Partida Rol por web

Green Arrow

Las Puertas de la Sangre: Arthur, (RIP) Dougal, Eleanor (RIP), Jesse (RIP), Meghan y Piers (RIP)

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03/04/2017, 17:34
Director

- Corre, Elizabeth- gritó Eleanor a su hermana pequeña. Pero ella no podía correr tanto y no quería lastrar a Elizabeth así que cuando vio que corría por la finca, bajando la escalera de piedra, ella se quedó a retrasar a lo que fuera que viniera detrás. 

Elizabeth se encontró con Jeanne y Harold que también estaban gritando

- ¡Piers! ¡Amor!  gritó Jeanne cuando vio que Piers se quedaba a hacer frente a aquel mal. Pocas veces le había llamado así. Pero su hijo Harold sí entendía lo que estaba haciendo su padre

- Tenemos que llegar al kiosco, madre, solo así podremos vencerle. Volveré a ayudar a padre, te lo prometo. 

Mary Jane tiraba de la mano de Murron quien no encontraba con la vista a sus hermanos. ¿Los había perdido? Tal vez Dougal quiso ayudar a Jesse con su quemadura y entonces se habían retrasado... Pero tampoco podía dejar a esa niña sola. 

Los cinco corrieron hasta el kiosco de música. No había nadie más. El resto se había quedado atrás. 

Harold empuñó la pala y le dijo a Murron: 

- Ayúdame, tenemos que darnos prisa si queremos salvarles... 

 

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03/04/2017, 17:39
Director

Meghan llevaba casi a Arthur en brazos aunque sabía que eso no le gustaba nada al pequeño y enclenque muchacho. Pero al salir todo había cambiado. No encontraba al resto y el suelo estaba lleno de protuberancias que explotaban en forma de tierra y barro a su paso. En uno de esos boquetes tropezó y antes de que pudiera coger a Arthur el desnivel del suelo los había separado. 

- ¡Arthur! ¡ARTHUR!- gritó aterrada

El pequeño se incoporó y ya no podía ver a su madre. Es como si la misma tierra les hubiera separado y se agitara ante el paso del Duque Sangriento. Pero sí podía ver al fondo, en la verja, a aquella figura sonreirles de manera siniestra. Y en la puerta de la mansión, junto a Jesse y Dougal que corría había una figura. Un hombre en el umbral de Green Arrow. Sabía quién era. 

Dougal y Jesse corrían cuando empezaron a oír unos ladridos demasiado poderosos, como las campanadas de aquel reloj que aún retumbaba en sus cabezas. Y desde la verja infernal vieron aparecer una jauría de perros que se lanzaron a por ellos. 

- Nos alcanzarán... Tenemos que pensar algo

Por último, en otro lugar, Piers gritaba a su prima Eleanor mientras intentaban poner tierra de por medio. Solo lograron llegar hasta la capilla y el cementerio. 

- Corre, sal de aquí

Eleanor se refugió en la capilla mientras Piers notaba con horror como al temblar la tierra, unos cadáveres se desenterraban de las fosas... Y empezaban a caminar hacia él. 

Dentro de la capilla, Eleanor vio que la trampilla que comunicaba los túneles estaba siendo golpeada desde abajo. Algo estaba intentando entrar hacia ella desde los pasadizos... 

Notas de juego

Y esta es vuestra zona de peligro. 

Tenéis que tirar de manera individual una tirada de mente -2. Es decir, lo que tengáis en mente, le restáis 2 y tenéis que sacar con el dado de 10 igual o menos que eso. 

Por favor, haced las jugadas como "SOLO PARA EL DIRECTOR" para que puedan apostar los demás por vosotros, que os estarán leyendo y sufriendo... 

Eleanor resta 1 a lo que salga el dado por su pulsera mágica. 

Dougal y Jesse tiran cada uno por sí mismos pero si uno se salva y el otro falla, el que se ha salvado puede volver a tirar para salvar al otro. 

