Partida Rol por web

Viendo como desaparece el último hada respiro aliviado con las manos en la cintura. De repente me sorprende el abrazo de la chica, le respondí rodeándola con uno de mis brazos mientras veía a Sanada desvanecerse y me despedí de el aunque para mi sorpresa negó con la cabeza justo antes de desaparecer por completo. Entonces la chica avergonzada se separo de mi disculpándose por su acto.

- Oh, no te preocupes - respondí sonriendo, no compartía tanta alegría como ella por lo ocurrido ya que era consciente de que esto era un sueño y mi vida no peligraba de manera real así que no le daba valor a lo que acababa de pasar, un pasillo se fue formando entre los espectadores del juicio respondiendo a la pregunta de la chica- Por cierto me llamo Kitagawa, Saito Kitagawa pero puedes llamarme Saito es mas fácil -me presenté mientras empezamos a caminar por el pasillo- Todo esto es super raro un juicio por nuestra vida, clones malvados que se transforman en hadas y para defendernos aparecen una sirena y un samurai mecánico con fuego azul. Y lo mas raro es que conozco su nombre a pesar de que es la primera vez que lo veo en mi vida y además nuestros movimientos se coordinaban casi parece como un anime cuando el protagonista descubre un poder totalmente nuevo.

Hotaru con su espíritu, logra infligir "Desesperación" a los enemigos. Tras algo de tiempo, las hadas acaban transformándose en polvo, dando así la victoria al grupo de los humanos. La gente del lugar queda bastante impresionada y se aparta, haciendo un pasillo por el que podéis pasar. Al avanzar por dicho pasillo, llegáis a una habitación mucho más grande...

Al salir de la habitación en la que estabais, os encontráis en una habitación mucho más grande que parecía ser una sala de espera, quizá para antes de entrar a la propia sala donde ocurrían los juicios.

La estancia estaba bastante vacía, de hecho solo pudisteis ver a unos cuantos chicos que parecían igual de desconcertados que vosotros mismos, además de dos guardias bastante grandotes en la puerta de salida. Si queríais salir de allí, haría falta encargarse de ellos.

Al parecer la pelea no termino con el despertar si no al contrario con una nueva sala donde más chicos se encontraban y unos guardias, esto no sería fácil  y si que era un sueño complicado, aunque para estos momentos ponía en duda que se tratara de un sueño, en todo caso poco importaba los guardias nos cerraban el paso y lo que podíamos hacer era combatir, así que me preparé de nuevo, aquel lobo ya no estaba a mi lado pero podía sentir su presencia y ahora parecía entender como funcionaba, así que encarando a uno de los guardias decidí hacerle frente.

-Persona Fenrir Agi- fueron las palabras que mi mente pudo componer para dar la indicación de ataque, una vez más el lobo apareció con un disparo de fuego sobre uno de los guardias, esperaba haber hecho lo correcto, algunas veces era demasiado precipitado.

Luego de que la kitsune que había aparecido delante de ella terminara con la pixie, se giró hacia ella, sus ojos amarillos eran muy brillantes y le sacaba por lo menos cabeza y media de ventaja en la estatura, acercándose con una mano en su cintura y una expresión de enfado.

— ya deja de llorar, no seas tan torpe, chiquillas — exclama sus colmillos salen a relucir con la pequeña sonrisa que le dio — que ya pasó esta parte, además mira, ese chico no está tan asustado como tú — rodó los ojos y le señaló al chico que estaba combatiendo al igual que ella, Hotaru llevó sus manos a sus ojos para limpiarlos y asentir, se sentía segura con aquel espíritu, ella estaba acostumbrada a ver seres así, de ahí que no se preocupara o se cuestionara quién era, además, no se había presentado.

Hotaru suspira y se acerca al chico, él estaba casi tan perdido como ella, y siente pudor de hablarle.

— pa-parece que... que debemos ir por ahí — le dice, tragando saliva, sólo quería salir ya, despertar de ese sueño, aunque no estaba del todo segura que fuese un sueño.

Al llegar a la habitación más grande, habían más chicos, casi todos de la escuela, ella los ubicaba, una de las ventajas de pasar tan desapercibida entre sus compañeros, además, ahora venía detrás del chico rubio, ambos habían tenido que enfrentar esa prueba. Hotaru tragó saliva y se dio cuenta que  Ayame Anemashi, de su mismo nivel, y que se había dado cuenta más o menos como era, Hotaru tenía habilidad para escuchar a las personas, incluso cuando ellas no quieren hablar. 

