Partida Rol por web

Cuando aguanté el ataqué de Emille sin que me diera, me sentí muy satisfecha conmigo misma. Sin embargo  no me podía distraer, aunque vi por el rabillo del ojo a Lauretta ensañarse con Ethan. Se debía de sentir muy bien por golpear de esa forma a alguien sin formación. Sin así enseñaba estaba claro que debía replantearse su forma de pensar, al menos Emille se estaba ciñendo a sus propias reglas. Seguía queriendo golpearle aunque fuera una vez. Aunque no tenía ni idea de lo que estaba haciendo. Me parecía lógico pensar que lo normal era atacar con la mano dominante, ya que era la más fuerte. Yo era diestra y seguro que Emille ya se había fijado en eso, así que pensé en intentar engañarle de nuevo. Alcé la mano derecha para golpearle y cuando estaba ya a medio camino moví la izquierda utilizando toda la fuerza y la velocidad que fui capaz de reunir.

Émille lanzó sus dos ataques a toda velocidad y con el primero rozó la mejilla de Nora, que apenas pudo intentar apartar la cara ante su contacto. El segundo golpe de Émille falló y fue en ese momento cuando Nora se movió, amagando con la mano derecha. Émille se tragó completamente el engaño y levantó el brazo para bloquear por la derecha, sin saber que Nora levantaría de inmediato el brazo izquierdo. 

Sin embargo, el bloqueo de su otro brazo desestabilizó a Nora que al intentar golpear con la mano izquierda calculó mal la distancia y se pasó de largo, quedando en una posición que dejaba toda su guardia abierta.

Con eso el juego entre Émille y Nora parecía haber terminado con un resultado de 3 a 1, mientras la atención del chico se desviaba hacia el combate entre Ethan y Lauretta. 

Una vez más, no lo conseguí. Ni siquiera centrándome en el ataque y olvidando la defensa podía igualarla. Había perdido, pero parecía que Lauretta no había llevado muy bien las cuentas. Maldita zorra sádica. Me recuerda a alguien.

Aquel golpe iba fuerte, podía verlo. Esta vez no iba a cometer la locura que atacarla olvidando la defensa, tendría que esquivar aquel golpe o me levantaría en la enfermería con una cara nueva y a saber como iba a explicarlo después. Tenía que esquivarlo.

Has ganado ya! Exclamé, entre molesto y preocupado, mientras intentaba hacerme a un lado. Ahora entendía la razón de que Andrea hubiera acabado así, Lauretta le habría ablandado el cerebro a palos.

El puñetazo que Lauretta dirigía hacia Ethan fue interceptado a medio camino por el brazo de Émille que se metió entre ellos para bloquear el golpe. Mientras tanto, detrás de él, Ethan se apartaba a toda velocidad, esquivando un golpe que no llegaría. 

Lauretta fulminó con la mirada a Émille, entrecerrando sus ojos azules durante un instante en el que parecía estar a punto de comenzar una pelea con él. Sin embargo, la frialdad de su mirada pareció extenderse al resto de su cuerpo y tan sólo lo empujó levemente con el brazo antes de recuperar su postura y adoptar una expresión de desdén. 

- Bravo. Buon pomeriggio ho quindici anni. Puoi ripetere per favore. - Murmuró para sí misma con un desprecio todavía dirigido hacia Émille. Finalmente le dedicó una sonrisa helada antes de girarse para empezar a caminar hacia la puerta. - Nos vemos en un rato.

- Bravo. Bonita forma de entrenar cobardes. Ya puedo ver cómo voy a aplastarte.

Acabé rápidamente el juego con Nora al ver cómo estaban las cosas. Quizá confiar en una italiana había sido un error después de todo, por más que pareciera distinta a los otros. Ni siquiera se me ocurría qué mierda de educación podían estar teniendo en el Instituto de Florencia si eso era lo que aprendían.

Tras mi primer golpe ni siquiera llegué a terminar el segundo. De todas formas ya había acabado, y tenía algo más importante a lo que hacer caso. Sí vi por el rabillo del ojo que Nora venía igualmente a por mí, así que traté de bloquear un golpe que no venía por donde yo pensaba. Como intento no estaba mal, pero era tan inútil que ni siquiera así sería capaz de darme.

Y al ver que efectivamente Lauretta iba a lanzar aquel puñetazo con todas sus fuerzas me metí entre los dos. Sí, podía ser que Ethan lo esquivase, pero sabía de sobra que eso sólo cabrearía más a la chica, así que más valía parar esto cuanto antes. Al ver cómo sus ojos se clavaban en mí después le sostuve la mirada, que no se apartó de ella ni siquiera cuando me empujó. Había que joderse.

- Como todos tus golpes sean como ese no voy a tener ni para empezar. - Le dije como despedida mientras mis labios se apretaban, pensando en lo que vendría en unas horas.