 

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03/04/2017, 17:57
Director

Notas de juego

Además de la tirada podéis poner un post, claro, y así vemos la manera en que os libráis o morís... Podéis utilizarlo para dar despedida a vuestro personaje o hacer ese movimiento épico que ilumine nuestros corazones (salvo matar a Harry, claro, eso no :P) 

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03/04/2017, 19:12
Eleanor Knight

Envuelta en esta sinrazón que no alcanzaba a entender, Eleanor corría consciente de que su vida estaba en juego. Si hubiese tenido un momento de calma se habría preguntado si esto mismo fue lo que sintieron Molv o su padre. Pero ese momento no existía.  Y todo lo que Eleanor podía pensar era en no perder también a Elisabeth 

-¡Corre Elisabeth!- le rogó, desviandose para que no viera que se retrasaba. Eleanor no habia vuelto a correr desde que tenía 7 años y su cuerpo lo notaba. El pecho le ardía y sentía como se ahogaba. A su lado, su primo Piers, con una serenidad impresionante, ni siquiera se molestaba en huir. Porque Eleanor no era Piers y ahora estaba aterrada. No sólo su propio miedo la invadia, si no que se sentía contagiada del miedo de los demás. Piers la arrastró y, al llegar a la capilla la empujó dentro, en un intento por ponerla a salvo.

Allí dentro estaba oscuro. Con su espalda apoyada sobre la puerta, como si una débil mujer pudiera ser barrera para quien quisiera entrar, Eleanor apenas identifica las cosas que le rodean. Sólo la luz menguante de una vela que se extingue en un rincón, ilumina la estancia. Sus ojos tardan en acostumbrarse y mientras sólo escucha golpes sordos. Al principio los rítmicos sonidos casi la tranquilizan, es su propio corazón bombeando a un ritmo desacostumbrado. Pero luego escucha algo más. Al principio débil y aislado, luego más enérgico y continuo. Procede del suelo y Eleanor supo, de inmediato, que quién hacia esos sonidos no tenía un corazón latiendo como el suyo.

Llevada por los nervios intentó lo único que se le ocurrió,  buscar algo que poner sobre la trampilla. Pero en una capilla no hay cosas ligeras que pueda mover una débil mujer y, en esos valiosos segundos, aquello que deseaba salir, volver de su escondite abisal, no encontró impedimento.

En un último intento Eleanor se giró hacia la puerta para intentar llegar fuera, pero sus dedos no llegaron a alcanzar el picaporte.

- Tiradas (1)
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03/04/2017, 19:59
Piers Knight

(Post en progreso...)

- Tiradas (1)
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03/04/2017, 20:02
Director

Notas de juego

Ya podéis hacer vuestros post en público. Vuestros compañeros se han dado mucha prisa en votar porque estamos todos CON EL CORAZÓN EN UN PUÑO. 

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03/04/2017, 20:02
Director

Eleanor sintió como aquellas cosas abrían la trampilla y la cogían de las piernas. Intentó agarrarse a una columna pero de nada sirvió... salvo para que su pulsera, su pulsera de plata quedara allí colgada... justo en el mismo sitio donde se la encontró. 

Mientras aquellas criaturas la despedazaban y la arrastraban al interior Eleanor pensó que cuando se la encontró nunca supo quién era su dueña y cómo había llegado allí. 

Ahora ya lo sabía. Era de ella misma. Del día que murió. 

Notas de juego

FIN DEL PERSONAJE

Una pena y un placer

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03/04/2017, 21:52
Jesse Alistair

El dolor lacerante de su mano le obligo a ir mas despacio de lo que se podría esperar de Jesse y mientras que la otra mano sujetara con fuerza el bastón, su mano quemada sentía los improperios del tiempo, siendo la combinación del calor de la quemadura y el frio de la noche le hiciera sentir un palpitar doloroso en su palma.

Un dolor que nublaba en parte el resto de sus sentidos pensando que ese momento de estrés no podría soportarlo su cuerpo y pronto caería desplomado ante la hierba húmeda del jardín. Pero una mano amiga, recogió su brazo y le obligo a alzar la vista, mientras tiraba de él. Una vez mas su hermano Dougal estaba a su lado para asistirle y no dejarlo caer.