Dio unos pasos de su escondite, habían más chicos, de cursos superiores de hecho, y se sintió intimidada de hablarle a Ayame Anemashi, así que se quedó observando a todos lados, intentando buscar alguna salida, más allá de esos guardias mientras buscaba en sus bolsillos su celular para ver si tenía señal aunque si era un sueño, eso no importaba. Suspira profundamente y busca a su espíritu, o al de su abuelo, pero el anciano no aparecía por ningún lado.

Edward se lanza sin pensárselo mucho contra las sombras. Una de ellas a la cual le lanza un Agi, muestra su verdadera forma.

Parece que la bola de fuego a penas le ha hecho daño, por lo que no duda en contraatacar y destrozar al pobre kamikaze con una gran estaca de hielo.

Salieron a toda prisa por la puerta a la sala de juicios, acabando en una especie de antesala y recibidor, con varios sofás, mesitas elegantes con sus jarroncitos con flores y manteles a juego... Había mucha gente desconocida ahi, chavales y chavalas de más o menos su edad pero que Ayame no recordaba siquiera si había visto o no en 'la vida real'. ¡Pero es que la chica ni siquiera tuvo tiempo de mirar bien a todas esas caras nuevas, porque uno de los chicos se lanzó directo a por los guardias. "¡Uala! ¡¿Pero qué haces?! ¡Cuidado, que son peligrosos!" gritó Ayame, pero el chico ya había disparado su magia contra una de las criaturas, ¡él solito!

Ayame miró a Ryo con premura, como pidiéndole permiso, o tal vez instigándola a venir con ella, o tal vez avisándole del problema, y luego la chica corrió al rescate de que había iniciado el combate. Como muy cerca de Edward Yamada estaba Hotaru Matsamura, ya que habían venido juntos, Ayame la agarró del brazo y tirando de ella exclamó. "¡Tu amigo se ha vuelto loco! ¡A-ayúdame a ayudarle! ¡Ryo! ¡Tú también!" tal era su premura que hasta se había olvidado de los honoríficos y todo.

El guardia se transformó de inmediato en un jinete a caballo con un tridente, y tras recibir el impacto de fuego del chico inmediatamente contratacó de forma brutal, y diestra, golpeándole primero con magia derribándole y después arrollándolo con su caballo. El jinete hasta se apartó de él en silencioso orgullo, casi como retándole a levantarse si es que se atrevía, a intentarlo otra vez. "¿¡E-estás bien!?" preguntó Ayame agarrando al chico del brazo y levantándole del suelo.

Al salir de la habitación donde estábamos pudimos ver lo que andaba sintiendo antes cuando había invocado a Hoennir, y bueno, antes de que pudiéramos reaccionar pude ver como uno de ellos atacaba a la sombra... - ¡No lo hagas! - Dije, intentando pararle pero fue tarde, estaba claro que ahora íbamos a tener que entrar en combate, y pronto vi como Ayame también pasaba a ir hacia delante, dispuesta a poder atacar en caso de ser necesario... que lo iba a ser. Al menos iba a poder tratar de decir algo de ayuda.

- ¡Vo-voy, Hoennir! - Dije, pasando a invocar a mi Persona, Hoennir, el guerrero vikingo que pasó a posar la corona encima de mi cabeza, y pronto las pantallas salieron de nuevo para que pudiera monitorear. La situación era peligrosa, el análisis de aquella Shadow que había atacado aquella persona antes apenas había sufrido daño alguno... Pero tenía que indicar ahora lo que al menos podía discernir acerca de aquella shadow peligrosa... Y ahora que parecía estar dispuesta a atacarnos en sí. La otra Shadow también parecía ser bastante poderosa.

- ¡Son enemigos muy poderosos, tenemos que ir con cuidado! ¡Daré el apoyo que pueda, diciendo sus debilidades, pero no puedo hacer más! - Dije, viendo como en mi pantalla de la party, salía ya Ayame con su barra de HP y SP preparada para poder ser usada, esperando que quizás si hubiera más personas que quisieran entrar, pasaran a aparecer sus iconos en mi pantalla, pero estaba claro que íbamos a tener que poner la carne en el asador. Pronto aparecieron dos personas más en la party, aunque uno de ellos estaba con la barra amarilla tirando ya a roja en sí.

