Partida Rol por web

La segunda noche en esa casa llena de misterios tampoco trajo descanso para Rhona. Entre la turbación por la compañía de Harold, un joven tan distinto a los que ella estaba acostumbrada, la preocupación por la repentina enfermedad de su padre y la intranquilidad porque la influencia de lo sucedido sólo trajera más inestabilidad emocional a su hermana, Rhona no había dejado de dar vueltas en la cama acosada por las más extrañas visiones en sus sueños.

Sin ánimo para seguir durmiendo, se levantó temprano y se arregló pero, dada la hora intempestiva que era, prefirió no salir de la habitación. Empleó el tiempo hasta que llegara la hora del desayuno en mirar el paisaje nevado por la ventana y en intentar escribir unas cuantas líneas en su cuaderno. Aquella casa le había inspirado la idea de enfocar sus escritos por un camino completamente distinto al que había recorrido hasta entonces. Quizás había llegado el momento de dejar de lado los cuentos infantiles que tan poco éxito habían tenido y dedicarse a escribir algún folletín donde los fantasmas y los espíritus fueran los protagonistas. Esas historias sí estaban de moda.

Los gritos, como la mañana anterior, fueron los que la sacaron de su distracción. Por unos instantes se temió que a su padre le hubiera sucedido algo esa noche y, saliendo a toda velocidad, entró en su cuarto para comprobar que estaba mucho peor que el día anterior aunque, y eso la alivió enormemente, por lo menos estaba vivo.

—Papá… papá ¿me oyes?

Su padre no sólo parecía enfermo del cuerpo sino también de la mente, pues no paraba de repetir palabras que, a oídos de Rhona, sólo conseguían ponerle los pelos de punta. Viendo como poco a poco su padre parecía entrar en un sopor, que esperaba fuera reparador, la joven prefirió dejarlo descansar.

Pero no había sido el empeoramiento de la salud de su padre lo que había provocado aquellos gritos sino la desaparición de dos nuevos miembros de la familia Knight. ¿Cómo podía ser posible? La gente no desaparece así como así y dudaba mucho que, con la nevada que había caído, dos personas se hubieran decidido a ir a dar un paseo a primera hora de la mañana.

La casa. Esta maldita casa está acabando con todos nosotros uno a uno.

No quiso molestar a la compungida Elizabeth por el momento y, a pesar de no tener apetito, se fue al comedor para saber si su hermana, a la cual aún no había visto, se encontraba desayunando. Después…

Después quizás se atreviera a continuar lo que el día anterior habían dejado a medias. Si alguien quisiera acompañarla…

Charles tuvo un sueño intranquilo. El destino de Molv y sobre todo el de Eleanor lo preocupaban bastante más que el resto de las circunstancias que venían viviendo. 

Los gritos de Elizabeth lo hicieron levantarse de un salto, como un resorte. Recorrió el pasillo que lo separaba de la habitación de su hija a grandes zancadas, para encontrarse con la desaparición de Robert, que luego se completó con la de su sobrino Albert. 

Desaparecidos no significa muertos, se repetía mientras consolaba a su hija pequeña, a la que aún no podía evitar ver como una chiquilla indefensa. No era que lo pensara de verdad, sino que era un sentimiento paterno difícil de evitar. 

La situación era extraña, no podía negarlo. Robert y Albert habían desaparecido pero sus equipajes seguían ahí. Lo mas llamativo era que no habían dejado notas, ni le habían avisado a Elizabeth, en el caso de Robert, y a su hermano Piers, en el caso de Albert. Alguien estaba, como su padre lo había predicho, sacando del medio de a uno a toda su familia. Y no era difícil darse cuenta que todos los que habían muerto o desaparecido hasta ahora eran Knight. Un Alistair había inventado una historia que cada vez sonaba mas ridícula, y ahora su medio hermano Malcom estaba bajo los efectos de una enfermedad "misteriosa". Charles se lo quedó mirando un rato, intentando adivinar cómo hacia para fingir aquello, tenía ganas de tomarlo de la ropa y sacudirlo hasta que confesara la farsa. Aunque observó de reojo a Conrad y recordó que aún portaba el arma.

Cuando lo recordó, y después de intercambiar unas palabras con su sobrino Piers, dejó a Elizabeth con su hermana, tomó el teléfono y llamó a la policía de Londres. De no poder comunicarse enviaría a uno de los trabajadores de la mansión a presentarse directamente en Scotland Yard.

- Pregunta por James Monro o Richard Pearson -ordenó alcanzandole una carta de puño y letra, firmada y sellada por él mismo, donde solicitaba la presencia urgente del servicio. Un muerto en circunstancias extrañas, dos desaparecidos y un hombre armado del que no se sabía si tenía permiso de portación eran los principales tópicos, aunque también solicitaba una investigación sobre posibles crímenes en los últimos años. Y no le faltó añadir tampoco la investigación del doctor y del notario. Ya trataría con los sirvientes de la casa personalmente. 