-¡Que haces estúpido! ¡Salva tu vida ya has hecho mas que suficiente! -Jesse estaba furioso, furioso con su hermano quien retrocedió y quiso esperarlo para evitar que muriera una vez mas. Poniéndose de nuevo en peligro y eso que él siempre pensó que el sensible hermano menor, el solitario, no deseaba nada del resto de su familia, pero tal vez fuera eso, su sensibilidad lo que le obligaba a retroceder una y otra vez para salvarlo. -¡Te has condenado y me obligas a seguir para no condenarte conmigo! -Esa palabras serian lo mas parecido a un gracias que escucharan de boca de aquel gigante escoces, mientras retomaba la verticalidad y empezaba a correr en un ultimo esfuerzo.

Fue entonces cuando las palabras de respuesta de su impetuoso hermano fueron acalladas por los ladridos de una jauría, una que parecía estar muy cerca. Jesse miro a los lados y hacia atrás, pero no vio a nadie mas que a ellos y miles de pequeños ojos entre sombras, bufando rabiosos. -¿Perros? ¡Nunca vi perreras en esta casa! -Comento, sin llegar a tener tiempo de darse cuenta de la estupidez de sus palabras.

-Nos alcanzarán... Tenemos que pensar algo - Ambos Alistair olvidaron todo, menos correr, correr por sus vidas, el dolor y los gritos fueron eclipsados por la desesperación de huir del ruido de mil pisadas que cada vez estaban mas cerca de ellos. Y entonces un chispazo en la cabeza de Jesse obligo a mirar a Dougal y pensar en la supervivencia del mas fuerte. -¡Maldita sea! -Reprimió su necesidad individual, pues de a ver sido otro quien estuviera corriendo a su lado, ahora mismo estaría tullendo sus piernas, para ser presa fácil de aquellos espectros cánidos y tener así el tiempo suficiente para poder escapar de ellos. Pero era su hermano, aquel quien en la sima le salvo su vida, aquel que había recogido del tejado para que no cayera al vació, aquel que pese a sus diferencias mas que obvias, por alguna razón le parecía verse en un espejo, mas joven y mejor, cerro los puños con rabia, sin importar el dolor y se percato entonces de que aun tenia el bastón con él.

-Prepárate, cuando estén lo suficientemente cerca, lanzare el bastón a las patas de los primeros, con suerte los hará tropezar y el resto caerán como fichas domino, es entonces cuando tendremos una oportunidad para despistarlos y alejarnos de ellos. -Fue lo primero que le vino a la cabeza y posiblemente lo ultimo.

- Tiradas (1)
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03/04/2017, 23:18
Meghan Alistair

Meghan había descubierto que harry podría morir. Con la misma flecha que daba nombre a la mansión. Pero eso no servía de nada si no se salvaba esa noche. Ella y su hijo. Lo llevaba en brazos, sin importarle si Arthur sentía vergüenza de la sobreprotección de su madre. Era más importante sobrevivir y luchar que mirar si con su actitud hacía o no sentir embarazoso a su hijo.

Pero eso duró poco. El abismo infernal de las pesadillas que la casa usaba para defenderse se abrió a sus pies, haciendo que tropezara y su hijo y ella se separaban. El suelo se iba abriendo cada vez más.

-¡Arthur! ¡ARTHUR!

Chilló a viva voz. Sonaba desesperada, aterrada. Era un sonido casi sobrehumano, un llanto demoniaco que cubría todo su alrededor. La idea de perder a su hijo le hacía ver que el Mundo desaparecía para ella. Aunque en realidad también lo hacía de forma literal. El suelo se desgarraba cada vez más y la imagen de su enemigo apareció ante ella a lo lejos en la verja, el duque sangriento rompía el suelo a sus pies. Al fondo vio a otra persona. En la puerta. Ya vivió una ocasión similar. El hombre al otro lado de la puerta la salvó en otra ocasión. ¿Pasaría lo mismo? ¿Podría abrirse paso hacia allí sin que el suelo se la tragara o el duque le echara la mano? 

