Partida Rol por web

son las 8:54am...

tan solo quedaban lazaro y cy....

Sólos él y yo... y cómo le necesitaba...

El dolor del brazo había aumentado... un palpito ardiente que se propagaba por el hombro... por el cuello... aferrándose a la nuca y tensándome cada uno de los músculos de la espalda... y aún así... lo dejaba caer lánguido a un lado de mi cuerpo.... y aún así... no hubo un quejido... ni una lágrima.... Hacía mucho que había aprendido que quejarse solo era una pérdida de tiempo... Hacía mucho que sabía... que las lagrimas no servían para nada...

Me retiré unos pasos de aquella tubería... Le conocía tan bien...

Y bien?... la malicia me destellaba en la mirada... en la media sonrisa... en el desafío del porte orgulloso de mi cuerpo que ahora.. bajo sus ojos... se acercaba de nuevo a él... Voy a tener que imponer mi rango?...

Me perdia en la cercanía de su cuerpo... en el recuerdo... y la mano se posó en su hombro derecho... descendiendo despacio acompañado del azabache de mis ojos... apenas rozando su piel y sorteando hábiles las vendas que poco a poco se teñían de rojo... Cómo añoraba su tacto... cómo recordaba su piel... cómo necesitaba su aliento...

Es tu turno... amor.... la mirada negra se entretuvo en su pecho para volver a él... para enmarañarse en la suya... Dolerá, pero... eso nunca te detuvo antes...

se oye un grito a travez del tubo

-¡Cy! ¡Lazaro! ¿Estáis bien?

"Dolerá, pero... eso nunca te detuvo antes... "

-. Y cuánto me he equivocado...- Respondí inmediatamente, sin pensar... no había que hacerlo más. Durante meses lo hice... durante meses creí que la protegería de la causa alejándola de mí... me equivoqué por partida doble, me equivoqué alejándola... me equivoqué con la causa. Chacal, mi hermano de sangre, la había acogido... adoctrinándola en sus últimos pasos para la causa. No más sangre... no más gloria. El lema idealista que había surgido de mis propios labios al principio de todo, había sido mancillado junto con todos principios que había hecho gestar la organización... una organización que había perdido el control con el paso del tiempo. Nunca negué que sólo la sangre nos llevaría a nuestros objetivos... pero sangre justa, no civiles... no ensañamientos. No quería eso para Cy, sus ideales eran puros, la realidad era bien distinta. Me equivoqué al no contar con ella... me equivoqué al alejarla de mí... me equivoqué tanto. Ambos lo sabíamos...

Mis ojos castaños se enredaban en sus pupilas... princesa.

Avancé hacia ella, acortando la escasa distancia que nos separaba, mi mano aferró su pelo negro a la altura de la nuca para conducirla hacia mí con suavidad pero con firmeza también... hacia mi mojado cuerpo... hacia mis labios que cubrieron los suyos ávidos de su aliento... de su sabor. La otra mano envolvió su cuerpo, buscando el final de su espalda... su tatuaje... mi orquídea. Mi cuerpo la besaba al igual que hacían mis labios... alimentándome de su dulce saliva... respirando su cálido aliento... nada más preciso... nada más que ella.

Flashes del pasado salpicaron mi oscuro mundo en aquel momento... imágenes de ella... imágenes del Cairo...

Apresé su labio inferior entre mis dientes, pellizcándolo... mordisqueándolo... mientras me separaba unos milímetros de ella... sin alejarme de su húmedo aire... sin dejar de abrazarla... de enredar mis dedos entre su pelo. Abrí los ojos a la vez que liberaba su boca... para hallar los suyos en mí... no había sido un sueño... estaba allí conmigo. -. He venido aquí en cuanto supe que formarías parte de la misión... y ahora que estamos juntos, princesa, no voy a permitir que nada ni nadie nos vuelva a separar.- Mi mano abandonó su nuca para acariciar el cabello de su flequillo...

En eso, la preocupada voz de George resonó en la tubería... arrancándome una sonrisa cómplice de los labios... mis ojos reacios a abandonar los de ella.

Su mano en mi nuca.... la fuerza en su mirada... en un gesto que me sometía, que me llevaba a él y a su sabor añorado... Y yo me dejaba llevar... Tanto le anhelaba...

Me fundía en su beso... en su cuerpo... saboreándole despacio mientras sentía el arder de mi piel.. mientras sentía su mano recorrerme.. buscar aquello que era suyo... y al notar su caricia sobre ella el escalofrío me recorrió... y aún le busqué con mayor ansia... tan cerca de su cuerpo... ni el aire entre nosotros...

