- Tan pronto le abras la puerta condúcele a las cocheras y enséñale el establo. Que duerma allí mismo. Al amanecer me encargaré de explicarle sus tareas pero la noche no es el momento de enseñarle este lugar. Y tú también harías bien en retirarte pronto a dormir.
Meghan sabía que estaba soñando. Uno de esos sueños donde uno camina en los pies de otra persona. Podía ver en sus ropas humildes y en su delgada mano blanquecina que no era ella.
Quien le hablaba parecía un criado. No. Era un criado. Estaba segura. Como esos sueños donde uno sabe las cosas como si las hubiera vivido ya o las hubiera soñado en otro momento. Y ella...
Ella era el ama de llaves.
Se abrigó y abrió una puerta a la helada noche. Las pieles que se echó encima eran rudimentarias y aún olían a animal. Avanzó sobre la nieve como si su sueño se hubiera detenido y ahora quisiera que experimentara el cansancio y el frío.
Ella era nueva. Todos lo eran. Y hoy venía el encargado del establo en medio de la noche. Nadie quería pasar la noche despierto en aquella casa que acababa de construirse al lado del lago. Ella sabía por qué. No. Meghan lo sabía. Ella no y por eso había sido la única en aceptar ser quien le abriera el portón de la casa.
Cuando llegó a la puerta de la finca, un gran portón de hierro y abrazó sus barrotes buscando guarecerse del viento mientras esperaba al visitante nocturno se dio cuenta de que estaba soñando.
No. Lo sabía de antes. Pero ahora era consciente de que estaba dentro de algún sueño horrible como el que le había contado su hijo o había narrado Piers. Estaba en Green Arrow soñando y eso solo podía significar que ella podía ser la siguiente en morir.
Se giró rápidamente intentando situarse. El portón estaba mucho más cerca de la casa que lo que ella recordaba. Aquí el lago no formaba parte de los terrenos de la mansión.
Y la mansión no era tal: Era una casa grande, más modesta, sin luces que la destacaran en la noche. Y parecía una de esas granjas antiguas centenarias que ella había visto alguna vez. Solo que ahora no era vieja sino relucientemente nueva.
Un relincho a pocos centímetros de su cara le sacó de sus pensamientos. El hocico del caballo atravesaba los barrotes y al mirar hacia arriba vio a una figura envuelta en pieles, con el rostro totalmente cubierto que le dijo:
- Abre la puerta, mujer. Mucho ha cambiado el Castillo pero debemos llegar a la casa cuanto antes...
Ya está la situación montada.
Tienes hasta el domingo a las 23:59 para hacer tu movimiento y en función de ello se te dirá qué tienes que tirar.
Green Arrow era un lugar extraño. Ella lo llevaba diciendo desde hacía tiempo aunque algunos incrédulos le llevaran la contra. Allí estaba, sin embargo, ella. En una especie de sueño. Pero no era ella, era un ama de llaves. De las palabras de los que tuvieron ese tipo de sueños y no desaparecieron, entre ellos su propio hijo, vivían situaciones que pertenecían al pasado de la mansión.
Ignoraba el hecho de que también interpretaran a otras personas en esos sueños. Ahora lo veía con sus propias carnes y no podía decir que le gustara. No al saber que podía morir.
Y entonces lo vio. Un caballo intimidante y un jinete no menos aterrador. No se le veía la cara, cubierto todo en pieles. Ella también lo estaba. Y fue al percatarse de las pieles que llevaba como vestimenta cuando también se percató del olor desagradable que aquellas pieles emitían. Y el frío, sobre todo el frío. Eso era lo peor. Si el verse víctima de una pesadilla que bien sabía podía acabar en muerte no helara ya sus huesos, aquel frío lo haría.
El Caballero le pedía pasar allí. No tenía ganas de dejarle pasar. Menos aún de saber de aquel personaje que llamaban el Duque Sangriento, o así creía recordar Megahn que le habían llamado los otros, podría ser ese misterioso viajero que le pedía abrir la puerta.
Correr, era la única opción. Correr luchando por no escurrirse con el hielo. Luchando contra el frío que le hería en lo profundo de sus huesos. Luchar esperando que de alguna forma el jinete no consiguiera entrar de alguna forma y la atrapara con la velocidad de su caballo esperando despertar del sueño antes de que se diera el caso. Sí, correr era la única opción.
Click.
Horrorizada, escuchó ese sonido sin ver de donde provenía. Se horrorizó más al ver que su mano sujetaba una llave y que con la otra agarraba el tirador para abrir el gran portón. Sus manos temblaban, quizá por el frío pero quizá también por el miedo. No sabía si se había refugiado tanto en sus pensamientos que su cuerpo había actuado por algún tipo de inercia llevándola a a abrir la puerta o si el cuerpo que ocupaba en sueños tiraba de ella negando el estar poseída por Meghan, obligándola a vivir el pasado del que ella quería huir. No sabía el por qué. Pero sí sabía que iba a dejar pasar a ese extraño visitante. Al parecer, para bien o para mal huir no era la única opción.
