Partida Rol por web

¿Fiarme? No, no podia... no de ellos. Pero el hacer su trabajo, me servia para descubrir la verdad en el proceso, aunque ellos intentaran ocultarmela. Eso no quitaba aun asi, que me hubiera dejado guiar por aquello que siempre acababa guiandome. Tenia que dejar de hacer eso, o acabarian jodiendome de una u otra forma. Me encogi de hombros ante su pregunta. - Es lo unico que tengo... - Si te fijaste bien, notarias como los labios seguian moviendose, aunque no hubiera apenas sonido alguno. - ... por ahora.

Dudaba que fueran tan tontos como para no saber eso, pero suponia que de alguna manera, servirles les daria un reflejo en si mismo de mi propio futuro.

Hilv parecia empeñada en buscar una forma de hacerme ver las cosas de otra forma... y quizas eso no fuera lo peor. Cuando menciono lo suyo, no pude evitar mirarla mientras la ira desaparecia, y con cada frase siguiente, mi rabia e ira parecian licuarse un poco mas, mostrando en mis ojos sorpresa e incredulidad. Era imposible. Simplemente no me cabia en la cabeza... tan... tan parecido era el discurso en cierta forma. Tan parecido. Ela me habia dicho que debia intentar buscar mi camino cuando ella no estuviera, que no queria... que me encerrase en mi mismo... y habia fallado. El dolor parecia cincelado en ese momento en mi rostro, al mismo tiempo que yo estaba estatico mirando a la novata y al mismo tiempo, solo mirando al infinito... hasta que una lagrima cruzo mi rostro, lenta, tranquila, pero brillante.

Hablas como ella... - Sus temores se habian vuelto realidad, suponia y es lo que Yliadris habia intentado decirme a su manera. Seria un cabron, pero... tambien era de las personas que mas me conocia y nos habia conocido.

Mi cuerpo habia reaccionado bien a ese contacto nuevo. Levante una mano y la pase por mi rostro arrancdo la lagrima, para luego mirarla. - Intentar ser mejor... - Trague y acabe dejando escapar un largo suspiro. - Si... hay que intentarlo... - Incluso los que somos como yo. Debia salir, de donde nunca habia salido... o no tendria futuro y como habia diho Yliadris, por mas que soñara con mi muerte, siempre... acababa resistiendome a ella.

Lo peor es que habia tenido que morir alguien mas... por mi, y que una novata me soltara eso a la cara, junto con el puto Yliadris, para ser consciente de todo. El dolor me acompañaria, pero no dejaria que me llevase de nuevo al torbellino. Debia librarme de esas cadenas...

Acabaria dandome la vuelta y volviendo a por la botella de vino. Unos segundos de mas, mientras simplemente me recomponia. Deje caer con suavidad el vino sobre la copa de nuevo. Mis hombros cayeron levemente, mientras poco a poco mi respiracion se hacia mas profunda y densa. - Gracias... novata.

Tardaste un poco en lograr acceder pues escuchaste un ruido de arriba y cerraste toda la aplicación. Parece que a veces necesitaba su tiempo para iniciarse de nuevo

Lo siento! Escuchaste a tu ex-marido. No parecía que nada se hubiese roto, solo que a veces era bastante torpe con algunas cosas. 

Nada mas entrar en la carpeta que creías que era la tuya: EW001 te salió un mensaje intermitente con lo que parecía ser un nuevo video adjuntado en la misma carpeta. La fecha era actual, justo de ahora. 

 Miercoles 14:00

Mensaje para Ella, desde la PDA de Marko.

Mensaje:

Hola Ella.

¿Como estas? Siento haberme tenido que ir, tenia una reunion con seguridad por lo ocurrido con OA.

¿Ya te han dicho algo mas? ¿Sabes al menos quien es el medico que se encargara de Tamra? Tengo algun conocido en la planta de pediatria.

