Partida Rol por web

Un temblor recorre mi cuerpo cuando la muerte se alza sobre mí, como una sombra, acompañando a aquel que ha matado a Marko y ahora viene a por mi. Está claro que Marko tenía razón, él no tuvo nada que ver. Pero no voy a poder decírselo a nadie.

Mientras caigo al suelo, veo todo transcurrir como a cámara lenta. Se ve todo tan tranquilo, tan pacífico, tan silencioso, que incluso el sonido de mi cabeza al golpear el suelo es casi un insulto por alterar esa tranquilidad. Mientras reposo en el frío suelo me pregunto que habrá sido de Maggy, y qué será de ella ahora. ¿Realmente dirían al verdad con lo de su enfermedad? En fin, supongo que si no es cierto la veré pronto.

Un suspiro sale de mis labios y la oscuridad me invade. Solo quiero dormir, descansar del dolor que me recorre. Escucho un disparo, no sé si será el que me mate...

Un gesto de enfado cruzo mi rostro al descubrir que en ese cuarto no habia nada. Mierda. ¿Donde coño se habra metido ese tio? Tengo toda una bateria de preguntas para él.

Escuche entonces los disparos de fuera y no pude mas que mirar en direccion a la salida del templo. Una nueva victima de esa cosa medio invisible.

Con un gruñido e intentando que el escudo que portaba no se viera en demasia, me acercaria para ver que ocurria alla fuera. Durante el trayecto hacia la puerta, no dudaria ahora si, en tantear mis heridas, directamente sobre mi piel de ser posible. Buscando los boquetes en mi ropa para poder directamente tocar sobre los orificios de entrada de las balas o al menos buscarlos. ¿Que coño hace la infeccion esta de los cojones? Estaba claro que podia moverme con soltura, cuando habia recibido claramente dos disparos... y no me dolia nada en este momento.

Cuando te asomaste por la puerta, tras toquetear tus heridas y no sentir absolutamente nada te encontraste casi de frente con un Cifrado que estaba cauterizando con algo parecido a un láser el cuello de Fred. Estaba en mitad de un charco de sangre dos escalones mas abajo, medio escondido detrás de una de las peanas. 

La ayuda ya habia llegado. No sabia si eso era bueno o no. TITAN no podia haber sabido que pasaba ahi dentro y la respuesta de ayuda habia sido rapida, excesivamente rapida para mi gusto.

¿Atacante y curandero serian la misma persona? Dependia de quien fuera su objetivo... y aun estaba em tema del camuflaje optico.

Decidi ocultarme de la vista del Cifrado por el momento y observar lo que ocurria. De igual forma oculte el escudo a mi espalda, aunque estuviese listo para defenderme.

El cifrado ladeó la cabeza hacia ti en cuanto hiciste el mínimo ruido de colocarte el escudo a la espalda, directamente hacia la zona, y viste la sonda rojiza que siempre le acompañaba flotando, subiendo las escaleras con una clara intención. 

Revisar el interior del edificio donde estabas. 

Tardaría en llegar apenas 10-15 segundos, que era el tiempo que tenías. 

Mierda.

Las opciones se reducian a toda velocidad. A tomar por culo, no podia quedarme estatico.

Desactive el escudo y sali, buscando la mejor cobertura posible, tanto para defenderme del cifrado, como de cualquier otro atacante que hubiera en el exterior del templo. - Voy desarmado. Alguien nos ha atacado, iba protegido por camuflaje optico. - Todos mis instintos estaban fijos en esquivar el mas que probable siguiente ataque.

El sensor te inmediato captó tu silueta y te dejó medio ciego. 

Para cuando pudiste volver a ver, el sensor seguía ahí, analizando mientras el cifrado estaba quieto. 

¿Notaría algo? ¿Se daría cuenta? 

¿Donde está herido?- Una voz muy mecánica salió de la esfera. Estabas lleno de sangre, por supuesto, y no deberías de poder moverte bajo ninguna circunstancia. 

Puta luz de los cojones. Coloque mi mano delante para minimizar el impacto tras el primer fogonazo.

Pregunta obvia. Como si hubiera tenido muchas mas opciones. Si no quieres contestar a una pregunta avasalla con informacion, quedarse paradito, no ayuda.

Recurri a un tono mas seco, mas duro, como si diera ordenes, o me estuvieran molestando por nimiedades. - Estoy bien. No te preocupes por mi. - Hice un leve gesto con la mano, de "dejarlo pasar". - Estoy trabajando con seguridad para resolver un caso. El atacante podria ser uno de los rebeldes y tener informacion sensible, o acceso a la misma. Necesito que encuentres al hombre o mujer que nos ha atacado y que presumiblemente sigue en este piso. Porta un arma de pequeño calibre y algun tipo de camuflaje optico. Ha salido por esta misma puerta, hara como maximo unos 3 minutos. Cierra el piso de ser necesario.

Me lo quede mirando. - Vamos, no tenemos todo el maldito dia...

El atacante ha sido neutralizado- La esfera volvió a hablar- ¿De donde proviene la sangre?- Otro barrido a tu cuerpo con la luz rojiza.- Ni tiene heridas externas, ni, internas- no por nada era una sonda. 

El Cifrado se encaró hacia ti. Y no parecía ser justamente para hacerse tu amigo. 

Parpadee un poco con los ojos, porque la puta luz me habia dejado medio ciego, acabando por colocar la mano delante mia por la molestia. Ya, claro, no te jode. TU atacante, mamon. Por culpa de la puta luz no podia fijarme en la mas que probable humedad que rodeaba al Cifrado. No las tenia todas conmigo, pero si las suficientes para pensar que el hijo de puta que tenia delante era el atacante. Acabe por dar un paso hacia atras, claramente molesto por la luz, sin ninguna otra intencion. Tecnologia.

Que? Lo ha sido? Ya? - Negue con la cabeza levemente. - Mierda, tenia ganas de pillar al muy hijo de puta. - La pregunta no me pillo especialmente desprevenido. Frunci el ceño y me mire, entrecerrando los ojos y parcialmente sorprendido porque no esperaba tanta sangre. Menudo puto espectaculo.

Capte las intenciones del Cifrado, o las posibles. Deje mi siniestra ligeramente apartada, apoyada en mi cintura, casi en jarras, siendo la derecha la que estaba cubriendo mis ojos. - De donde va a provenir? Del interior del templo, maldita sea. - Señale con la cabeza, hacia el interior. Gana tiempo. Un poco de tiempo, solo. Para corrobar tus sospechas. - Es un templo dedicado entre otros a los Dioses de la Guerra, y aqui no sirven panes consagrados para comer, ni beben vino, como en algunos de los mas "bonitos" del otro piso. - Un ligero tono de burla al mencionar lo de bonitos.

Demasiadas vueltas. 

Demasiadas evasiones. 

El cifrado te disparó no 1, si no 4 veces para asegurarse de que te daba. Tu no notaste nada, pero a los dos segundos las piernas te dejaron de funcionar, y al tercero, caías casi dormido del todo al suelo. 

Tampoco notabas el frío de la piedra...al final, todo se hizo oscuridad.