No veía a Arthur pero supo que si alguien podía salvarles a ambos debía ser la figura lejana. o eso quería pensar ella. El mundo en el que se encontraba era caótico. Mortal. Sabía que no fue sola a ese lugar. No se fijó bien en la suerte que corrían, ya estaba demasiado preocupada de sí misma y de Arthur. pero sí sabía que sus probabilidades de morir eran altas. Demasiado para su gusto. Pero había luchado hacía dos noches. Había luchado también de día intentando encontrar la forma de acabar con el Duque. Y de morir ahora, lo haría luchando. lo haría, una vez más, intentando encontrar la forma de salir de allí. De huir del duque Sangriento para destruirlo de una vez por todas en el mundo real. Por supuesto, decirlo era más fácil que hacerlo. El que una vez la ayudó podría no volver a hacerlo más. ¿Sería esto como en los cuentos? ¿La damisela en apuros sería librada en el último segundo una vez más? ¿O era como la vida real donde el mal si ganaba y los principes azules no existían? Antes de encontrar respuesta a estas preguntas, Meghan ya intentaba correr hacia la puerta intentando no volver a tropezar con el suelo roto.

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Edit después de la tirada: Y voy y saco la tirada. Si es que me odio xD

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04/04/2017, 01:48
Dougal Alistair

Me obligas a seguirte para no condenarte conmigo - le gritó Jesse. Y Dougal lo entendió. Aún en medio de ese pandemonium, a metros de aquella figura, aún era capaz de apreciar el calor en las palabras de su hermano. En estos días había establecido un vínculo con Jesse que hacía años no sentía con ningún Alistair.

- Cómo voy a dejarte atrás, y quedar como el único Alistair soltero... ¡Vamos, corre! ¡El quiosco no está lejos!

Los ladridos empezaron a sonar como si estuviesen en medio de una cacería - ¿Perros? ¿PERROS? - Dougal apretaba el paso mientras Jesse no paraba de mirar atrás intentando localizar a los perros retrasándose - ¡Sigue corriendo! ¡No mires atrás!- le gritaba a su hermano - ¡Aprieta!

Intentaba insuflar fuerza a su hermano con sus palabras pero era en vano. Jesse resoplaba tan fuerte que casi sonaba por encima de alguno de los ladridos. Ya le sacaba más de cinco metros. El quiosco no estaba lejos pero dudaba que lo fuesen a conseguir. Dougal frenó intentando analizar rápidamente la situación. Su hermano corría torpemente hacia él sin dejar de mirar a los perros. - Se va a caer -  Su hermano se giró y le vio la cara que tanto le recordaba a sí mismo, ahogándose por el esfuerzo. De repente, en un flash se le amontonaron imágenes. Le vino a la mente Conrad en la sima, la señora Huxson, Malcom, tuvo un flash del primer día en los jardines, cuando simplemente admiraba la magnificencia de la Mansión con su lago, la belleza del joven de los Knight, cuando aún se imaginaba retratándoles a ambos. Y como si de repente le iluminase un candelabro, la figura de aquel hombre que bien podía ser Harry le sacó del ensimismamiento . Podía ver su sonrisa, sentía su mirada clavada en ellos dos. 

Jesse le alcanzó mientras farfullaba una idea para detener a los perros con el bastón - Es una locura - pensó al tiempo que cogía dos piedras del suelo. 

Jesse, ¡eso es una sandez!. ¡Deja de hablar y sigue corriendo!. No parecen tantos y soy más rápido que tú. Les intentaré retrasar y ahora te alcanzo - y empezó a lanzar piedras a los perros para dar tiempo a su hermano. 

- Tiradas (2)
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04/04/2017, 06:10
Piers Knight

Dando tumbos en medio del caos, Piers intentó mantener la calma y ayudar a los demás. Dar órdenes, poner algo de concierto. Hacer lo que solía en su puesto, en batalla.

Pero de poco servía. En una guerra el enemigo tiene lógica. Conoces su número, su fuerza, sus armas. De esto aún no saben nada. No han tenido tiempo más que de arañar la superficie de la cosa que viene a por ellos, y ahora ya no hay más tiempo, para nada.

Salvo para una cosa.

Piers mira sin ver los cuerpos que se alzan del suelo para encontrarse con él. Recuerdo otros cuerpos, en otro lugar. ¿También el Conde los recuerda? ¿Es esto una burla? ¿Su retorcido sentido teatral se recrea en esto, la venganza de los muertos, a los que él mismo mató?

