Partida Rol por web

 Conrad mantuvo el paso siguiendo de cerca a la señora Huxson. Sus tripas rugieron en un momento dado, lo que hizo que reflexionase en voz alta:

 Deben estar cenando ya ahí arriba.

 Se maldijo por no haber traído algo de comida aqui abajo, pero al menos parecía que estaban llegando a algún sitio. De lejos, podía escuchar algo que podía ser el aullido del viento en las catacumbas o las voces a las que la criada se había referido.

 Demonos prisa. alentó al resto.

En verdad el camino era tan largo y duro como les anunció el ama de llaves. Fue un milagro que, con tan pocos medios, su viaje a la profundidad oscura no acabara con alguien cayendo por alguno de los precipicios que de manera abrupta se abrían en las galerías inferiores de los túneles mineros. Pero lo verdaderamente increíble es que en aquel descenso hacia el centro de la tierra, el ama de llaves supiera siempre guiarles. 
Iba eligiendo la dirección, incluso aunque entrañara tener que bajar por cuerda o quitar algunas rocas, con una inquietante seguridad que ella misma decía no comprender.

- Solo he llegado a la sima tres veces pero siento que me llama. ¿No lo oís? ¿No veis esa luz? ¿No sentís ese fuego arder en lo más hondo? 

Su malhumorada cara se había transfigurado en la de una creyente que estuviera teniendo una revelación y Dougal, Jesse y Conrad sabían que no mentía cuando como una polilla a la que atrajera un quinqué iba errática guiando la expedición. 

Polilla. Era curiosa esa comparación en un castillo que se llamó Mothcry (* Polilla= Moth.)

Cuando estaban ya exhaustos, incapaces de seguir el ritmo a esa enclenque mujer, con el cuerpo dolorido de tanto andar y golpearse contra las paredes, y los pulmones preocupados de encontrarse cada vez menos oxígeno, el ama de llaves echó a correr por una galería, dejando incluso la lámpara a un lado. 

- Está aquí... ¡Está aquí! 

Siguiéndola con cuidado la vieron al final del túnel sobre una roca saliente sobre un enorme agujero. La sima era circular, enclaustrada en una cueva pero cuyo fondo se intuía abismal. Desde donde estaban no podían verlo. Solo podían ver la espalda de ella alzar los brazos... 

- ¡La oigo, de nuevo la oigo! 

Un fuerte viento soplaba dentro de aquella caverna y parecía provenir del fondo. También había una extraña luz blanquecina que iluminaba la silueta de Mrs. Huxson. Y entonces, los tres, sintieron algo en su interior, como si una enorme fuerza acabara de darles un vuelco al corazón, como si una enorme fuerza desde el fondo de la sima les llamara... 

Dougal estaba muy cansado pero era más por la falta de oxígeno que por la caminata en sí - Y esa maldita mujer se pone a correr ahora... - Recogió su lámpara y continuó tras ella.  

- ¿Qué es lo que está aquí, Huxson? - le gritó preguntándole malhumorado desde el momento en el que salió corriendo dejándoles detrás. Hacía ya un par de kilómetros que había dejado de añadir el "Señora" a "Señora Huxson" cuando se refería a ella y no iba a recuperarlo de repente. Entendió que se refería a la sima cuando la vio asomada a un agujero - Cuidado ahora -  se giró hacia sus hermanos - Cada vez me da más mala espina esta mujer. Andad con pies de plomo - dijo mientras caminaba paso a paso hacia ella. Llevaba toda la caminata imaginándose a la señora Huxson intentando empujarles uno a uno a la sima y ese era el momento.

- Huxson, ¿qué es esa luz? ¿De dónde... - no terminó la frase. Sintió algo dentro de su cabeza, una urgencia, una necesidad de acercarse. Aceleró el paso ligeramente sin soltar la lámpara, intentando resistirse a la curiosidad lo suficiente como para no bajar la guardia, pero decidido a continuar hasta alcanzar al ama de llaves. 