Al resto de los criados que no tuvieran alguna tarea urgente les pidió que buscaran a Robert y Albert por toda la mansión y sus alrededores.

Luego, cuando estuvieron todos reunidos en el Comedor, tomó la palabra, dedicando miradas de severa hostilidad a los varones Alistair.

- No creo que sea ninguna sorpresa el hecho de que Molv, Robert y Albert llevaran el mismo apellido, y que los Alistair sólo hayan sufrido incomprobables ataques espectrales o enfermedades desconocidas. Si alguno de ustedes, o mas de uno, es el culpable de estos incidentes le pido que sea hombre y dé un paso al frente, no es necesaria la violencia, podemos solucionar esto de maneras mas civilizadas. No esperarán que tomemos en serio todo eso de fantasmas y maldiciones, así que las explicaciones mas plausibles, como comprenderán, es un ataque sistemático de los Alistair. Aunque también es cierto, y no lo descarto, que siendo la opción mas obvia otro posible "tercer jugador" se aproveche de la situación y se beneficie de un conflicto entre las dos ramas. Es por eso que sugiero que aunque se aleje un poco de las buenas costumbres, y aún siendo algo incómodo, esta noche compartamos el descanso en grupos mas numerosos.

Por otra parte quisiera comentar que el día de ayer encontramos en la cripta un pasadizo oculto, que fue utilizado recientemente. No lo dije hasta ahora porque de haberlo revelado antes el que lo usó podría haber ocultado sus huellas, o incluso su presencia. Ahora me dispongo a explorar ese lugar con Piers, Harold y quien quiera acompañarnos. No tiene sentido seguir guardando el secreto ya que ahora mismo nos dirigiremos allí para ver si damos con alguien desconocido que sea este posible culpable, espero que ajeno a las dos ramas familiares. 

Luego se dirigió a sus hijas.

- Eleanor, si te fuera posible por favor acompaña a tu hermana. O en caso contrario por favor, que ninguna de las dos se quede sola. O si quieren pueden venir conmigo, por supuesto.

Extraño, pero Johan tenia un agradable sueño detectivesco digno de los más emocionantes libros, al menos hasta que los gritos le hicieron dar un inmenso bote en su cama. Otra vez a punto estuvo de salir con su largo calzón de dormir, pero en esta ocasión se detuvo ante la puerta tomando una de esas camisas largas para taparse un poco y no llegar irrespetuosamente.

Al acudir al fin, se puso al tanto con las nuevas noticias, dos desaparecidos, y pese a creer en la posibilidad de que fuera obra de la casa, miró a la mujer que ya se daba por nueva viuda - relájate, tal como dicen, pueden haber ido a comprobar algo juntos, y no haber podido regresar por la nevada, o pueden haberse perdido por algún pasadizo como el que mencionan - después de todo la casa era bastante grande como para perderse - ahora creo más preocupante quienes "si" están con nosotros, si me permiten... - dicho esto, se hizo con un vaso de agua y fue a ver al supuesto Alistair atacado. Para calmarle y darle algo que beber con calma y despacio.

Su intención tras ayudar al pobre hombre, era acudir a ese pasadizo que mencionaban, pero antes de ello, debería vestirse debidamente.

Tal y como su padre le pedía, Eleanor decidió permanecer con su hermana Elizabeth.
-Sí padre, no se preocupe, no me separaré de ella- No entendía muy bien porque se empeñaban otra vez en bajar a ese sitio asqueroso. Si su padre, tal y como le había contado, había pedido la intervención de la policía, no entendía porqué quería bajar él. Esas cosas deberían hacerlo ellos, para eso estaban ¿no?. En cualquier caso, no sería Eleanor quién juzgase lo correcto o no de las acciones de su padre y de su primo Piers.

-Dime hermana ¿quieres que vayamos a algún lugar a despejar la mente?- A diferencia de Eleanor, Elisabeth no tenía un cadáver que velar, por lo que no tenía sentido que fueran a la cripta -¿Quieres, hermana, que salgamos a dar un paseo? Quizás sirva para despejar tu mente ¿o crees que hará demasiado frío y es mejor permanecer en casa?-

Elizabeth asintió ante las palabras de su hermana. No le sentaría mal abandonar estas paredes y techos que empezaban a asfixiarla. Dudaba que ni siquiera el intenso frío pudiera hacerla sentir algo en su cuerpo todavía completamente anestesiado por el dolor.

Gracias Eleanor. Me sentará bien un paseo. Acerquémonos al lago.

