Partida Rol por web

Poco a poco ibamos subiendo a la gente, lo que me provocaba cierto alivio. La siguiente era Michelle. Me limité a asentir las palabras de Andrew mientras miraba de reojo a la señora a ver si cambiaba de opinión o no.

no no, gracias pero yo soy capaz de subir, prefiero cederle mi turno a la señora... la cual me recuerda a mi abuelita....

me acerque a clara rosen y con la voz mas dulce que pude le dije

seguro tiene nietos que la estan esperando... no querra dejarlos esperando... como hizo mi abuelita cuando era chica....

a la señora rosen se le escapo una lagrima, la cual se seco rapidamente esperando que nadie lo notara

y sin mediar palabra se acerco a la mesa para que la ayuden a subir

luego de un momento de silencio en que nadie se movia agrego

estoy lista...

espera vieja que te ayudo!

y asi la señora rosen logro subir al piso superior

Izada como una muñeca rota, el brillo de los ojos azules se perdía en aquellos nudos y aquel arnés que había de alargar un poco más mi agonía… la de todos… y se perdía en el recuerdo… en el recuerdo de los ojos de Andrew…

Sus ojos… ojos fuertes… llenos de esperanza… o más bien, de obcecación… Me dolía sonreír… pero lo hacía… Yo mejor que nadie conocía de aquella testarudez que te impide dar un paso atrás… que te impide arrepentirte… que te impide dejar de mirar hacía delante, por mucho que entornes lo ojos hacía atrás…

Lástima… lástima no haberle conocido antes… cuando yo aún… brillaba…

Me dejaron a un lado… juguete estropeado que ya solo ocupa espacio.. y me mordí el labio conteniendo las lágrimas.. Sal que de nada servía… que nunca sirvió de nada… por muchas ganas que una tuviera de llorarla…..

Ahora parecía todo ir rodado, pues la señora de avanzada edad había entrado en razón gracias a las buenas maneras de Michelle, lo que nos evitaba un gran problema....¿qué habría ocurrido si se hubiese seguido negando?
Era mejor no pensar en ello ahora que formaba parte del pasado, pero me quedó un regusto un tanto extraño al pensar en aquella situación.

En fin, no era momento de ponerse a pensar en esas cosas, pues aún estábamos en peligro - ¿Quien sube ahora de los dos? - pregunté mirando a Michelle y al señor Rosen.

Atónito observé como la señora Rosen subía por agujero, sin armar ningún jaleo y sólo ayudada por su marido. Al fin estaba arriba y todos contentos. Aprovechando que el buen anciano estaba junto a la mesa para ayudar a su mujer y sabiendo que Michelle se negaría, le agarro el brazo al hombre para ayudarle a subir.

Venga amigo, ahora usted.

gracias pibe... si me das un empujoncito.. ya sabes... estos viejos huesos no son lo que eran antaño... jeje

rodolfo iba subiendo de forma calmada, hasta que escucho el llanto de su mujer en el piso superior.
fue entonces cuando abrio los ojos como platos y le entro la desesperacion por acudir en la ayuda de su mujer, y sin ayuda de nadie el viejo rosen trepo como un gato

son las 8:52am...

la corriente de agua es mas fuerte....
y esta amenaza con derribarlos....

la joven ve las heridas de tim y sobretodo las de andrew
quizas sea mejor que suban ustedes primero... yo estoy en perfectas condiciones...

Miré a la mujer, que valiente, cedía su lugar para que ascendieran primero los heridos.

Me lo pensé durante un segundo. No quería subir pues la educación en la que siempre había sido criado me decía que debía ayudar a las mujeres en una situación de necesidad como en la que nos encontrábamos, pero debía ser realista.....quizá mi pierna no aguantara mucho más, y mejor en el piso de arriba que allí donde el agua amenazaba con arrastrarme.

Está bien - respondí - subiré yo.

 Subí a la mesa y alcé los brazos para sujetarme al borde del agujero.....estaba claro que los años de entrenamiento en el campo tambien eran útiles en una situación como esta, aunque aquí no sirviera de nada un pase de sesenta yardas.

La cosa ahora parecía que iba muy bien, salvo por el hecho de que el agua seguía aumentando su fuerza. El anciano y Andrew había subido como unos auténcos escaladores por el hueco. Anora sólo quedábamos Michelle y yo.

La miré fijamente, sabía lo que estaba pensando, no hacía falta decir nada, se le notaba perfectamente.

No. En el montacargas me subí yo primero - digo señalando atrás - ahora te toca a tí.

Hice una última revisión de los nudos de las sábanas euq sujetaban la mesa, pues sería lo único que la sujetase a partir de ahora para evitar que la corriente se la llevase.

esta bien... pero si te pasa algo bajare a buscarte!

ves como desaparece por el hueco del techo

Tras ver como Michelle sube rápida y ágilmente, me paresro a ir tras de ella sin perder más tiempo.

¡Hacerme hueco, que voy!

De un ágil salto apoyé mi pierna buena en la mesa, que aguantó perfectamente, para imporlsarme de nuevo hacia el hueco, donde quedé colgado de la cintura y el resto ya fue fácil ayudado por los de arriba.

el agua corre mas fuerte desata la mesa y esta se va con la corriente....