Partida Rol por web

Suspiro con cansancio y mirándolo con algo de molestia ante su proclama de ser superviviente. “Si eres un superviviente entonces pruébalo, arriésgate a un peligro no corras ya que eso no es necesariamente lo mejor para que sobrevivas en el largo plazo.”

“Fíjate el escenario completo que tenemos…Algunos dudan, otros parecen más seguros y otros en su interior saben lo que deben hacer. Eso significa que debemos aprovecharnos de la oportunidad que tenemos ya que entre los nuestros no hay duda, entre los nuestros si todos votan por la misma tenemos un peso que sin mucho esfuerzo se puede volver la mayoría. Eso en gran parte se debe a que yo me encuentro conectada con distintas personas.” Dice señalándose a sí misma. “Si nosotros nos unimos son 7 votos seguros contra una persona, lo que no es poco Nimay.”

Entonces vuelve a mover la mano y se pasa un dedo por el cuello como su lo cortara. “Cuando yo muera, Noi se muere conmigo. Lo que convierte 7 a 5, sin mucho esfuerzo. Lo que tras el triunfo en las votaciones volvería grupo de Olenna en una posible mayoría que iria de nuevo por uno de los nuestros, una y otra vez hasta que nuestro número se vuelva insignificante y con el poder de reconocimiento termine encontrándote a ti o a Aisha, terminando el trabajo sin sudar demasiado.” Concluyo mirándolo fijo a los ojos.

“En este momento tenemos los números, algo que seguramente los anteriores traidores en esta ciudad nunca contaron. No debemos desperdiciarlos por una posibilidad de vivir un poco más y luego morir arrodillados.”

Nimay contempló a la mujer escuchándola con calma. Sin embargo, cuando ella terminó, negó con la cabeza. 

—¿Qué siete, Katalina? Yo sólo cuento seis: Daeron, Aisha, Alastor, Noi, tú y yo. Ya ocho voces se han alzado con firmeza en tu contra: Theora, Olenna, Deidre, Bethanny, Raffariel, Smel, Sylvia y Vyka. Todos esos han anunciado que van a fijarse en ti. Y tiene toda la pinta de que serán más. —Hizo una pausa y negó con la cabeza de nuevo. —No tenemos los números. Todavía falta para que llegue el atardecer pero ahora mismo, tal y como están las cosas, no salen las cuentas.

Hizo una pausa más y cambió el peso de una pierna a la otra, inquieto.

—¿Qué estrategia hay en delatarme? Que se desvelen Daeron y Alastor nos va bien, pero a mí me conviene más permanecer en un segundo plano. Si puedo señalar a otro sin delatarme, lo haré. Pero no a costa de mi propia vida. No voy a desvelar mis intenciones ante todos tan pronto.

—Como te dije, voy a esperar hasta el último momento, aún podrían voltearse las tornas. Y pensaré en lo que dices, te lo aseguro. Pero no llevo tres días pasando desapercibido, infiltrándome en sus filas como uno más, para ahora delatarme abiertamente. Y Aisha tampoco debería hacerlo, ella es ahora mismo la mejor baza para poder matarlos en la sombra. Además, ya lo has visto. Hay otras formas de matar de día. Si nos desvelamos y vamos de frente, estaremos poniendo dianas en nuestras cabezas para los que puedan matarnos. Yendo de cara, tenemos todas las de perder. 

Y finalmente ladeó un poco la cabeza, escrutando con su mirada a la mujer antes de plantear su siguiente pregunta.

—Por otra parte, parece que olvidas que tu unión con Noi no te permitirá alzarte con la victoria con ellos. ¿Cuáles son vuestros planes al respecto? ¿Daeron realmente ha regresado por sí mismo? 

Lo miro confundida cuando nombro a los ocho que tenía en contra. “Primero Deidre parece estar de nuestro lado e incluso su afirmación no es tan firme como dices. Segundo cuando fue que Bethanny dijo que también me votaría? Y por último todas estas personas podrían afirmar afuera algo pero no estar diciendo la verdad o simplemente terminan dudando más de lo que dejan ver.” Le devolvió pensando en ciertas dudas vistas.

“No se a mi me salen las cuentas si todos votamos por lo mismo o en todo caso habrá un empate y ahí sabemos que dependerá de la suerte. Algo que generalmente me va bien luego de un gran numero de eventos malos.”

Suspiro no entendiendo que no viera su punto. “Ya te he dicho cuál es la estrategia, es tratar de ganarles con los números a un claro grupo que se está formando ahora y que en un futuro terminaran dirigiendo las votaciones hasta que termine todo esto.” Le respondio bastante segura de lo que pasaría. “Acaso crees que si te unes a su grupo vas a poder moverlo donde quieras? Siendo solo uno contra 7 o 6?” le pregunto queriendo lo hacer pensar en sus capacitados.