Jesse noto al rato de estar caminando entre estrecheces y caminos sinuosos, que tanto su edad como su corpulencia le hacia el mas lento de todos ellos y por primera vez en mucho tiempo, uso su bastón como apoyo para parar en ocasiones y recobrar el aliento. En cambio aquella mujer, a pesar de que él pensara que fueran de edad parecida, mostraba una vitalidad inusual para su edad a un nivel fuera de lo normal. -Es absurdo, como es que no resopla, hasta ha adelantado a Conrad y ese chico no es fácil de superar. -Mientras su hermano menor hablaba sin miedo a perder el aliento, el prefería pensar y quedar en un modesto segundo plano caminando a su propio ritmo.

-No tan rápido, maldita sea. Usted conoce este lugar, nosotros no. Es peligroso ser descuidados. -Se preocupaba por su propia seguridad mas que del resto, pues no le había sido fácil llegar hasta allí, para ahora perderla de vista, por su inusitada impetuosidad.

-Esta mujer no esta bien, esto no es lo que yo... -Entonces fue cuando reparo en aquella luz que iluminaba la silueta de Huxson, mientras él a unos pocos pasos atrás, lo suficiente como para no poder ver nada mas allá, sintió algo extraño en su cuerpo, diferente al cansancio.

Su hermano se adelanto a mirar y observar su espalda de hizo recapacitar por un momento e instintivamente, clavo su bastón en el suelo lo máximo que pudo para apoyar tu su cuerpo en él y descansar hasta recobrar totalmente el aliento, mientras tanto quedaría agarrado con fuerza, a esa pieza de metal y madera de castaño.

-Ten cuidado Dougal, esa luz no puede ser algo natural. -Nada sabia él sobre aquello, simplemente pensaba que la naturaleza no creaba luz espontanea, eso era trabajo del sol y el fuego. -Y tu también Conrad, no me obligues a darle una mala noticia a tu padre. -Comento un tanto jocoso y a la vez con temor real, quedando en segundo plano, con intenciones divididas: su cuerpo no se movía, pero su mente deseaba hacerlo.

 Recorría aquel laberinto sinuoso de túneles y oquedades siguiendo a duras penas a la mujer. Menuda energía. En un instante un terrible pensamiento comenzó a gestarse en su mente: si perdían a la señora Huxson no sabrían regresar. Aunque seguía teniendo consigo el arma, de pronto se daba cuenta que la prisionera se había hecho con el control y él era ahora su prisionero.

 Matarla no iba a resolver como volver a la seguridad de la casa.

 Entonces la mujer echó a correr. Él y sus tíos tuvieron que darse prisa para alcanzarla. Aunque no lo habían hablado, parecía que los tres eran conscientes del problema

 Ella había tenido razón. Todo el tiempo. Al ver la sima lo entendió. Al ver la fantasmagórica luz blanca que emanaba de ella, entendió de inmediato que sus rencillas poco menos eran que juegos infantiles frente al verdadero conflicto: la naturaleza humana contra aquel vacío, huérfano de sentimientos.

 Su tío Jesse hizo un comentario casual sobre no disgustar a su padre. No era la primera vez que oía algo así, pero una fuerza extraña, ajena verdaderamente a él, se apoderó de su ser al instante. Con una voz gutural y cavernosa, Conrad se giro hacia Jesse. Su rostro era una máscara para un odio más allá de la naturaleza humana.

 YO NO TENGO NINGÚN PADRE....

La luz blanquecina asciende y entonces con un aullido que hiela sus corazones una figura gigantesca se proyecta en toda la cueva. 

Dougal grita mientras siente que esa luz le inunda. Mrs. Huxson también grita. 

Conrad, detrás, que no sabe aún que le estaba ocurriendo para actuar así... se ve también imbuido por esa luz mientras que Jesse clava su bastón y siendo el único que no mira, trata de resistir y no verse arrastrado por ese enorme viento espectral que ha cubierto la caverna. 

 La luz blanca lo llamaba... la luz blanca lo inundaba todo de pronto.

 El espectro golpea a Conrad y lo atraviesa. El joven muchacho aúlla y siente que su mente se diluye en el infinito....

 AAAAaaaaanhhhhgggggrrrrrr...........