Mis manos se aferraban a su cintura... buscando bajo la camiseta húmeda su piel suave con la yema de los dedos... recorriéndola y dejándome invadir de recuerdos lejanos... buscando recuerdos nuevos... Las respiraciones se entremezclaban, y en aquel lugar extraño, en aquel barco que solo hablaba de muerte, durante un segundo, sólo fuimos él y yo... durante un segundo... nuestra burbuja fué perfecta.

Apenas se separó de mí.. mordiéndome el labio en el gesto conocido, tan recordado... Y yo sonreí mientras apenas sostenía el aliento, jadeo suave que me abrasaba el pecho... y sentí estúpida como la sangre acudía a mis mejillas mientras su voz me acariciaba... mientras su mano me recorría la piel de la nuca abandonándola para llevar sus dedos a acariciar mi flequillo... Estaba allí por mí....

Por mí.......

Sus pupilas me reflejaban... y me aferraba a ellas como me aferraba aún a su cuerpo, a su olor, a su sabor... Tanto le amaba... cómo nunca antes... cómo nunca a nadie....

Nada ni nadie, mi amor.... le acariciaba el cuello ahora... sintiéndome muy lejos de allí... deseando estarlo... No permitas que nada te separe de mí, vida.... Yo no lo haré...

Me acercaba a él de nuevo... buscando sus labios que se entreabrían para recibirme como lo hacían los míos... Y fue entonces cuando la burbuja estalló... cuando la voz de George nos devolvió a aquel barco moribundo...

Sonreí... no me importaba dónde estar... si estaba con él... En fin... jaajajaj... quizá nada... excepto George...

La sonrisa dibujada en mis labios terminó de recorrer la distancia que le separaban de la suya... para sellar de nuevo con un fogoso y duradero beso la unión de nuestras cuerpos... de nuestras almas... prolongando por unos instantes más el anhelado momento. Mis manos no dejaron de recorrer su pelo... su espalda... su piel... sintiendo las suyas en la mía.

Princesa...

Nuestros húmedos labios se separaron con pereza... dejando que nuestro jadeante aliento ocupase el vacío entre ellos... nuestras candentes pupilas enredadas. Mi mano se deslizó desde su nuca por su blanquecino cuello... envolviéndolo... alzando repentínamente su barbilla al cielo... buscando desesperado... jadeante la suave piel de su cuello con mis labios... acorralando su cuerpo contra la pared con el mío... mi pierna es atrapada por sus firmes muslos a la vez que mi otra mano desciende bajo sus nalgas... elevándola... llevándola con firmeza contra mí...

El agua salada, congelada, nos cubre a dos tercios de la pierna... pero lejos de enfriarnos su contacto nos enciende aun más...

Su calor me abrasa... sus jadeos me enloquecen... su olor me da hambre... mis dientes muerden su carne arrancándole un quejido de placer...

De nuevo en mí... de nuevo su sabor... sus manos recorriéndome, erizándome la piel, acelerándome el aliento y la sangre... que latía.... tanto...

Se retiró de mí... despacio... y pupila contra pupila, aliento contra aliento vi... Vi su mirada, casi depredadora... vi su deseo arder cómo ardía el mío... cómo siempre ardia, cómo siempre ardió... Incluso en la distancia... incluso en aquel lugar...

Vi su mirada y supe.... y deseé... Solos él y yo...

Cuánto le había añorado... cuántas noches le había recordado... cuántos días... Y ahora sentía de nuevo su calor, su sabor... el tacto de su cuerpo que me sometía y volvía a enloquecerme... Lázaro.... Un susurro... ardiente... y sus manos obligaban mi barbilla... exponían mi cuello a sus labios que lo besaban y lamían mi sal húmedos... Y su cuerpo me guíaba... me ceñía... mientras yo le ceñía a él... mientras sintiendo su cuerpo entre el mío el beso de los labios era un beso de piel... Un beso de todo mi cuerpo que vibraba y oscilaba como el agua que nos rodeaba... Agua y piel...

Mis caderas bailaban para él... sobre su cuerpo... buscándole como le buscaba mi boca... cómo le buscaba mi piel... mi alma... Sus manos detuvieron con ansia el oscilar suave de mi cintura cuando aferraron la curva de mis nalgas para llevarme a él... El tejano empapado se adhería a mis piernas... y yo sabía... Sabía cuando sus dientes mordieron mi piel que estaba perdida... que no había nada más que él en aquel maldito barco... Sabía que le necesitaba... y que no saldría de allí sin tenerle... una vez más...