“Si hay otras formas de matar de dia, pero ninguna ha caído en nuestra mano hasta ahora. Lo que no me alegra y me hace temer que finalmente no tendremos forma de conseguirlas o que sea tarde para que importe.”

Entonces llego su ultima pregunta y la mujer se lo quedo viendo antes de bajar la mirada. “No la olvido, nunca lo hago. Pero de nada me sirve sino sobrevivo a esto, lo que vaya a pasar luego que sobreviva ya lo veremos pero te dejare en claro que no les pediré a Noi o a ti que defiendan a un traidor como lo hacen conmigo. Sumado a que si en verdad pueden aparecer poderes para asesinar en el dia entonces lo usare contra los traidores cuando llegue el momento y finalmente cuando haya un solo lo traicionare abiertamente.” Dijo alzando la mirada con seriedad para que viera tiene planes contra ellos. “Como ves tengo mis planes, pero como dije ya varias veces necesito sobrevivir a esta votación pero para eso necesito tu ayuda. Es una lastima que no tengamos la unión que tengo con Noi, porque si fuera asi esto estaría arreglado.”

—Me refiero a que ellos también pueden matarnos de día —aclaró Nimay tras escuchar a Katalina con atención—. Como le pasó a Daeron. Si les ofrecemos una lista tan clara, sabrán perfectamente a quién dirigir sus ataques, no sólo al atardecer, también con esos poderes que la ciudad les ha otorgado. Y también sabrán a quien no traer de vuelta y no volverán a cometer el error que han cometido con Daeron. Deidre parece estar de nuestro lado pero ha manifestado que se unirá a ellas. Es normal, ella tampoco quiere suicidarse.

Negó con la cabeza.

—No voy a delatarme, ya te lo he dicho. Esperaré hasta el último momento y si puedo hacerlo sin llamar la atención desviaré mi voto hacia otro lugar. Pero no voy a votar en bloque con vosotros a la que habla con los muertos y tampoco ellos deberían hacerlo. Es demasiado pronto para que nos delatemos todos.

Hizo una pausa e hizo una mueca frunciendo la boca. 

—Si hay opción de salvarte es dirigiendo los votos hacia Alastor o Daeron, ahí algunos de ellos podrían dividirse y hasta nos vendría bien a nosotros. Pero contra Olenna no irá nadie salvo vosotros. Demasiado evidente.

Nimay había empezado a dar pequeños pasos, mostrando en ese bosque la inquietud que pretendía esconder entre las ruinas. 

—Si finalmente caes, puedo poner esta noche mis ojos sobre Aisha. Así podría seguir en comunicación ellos. Sólo puedo mirar a una persona por noche, así que no podré fijarme en Deidre ni en la pequeña si hago eso. Pregúntales si prefieren que investigue por mi cuenta a otros en lugar de enlazarme a ellos por el momento. Tal vez nos convenga ganar un poco de ventaja.

Se quedó pensativo un instante. 

—En caso de que no investigue a Aisha, podríamos acordar algún tipo de señal con ellos, de forma que si encuentro alguien que urja matar, o a alguien que esté de nuestro bando, pueda hacer un gesto que sólo ellos comprendan. Por ejemplo, cambiar el peso de una pierna a la otra mirando a quien debería morir y frotarme la frente mirando a quien está de nuestro bando. Pregúntales y dime qué opinan.

"Mejor comunicate con Aisha, seguro le alegrara tu ayuda." dijo con una clara falsa sonrisa, habia aceptado su destino ahora mismo y sabia que nada lo podria cambiar por lo que al menos se descargo un poco haya fuera.

"Me podrias abrazar y tal vez prometer la cabeza de Theona?" pregunto con una sonrisa mas que maliciosa mientras se acercaba al pecho suyo. "Ay si ella o cualquier supiera que consegui tu mirada se morian de celos, es una lastima que no quieras decirselos." dijo sin recriminarselo sino en tono de broma y perdon por lo que le habia tratado de obligar.

Nimay asintió a las primeras palabras de Katalina y así sería. Sus ojos se posarían sobre Aisha si al llegar el atardecer volvía a quedarse solo en el bosque.

Sin embargo, su petición que vino a continuación enterneció algo en sus entrañas y abrió sus fuertes brazos para acoger a la mujer entre ellos. Con una mano acarició sus cabellos con delicadeza mientras que la otra rodeaba su espalda, dejando que ella se refugiase en su pecho. 