Jesse sabia de la mala relación de su sobrino con su padre. Y el proprio Conrad sabia como era su tío, es por ello que no logro entender como aquel chico le grito con esa fuerza, presa de un oído inusitado hacia su persona en esas ultimas palabras, pero Jesse decidió no decir nada mas simplemente se mantuvo callado, acostumbrado a los gritos de los niños con los que se rodeaba, hacia tiempo que sabia que lidiar contra aquello era mas fácil si solo una de las partes perdida la cabeza. Esa era la opción mas lógica, aunque tal vez aquel hombre de mas de cuarenta años no hizo nada mas, simplemente porque la luz de aquel cráter acababa de estallar sin dar mas opciones ha aquellos que estaban allí a protegerse la cara y gritar de terror.

El mayor de los Alistair, agacho la cabeza, cerrando los ojos por puro instinto al son que gritaba a sus familiares.
-¡AGARRAOS A MI! -No entendía que estaba pasando, no comprendía que era todo aquello, simplemente tenia la sensación de que si dejaba de aferrarse al bastón, no seria lo único que perdería.

Dougal había caminado los últimos pasos hacia la sima de una manera automática sin ofrecer resistencia ninguna. Completó los metros que le separaban del ama de llaves hipnotizado por un algo, una vibración, un brillo, una luz. Una luz blanca, intensa, era esa luz la que le llamaba desde dentro de su propia cabeza y que de repente, justo cuando el pintor se encontraba con la señora Huxson como único parapeto entre su cuerpo y el vacío, surgió del agujero para recibirles. 
La luz dibujaba una extraña forma que parecía gesticular según subía. El ensimismamiento de Dougal se rompió por completo, era plenamente consciente de lo que tenía en frente pero no podía moverse. 

La forma le estaba mirando directamente a los ojos - No puede ser, no es real.... - Ahora lo veía, era un rostro.

Sin tiempo para que reaccionara la luz se abalanzó sobre él. Fue sólo un segundo aunque a él le pareciera mucho más tiempo lo que tardó en esquivar el cuerpo de la señora Huxson la luz y atravesar su cabeza penetrando por sus ojos. Comenzó a gritar ahogadamente con el cuerpo completamente inmovilizado y la cabeza temblándole como si se le fuera a desprender del cuello.

Todo estaba frío y blanco.

El ama de llaves parece canalizar la energía que pasa sobre ella mientras grita. Su esqueleto se ilumina desde el interior de esa prisión de carne pero es capaz de sentirla sin que le abrase por dentro, tal y como le está ocurriendo a sus compañeros de expedición. Alza una mano y agarra la de Dougal. 

La energía atraviesa a Mrs. Huxson y a Dougal y vuelve a hacer formas espectrales en el resto de la cueva. 

Jesse, sin mirar, aferrado a su bastón nota como si un huracán quisiera lanzarle a la sima. 

Y entonces ven como uno de esos haces de luz se mete en el cuerpo de Conrad, que empieza a echar ráfagas de energía por los ojos, levita a un metro del suelo y entonces, simplemente, se desintegra en millones de partículas. 

Jesse vuelve a gritar llorando: 

- ¿¿QUÉ ESTÁ PASANDO?? ¿QUÉ ES ESTO?

Dougal oye la voz de su hermano. De alguna manera sigue vivo pero es incapaz de expresar lo que está sintiendo. 

El ama de llaves lo hace por él: 

- Es una grieta sin fondo en este mundo que lleva al otro.

Esta es la rendija donde todas las almas del purgatorio se cuelan hasta nuestra realidad. 

Esta es la Puerta de la Puerta de los Infiernos, este es el verdadero Portal que La Casa envuelve. 

¿Es ella la que habla? ¿O acaso son las decenas de voces que ahora hablan en la caverna?

Los tres alzan la mirada y un ejército de miles de muertos se alza ante ellos. Almas y demonios se materializan y desintegran a igual velocidad fluyendo desde la sima mientras algunos se disipan por un punto concreto de la caverna, como si fuera un desagüe que amortiguara todo el caudal espectral. 

Pero antes de que puedan fijarse en ese vital detalle específico, toda la expansión llega a un punto de no retorno y en un instante, todo vuelve a descender a toda velocidad hacia el fondo de la sima como si los absorbiera de nuevo otra vez. 

