Partida Rol por web

Meghan gritó cuando su hijo se soltó de su mano y echó a correr en la oscuridad. Eleanor había visto como toda aquella gente había pasado de acompañarla en el sentimiento y de querer darle compañía a desaparecer todos por un pasadizo secreto. 

- ¡Arthur, Arthur! Tengo que ayudarle... se ha ido después que el resto y a lo mejor no los encuentra...

- Y si tú vas tampoco vas a ayudarle sin luz- dijo Eleanor viendo como la luz que venía por la vidriera iba dejando cada vez más oscura la cripta, ahora que solo la alumbraba un candelabro. - Si hubiera al menos un cirio por aquí que... 

Meghan, muy nerviosa, siguió con la mirada a Eleanor hasta que las dos vieron algo que resplandecía con la última luz del atardecer en el dosel de una columna de piedra. 

- Mira ahí... ¿qué es eso? 

Ambas mujeres vieron una cadena de plata. 

Aparece un agujero en el suelo y todas las personas de bien, serias y responsables que tengo alrededor,  deciden que prefieren comportarse como lombrices y arrastraster entre el barro y la oscuridad, a comportarse como correctos ingleses.

-No concivo qué mal les está aquejando para querer arrastrarse por ahí, francamente- comento, en voz alta, mientras siguen bajando en desfile, con la esperanza de que ante mis palabras, alguno recapacite. Que baje el niño es comprensible, es un niño y por tanto irreflexivo. ¡Pero Padre?

Detengo con suavidad a Sra. Alistair cuando intenta bajar tras su hijo

-No le digo queno vaya, solo quese proveea de algo que le permita ver ahí abajo, querida- 

Nos giramos comprobando la estancia en busca de alguna otra luz

-Si quiere, quédese aquí por si el niño vuelve y yo iré a buscar a un criado para que me de algo que la alumbre- me ofrezco ante la ausencia de más velas que pueda usar -O llévese esta. Yo no estaré a oscuras puesto que iré a conseguir otra-

Pero en ese momento descubrimos una especie de cadena

-¿Qué es esto?- pregunto alargando la mano para tocarlo

Meghan casi omite un grito al ver como su hijo se adentraba en la cripta. Sus ansias de aventura a veces la sacaban de quicio. Fue a correr tras él cuando Eleanor le ofreció la única luz de la sala. Los criados le proveerían de más, pero no quería dejar a la viuda sola y a oscuras.

-No está solo, ha ido con los hombres, estará bien- se dijo más a sí misma para convencerse que porque lo pensara realmente.

Luego vieron una joya. ¿Como era posible? ¿Regalaban joyas en esa casa? ¿La casa intentaba atraerles para enseñarles algo, o para matarles?

A punto del desmayo por la preocupación acerca de su hijo, intentó concentrarse en otra cosa para no caer presa del pánico. -Parece... plata- no procedía de una familia adinerada, pero cosas como esa no eran difíciles de reconocer para cualquier dama- debe de ser cara. 

¿Por qué las joyas? ¿Fue casualidad que Molv muriera tras encontrar la suya? ¿Estarían ellas también en peligro?

Pronto salieron todos, la pareja, los dos señores y el pequeño. De allí fueron al cementerio a dar sepultura a Molv. Eleanor cogió la cadena de plata y distraída, durante el entierro, ella misma se la puso en su muñeca. 

CADENA DE PLATA

Objeto mágico de protección: 

- -1 voto en cada Aquelarre de Almas

- -1 a la tirada de dado durante la Noche de los Muertos en caso de que estés en Zona de Peligro

Una losa enorme había sido descubierta y había un túnel que penetraba en su interior... Los pasadizos a unas catacumbas, que le había parecido escuchar durante el desayuno. Oyó voces, un grupo debía estar dentro explorándolo pero también escuchó como alguien estaba acercándose. Podía oír las pisadas en la nieve yendo para allá. 

 Conrad sospesó las opciones. Hubiera esperado encontrarse aqui a la viuda, pero era evidente que ni ella estaba por la labor de ayudarles ni tampoco estaba presente aquí.

 Habían descubierto un pasaje secreto y esto podía estar relacionado con Harry, fuese quien fuese.

 También parecía que se acercaban pasos. Sopesó el peso del arma en su bolsillo. Esperaría a que el desconocido o desconocida llegase a la cripta. Y si nadie vivo aparecía tras la puerta, finalmente descendería por el pasadizo en busca de la protección del resto del grupo.

Mrs. Huxon es quién aparece en la cripta con paso firme y agria actitud

Al ver allí a Conrad, señala el boquete y dice: 

- Discúlpeme señor- con cara de que no se disculpa en absoluto- pero es tremendamente peligroso entrar por estos pasadizos.  ¡Un lugar santo! Profanado por gente decente como si fueran... como si fueran topos por los cimientos de esta mansión... 

Asoma levemente la cabeza y capta perfectamente que hay gente abajo. Conrad también se da cuenta que la mujer tiene puesta calzado grueso y no sus humildes zapatillas. Está realmente nerviosa y se mira las manos como si no supiera qué hacer. 

 Conrad negó con la cabeza.

 No la entiendo, señora. le comentó ¿Insinúa usted que no deberíamos buscar a ese tal Harry con todas nuestras fuerzas y posibilidades a nuestro alcance?. Cabe recordar que está muriendo gente y que hay niños entre nosotros. ¿Que haría usted para salvar a los niños?

 Observó con cuidado a la criada. Murron pensaba que el servicio estaba loco y eran maleficos. Conrad no compartía esa opinión... todavía. Pero cierto era que comentarios como aquel se lo ponían difícil.

- Nunca los hubiera engendrado en primer lugar- dice la mujer para sí, terminando de crispar a Conrad. 

Mira el boquete y mira a Conrad y después suspira resignada. ¿Qué hubiera hecho si Conrad no llega a estar ahí? ¿Les hubiera cerrado la trampilla? Desde luego el ama de llaves no había acudido allí simplemente para quejarse...

- Intentan entrar en las tripas de esta casa en vez de venerarla y aceptar lo que es. Santo Tomás también metió sus dedos en las llagas y heridas del mesías en vez de arrodillarse ante él y aceptar lo que Dios quisiera de ellos. Y ahora, si me disculpa... 

Cuando se gira para irse, Conrad advierte que la mujer llevaba una cuerda anudada en su cintura. Eso, junto a las botas, parece señalar que iba a entrar en los pasadizos siguiendo al otro grupo. 

 Conrad tomó nota mental mientras despedía a la criada.

 Si, pero Dios no intentaba matar a San Tomás, si no salvarlo. se dió cuenta de que la criada no apreciaba la diferencia Bien, si marchaos, ya nos veremos.

 Se quedó de nuevo a solas. Buscó su revolver en el bolsillo y jugueteó con el peso una vez más. Haría guardia y hablaría con el grupo al salir. Al fin y al cabo, la criada podía volver a intentarlo...

La criada no volvió a la cripta y Conrad fue notando como las voces se iban apagando y el silencio sepulcral llenaba la cripta. Se quedó casi medio dormido haciendo guardia hasta que unas voces le alertaron de que ya era la hora de la cena. Pero ¿dónde estaba el resto? Si no habían salido por aquel boquete ¿habrían llegado a la casa por algún pasadizo o se habían quedado allí encerrados para siempre? 

Presuroso fue corriendo de nuevo a la mansión.