Al escuchar cómo Carlo le daba consejos a Lauretta sobre el combate con Émille, una bombilla se encendió en tu cabeza. Tú también podías ayudarla. Al fin y al cabo, tu especialidad era preparar el terreno para los combates. Así que en cuanto pudiste subiste hacia la sala de entrenamiento, aprovechando que Émille y los novatos todavía estaban desayunando y con la esperanza de que no hubiera nadie allí.
Subiste hasta el último piso, lo cual era ya una forma de entrenamiento en sí mismo. La sala estaba vacía, con las mismas armas que habías visto el día anterior colgadas de las paredes y el gran espacio central abierto y cubierto por plataformas de distintas alturas. Tendrías que pensar en algo que no fuese muy evidente y si querías que Lauretta pudiera aprovecharlo, también tendrías que informarla antes del combate, pero al menos el espacio era todo tuyo durante un rato.
— Hum Me llevé las manos a la cintura y di un par de vueltas sobre mi mismo analizando el terreno. No había mucho con qué trabajar teniendo en cuenta que no debía de resultar evidente. Si mi trampa causara un gran alboroto el mismo combate carecería de tener sentido y querrían repetirlo en igualdad de condiciones, con lo cual... Eureka.
Terminé por fijarme en las plataformas, algo tenía que ocurrir con ellas durante el combate. Pero en ese caso tenía que avisar a Lauretta de qué plataforma era la acertada.
Caminé con disimulo hasta los soportes de una de las plataformas, y tras echar un vistazo de nuevo a mi alrededor le di un par de patadas y unos cuantos golpes hasta que la misma plataforma tuviera algo de juego. Después de aquello me subí sobre ella y comencé a realizarle algunas muescas sobre la superficie para cambiar la textura y el apoyo en estas.
No conforme con una repetiría la misma acción con varias de ellas por si acaso.
Con suerte tropezaría y daría unos segundos vitales a Lauretta.
► Aptitud Intuitiva (espacios) - Nivel 2
No tardaste mucho en preparar el terreno. Apenas en quince minutos habías dejado todo listo para que quien supiera dónde y cómo debía pisar tuviera una buena ventaja. Y ya te encargarías tú de que fuese Lauretta la que tuviera esa información.
Nadie te interrumpió en tu trabajo. Te aseguraste de que todo parecía estar en su lugar antes de dirigirte hacia la puerta y poco después cerrabas la puerta a tu espalda, bastante seguro de que nadie podría notar nada diferente sin saberlo de antes. Y de nuevo comenzaste a descender los eternos escalones que te llevaban piso tras piso hasta la planta baja, en busca de Lauretta.
Allí encontraste a la joven, hablando con Carlo en el recibidor, cerca de la puerta de entrada. Ambos te miraron con curiosidad al verte descender por la escalinata.
Tirada oculta
Motivo: Astucia+Voluntad
Dificultad: 6
Tirada (6 dados): 7, 3, 8, 5, 4, 4
Éxitos: 2
Bajé con una sonrisa maliciosa en mi rostro, sabía que lo que había hecho era una más en la lista de Gareth. Más me valía que no me relacionasen o se dieran cuenta de la manipulación de las plataformas.
Al acercarme a Lauretta y Carlo lo hice fijándome en que nadie alrededor pudiera escucharnos, así que por si acaso susurré no fuera a ser que hubiera alguien escuchando. No muchos hablarían italiano, pero no convenía tentar a la suerte.
— Lauretta, escúchame por favor, ese canalla de Emille tratará de hacer trampas... Bien pues... —susurré dispuesto a explicarle qué plataformas estaban preparadas las trampas. Durante los siguientes minutos hice un esfuerzo por hacerle un esquema de de ellas y donde debía y donde no debía pisar.
— Tienes que tener especial cuidado con esas plataformas, el agarre es distinto y algunas de ellas tiene más juego del que debieran. — susurré con el mismo cuidado. Con suerte esto te dará algunos segundos vitales contra ese fullero.
Un brillo de interés apareció en los ojos de Carlo mientras escuchaba las explicaciones de Andrea. Y cuando el chico terminó, silbó impresionado. - Eres único, tío. Como te pillen se liará una buena, pero si eso le da ventaja a Lauretta para patear el culo de ese carapene, merece la pena.
Después miró a Lauretta. - Dale alguna de mi parte también.
Al escuchar los pasos de Andrea, Lauretta se giró para verle bajar las escaleras. Esperó impaciente a que llegara hasta donde ellos se encontraban y la pusiera al día de sus planes.
El terreno donde iba a celebrarse el combate, era dominio de Emille. Seguro que él lo conocía y podía moverse por ahí con los ojos cerrados. Era una ventaja que Andrea acababa de quitarle. La joven asintió con la cabeza y escuchó todas sus indicaciones.
- Está bien. Pienso patearle el culo a ese fanfarrón - . Le dijo con un leve brillo en sus ojos azules.
