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Noop. Os di tiempo en el Mauretania para que pensárais esas cosas.
Por cierto, tendrías que quedarte en el Hotel a esperar que te pasen la llamada. Recomendación: Mándale un telegrama a tu padre, tardará unas 24 horas en llegarte la respuesta, pero en el Hotel te entregarán el mensaje nada más llegar. Puedes mandarlo desde la Recepción.
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Brenda se acercó a Recepción y solicitó un impreso de Telegrama para enviarlo a su Padre, en el rancho de Archivald. Lo redactó, y solicitó que lo cursaran en condición de "urgente", y que la avisaran tan pronto recibiera respuesta.
Vale!
Tiro por suerte igualmente?
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No, los telegramas son perfectamente fiables. ¡¡Y redacta el telegrama!!
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"QUERIDO PADRE.STOP.NECESITO CONTACTOS ACERCA P. STOP. RECUERDA AMIGO MASÓN QUE ME COMENTASTE.STOP.RESTO TODO BIEN.STOP.BESOS"
Henric observó como a Brenda parecía pasársele algo por la cabeza, y cómo la mujer abadonaba la mesa a toda prisa.
Parece que se le ha ocurrido algo. Pensó. Veamos si es de ayuda. Desde comenzó todo esto, cualquier paso que damos se asemeja a nadar a contracorriente.
El artista paseó su mirada entre las de sus compañeros, y levantó la mano para llamar al camarero. Un solo café le había sabido a poco, y sentía que iba a necesitar mucha cafeína en el cuerpo para afrontar lo que fuera que se les iba a echar encima.
La mañana pasó, y la niebla dio paso a un frío aguacero y un cielo gris, a juego con los grises abrigos de los Londinenses, equipados con sombrero y paraguas.
Sin querer, entre una cosa y otra, al final nos dio la hora de comer sin ni siquiera haber salido de aquel lugar y al menos, esta vez, no se me hizo tan largo lo de permanecer quieta, pues todo aquel tiempo de viaje me había paciaguado un poco. Eso sí, sabía que una vez me pusiera en marcha, una vez dejara de lado esta " hibernación " volvería a echar de menos eso de moverme apenas llevando quieta media hora. Si algo tenía claro era lo que solía ocurrirme.
- ¿ Quereis que nos quedemos aquí a comer o vamos a algún otro lado que nos quede más cerca del lugar al que debemos acudir?
A mí me daba igual un lugar que otro para hincarle el diente a algo, siempre y cuando, fuera algo comestible, a fin de cuentas, Inglaterra no es que fuera demasiado conocida en el mundo por su gastronomía.
- Si al menos esto fuera España se podría comer en condiciones...
Mi estómago sonó tras mis palabras y solté una pequeña risa al darme cuenta de que quizás me hubieran podido escuchar, pero lejos de pasar vergüenza por ello llevé mi mano a mi tripa.
- Cualquier cosa me sirve siempre y cuando no sea tomar el té.
Ya había dejado claro hacía un rato mi opinión sobre beber agua pasada por hierbas y por mucho que dijeran a su favor, yo era más terca para esas cosas que tres mulas juntas.
-Mejor nos acercamos a la Fundación, ni que sea a echar un vistazo. Por cierto, he mandado un telegrama a mi padre para que me diga quién puede ayudarnos con la toma de contacto con el director. O con antiguos amigos de Penhew. Aunque la respuesta tardará, y no quiero quedarme aquí sentada esperando.
Comentó sonriendo Brenda, en respuesta a su compañera.
Mi ritmo va a bajar, sorry, ando agobiada. Pero no quiero desaparecer, así que estoy, pero calladita.
:)
-De acuerdo. Comentó Henric. Es un lugar como cualquier otro por el que empezar a investigar. Al fín y al cabo, de momento no tenemos urgencia alguna.
El hombre se levantó para ir a buscar su gastado abrigo negro y cuando volvió a donde sus compañeros poniéndoselo por el camino, continuo hablando.
-Podemos comer cuando terminemos en la fundación. Dijo. Estoy seguro de que encontraremos algún lugar en el que hacerlo, y será una forma de ir conociendo la ciudad, nunca se sabe cuando nos puede hacer falta.
A decir verdad, Henric se moría de ganas por hacer un poco de turismo, y era una buena forma de hacerlo sin dejar de lado la verdadera razón por la que estaban allí, así que intentaría aprovechar la ocasión de ver los monumentos de la ciudad. Al fín y al cabo, su vena de artista seguía tirando de él.
Archivald, apareció bajando las escaleras luciendo una de las mejillas de su cara sonrojada, que se estaba masajeando en estos momentos, mientras que lucía una marca de carmín en la otra mejilla con forma de unos labios femeninos. Nadie se imaginaría que instantes antes una joven muchacha de provincias había sucumbido a sus encantos en el pasillo de su planta para propinarle una dolorosa bofetada en el instante que una habitación se abrió dando paso a un matrimonio que le miraron con desprecio pero el ingenuo archivald no podía imaginarse que su última conquista era precisamente la niñera de los hijos de esa pareja.
Al ver a sus compañeros en la entrada del edificio se puso su abrigo que llevaba en los brazos y tomo la palabra.
Buenas, me temo que no entiendo a las puritanas mujeres inglesas. ¿Nos vamos? Ahora mismo tengo ganas de salir fuera de aquí.
Seguramente habría varios sitios a los que acudir aunque fuera para leer viejos periódicos o recabar información como por ejemplo la biblioteca o los principales periódicos de la ciudad.