de vinos, debo admitir. Pero me gusta beberlos. -una sonrisa felina asomó en su rostro, como si fuese una trastada. Una mujer haciendo trastadas enfundada en un traje pegado y unos tacones.
Me habló de un golpe, de un procedimiento y del aspecto que le dió nula confianza del hombre. No solo el aspecto, que la sala estuviese con poca iluminación no solía ser una muestra de TITAN, a no ser, que fuese bueno para el paciente- revisaré eso- fruncí el ceño ante la descripción- nos veremos en tres días de nuevo aquí. Si no le importa- otro sorbo- a la hora que le venga bien.
Gracias Megan, ¿puedo pronunciar su nombre sin decir señorita? El rostro de Steve se calmó al ver que le había dado alguna pista de lo que deseaba. Al final aquella especie de pesadilla que tuvo y que para él fue real pudo notificársela a alguien que no lo trataría de loco. Es más le dijo que investigaría sobre el caso, Steve no pudo por menos que dejar entrever una sonrisa y de respirar aliviado. - Me siento agradecido de haber colaborado con la empresa Megan, en cuanto a su visita con llamarme dos días antes y avisarme me vendrá bien a la hora que quiera. - Por un momento estuvo a punto de decirle que viniera por la noche pero poseía buen corazón a pesar de ser un asesino, y no quería que Megan anduviera por los pasillos del edificio a altas horas de la madrugada. Por otro lado tampoco estaba seguro de que su ayudante fuera siempre con ella, y se quedó recordando el extraño zumbido tras la puerta como si algo controlara a la mujer, a sus impulsos más sensuales y es algo que recordaría aunque por ahora no quiso expresarlo ni en su faz. - Tiene mi número o eso creo aunque no sé si tiene el mío espere un momento, anduvo otra vez por el salón para coger una hoja y un boli, escribió su número y la cuarteó para que pareciera una tarjeta de visita, tomó otra para apuntar. - ¿Cuál es su número Megan?, puede que hasta entonces surja algo o vea algo y me gustaría en ese caso poder llamarla al momento. También me gustaría que me llamara si en algún momento quiere preguntarme algo o que indague sobre algo, gracias por su visita.
Steve abrió la puerta y esperó a que saliera, en último momento parecía que miraba las curvas de la mujer pero fue una distracción para fijarse en su ayudante. Lo examinó sin que los dos se percatasen por si llevaba algún aparato que hubiera sido el causante del zumbido inhibidor de la mujer.
Con el señorita por favor- enarcó una ceja dejando claro que no fuese tan cercano aunque la sonrisa no se había perdido y denotaba que también estaba un poco tanteando, jugando. Bueno a fin de cuentas, ella no había caído en tus redes, igual lo que pretendía era aguantar estoicamente.
En tres días, a las 21:00 procure hacer algo sabroso de cena, lo taparemos como un encuentro fuera del trabajo- Me dio su teléfono aunque los dos sabíamos que lo tenía, luego me pidió el mio y le di el número- es el personal- aclaré- la tapadera ya sabe- terminé el vino en breves sorbos cortos antes de dejar la copa sobre la mesa.- Nos mantendremos en contacto señor Richards- salió cuando la invitaste y pudiste observar como su compañero no estaba en el pasillo. Ella sonrió y con un guiño se giró para que sus tacones la llevaran hasta el ascensor, moviendo las caderas a un son extraño e hipnótico.
*Avísame si la miras hasta que desaparezca en el ascensor.
Una mueca de decepción se dejó ver cuando la mujer le remarcó lo de señorita, parecía que no quería ese tipo de aproximación aunque fuese amigable. - A Steve le hacía ilusión tener una amiga como Megan tan decidida, segura de sí misma y con un empleo duradero y de inspección. Era su contacto más perfecto al que Steve podía escalar, tenerla a ella aunque fuera solo de compañera de amiga le hacía sentirse mejor y alomejor en un futuro podría ser su confidente, ¿quién sabe? Algo raro sucedía dentro de estas instalaciones de eso se había percatado y tener a Megan que no le miraba como un bicho raro y se interesaba por sus sueños o alucinaciones le hacía sentirse mejor.