Maldije por mi torpeza, –¿Todo bien ahí arriba? –me imaginé que le había podido la curiosidad y había tocado algo.

Entrecerré los ojos al observar el nuevo video creado, –pero qué demonios... –recordé que los videos de Kara algunos era en su casa, así que... levanté la cabeza del dispositivo y miré alrededor. Iba a hacer una búsqueda de cámaras en casa después de todo esto.

Seguramente estaban bien escondidas pero al ver la posición del video seguramente podría identificar desde donde estaba grabada, sin más preámbulos le di al play.

Viste tu apartamento, y como la puerta se abría entrando tú y...tú. 

Te quitaste la chaqueta y la dejaste en el armario que estaba nada más abrir la puerta, lo dejaste abierto.

Te fuiste hacia la cocina y abriste el congelador, estabas nerviosa y eso te daba hambre, no, mejor dicho, gula. Escogiste un helado de nueces de macadamia que no le dejaba tomar casi nunca a Tamra y cogíste una cuchara. Te giraste –¿Quieres algo? –le preguntaste al aire.

¿Sabes algo más del atentado? Espero que detengan a esos hijos de puta. Murió un compañero de misión, que me ayudó a sobrevivir –.

Cogiste la PDA de casa y la abriste. 

Saboreaste una cucharada de helado, limpiaste la comisura del labio e indicaste hacia el sofá –en la planta de arriba, el cuarto con las letras de colores en la puerta –. 

Tras un par de minutos mirando hacia el sofá, dejas un instante el helado en la encimera y escribes un mensaje–Sube si quieres – contestas mientras. 

—Pero qué... —me corté en seco en la frase, esto no podía ser, había sentido su tacto, había estado en el hospital con él, había oído un ruido hacía un instante. ¿Había sido una de las alucinaciones causadas por el agente?

—Entonces, ¿Quien estaba arriba? —Me sentí presa de mis miedos, fui corriendo a la encimera, abrí un cajón y saqué uno de esos cuchillos que no sé muy bien para qué sirve ya que no soy gran cocinera, pero era grande y con filo. Me lo puse en la espalda y subí hacia arriba.

—¿Kit? ¿Todo bien? —pregunté con cierta duda mientras subía las escaleras en dirección a la habitación de la niña. No sé por qué razón vino a mi mente la cara de aquella criatura que nos atacó en la misión, aquellos ojos...

Subiste las escaleras, y a cada paso te ibas imaginando lo peor. 

Algo se movió en el cuarto de Tamra y la puerta estaba entreabierta, si te acercabas un poco más, podrías mirar dentro, aunque...lo que sea seguramente también te vería. 

Apreté el cuchillo en mi mano derecha y aguardé un segundo. Casi podía escuchar mi corazón latiendo de los nervios que tenía. Lo oía tanto que me parecía como si alguien pudiera oírlos desde fuera.

-Vamos Ella -me dije, y a continuación me asomé dispuesta a clavar el cuchillo con todas mis fuerzas.

Te asomaste y viste a tu mujer de la limpieza, que, dos auriculares puestos estaba doblando amorosamente la ropa de tu niña sobre la cama. 

Eso si, en el suelo había uno de sus libros, que tan apretados estaban. Ese sería quizás el ruido fuerte. 

La mujer estaba de espaldas, así que no te había visto. 

De repente me sentí ridícula, ¿Lo había imaginado todo? Entré dentro y saludé —¿Sarah? —dije con tono dubitativo, no recordaba si hoy le tocaba.

—Yo... ehmmm —me rasqué la cabeza para no parecer una lunática, —¿Cuanto tiempo llevas aquí? Te va a parecer una pregunta rara, pero vine con ehmmm... Kit, mi exmarido, y no sé donde se ha metido. ¿Lo has visto? —.

Estaba convencida de haber entrado con él, pero el video mostraba otra cosa. Me aferraba a una última esperanza antes de creer que había venido sola.