El gemido se me escapo entre los labios mientras los dedos se clavaban en su espalda... mientras mi mano buscaba su cintura... más alla de ella... aferrando también su cuerpo para fundirlo en el mío... para besarle sin medida... o quizá con demasida...

Agua helada que nos rodeaba... Deseo ardiente que la vencía... y su nombre en mis gemidos...

Lázaro.....

Sus uñas marcando mi espalda... sus caderas meciéndose contra mi pierna... mi lengua recorría su cuello ascendiendo hacia su barbilla, que poco a poco fui liberando, buscando sus labios... su boca... su saliva. Mi boca ahogó sus gemidos que proseguían resonando en mi cabeza. Con la ayuda del impulso de mis brazos, sus piernas abandonaron el agua... envolviendo mi cintura sin dejar de bailar con sus caderas... me busca... me encuentra...

Fuego y gasolina... mi cuerpo ardía con el suyo cerca... mi deseo se a crecenta... no puedo parar... no quiero parar...

Mis brazos la llevan hacia mí... mis manos la recorren anhelando cada rincón de su piel... las miradas encendidas... los alientos abrasan... el fuego crece en nuestro interior...

La tomo por las nalgas... firmes... clavando las yemas de mis dedos en ellas. De un nuevo impulso la obligó a separarse lo justo de mi, liberarme del fogoso abrazo de sus brazos, de sus piernas... para sumergir éstas en el agua... para darle la vuelta... para encararla contra la pared y adecuar perfectamente sus sinuosas formas a las mías.

Tras unos efímeros instantes de vacilación... de tormentosa calma, en los que mi jadeante respiración inundó su oído, su nuca bajo su cabello... en los que mis manos flanqueaban sus caderas... caderas cimbreantes que me hacían enloquecer. Una de mis manos abandonó repentinamente su nido para buscar la parte baja de su espalda... y arrancar de ésta el arma de fuego que descansaba en ella. Arma que, conducida por mí, comenzó a recorrer la piel de su vientre, de su pecho, de su cuello; mientras mi cálido aliento se arremolina en su pelo... mientras su olor inunda mis sentidos... mientras siento que ella se estremece entre mis brazos... más y más...

El sonido a cremallera desesperada anuncia que pronto caerá la última barrera física que nos separa... sus pantalones ceden hasta sus muslos entreabiertos para mí... mi mano se pierde bajo el coulotte negro mientras ella, tan ansiosa como yo, desabrocha las botones de mis vaqueros... pronto estaríamos libres de impedimentos...

Su placentero calor se apoderó de aquella parte de mi cuerpo, de mí, con la desesperada embestida... arrancándome un gemido de mis labios que barrió su nuca justo antes de ahogarlo con un mordisco. Tras ese instante, ella comenzó a buscarme a mí al igual que yo a ella... porque ella era mía al igual que yo era de ella.

Su cuerpo se retorció levemente para buscar con sus jadeantes labios mi aliento... mi saliva... mi besos... para buscar con sus candentes ojos los míos, mientras su mano enreda mi cabello... sosteniéndose en él... mientras las mías la recorren... mientras somos uno... mientras el fuego se a crecenta... mientras el fuego arrecia...

Y aun después de que la explosión de placer que nos desbordó a ambos a la vez, me quedé allí... abrazado a ella, sin abandonar aquel lugar dónde siempre quise estar...

-. Creo que esto es tuyo, princesa...- Con la respiración ya más pausada... indicándole, con una sonrisa de felicidad en los labios... aun sin movernos de como estábamos, el arma de fuego que porta mi mano... el arma de fuego que puse a la altura de nuestros ojos...

Fuego y gasolina....

Cierro los ojos... sientiéndo su abrazo mientras el placer aún me recorre... mientras la respiración se acompasa a la suya, el mismo oscilar de los pechos... el mismo aire... el mismo ser...

Aún permanece en mi... le siento... le respiro... Y al entornar la mirada sobre el hombro para buscarle veo su sonrisa, veo el brillo de sus ojos que debe ser reflejo del mío... Veo el acero de mi pistola entre nosotros.... Lázaro.... Su piel me quema... su mirada más que eso...

Recogí la pistola con una mano... dejándola caer lánguida a lo largo de mi cuerpo, sintiendo su tacto frío contra la piel del muslo... sintiendo la piel ardiente de él aún adherida a la mía... y la mirada negra no le abandonaba mientras los labios se me entreabrían... mientras la otra mano buscaba su cuerpo, mientras le sujetaba contra mí... en mí...