Los cadáveres avanzan. La putrefacción, las heridas serradas y atroces, los gusanos que roen la carne aún mientras los ve avanzar hacia el- ¿es su imaginación o puede oír el sonido?- hacen imposible saber quienes son. Podrían ser cualquiera. Cualquiera de los escoceses que murieron en Mothcry. Cualquiera que murió en Ishlandwana, en Rorke's Drift, en El Cairo. Fuese donde fuese, tendría la misma importancia.

Ellos no son el enemigo.

Con la claridad de quien ya se sabe perdido de antes, Piers comprende que lanzarse a por ellos como hizo en su sueño es inútil. Su maestro, el que viene a por él, se alimenta del odio y la carnicería. Mientras exista eso en el mundo, podrá pasarse el resto de la Eternidad matando a esas cosas- si es que pueden morir. Siempre habrá más.

Siempre correrá hacia adelante pisando cuerpos, salvándose el mismo a costa de los demás. Cuerpos de aliados, de enemigos. Poco importa. Cuando llevas tanto tiempo en batalla, poco importa.

¿Desde cuando se ha embrutecido tanto?

¿O- quizás- siempre ha sido así y no se ha dado cuenta?

Ellos no son el enemigo.

El enemigo, el enemigo real viene hacia él. Riéndose. Disfrutando de sus propias dudas, de cómo sus pensamientos le martillean la cabeza. De cómo adquiere consciencia de su propia inhumanidad. Sí, el es el Conde Sangriento, pero... ¿están sus manos, las manos de Piers Knight, libres de sangre?

¿Cuanta sangre ha vertido para seguir vivo?

No la suficiente.

No. Para que su vida realmente valga algo, todavía queda una sangre que verter.

Para que no toda su vida haya sido regida por ese miedo que te atenaza antes de la batalla, aún deber morir alguien más.

Piers mira en dirección a Jeanne y Harold. Se despide con la mano. Probablemente muera. Incluso si no lo hace, sabe que ya no será el mismo.

Todas las vidas que ha quitado han llegado para ajustar cuentas, y es hora de que entregue una. La suya, o la del Conde. Es lo único que tiene sentido. Lo único que queda por hacer.

Piers se da la vuelta y entra en Green Arrow. No necesita guía para sus pies. El burbujeo de la rabia en sus tripas, subiendo como vapores venenosos y haciendo latir su corazón hasta que la sangre le martillea cada centímetro de piel, tira de él hacia su adversario. Hay un sable en su mano. ¿Cuándo so cogió? Había alguno en la casa... ¿dónde?

No importa. La herramienta no importa. Solo el matar.

Un humo blanquecino al principio, y negro y urticante después, se empieza a elevar de sus ropas. Algunas fibras empiezan a carbonizarse, abriendo agujeros en el tejido, círculos y manchas irregulares de un negro bordeado de naranja que se extienden a medida que la ropa se consume. Primero es la chaqueta y los pantalones, y luego siente una ligera quemazón cuando la camisa empieza a arder y la fibra incandescente roza su piel.

No importa la ropa. Solo importa matar.

Sigue corriendo. La piel, en las partes en que se puede apreciar, empieza a enrojecerse. Primero un rosa pálido, luego un rojo intenso que brilla, húmedo, y se hincha hasta que las primeras ampollas empiezan a formarse. La piel grita y el dolor comienza. Pero el dolor no importa.

Solo importa matar.

Las ampollas se extienden por toda su piel. Las más antiguas revientan con una rociada de minúsculas gotas de agua, y en los cráteres que dejan se entrevé el rosado profundo de la dermis, que pronto empieza a ennegrecerse cuando el calor traspasa la piel y empieza a socarrar el músculo de debajo. El dolor se transforma de un burbujeo en un lanzazo, como miles de agujas horadando profundamente la piel. El humo empieza a surgir con más fuerza, y el miedo se une al dolor. Pero el miedo tampoco importa.

Solo importa matar.

