Vaya, esto sí que es una sorpresa. ¿Te bajas de la partida? Porque imagino que no va a ponerse a discutir Mina con Brenda, ¿no...?
Bueno, supongo que eso responde a ese medio adelanto que ya diste en el off, cuando Light pidió confirmaciones. No sabes cuánto lo siento!!
Pero lo entiendo, claro. En fi, a ver cómo lo mantea el máster, y según haga, Brenda actúa.
¡Nooooo, Dama! ¡No me voy a ningún lado! Mina le está contando algo a Brenda que ha venido sintiendo desde que empezó todo. Tiene dudas, muchas dudas de dejar a su padre, desde el inicio. Se lo cuenta a Brenda porque es su amiga, y porque el momento lo merece. Lo que sucede es que no puedo no hacer que tengan esta conversación, y que Brenda se entere y pueda hacer algo al respecto. ¿Me explico? :)
Brenda, como otras veces, tardó en reaccionar. Porque, a pesar de la seguridad en sí misma de la americana, su propia firmeza en las decisiones la llevaba a ir hacia delante, hacia su objetivo, de modo lineal, y olvidando efectos colaterales que Mina, siempre reflexiva y observadora, sí tenía en cuenta.
Ésta era una de esas ocasiones. Sí, claro. Tenía razón.
Brenda bufó, no molesta, sino preocupada. Su padre, y el de Mina... sus padres... no se le había ocurrido. Pero sí, había que hacer algo al respecto.
-Claro. Tienes toda la razón, hay que solucionar esto... aunque quedarte aquí con él no creo que resuelva nada. No, hay que sacarlos del escenario durante una temporada. Eso es...
Iba hablando y paseando arriba y abajo de la habitación, con un taconeo insistente, nervioso. Las manos se movían a su lado como mariposas, evidentemente era un modo de ayudarse a pensar, a concentrarse.
-Veamos... -De pronto se detuvo, y abrió unos ojos como platos, mientras una sonrisa radiante iluminó su rostro. - ¡Oh! Un momento... ¡Miss Saunders! ¡Claro! Me ha hablado en alguna ocasión de una prima o un familiar lejano que regenta un pequeño establecimiento hotelero en alguna parte del Canadá, un lugar idílico, en plena naturaleza... y alejado de todas partes. Seguro que a través suyo conseguimos un par de aposentos para dos ancianos respetables que desean descanso y retiro... ¿Qué te parece...?
Máster, me he tomado esta pequeña licencia, si me la permites, claro.
Mina miraba a Brenda ir y venir. Sonreía ante sus palabras. Sonreía, sí, pues sabía que Brenda recién había caído en la verdadera cuenta de lo que significaba tratar con sectarios, y en la cuenta de lo que significaba no estar solo en el mundo. Ninguna de ellas tenía hijos: pero Mina ya había sido madre, y no había fuerza egocéntrica ni lineal en el mundo que arrancara de ella, cuando podía ver a su alrededor, la certeza de que no estaba sola en su vida. Mucha de la fuerza de su carácter estaba puesta en esa dirección. Sonreía, pues su amiga avanzaba recto con los ojos puestos en el frente, y Mina siempre había avanzado con los ojos delante y volviéndose a ver cómo estaban los que venían a su lado o detrás.
Sonrió, sí. Cálidamente.
- También he pensado en la idea de sacarlo de la ciudad. Pero, como sabes, es difícil moverlo del sitio en el que está - respondió.
Brenda lo sabía. Lo había sabido sin vergüenza por parte de Mina, y también había visto pasar los años sin ninguna mejoría.
- Lo he pensado mucho - siguió Mina, con ese tono que no permitía sentirse deprimido ni ofendido incluso cuando sus palabras eran una negativa lapidaria - Los sectarios... sus preocupaciones no son la distancia o el esfuerzo. Es proteger su secreto, sea el que fuere. Lo único que podemos hacer con ello es quitarles la idea de que tenemos algo que ver con ese secreto. He estado pensando cómo se puede hacer, pero no veo que haya manera. Estamos muy metidos, y ya se han dado cuenta - se puso de pie, y caminó hacia Brenda - Pensaba hablar con Nick para preguntarle si tiene alguien de confianza, además del hombre que custodia a Harry en el hospital, para enviarlo a custodiar a mi padre. En el caso que crucen al Canadá, deberían hacerlo custodiados.
Extraño era escuchar a Mina hablando con tanto aplomo, con tanto contacto con la realidad violenta, y Brenda por un momento la desconoció. Luego, aquella sorpresa se fue diluyendo en varios entendimientos juntos. Brenda jamás había visto a Mina en una situación extrema, hasta hacía nada atrás frente al cadáver de Elías y frente a los disparos. Ella estaba tranquila respecto de su propia vida, pero no de las ajenas. Su determinación frente a la protección de los otros, de sus queridos, era inflexible.
- Si logro sacar a mi padre del alcance de los sectarios, iré a donde sea - Mina sonrió, al lado de Brenda - Pero si no puedo, haré todo lo que pueda y más por ustedes desde aquí, para ayudarles. Quiero que lo sepas, cuando llegue el momento de decidir.
Bueno, si no lo permite, ya se encontrará otra ;)
-Comprendo... bien, así lo haremos. Vayamos ahora abajo, Mina. No creo que debamos demorar más el regreso a Nueva York, mal que nos pese...
Bien, por parte de Brenda todo entendido. A ver cómo se acaba resolviendo el asunto. Adelante, Máster, todo tuyo.
Mina sonrió. Se inclinó y abrazó a Brenda, espontáneamente. Luego, al volver a su lugar, la miró y le guiñó un ojo.
- No, no debemos. Aunque, tengo que decírtelo, Brenda... - sonrió más - Estás arrebatadora.
Había abandonado toda la seriedad. Siguió a la dueña de casa escaleras abajo, como si con ello todo se hubiera resuelto.
Igual por aquí. Todo tuyo, Light :)
Una ceja arqueada a modo de sorpresa, que ya era bastante para la habitual expresión ceñuda del señor Moore, recibió a ambas mujeres a la entrada de la casa.
- Vaya, vaya, vaya... Si continúan ustedes así, señoritas, acabarán por convencer a este anticuado snob de que América tiene algo por lo que merezca la pena cruzar el Atlántico.
Cortesmente, abrio la puerta del coche para que sus acompañantes subieran al vehículo.
- En su ausencia, el señor Sheridan ha salido a dar una vuelta por el barrio, a comprobar por si mismo quién era ese misterioso "moreno" que tanto importunaba a la señora Saunders. Dijo que se reuniría con nosotros en la fiesta, o en el Hotel si sus pesquisas se prolongaban. - Silencio. - No me gusta nada que haya ido solo, pero convinimos que tampoco era apropiado dejarlas a ustedes sin acompañamiento. Y está claro que él es un joven lo bastante habituado a menesteres de esa... catadura. - Miro através del retrovisor a las dos señoritas que se sentaban frente a él, esbozando media sonrisa entre pícara y divertida. - Ojalá pudiera decir yo lo mismo...
Seguimos en la siguiente escena (Lunes, 03 de Mayo)