- ¡Él necesita ayuda! ¿Alguien puede curarle? - Dije, esperando que alguien tuviera alguna habilidad para poder sanar a alguien si era posible, pero estaba claro que había que hacer lo que pudiera ahora. Tragué saliva, sintiendo algo de temor ahora mismo por aquellas Shadows tan potentes.

Lilie y yo salimos de nuestra sala de Juicio, la cara impasiva de la gótico lolita era contrastada con la sonrisa socarrona y confiada de Kuro, esto había sido demasiado fácil; pero no había acabado, al llegar vimos a un grupo de estudiantes de nuestro colegio, cuatro de ellos luchando contra un enemigo poderoso, parecían poder encargarse de ello si nosotros manteníamos ocupado al otro guarda que se les aproximaba por la espalda
-¡Cuidado, os está rodeando, mierda, no queda otra, tenemos que luchar otra vez!
Coge de la muñeca a Lilie y se acerca al grupo que parecía estar apartados y ve a una chica morena de gafas gruesas que puede reconocer.
- Tú debes ser Ryuzaki-san, vamos a la misma clase. No te preocupes, nosotros te protegeremos aunque no sepas pelear, ¡quédate detrás nuestra, Lilie es muy fuerte aunque sea una niña!

Luego veo al de pelo blanco y me da mal rollo, así que me acerco a la chica pelo rosado y al de pelo rojo porque al menos ellos tienen el pelo de colores como yo.
-Vosotros sois de segundo... Chasquea la lengua no tenemos tiempo, si sabéis defenderos, cooperemos

Nada más salir de la tétrica estancia, termino en una más amplia, rodeada de más chicos. Dejándome sorprendida, aunque poco, si había acabado con un desconocido no me sorprende no ser los únicos. - Todos vosotros…. ¿también? – Musité, aunque ya vi mi confirmación cuando un chico se estaba defendiendo de otra sombra. Pero otro me asalta, de hecho me conoce, me confirma que asistimos a la misma clase. - ¿Tú eres…Oniwa-san? Sí, soy Ryuzaki Umi. – Me hace sentir ciertamente aliviada, y sonrío levemente por ello.

También dice de protegerme.  - Gracias, no te preocupes, yo también puedo llamar a…bueno, no sé exactamente qué o quién es, pero puedo defenderme. – Agradezco su preocupación con sinceridad, mas no tengo intención de quedarme atrás. Sería muy egoísta de mi parte. Veo como forma un grupo improvisado contando conmigo y con Saito-kun. - Kitagawa-san, deberíamos unirnos con el resto, tenemos que salir de aquí como sea, hay que volver a casa. – Dije aunque evidente, con bastante calma quiero creer.

Entonces, ¿tenemos que enfrentarnos a esos guardianes para salir? Juntos lo lograremos, ¿no?  - “Espero”. Ignoro si es un sueño, o una pesadilla, pero la sensación de peligro es real. No entiendo que quieren de mí, de nosotros, qué esperan conseguir, y eso me preocupa.

Por primera vez caí en cuenta esto no era para nada un sueño, los golpes de verdad dolían el frío era terrible ¿Pero por que demonios se sentía de esta manera?, de pronto otros chicos estaba a mi alrededor  - Si creo, ha dolido- contesté mientras me levantaba, estos chicos eran de mi escuela podría ser aunque no les reconocía aun del todo.

-Lo siento fui temerario- baje la mirada algo avergonzado - pensé que eran iguales a las hadas, pero al parecer me equivoque-  dije al fin de pie, me sentía debilitado y dañado pero aún podía combatir, uno de los chicos parecía tomar la batuta como estratega, en el Shogi  sería uno de los generales de oro así que lo correcto sería tomar el lugar de uno de los lanceros.

-Fenrir y yo estamos en a tu disposición seguiré tu estrategia, solo dime que debo hacer- mencioné mientras me preparaba a defenderme, esta vez tomando una pose de Kendo, aun si mi Shinai era lo que mejor se me ocurría para poder esquivar, aunque le hielo parecía afectarme mucho más que los demás.

-

Mientras caminamos salimos a una estancia mas amplia en la cual nos encontramos con varios chicos y chicas de mas o menos nuestra edad, no me fue muy complicado imaginar que ellos también habrían pasado por lo mismo que nosotros. Pero dejando eso de lado por un momento busque una salida con la mirada y no tarde en localizar, custodiada por dos enemigos mas y seguramente mucho mas fuertes que los anteriores, si es que a las hadas esas se las podía llamar peligrosas.

