Partida Rol por web

Estación de nieblas

Capítulo 4.5: Susurros del Más Allá (Sun-yun)

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10/02/2018, 14:00
Milton Carstairs

El chico se encogió de hombros con aquel mensaje diferido de Nora y sus dedos apretaron los tuyos un poco más. 

No creo que eche nada de menos. Sería bonito, pero no funciona así. —Te sonrió en una breve pausa—. Da igual, fue su decisión y si eso es lo que siente que debe hacer, bien está. Pero podría haber sido una buena cazadora de sombras y estoy seguro de que os habríais llevado genial. 

Tiró un poco de tu mano para desviarte del camino hacia la izquierda, donde ya se veía a lo lejos la colina sobre la que estaba posado el cementerio Marble.

Bueno, ya casi estamos. ¿Me vas a dar alguna pista de eso que quieres enseñarme?

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11/02/2018, 11:08
(Gi) Sun-yun Herondale

Y el tío ni se inmutó al enterarse de que sabía lo que había estado haciendo todos.los.días. Había que joderse pero al final era mi mano la que Él sostenía y la de Nola la que machacaba un kuri entre sus dientes. — Yo gano.

No me pude creer lo equivocado que estaba mi novio con cada idea que soltaba pero no entré a corregirle, estaba feo hablar mal de los muertos por más que fueran unos rajados como Jesamain.

Bajo la colina del cementerio, miré a todos lados para asegurarme que la Inquisidora no tenía oídos y luego asentí a la pregunta de Milton.

Quiero que veas la magia que hay en este lugar —le sonreí—. Y las estrellas —añadí un poco de placer al deber—. Estoy segura que los hermanos silenciosos hicieron algo raro aquí, Jesamain Lovelace me ha pedido que me entere de qué; y también estoy segura de que conozco más constelaciones que tu —finalicé con una monería de guiño retándole más a hacer el tonto que a medirnos las neuronas—.

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11/02/2018, 13:15
Milton Carstairs

—Los Hermanos Silenciosos hacen cosas raras en todas partes —respondió el chico, dejando que la diversión se deslizase hasta su sonrisa—. Hasta cuando caminan lo hacen raro. 

Siguió caminando, haciendo oscilar tu mano con el balanceo de su brazo al andar. 

—Yo no puedo ver la magia como tú lo haces —añadió entonces mientras una sonrisa fácil se iba formando en sus labios—. Pero no me importará si estás tú para contarme lo que ves. 

 

Fue una buena noche, salpicada con algunos sustos cuando los sonidos del bosque cercano sobresaltaban a los dos nephilim acostumbrados a vivir en una ciudad. No faltaron los besos bajo la luz de la luna, ni las promesas de un amor adolescente que debía separarse tan poco después de haber nacido. Milton no fue capaz de entender el significado que tú encontrabas a lo que veías en aquel lugar, pero eso no empañó la belleza de aquella noche.