El paso de Piers empieza a tornarse errático a medida que los músculos comienzan a arder. Los tendones que los sujetan se hinchan y se retuercen sobre sí mismos como el bacon en la sartén, antes de reventar con un chasquido sordo -pop- que pronto es una cacofonía que emana de Piers a medida que todo su cuerpo empieza a hervir. La grasa empieza a burbujear y a hervir, se derrite y empieza a correr en forma líquida por su interior, abrasando todo lo que encuentra a su paso, soltando los músculos y levantando la piel. A estas alturas, toda la piel en su cuerpo es una masa quebradiza y negra como el carbón, que empieza a caerse a pedazos y romperse al caer al suelo, dejando un rastro de hollín. El cuerpo empieza perder consistencia, y pedazos de carne enteros se desprenden y caen al suelo, donde siguen asándose en medio de las oleadas de calor infernal que envuelven el lugar, más y más intensas a medida que avanza.

Es ya imposible que Piers esté vivo. Solo el dolor que aúlla por cada centímetro de su ser debería haberle matado. Debería haber parado el corazón y detenido el cerebro, impotente para procesar tanto dolor. Los músculos que poco a poco se van quemando, o que caen de su cuerpo libres de la piel que los aprisiona y los tendones que los sujetan en su lugar no deberían poder moverse, no deberían poder llevarle, ahora paso a paso, hacia Harry. Pero nada de eso importa.

Solo importa matar.

La sangre hierve, ahora. Los vasos sanguíneos se arrugan sobre mi mismos y se descomponen cuando el líquido hirviendo de su interior los abrasa y cae al suelo, evaporándose en segundos. Los ojos revientan en un instante dentro de sus órbitas. Los órganos internos se abren y todos los líquidos de cuerpo del soldado salen disparado a presión como de una olla al fuego. Piers ya no es más que un esqueleto  que chorrea líquido y vapor  ardiente que separa los últimos restos de carne pegada a los huesos.  El metal del sable al rojo blanco, se había incrustado en la carne que se descomponía, y el calor es tan intenso ahora que los dedos de hueso que se cierran alrededor de la empuñadura se han soldado. El metal ha mordido hasta dentro del hueso, y ahora el arma es tan parte de Piers como los propios huesos, el último testimonio que queda del hombre que una vez fue. Y es apropiado, porque el hombre que una vez fue Piers Knight no importa.

Solo importa matar.

Y la figura en armadura negra está ahí. El esqueleto de Piers, animado por un simple deseo que ha sobrevivido a su cuerpo, se tambalea hacia él. La figura lo mira y ríe con un desdén brutal. Paso a paso, los deseos de matarle del viejo sargento- pues Piers hace tiempo ya que se perdió en el fuego avanzan hacia él, mientras el Conde Sangriento ríe ante lo absurdo de la misma idea. Su desdén es insultante. No es solo desdén por él, es desdén por Dios, por el orden natural de las cosas, por las mismas reglas de la vida y la muerte. Pero ninguna de esas cosas importa.

Solo importa matar.

El brazo de lo que una vez quizás fue Piers Knight, antes de todas las guerras que le han arrastrado hasta este punto, antes de toda la oscuridad de su propio corazón que finalmente le ha alcanzado, se echa hacia atrás y lanza un golpe con el sable directo a la visera del Señor de Mothcry, aún sabiendo que no hará nada. Que no puede matarle por más que lo desee. Ese deseo le ha sostenido en un último intento fútil, como fútiles fueron todas las demás veces que alzó un fusil o un sable y segó una vida con él. ¿Qué había cambiado en el mundo por ello, y que importancia tenía frente a algo como lo que se erguía, negro como el pecado, ante él?. El aire se llena de un silbido agudo que crece hasta desmoronarse sobre sí mismo, con la breve inspiración que toma el oxígeno antes de la explosión de una llama imparable, y después lo que queda del ímpetu que guía los huesos de Piers Knight  se desvanece.

Y ya no importa... nada.

 

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04/04/2017, 08:54
Director

Dougal lanzaba piedras mientras veía a su hermano girar alrededor de la casa y perderse en la noche. 