Uno de los chicos carga contra uno de ellos por su cuenta dando un resultado nefasto, chasqueé la lengua al ver que el jinete casi ni se inmuta con el fuego.

- Mis ataques de fuego poco van a poder hacer... Espera, ¿que ataques de fuego? -era como si alguien me fuera dando datos e información desde mi propia cabeza, Sanada a lo mejor, de todas formas antes de darle muchas mas vueltas otro chico nos pidió que fuéramos con el para enfrentarnos al otro enemigo, asentí tanto a el como a Umi- Vamos allá, intentad encontrar alguna debilidad deben tenerla, todos las tienen.

Y acto seguido corrí acompañado del resto hasta acercarme a la otra... sombra... ¿se llaman sombras? ¿Y Sanada es un Persona? ¿Pero que es un Persona?

- Sanada, préstame tu fuerza una vez mas -en cuanto pronuncie esas palabras mi cuerpo fue guiado a una postura de combate con espada y unas llamas azules salieron de mis manos formando una katana, la misma que antes llevaba Sanada pero a mi tamaño, curiosamente era mas ligera de lo que esperaba- Gracias, amigo -lo que podía resultar mas desconcertante para el resto podría ser que a pesar de todo lo ocurrido yo me encontraba sonriendo con cierta tranquilidad desde el primer instante que me vieron

Cuanto mas avanzamos menos cosas entendía Sanada parecía no solo darme poder si no también brindarme pequeñas trazas de información como si las introdujera directamente en mi cerebro, conocimientos básicos que aparecían de la nada pero cosas tan básicas que de poco me servían tan solo nombres y como usar mis técnicas además de consejos para el combate. 

- Lo logramos - dije entusiasmada mirando a Tetsuya, haciendo un gesto de victoria.

Al escuchar sus palabras reí despreocupada.

- Eres mi compañero de clase, claro que recuerdo tu nombre, aunque no hayamos hablado mucho - después, lo señalé y negué con el dedo - tsk tsk tsk, lo hiciste muy bien, no deberías pensar así. Voy atener que hacer algo con esa autoestima baja que tienes, pero primero, salgamos de aquí.

Eché a correr hacia la puerta, esperando que fuera la salida de aquel siniestro lugar.

Al final decidisteis seguir las órdenes de aquél chico e ir a ayudar al pobre rubio, antes de que palmara. Ante vosotros se mostraba en pie el gran caballero, dispuesto a atacar nuevamente.

Os paráis frente al otro guardia, dispuestos a luchar. Este, al veros desafiantes, muestra su verdadera forma.

Había esperado que pudiéramos salir de allí, pero la puerta daba paso a un salón más grande cuya salida estaba custodiada por dos guardias. Allí había además, otros estudiantes que parecían encontrarse en las mismas condiciones que nosotros. Uno de ellos se lanzó al combate en solitario y se llevó un buen golpe por parte de los enemigos.

- Ugh, eso ha debido doler... mmh, veo que ellos también tienen un guardián que los ayuda a combatir.

Por suerte, algunos de los estudiantes se acercaron a ayudarlo. Los guardias parecían realmente fuertes y no iba a ser fácil poder salir de allí, no sin luchar. A ver que algunos se iban organizando para atacar, apreté el puño con determinación. Al parecer, uno de los otros alumnos tenía poderes de apoyo igual que yo, por lo que decidí ayudar al otro grupo. De hecho, uno de ellos  llamó mi atención para que me imcorporaras al combate.

Miré a Tetsuya y le sonreí.

- Pongámonos nosotros también manos a la obra. ¿Les echas una mano al grupo del chico suicida? Yo iré a ayudar a los otros, tal vez haya alguien herido - dije, rápidamente, antes de echar a correr hacia el chico que me había llamado - adelante, chicos, yo os apoyo - les guiñé un ojo y di un salto hasta colocarme justo detrás de ellos - adelante, Floare.

Mi compañera salió inmediatamente y se colocó a mi lado a la espera de lo que fuera a hacer.

Ambas cerramos los ojos y mis manos comenzaron a brillar. Apunté al guardia y abrí los ojos - scan.

El monstruo que se haya ante el grupo tiene unos cuantos niveles más que el nivel individual de cada integrante de tu grupo.