—Esa niña, Theora... Me hizo pensar en mi hija y en cómo la perdí. Revolvió mi dolor con sus risas y esta ciudad provocó esta necesidad de venganza que ahora me inunda. Pero ella no es Priya, no lo es. Y no hay lugar para la inocencia en Oldland. —Hizo una pausa y asintió con la cabeza. —Puedes contar con ello. Haré lo que pueda para que ella caiga pronto, aunque Haathee y yo no podemos hacerlo nosotros directamente. Contactaré con Aisha si caes. 

Su atención estaba también en aquel otro lugar, donde Katalina se dejaba caer y en el bosque, la apretó con más fuerza. Su voz sonó dulce cuando habló de nuevo en un tono casi paternal.

—No voy a soltarte hasta que todo termine. Pase lo que pase allí fuera, sabrás que aquí no estarás sola —aseguró, buscando los ojos de la mujer para mirarla desde su altura. Entonces hizo una pausa antes de preguntar algo más—. ¿Quieres contarme tu historia? 

Y mientras la muerte marchitaba la vida de Katalina... poco a poco su imagen se borraba entre la lluvia de aquel confortable lugar...

Mientras todo en Oldland parecía proseguir, sentiste una punzada dentro, como un sentimiento que te hacía mirar a otro lado, y al mirar allí, te encontraste en un bosque cercano a Oldland, sobre el que el rocío caía en forma de lluvia pobre, mojando el alrededor...

Un ambiente frío, húmedo, pero a fin de cuentas a salvo de la mirada de los demás.

Al principio te preguntaste porque estabas allí, y buscabas una razón, pero pronto de entre el follaje, una forma aparecía. La lluvia caía sobre sus hombros, mientras su cabeza estaba tapada por una capucha, ocultando su rostro... 

Cerraste la mirada y te obligaste a fijar tus pies, y no ir marcha atrás... pronto aquella figura se hizo cercana, y con su mano bronceada destapó aquella capucha, y dejó ver sus ojos oscuros y su pelo mojado... Nimay, estaba allí bajo aquel halo de ilusión.

A sus espaldas, algunas figuras como sombras, se movían, pendientes de las palabras del resto, como mensajeros de un demonio superior.

Nimay, tendió su mano y dijo.- Hace tiempo, que esperaba que alguien como tú llegara a este lugar... 

Una sola mirada sirvió para saber que la traición era una herida abierta en los dos, algo que os uniría y os ayudaría en realidad.

Nimay sonrió de medio lado, dejando que el agua empapase sus cabellos al liberarlos de la capucha. Sus ojos recorrieron el rostro de aquella mujer fría y fuerte y, al mismo tiempo que él se mostraba, lo que había parecido una gran roca se movió, desvelando a Haathee cerca de ambos. 

—Bienvenida, Aisha —pronunció ambas palabras despacio, recreándose en cada sílaba con esa tonalidad suave cargada de acento. Y entonces sus ojos buscaron al búho y asintió—. Bienvenida Blanca Noche. 

El elefante se acercó despacio hasta que los cuatro pares de ojos contemplaron a la eve y a su compañero con un mismo brillo satisfecho al ver lo que escondía en su interior.

—Hemos perdido una noche al perder a Katalina —Chasqueó la lengua. —Pero ella fue muy evidente en sus intenciones y su amor hacia el vietnamita habría provocado que os traicionase al final. En cambio tú... vosotras —corrigió, echando un vistazo al ave—. Habéis sabido camuflaros y pasar desapercibidas. Espero que esta unión sea más duradera y provechosa.

Detuvo sus palabras un instante y la miró con más intensidad, clavando sus pupilas directamente en las de ella. 

—Estoy aquí para ayudaros —comentó entonces—. Para desvelaros los secretos de nuestros enemigos. Para sembrar el odio a vuestro lado y abrir esa puerta maldita. 

Le ofreció su mano para caminar por el bosque junto a ella, sin preocuparse por empaparse los pies descalzos. Haathe empezó a moverse también al unísono, con un paso acompasado al del hombre.

—Sólo un secreto por noche y esta noche he tenido que buscar los tuyos para poder traerte a este bosque. Cuéntame cuáles son vuestros planes —pidió, todavía con esa media sonrisa prendida de sus labios—. Colaboremos. Debemos trabajar juntos.

Aisha observaba fría e inmóvil al eve bajo la fría lluvia. Aquella lluvia parecía importarle lo mas mínimo. Escuchaba las palabras con atención del imponente eve y cuando este intento coger su mano obtuvo como respuesta su rechazo. Aun así, camino a su lado.