Algunas de las piedras distrajeron a los perros que corrían en todas las direcciones. Después Dougal se escondió bajo el cobertizo de una de las cocheras y cuando dejó de oír ladridos corrió hacia el kiosco de música de nuevo. 

Entonces oyó uno potente que corría detrás suyo. De nuevo con el corazón en la garganta echó a correr tratando de calibrar cuánta distancia le sacaba mientras intentaba discernir si Jesse había sido capaz de llegar al kiosco. 
Pero no estaba preparado para lo que vio. 

En enorme perro que le perseguía a cuatro patas no tenía un rostro canino. Era el de su hermano. El que tanto se le parecía. 
El perro deforme con cuerpo de perro y cara de Jesse Alistair aullaba de manera terrible y espectral echando espuma por la boca. 

Dougal lloró y solo el miedo y el horror le hizo seguir corriendo cuando él jamás hubiera sido capaz de dejar allí a su hermano. 

El perro Jesse vio un bastón tirado y se puso a jugar con él. Destrozándolo con los dientes como si estuviera devorando lo último que le quedaba de alma humana. 

Notas de juego

FIN DEL PERSONAJE DE JESSE. 

DOUGAL HA SOBREVIVIDO. 

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04/04/2017, 09:01
Director

Notas de juego

Creo que no puedo añadir nada más a lo que ya ha escrito Piers sobre la despedida de su personaje: 

FIN DEL PERSONAJE

 

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04/04/2017, 09:56
Arthur Octavius Alistair

(Muerte en camino)

- Tiradas (1)
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05/04/2017, 10:35
Director

Arthur notó como la tierra se abría ante él y se hundía en ella y pensó que su única posibilidad era tirar para arriba con sus débiles bracitos. Tirar de su enclenque cuerpo como jamás esa distrofia hereditaria le había permitido hacer. Oía la voz de su madre gritar aterrada. Tenía que llegar a ella. Hacer fuerza... hacer fuerza...

Notó entonces como empezaba a salir. No se podía creer que por una vez su cuerpo no fuera a fallarle y la salida de cualquiera de sus problemas fuera a estar en sus músculos y no en su cabeza... Pero empezaba a salir de la tierra... primero sacó la cabeza y casi rápidamente la mitad del tronco. En ese instante vio a su madre y gritó con todas sus fuerzas, casi jubiloso. 

- ¡Voy, madre! 

Pero entonces se dio cuenta que al segundo siguiente tenía casi liberados los pies. No era él quien tiraba. Estaba siendo empujado desde el suelo a la superficie. Y con una velocidad e impulso enorme. 

Como si la tierra de Green Arrow le escupiera, Arthur salió propulsado por el aire mientras veía a su madre en tierra hacerse una figura angustiada cada vez más pequeña, lejana... 

Miró alrededor y pudo contemplar por ultima vez aquella mansión maldita desde las alturas. Sintió que volaba. 

Pero luego vino la caída a una velocidad mayor que la de un tren contra el suelo. 

Afortunadamente para él, su corazón ya se había parado antes del impacto. 

 

Notas de juego

FIN DEL PERSONAJE. 

 

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05/04/2017, 10:48
Director

Harold y Murron cavaban sin descanso hasta que tocaron con la pala algo duro. En el fondo del agujero había un paño y algo envuelto. 
Mientras se metían a por él, Elizabeth, Mary Jane y Jeanne vieron llegar a Dougal y a Meghan. Ni rastro del resto pero los rostros de Dougal y Meghan no daban lugar a dudas de qué les había ocurrido a sus seres queridos. 

Elizabeth quería llorar por su hermana y Jeanne por su querido marido pero ver el rostro de aquella madre que acababa de perder todo lo que tenía, todo lo que le quedaba, no les dejaba lugar para su propio dolor. 

Dougal se abrazó a su hermano mientras Harold desenvolvía el paño. Él ya sabía que su padre no iba a volver. 

- Es una flecha... una flecha hecha de esmeraldas... 

Meghan se adelantó al grupo. Ya solo quería hacer una cosa. Era su único motivo para seguir respirando un solo segundo más. 

- Matémosle. Matemos a esa basura inmunda y enviémosle de vuelta al infierno- dijo.