Aaahhh, perfecto. Pensé que iba a echarme una nueva bronca por haber alterado el combate, menos mal que Émille había cabreado a Lauretta con tanta chulería. Inmediatamente después de que Carlo dijera que se iba a liar una buena lo miré con una ceja enarcada. ¿De verdad me decía él eso? No conocía a Gareth lo suficiente, pero no creo que acabase de gustarle que un italiano se hubiera enrollado con su hija la primera noche que pasaba en el instituto.
Entonces si se iba a liar una buena...
— No Carlo, si se enteran a mi ya me tienen condenado. Esto no cambiaría mucho - dije encongiéndome de hombros.
Tomé aire profundamente, no me apetecía nada volver a subir las escaleras. Todo y eso, tras dejar claro que no me importaba demasiado la opinión del resto les invité a subir con un gesto de mano. ¿Vamos? La sala de entrenamiento está arriba del todo, hay una buena caminata...
- ¿Para qué quieres subir tan pronto? - Preguntó Carlo, mirando hacia las escaleras y luego llevando sus ojos a Andrea. - Por lo que he oído Émille va a entrenar a Nora y Ethan y el combate será después. Podemos irnos tú y yo a dar una vuelta y explorar la zona, tío. Así nos aireamos. Llevamos en Londres dos días y todavía no hemos visto nada.
Conocías de sobra a tu mejor amigo para comprender que también quería librarse un rato de la vigilancia de Lauretta. Quizá para contarte los detalles de lo sucedido con Alice, o tal vez para que le dejases ver de nuevo el vídeo de Nora. Como fuese, Carlo parecía dispuesto a salir un rato del Instituto.
- Vale vale, es que no quería perderme como destrozan a Émille - dije pasándome la mano por la nuca y una sonrisa un tanto forzada.
- Si, yo también quiero salir un rato la verdad, podrías pedirle a Alice que nos enseñase la ciudad - bromeé con alegría, no creía que se atreviese a pedirle nada pero de Carlo ya no sabía que esperarme - Al menos ella podría enseñarnos la otra cara de la ciudad, a mi solo se me ocurren lugares mundanos y clásicos que podríamos visitar. Aunque no creo que nos de tiempo a hacer ninguna ruta más allá que dar un voltio por el barrio que rodea al instituto.
- Dudo mucho que Alice quiera llevarnos de paseo por la ciudad. - Respondió Carlo con una sonrisa divertida. - Creo que me mandaría a paseo en cuanto se lo pidiera. Pero tienes razón, tampoco tenemos tiempo de ir muy lejos, echemos un ojo por el barrio.
Se colocó la ropa y sacó la estela para dibujarse una Mendelin* en la muñeca. Entonces se giró hacia Lauretta y le hizo un gesto de saludo con la cabeza. - ¡Nos vemos luego! - Dijo, mientras se guardaba la estela y esperaba a Andrea para dirigirse a la calle.
*Runa de invisibilidad.
¿De verdad? ¿Casquete sí pero pasear por la ciudad de ninguna manera? Tio, las chicas están locas - dije negando y con cara de no entender nada en absoluto la psicología femenina.
- Oh. En cuanto Carlo sacó la estela y empezó a dibujar la runa, lo seguí e hice exactamente lo mismo. Descuida, quizá haya algún local curioso por aquí cerca, o vete a saber, los mundanos siempre dicen que Londres es una ciudad cosmopolita.
Cuando hube acabado me giré hacia Lauretta y me despedí con un gesto de mano. Vendré para animarte, descuida.
- Vamos - dije a Carlo mientras me dirigía a la calle.
Lauretta hizo un gesto breve con la mano antes de encaminarse hacia las escaleras sin volverse atrás.
Mientras tanto, Carlo soltó una carcajada. - Y que lo digas. Sí que lo están. - Sus labios se estiraron en una sonrisa entre pícara y maliciosa. - Pero es parte de su encanto. Y Alice no es de esas chicas que quieren pasear de la manita, te lo aseguro, tío.
Al salir a la calle pudiste ver de nuevo la calle Fleet. La zona parecía agradable y tranquila. Estabais en una parte del centro de Londres llena de encanto, con edificios cargados de historia, las calles limpias y cuidadas. La gente esquivaba lo que ellos consideraban la Iglesia de All-Hallows-The-Less, quemada en un incendio. Gracias al glamour que protegía todo el solar ni siquiera se molestaban en echarle una segunda mirada y pocos se quedaban en la acera al pasar por delante. En cuanto dejasteis el Instituto a vuestra espalda escuchaste el sonido de tu móvil en tu bolsillo, recibiendo mensajes de Whatsapp al coger cobertura 3G por primera vez desde el día anterior.
Puedes pasear todo lo que quieras por la zona, pero no vais a ver nada fuera de lo normal. Si quieres charlar con Carlo seguimos, pero si no te apetece rolear el paseo, damos por hecho que habéis estado haciendo turismo y cerramos. As you wish ^^.
He tardado en responder, lo siento. No me apetece mucho rolear el paseo con Carlo, prefiero dedicarme a las otras escenas :P