Una vez este finalizado de hablar. -Vosotros también sabéis pasar desapercibido. Alguien tan grande con un compañero tan peculiar. Lanzo una fugaz mirada al elefante asiático. -Una lástima lo de Katalina y a la vez un golpe de suerte… supongo que es cosa del Karma.

Adopto media sonrisa ante su ofrecimiento de colaborar juntos. –No os preocupéis, el nuevo amanecer os pondrá al corriente. Su media sonrisa se torna en un semblante gélido. Y veremos si sois dignos de mi confianza… aunque ya habéis dado el primer paso.

Nimay no pareció ofenderse en absoluto porque la mujer rechazase su mano. Al contrario, su sonrisa se acentuó, como si encontrase divertida su frialdad. Caminó con ella, seguidos ambos por el elefante y ese grupo de sombras que flotaban esquivas por cada rincón de aquel bosque, susurrando sólo para los oídos del hombre. Le agradaba la lluvia incesante de aquel lugar. La temperatura era cálida y las gotas ayudaban a refrescar su mente. 

—A veces es más difícil ver al que se muestra que al que se esconde —respondió a sus palabras—. Daeron y Alastor también habían llamado mi atención, como Katalina. Todos salvo tú están siendo demasiado evidentes. Por eso te he traído a ti y no a alguno de ellos. Eres la que tiene ahora mismo más posibilidades de supervivencia. 

Le gustó que ella mencionase el karma y se llevó la mano a los cabellos, peinándolos hacia atrás y salpicando el aire de pequeñas gotitas al hacerlo. Sin embargo, con sus siguientes palabras, se encogió de hombros.

—No necesitamos dudar entre nosotros. Ya hemos perdido demasiada ventaja. Si no fuese digno de tu confianza, sencillamente no estarías aquí. —No parecía, sin embargo, molesto con las dudas de ella. Podía comprenderlas. Sencillamente le parecían una pérdida de tiempo. —Dime qué necesitas para confiar y veremos qué puedo hacer para contentarte.

—No hables por ahora si no quieres, escúchame entonces —pidió—. Cada noche que empleo en miraros a uno de vosotros la perdemos, pues no puedo emplearla en averiguar los secretos de otros. Este lugar parece impredecible y aunque creo que tú y yo tendremos tiempo de sobra juntos, cualquier cosa podría pasar. Ahora tú eres mi único enlace con los otros, pactemos un código para que si algo te sucede, pueda seguir informando a los otros sin necesidad de hablar. Si encuentro a alguien que urja matar, o a alguien que esté de nuestro bando, puedo hacer un gesto que sólo ellos comprendan. Por ejemplo, cambiar el peso de una pierna a la otra mirando a quien debería morir y frotarme la frente mirando a quien está de nuestro bando. 

Entonces hizo una pausa y la contempló con esa misma media sonrisa. 

—Creo que la chica del lobo también podría estar de nuestro lado, pero aún no he podido averiguar sus secretos. ¿Tenéis alguna sospecha que quieras compartir conmigo? 

Escucho sus palabras atentamente peo poco a poco mi fría expresión se torno en una en la cual no salía de mi asombro. Poco a poco fui recuperando la compostura mientras apretaba los puños.

Tras un silencio. -La resurrección de Yaiza no es buena, en absoluto, ella fue quien vio a Katalina. El problema es si me abalanzo esta noche y alguien la protege, no seria nada bueno.

La atención de Nimay se repartía entre ese bosque y el otro lugar de ruinas. Y al ver cómo la vida de Alastor parecía intercambiarse por la de Yaiza, frunció el ceño con molestia.

—Fue a Daeron a quien vio, no a Katalina —aclaró al escuchar a Aisha—. Que sea él el que ataque esta noche, así ella no te podrá ver a ti. Al fin y al cabo, a él ya lo descubrieron y tiene todas las papeletas para caer mañana. 

Tomó aire despacio y se quedó pensativo. Aquello complicaba las cosas y les quitaba un día más. 

—¿Daeron volvió por sí mismo o alguien lo trajo? Si lo trajo alguien, tenemos que conseguir localizar a quien lo hizo. —Cambió el peso de una pierna a la otra, incómodo con la situación que enfrentaban con uno muerto y otro prácticamente condenado. —¿Por qué no matáis a la chica del palo esta noche? Su voz es respetada y saca demasiadas conclusiones. Estaría mejor callada. Los muertos no deberían poder hablar. 

Ladeo la cabeza a modo de negativa.- Daeron murió por un extraño poder, fue envenenado. Katalina fue quien fue vista por Yaiza y esta hablo desde el mundo de los muertos a Olenna… Por eso fue acusada.

Si matamos a Olenna la estamos dando la razón en todo esto. Ahora carece de pruebas tangibles a quien acusar