Estaré bien padre. Dijo ante la mirada preocupada de éste. Tengan ustedes cuidado en ese pasadizo, dijo al grupo que se disponía a bajar a ese lugar de la cripta.

La tranquilidad con la que había pasado la primera noche en Green Arrow fue completamente opuesta a ésta segunda noche.

La vorágine de sentimientos, tanto buenos como malos vividos el día anterior como el hecho de saber que sus padres le había puesto un nombre proscrito en la familia le tuvieron despierto hasta altas horas de la madrugada. Si bien era cierto que ninguno de sus allegados más íntimos le llamaba Harry, si no Ben, compañeros de escuadrón principalmente, sus padres siempre le llamaban Harold. En cierto modo no pudo evitar sentirse en el punto de mira de algunos miembros de la familia, en especial de Dougal, y teniendo en cuenta que solamente estaban desapareciendo Knights prefería guardar las distancias con él lo más posible.

Se encontraba enfrascado en esos pensamientos cuando su padre le llamó junto a su madre aparte del grupo. Sus palabras le resultaron un tanto ajenas, la verdad es que desde que habían empezado los sucesos extraños su padre era más... como un padre, a su modo, eso sí.

Después de que Piers se fuera le explicó a su madre su descubrimiento del día anterior y le pidió que buscara un mapa o alguna referencia al laberinto de pasadizos bajo la cripta, esas cosas se le daban bien.

-Creo que debo ir con padre- dijo muy serio -Sé que se va a enfadar, pero durante el día, como bien has dicho, estamos relativamente a salvo, pero allí abajo hay algo, o eso pensamos y creo que seré mas útil allí debido a mi formación militar- no dijo nada acerca de que Rhona también quería ir y no quería dejarla sola allí. Ya habría tiempo para eso.

Murron escuchó atentamente a su hijo.

-Tienes razón. Los Alistair, y en concreto los varones, vamos a empezar a estar en el punto de mira. Tú y Jesse, e incluso Dougal, sabéis defenderos bien, pero Malcolm está ahora indefenso, así que me quedaré junto a su cama.

Esta situación se confirmó cuando Charles les reunió para hablar con todos.

-A ese juego también puedo jugar yo, y lanzar toda la culpabilidad sobre Harold, pues la única pista clave que tenemos de todo esto es el nombre de Harry. ¿Quién más sospechoso que él? Pero no lo voy a hacer, porque me parece que todos somos víctimas aquí, ya sea la amenaza terrenal o sobrenatural, y creo que el que no quiera ver eso llegados a este punto es que está ciego. No obstante, secundo su propuesta de pasar la noche en grupos.

Acto seguido se dirigió hacia Meghan y Rhona.

-Voy a quedarme junto a Malcolm. Vosotras, si podéis estar juntas, o queréis acompañar a Dougal, Jesse o Conrad, haría que me sintiera más tranquilo. Pero bueno, ya no sois unas niñas, ni yo el más capacitado para daros consejos. Además, estáis al cuidado de unos pequeños, y sabréis mejor que yo lo que os conviene. Sea como fuere, tened cuidado.

Escuchó las explicaciones de su hijo y asintió. No recordaba haber visto ningún mapa en la biblioteca en su anterior búsqueda, pero era cierto que había estado buscando otra información y sería muy probable haber dejado de lado ciertos volúmenes o archivadores.

-Por supuesto, ve con tu padre. Yo me encargaré de buscar un mapa o algo que os sea de utilidad ahí abajo. Si descubro algo interesante os lo diré lo más rápidamente posible.

Vio como su hijo desapareció tras los pasos de su padre y ella se encaminó de nuevo a la biblioteca.

Justo cuando salía, el comentario del señor Murron la obligó a detener su marcha y volverse contra ese Alistair. Se mordió la lengua hasta que este término de hablar y le contestó entonces.

-Entiendo su planteamiento, pero por si hay alguna duda, le puedo asegurar que el nombre de mi hijo no tiene nada que ver con ese tal Harry y, por supuesto, mi hijo no es capaz de causar una muerte como la que vimos anoche ni hacer desaparecer dos personas. Por favor, abstengamonos de buscar culpables entre nosotros por el momento. El abuelo dijo que buscasemos la respuesta en la casa. Así que lo suyo sería que lo intentasemos. Y cuanto antes, mejor.

No esperó contestación. Tenía trabajo que hacer. Y de sus hallazgos podía depender que su marido y su hijo avanzaran en sus pesquisas.

Además del miedo a la noche, una enorme suspicacia se había apoderado de todos los presentes. Tres Knight habían caído coincidiendo con la llegada de esos salvajes y extraños. Así que ahora todos se desplegaron para vigilarse y cubrirse mutuamente separándose por completo las familias. 
Salvo la joven Rhona que iba derecha con un grupo de Knight... por asuntos que su mente no podía llegar a entender del todo...