No es lo único mío... en este barco.... el cuerpo se me arqueaba hacía atrás mientras le sujetaba contra mí... mientras mi espalda se apoyaba en su pecho y la mano que sujetaba la pistola se apoyaba en su nuca.. Más cerca... aún más... Tenerle por fín, de nuevo... Lázaro, Lázaro... mil noches había repetido su nombre... mil veces le había soñado... y ahora estaba allí... No era un sueño... o quizá sí, los mejores sueños son los que llegan despiertos...

Tú... eres mío....

Mis caderas volvían a bailar... suaves... lentas... incoherentes en medio de aquel lugar de muerte... en medio de aquel agua helada de océano... Qué demonios estaba haciendo? Qué importaba?.... Qué mejor manera de morir si había de hacerlo... El negro de mi mirada ardía de nuevo cómo sabía que ardía él... que se dejaba acariciar por mi cuerpo con los ojos cerrados y el gemido entre los labios...con su cuerpo dejado ir al mío... en mí... mientras sentía su fuerza renovarse...

Porque él era mío igual que yo era de él....

El baile tímido de mi cuerpo perdió suavidad... perdió dulzura cuando el ansía me pudo, cuando le sujete aún con más fuerza... cuando fui yo la que.. sin retirarle de mí un milimetro le llevé a la pared... y el golpe de su espalda detuvo su movimiento... No el mío...

Su aliento en mi oído, sus manos en mí... y el placer... Tanto placer....

El detonar de nuestros cuerpos se enmarañó de nuevo... unos segundos largos en los que me abandoné... lejos de aquel barco y su sal... y su frío... Y sintiendo el corazón en la garganta... el aliento demasiado acelerado en el pecho, giré apoyandome en su torso... recolocando la ropa con reticencia... hundiendo mi boca en la suya con ansía.... bebiendo de su aliento... nada más necesitaba....

Te he añorado.... tanto, tanto.... por qué te fuiste?...Por qué me dejaste?.. Lázaro.... Le besaba sin saber parar... y sentí una lágrima amenazante pender de mis pestañas... No.. ahora no.... Te amo.. Lázaro... nunca más... nada ni nadie, amor... Nada ni nadie....

Me retiré con esfuerzo... No quería hacerlo... Debía... Debía salir de allí... debía sacarle... Debíamos sobrevivir en aquel maldito barco... No moririamos allí... Ahora que estaba Lázaro volvía a estar a mi lado, una vida entera no sería suficiente...

son las 8:56am...

no solo no brota mas agua de las tuberias 1 y 2, sino que el agua que se junto, parece escurrirse por algun lado... porque esta bajando lentamente....

La respiración acelerada... el ardiente deseo en el aliento... la visión enturbiada por el placer.

Recibí su boca que se hundía en la mía... recibí su cuerpo que se hundía en el mío... recibí su aliento y la abracé con fuerza llevándola aun más hacia mí mientras su voz me atormentaba por lo que había hecho... Princesa... no debí hacerlo... nunca debí dejarte...

Tomé su cabeza... enredando mis dedos entre su sudado pelo... y la hundí aun más en mi pecho-. Nada ni nadie, princesa... nada ni nadie...- Musité en su frente mientras vacío el aire inspirado previamente... mientras la beso... mientras acaricio su cabello. Tanto la quería... tanto... debíamos salir de este maldito barco... debíamos conseguirlo... juntos... una vida entera no sería suficiente...

Ella se retiró con esfuerzo... y yo la dejé ir sintiendo el frío vacío que dejaba en mí. Tomé aire, hay que continuar. -. En cuánto estemos abajo, dejarás que te echen un vistazo a ese brazo... te necesito.- El brillo de mis castaños ojos se teñían de preocupación.

Recoloqué mi ropa antes de enfrentarme al estrecho tunel. -. Voy a bajar!!!!!.- Advertí a los de abajo para evitar algún inoportuno accidente. Tomé decido las sábanas anudadas entre las manos y volví a fijar mi mirada en ella. -. Nos veremos en un instante... te echaré de menos... te quiero.- Le sonreí, pretendiendo disimular mi preocupación por su brazo.

Y me sumergí en su oscuro interior... descendiendo con soltura...

son las 8:58am....

la sabana ya resistio mucho mucho peso, y cuando estas bajando, uno de los nudos se suelta y caes desde 6 metros de altura...

tu cuerpo choca por momentos contra las paredes metalicas del ducto, hasta caer en un colchon de sabanas que poco amortiguan tu caida....