Partida Rol por web

lo siento pam.. te falle...

¿Cómo que sigamos sin vosotros? - pregunté cuando escuché la voz de la mujer llegar hasta donde me encontraba - Nada de eso. Necesitamos a todo el mundo para salir de aquí, con todas las cabezas pensando en conjunto para encontrar una salida, así que de aquí no nos movemos hasta que subáis.

Sabía que aquellas palabras no eran ciertas, pues no podrían esperar durante mucho tiempo antes de continuar, pero debía hacerlas creíbles para que Pam y Greg recobraran el ánimo suficiente como para intentar la ascensión, por muy difícil que esta fuera.

Así que ya estáis subiendo ¿me oís? - continué - Es sencillo, más de lo que parece, pero nunca lo sabréis si no lo intentáis ¿verdad?.....Siempre podéis volver atrás si no lo veis claro.

Ahora sólo quedaba esperar para comprobar si se atrevían o no.

La voz de aquel hombre que hablaba desde arriba, pareció tranquilizar mi temor y abrir un puerta por la que surgía un rayo de esperanza.

Haciendo acopio de mis ánimos, me levanté y caminé hacia el hueco del ascensor, sin soltar la mano de Greg en ningún momento.

No me has fallado ¿me oyes? - le dije a Greg - Ha sido un momento de debilidad al que debemos hacer frente, así que ahora vamos a subir, y cuando estemos arriba quiero que me beses como no lo has hecho nunca ¿de acuerdo?

Antes de perder tiempo en pensarlo, alcancé la escalera que me llevaría a la parte superior y ascendí sin mirar abajo.
Hubo un momento de tensión cuando tuve que dejar la escalera atras para alcanzar el hueco que había dejado la rejilla. Pero allí me esperaba la mano de Jason, que me ayudó a subir con facilidad.

Ahora te toca a tí - le indiqué a Greg desde arriba.

aquella vos que venia del piso superior.. y luego pam.. parecia tan decidida..
se alejo de mi, y vi como desaparecia por el hueco del ascensor...
si pam...
ahora era mi turno...
ascendi.. no crei que pidiera hacerlo.. y una vez arriba...
pam pam!!!
la abrace y la bese con pasion, como si ese fuera el utlimo beso.. y si quizas lo fuese...

Al final, el subidón de adrenalina acabó con el viejo Jaime. Lo que no había conseguido matar de un ataque al corazón al hipnotizador, acabó por traicionarle de una forma sutil y prácticamente ineludible además de imperceptible: El sudor.

En cuanto apoyó sus sudorosas manos sobre el frío metal de las escaleras, sintió la urgencia de continuar subiendo, en busca del puente G antes de caer al notar cómo sus débiles brazos no respondían, paralizados por el miedo al notar cómo las palmas de su mano resbalaban por el hierro.

- N-no.. no... ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!-gritó en su último aliento el anciano, que quedó inconsciente al golpearse contra una de las paredes antes de morir definitivamente ahogado, sumergiéndose en la bolsa de agua que había inundado el barco.

Irónicamente, una escalera que estaba pensada para salvar vidas, acabó con la suya...