Pero su sonrisa con esos labios pintados de rojo refulgente le hicieron mirarla encandilado y poner cara de bobo al momento. Era una mujer bella, astuta, perspicaz y sobre todo parecía formal, ¿o no? No había llegado al interior de su ser y no sabía hasta que punto Megan desearía una relación y qué tipo de relación. Aunque con su relación con las mujeres sabía que te daban una de cal y otra de arena, y a veces decían no cuando querían decir sí, lo que querían es no ponérselo nada fácil a los hombres para ver el grado de interés que le tenían. Quizás Steve también quería lo mismo quería ese amor que se debía de ganar con el tiempo, ese tiempo que te hacía que los sentimientos estuvieran cimentados sobre una base más sólida y no de una aventura de una noche o de dos o de tres ¿Acaso no era atractivo?, ¿no tenía su trabajo? Bueno ahora no pues le habían dado una o dos semanas de vacaciones para que pudiera reencontrarse y calmar todas sus sensaciones ¿Sería una tacha entonces en su expediente? ¿Acabaría siendo rechazado por las mujeres por lo que había sucedido? De repente una alerta se despertó en su mente y entonces empezó a respirar con lentitud. - Cálmate maldito ahora no, no pienses en eso piensa en flores en rosas sí en lo bonito del vestido de la señorita Megan, en sus labios sonrosados refulgentes sí no intentes acceder al interior de ti ni de ella contrólate Steve.
Después ella tomó la iniciativa dándole a entender que iba a quedar con él en su casa para cenar. Como si aquello fuera una tapadera para la información que se estaban pasando. Siguió utilizando la tapadera incluso en su número, ¿es que acaso trabajaba para el servicio de inteligencia?, ¿era una especie de espía dentro del complejo? Empezó a ponerse algo nervioso pero apuntó su número intentando mantener una sonrisa que se esforzaba en reflejar mientras por dentro los nervios, la tensión y la presión por las mil y una ideas que tenía taponadas y que querían salir hacia el exterior para explosionar en su mente y crear el caos. - Gracias señorita Megan, estoy de baja durante una semana con unas pastillas si pudiera no ser tan explícita con lo de la tapadera y dejarlo como una cena de buenos amigos le estaría agradecido. Ahora son mil y unas cosas las que se me vienen a la mente como comprenderá y me gustaría tenerle de amiga para que me sirva de apoyo para mi estabilidad psíquica. - La mujer se fue y se giró y le guiñó, ¿acaso estaba jugando con él?, ¿qué es lo que quería? El hombre ya no estaba, ¿quería decir que se había ganado una cierta confianza con la compañía? Movía sus caderas pero no se quedó mirándola al revés cerró la puerta y se sentó llevándose las manos a la frente. Necesitaba paz una paz pura sin trucos ni tapaderas, ni juegos estaba perdiendo la cordura y lo que necesitaba era sinceridad confianza.
Respiró profundamente varias veces quería llamar a alguien pero lo dejó pasar, no estaba ahora para hablar, dialogar lo tacharían de desequilibrado, de perturbado. Se fue a la lavadora y se desnudó miró que no hubiera nada en los bolsillos del pantalón ni de la camisa y la hecho dentro del tambor con su ropa interior. Puso los polvos el suavizante y lo dejó para un programa completo con planchado. Después se fue al baño y se afeitó y después se duchó, sentir el agua corriendo por su cabello por su espalda le hizo sentirse mejor. Pasar el jabón por todo su cuerpo oler el perfume le reconfortó le equilibró, después al salir se secó y se lavó los pies en el videl no se contentaba con ducharse. Se puso el pijama con la ropa interior nueva se echó colonia, desodorante, crema después del afeitado y crema para la cara. La tenía reseca y pronto desapareció en los poros de su piel, tomó el móvil y se echó en la cama con una sábana que lo protegiera del frío llamó a Margot desde la cama.
Pi... Pi... sonó el contestador, - Hola Margot soy Steve estoy ya en casa voy a echarme un rato no pude dormir nada en el hospital. Quiero estar unos días solo relajado estoy de baja laboral siento que por ahora no nos podamos ver tengo que equilibrarme. Un beso te llamaré cuando esté mejor no cuentes conmigo para tus planes por ahora necesito estar solo, gracias.
Ya se había quitado a su rollo de encima necesitaba de verdad desconectar y sería imposible teniendo a Margot detrás contándole los chimorreos y los tiritos que se tiraban en el trabajo. Ahora podía descansar tranquilo e hizo otra llamada esta vez a su madre. - Hola mamá soy Steve te echo de menos mañana por la mañana pasaré a visitarte me quedaré para comer, te quiero mucho, besos mamá.
Dejó el móvil cargando silenció las llamadas excepto la de su madre, y cerró los ojos teniendo el móvil debajo de la almohada. Descansó se tranquilizó necesitaba desconectar del mundo...