Y ahora, la fuerza que tira de ellos hacia el fondo es tan grande que arranca rocas enteras. 

Tenemos que salir de aquí... ¡vamos!

La mano helada de Huxon sobre su brazo hizo que Dougal reaccionase justo a tiempo cuando estaba a punto de precipitarse por la sima. 

- ¡Dios! - gritó echando todo el peso de su cuerpo para atrás para ponerse a salvo. Seguía sin ver del todo bien pero la ceguera blanca inicial se tornaba es un estrellado que cubría parte de su vision. Medio ciego y con el culo ya apoyado en la roca miró alrededor buscando a su hermano y sobrino. A la única que veía bien era a la señora Huxson impertérrita. 

Dougal se había colocado detrás de Huxson para proteger a su familia; para protegerles de ella. Y había sido el ama de llaves quien le había salvado la vida a él agarrándole el brazo. Quizás estaba planteándose su posición demasiado precipitadamente para lo desconfiado que era él. Quizás si salían de esta volviese a desconfiar de ella, pero no podía evitar sentirse terriblemente culpable en ese momento.

Las palabras de aquella mujer se le clavaron en la cabeza y apenas pudo observar como su sobrino parecía desvanecerse tras esa luz blanca. -¡CONRAD!- Su mano se quedo al aire en donde se suponía que él estuviera, para segundo después volver a aferrarse a su bastón cuando todo aquello, ese imposible, volvía al centro del agujero con intencion de llevarse todo a su paso.

Jesse inclino su cuerpo hacia delante todo lo que pudo, evitando abrir la boca por miedo a tragar algo que provocaría su final y daba cortos pasos, siempre ayudando por el bastón previamente clavado, deseando salir de allí antes de caer irremediablemente hacia la boca del infierno.

Pero el gran cuerpo del Alistair jugaba en su contra, al igual que las rocas que pasaban a su lado, estaba siendo arrastrado irremediablemente. -¡¡SOCORRO!! -Pidió por su vida desesperado, sin lagrimas, pues el fuerte viento se llevaba todo rastro de ello.

Mrs Huxson mira hacia atrás y al siguiente instante... sale volando por los aires, arrastrada por esa fuerza. 

Hay un gesto de sorpresa en su rostro pero no de miedo... 

Cuando Huxson desaparece frente a sus ojos a Dougal sólo le da tiempo a estirar los brazos para intentar futilmente agarrar su vestido - ¡No! - Se da cuenta de que sus ojos empieza a funcionar con normalidad y automáticamente vuelve a buscar a sus familiares.
- ¡Conrad! ¡Jesse! - grita al aire hasta que localiza a uno de ellos. El destino fatal de Conrad se le revela claramente al ver a Jesse intentando agarrar el vacío con la cara descompuesta - Dios..... ¡Jesse! ¡Aguanta! 

Podría parecer que la fuerza de ese ente no pudiera arrastrar el peso de Jesse pero el bastón que permanecía clavado en la tierra empieza a ceder y con él los pies de su hermano se van deslizando ligeramente hacia la sima -  ¡Jesse! ¡Agarrate a algo! ¡Tírate al suelo! - le grita mientras se intenta acercar agarrándose a cualquier saliente. 

¡SOCORRO! - grita Jesse desesperado.

Cuando por fin se encuentra a pocos metros de Jesse, Dougal salta agarrándole por los hombros y derribándole haciendo que ambos cuerpos juntos ofrezcan una resistencia mayor a lo que sea que les intenta empujar. 

E

Mrs. Huxson sale volando absorbida al interior de la sima. Dougal ya no puede hacer nada por aquella horrible mujer quien, sin embargo, salvó su vida. Pero sí puede ayudar a su hermano. Se lanza a por él y con las piernas trata de agarrarse a las piernas, tratando de no ser levantados por aquel huracán. 

No parece que vaya a ser suficiente para no ser arrastrados pero en el siguiente instante, tal cuál empezó todo... desaparece. 

Y Dougal y Jesse, ambos medio desvestidos y exhaustos siguen en pie en la caverna. 

Casi sin mediar palabra, ambos hermanos emprenden el regreso a casa sintiéndose que algo en ellos ha cambiado para siempre.