Huir como una perra me parecía soso. Así que aunque eso me condene, abro la puerta. La curiosidad mató al gato. Y puede que a mí.
A ver qué pasa, la verdad es que me intrigaba saber qué pasaba si le dejaba entrar de buenas. No puedo resitirme a abrirla aún sabiendo lo peligroso que es seguirle la corriente a los sueños. Por suerte, sabes que me preocupa más que todo quede molón o hacer lo que creo que pasaría con mi personaje dada su personalidad que el espicharla.
Nada más abrir la puerta escucha un grito de terror detrás suyo. Mientras el portón se abre y las patas del caballo pisan dentro de los terrenos de la casa, ella se gira y ve a un jinete correr desde la casa donde están ellos mientras sigue gritando...
El jinete le tiende la mano para que suba al caballo mientras su mente trata de discernir qué hacer.
- Sube, mujer, ¡corre!
Toma una decisión mientras el jinete que trota hacia ellos revela su rostro: El caballo tiene rostro humano y el jinete cara de caballo. Ese monstruo es el enemigo.
Entonces el visitante...no es el Duque Sangriento... es alguien que regresó a Green Arrow. Esto lo han leído en alguna parte... Debe ser William, el niño que provocó el incendio al invocar a Harry y que fue el único en escapar con vida del Castillo antes de que ardiera hasta los cimientos. William, el mismo niño que compartió el sueño con Arthur y que de adulto debió regresar al Castillo para enmendar el horror que había desatado.
Todo eso lo recuerda mientras el monstruo se tira sobre ella. ¿Habrá reaccionado a tiempo y recordado quién es su aliado subiendo a tiempo al caballo de William, el visitante?
Tienes que tirar por Mente pero recuerda que la situación es difícil así que tienes -2.
No obstante tuviste un dilema y elegiste la opción correcta así que te quito penalización.
¿Necesito rolear alguna decisión, solo roleo narrando la situacion actual o solo hago la tirada?
Huir. Eso pensó. Pero no era la mejor opción, desde luego. ¿Había Meghan predicho la probabilidad de que así fuera subsconcientemente haciendo que abriera la puerta? Irónicamente, el no huir le podría salvar la vida. Pero igual de irónicamente, el haber desconfiado de quien no debía le podría costar igual de caro.
Con esa confusión en mente Meghan intentó recapacitar. Darle la mano al desconocido. Su mente le decía eso. El problema era reaccionar, hacerlo antes de que el jinete abstracto, el que salía de la mansión, le pillara. Cualquiera que viera la situación desde fuera pensaría que era fácil. No lo era.
Motivo: mente
Tirada: 1d10
Dificultad: 5-
Resultado: 7 (Fracaso)
Adios a mi Meghan. Tampoco es que vaya a llorar ^^
Meghan se prepara para el embiste de ese monstruo cuando se da cuenta que está a caballo del jinete misterioso.
¿Qué fue lo que le hizo reaccionar tan rápido a su mente? ¿Supo descubrir que ese extraño era William Alistair, el superviviente de MothCry que había vuelto para intentar luchar contra el horror que había desatado en su inocente intento de curar a su hermano Octavius?
Había algo más en ese hombre. Pese a que era robusto y rudo y no enclenque y enfermizo, algo en su voz, en su mirada enfundada en esas pieles, le había recordado a su amado y difunto Duncan. Algo de ese valor casi suicida, de saber que tenía que hacer lo correcto pese a que todo estuviera perdido.
Meghan lloró estremeciéndose contra el cuerpo de ese hombre que la llevaba sana y salva de vuelta a la mansión. No quería despertar porque en medio de ese horror sintió que algo de la muerte de su amado tenía por fin sentido.
Pero en cuanto volvió a pisar la mansión empezó a despertar. Solo recuerda sus palabras cuando le dijo:
- ¿Eres William Alistair, verdad?
- Shhhh, no se lo cuentes a nadie. Antes de que otro señor reclame esta casa debemos hacernos fuertes en este lugar. Seremos los criados, los humildes para ser pacientes y descubrir cómo destruir a Harry...
- Pero son... serán los Knight quienes sean los señores de...
- ¿LOS KNIGHT? ¿QUIÉNES SON LOS KNIGHT?
Y esa es la frase que gritó en el momento de despertarse.
Jajajjaa, me encanta porque ahora dirán por ahí que soy blando PERO ES QUE SÍ TE HA SALIDO LA TIRADA.
Tienes de mente 7 y te dije que no te aplicaba al final penalizaciones porque habías tomado la decisión correcta.
FIN DE LA NOCHE- ESTÁS SALVADA.