"Ey"
Una sola palabra pero cargada de mucho más significado de lo que podría parecer a primera vista. "Ey" significaba "Quiero hablar contigo". Significaba "Te echo de menos". Pero lo más importante, significaba "Sigo pensando en ti". Y tras ver como todo tu mundo se desmoronaba en un día, esas dos simples letras parecían cobrar más importancia.
Encontraste el momento de quedarte a solas en tu cuarto para llamar a Jake, con la esperanza de que la cutre cobertura de ese agujero en el que te veías obligado a permanecer fuese suficiente. Y por suerte pareció serlo pues tras el tercer tono, una voz familiar descolgó el teléfono.
- ¿Ethan? - Preguntó Jake a través de la línea, con su voz grave y vibrante, conocida y cálida.
La voz de Jake me hizo sentir raro en aquella extraña habitación. Noté cierta presión en el pecho, aquella era la primera voz conocida que escuchaba desde que había pasado todo. Lo que había pasado entre nosotros era reciente y no estaba para nada olvidado, pero en aquel momento parecía tan distante...
Hola. Saludé, intentando que no se notase el nudo en el estómago. ¿Qué tal, Jake? Dije, con suavidad. No sabía que podía querer después de lo que le había pasar. pero era necesario. Mi carrera era muy importante para mí, él lo sabía.
- Bueno. - Comenzó a hablar. - Ya sabes, como siempre. - Casi podías visualizarlo en tu mente, encogiéndose de hombros quitándole importancia a aquello. Se quedó en silencio tras esas palabras, un silencio tenso en cierta manera, como si estuviera decidiendo qué decir y qué no. Finalmente, tras un par de segundos, suspiró antes de hablar de nuevo. - Te echo de menos, Ethan. - Dijo, con tono serio. - Sólo eso.
Hizo una nueva pausa antes de volver a decir nada y pudiste escuchar cómo se movía al otro lado del teléfono. Sonaba como si estuviera tumbándose o levantándose de una cama. - ¿Y tú cómo estás? ¿Crees que podríamos vernos algún día? - Preguntó finalmente, a regañadientes. No te costaba imaginar su expresión, con el combate que debía estar teniendo lugar en su interior al preguntarte eso reflejándose en sus ojos claros.
Cuando escuché el te echo de menos contuve la respiración durante unos segundos mientras notaba como algo hacía presión en mi pecho. Era un concepto simple pre significaba mucho. Después de todo lo que le había hecho pasar, él aún seguía pensando en mí y aquello significaba mucho, más en aquellos momentos en los que el futuro era tan incierto.
No estaba preparado para lo que vino a continuación. Estuve a punto de decirle que sí al instante y lo habría hecho de no ser porque mi habitación me recordó las condiciones actuales. Estaba encerrado y no debía salir sin escolta, era peligroso. Lo podría ser para mí y para él. Pero por otro lado necesitaba verle.
Claro. Dije, con la voz entrecortada. Estaba siendo egoísta y lo sabía, pero no podía decir que no. Lo echaba de menos, incuso más que él a mí. Yo también te he echado de menos. Seguí. Ahora mismo ando un poco liado con la universidad y el trabajo, pero... Me gustaría mucho que nos viéramos.
Jake se quedó un instante en silencio, como asimilando que de verdad habías aceptado, pero no tardó en responder, intentando ocultar un brillo ilusionado en el fondo de su voz.
- Genial, Ethan. ¿Cuándo... te va bien? - Preguntó, tanteándote, como si quisiera asegurarse de que realmente lo habías dicho en serio y no por cumplir y quitártelo de encima. - Yo puedo cualquier día esta semana menos el viernes. - Ofreció, dejando que fueras tú quien eligiese.
Me mordí el labio. Ya le había dicho que estaba muy liado. No iba a quedar con él antes de ir a grabar. Si los demonios me estaban esperando atacarían allí, ¿no? Era el lugar más claro al que iría.
Esta semana estoy muy liado, ni siquiera voy a poder ir a clases de esgrima. Dije, con tono de disculpa. Era muy probable que se lo tomase mal, yo mismo lo haría. Parecían largas, pero no iba a ponerme en riesgo, no sin saber si era seguro. Quedamos la semana que viene, ¿vale?
No necesitabas ver la cara de Jake para sentir su decepción al escuchar tu respuesta. Tardó varios segundos en hablar y cuando lo hizo ese brillo de ilusión que habías notado en su voz, ya había desaparecido por completo.
- Claro. - Dijo, sin mucho sentimiento. - Claro, Ethan. Llámame cuando puedas entonces. - Añadió. Y te resultaba evidente por su tono de voz que no esperaba en absoluto que lo hicieras.
Durante un instante pareció que estaba a punto de añadir algo más, pero finalmente suspiró quedamente antes de hablar de nuevo. - Bueno, pues cuídate. - Dijo, despidiéndose.