- Entonces soy tu senpai - le sonrío divertido por la idea - Medicina... O eso se supone. Es lo que mi madre quería, me hizo prometérselo antes de morir... Pero no quiero aburrirte.
Hago un gesto de negación con las manos, con cara un poco nerviosa. No mucha gente sabe eso.
- ¿"O eso se supone"? Vale, me has dejado claro que realmente no quieres ser médico. Si algún día quieres aburrirme cuéntamelo, estaré encantada de oír lo que tengas que decir sobre ello. Imagino que tienes tus dramas al respecto... pero no he venido a deprimirnos. Nah, hoy no. Esta tarde me voy a despejar, voy a dejar de ser yo durante unas horas y voy a sonreír. Voy a sonreír todo lo que pueda.
Me quedo mirandola "O dios, me gusta. Me gusta una chica. ¿Es eso lo que siento no? ¿No? Pero seguro que a ella le doy igual... No pienses en eso. Di algo amable. Rápido! O va a notar que las estás mirando!"
- Estás tan guapa cuando sonríes...
Me quedo paralizado. No puede ser que de verdad haya dicho eso...
Natsuko se para y suelta una carcajada super alegre.
Se te queda mirando.
- Seguro que tu también estás muy guapo cuando sonríes.
Y se te queda mirando, como si esperara algo.
Me quedo parado, y me sale una sonrisa rara, torcida de los nervios. Debo de tener una cara horrible pero ella se ríe.
- Espera espera, puedo sonreír bien. - Al principio sonrío con mi misma cara de siempre, pero al mirarla reír me sale sonreír de verdad, y con ganas
- Verdaderamente estás guapa cuando te ríes.
Natsuko aún se está recuperando de la risa cuando Akito cambia de expresión y le suelta esas palabras. Parece que le da algo de verguenza.
- Yo... gracias...
Durante unos segundos, te lanza unas cuantas miradas de duración casi instantánea, hasta que al final vuelve a hablar:
- Oye... debería marcharme ya. Pero... ¿te apetecería que nos viéramos otra vez mañana?
No lo pienso ni un instante y contesto.
- Sí - vuelvo a sonreirle.- ¿Qué te parece si esta vez voy yo a buscarte a ti? No está bien hacer esperar a una damisela - termino con un tono como de burla, pero queda claro que de verdad quiero ir.
Se aparta poco a poco con una sonrisa.
- ¡Claro!, me encantaría. Pero controla esa sonrisa, o tendré que despegarte a las chicas de mi curso con espátula.
Hace una última sonrisita y se despide con la mano mientras camina hacia atrás.
- ¡Hasta mañana Akito!
Y finalmente se da la vuelta y se marcha animada.
Cabe destacar que pese a que la situación me alivia me muero de vergüenza.
Sonrió a Saburou de nuevo pero definitivamente me voy a sentar un poco.
Unos pocos minutos después, Saburou anuncia que el descanso termina y os volvéis a poner con la actuación.
Es sorprendente lo que un papel parecido a ti mismo puede hacer por la obra. La mayoría de escenas resultan naturales para Lylia, tal como probablemente le resulten naturales a Saburou, pues las habéis vivido. Encontrar a personas con Arcanos, intentar descubrir qué significan, qué quieren, qué piensan hacer...
El resto del club está gratamente sorprendido, y hablan del bien que hubiera hecho Lylia al club si le hubieran dado protagonismo antes.
Quizá era cierto que Lylia tenía ventaja con esta obra, pero Saburou ya le dijo que pese a esa ventaja, lo estaba haciendo bien. Esa ventaja no era suficiente para hacerlo como lo hacía ella.
Al terminar el ensayo, todo el mundo se felicita entre si por un trabajo bien hecho. Saburou anuncia que se queda un rato a pulir un par de cosas del guión y cada uno vuelve a su casa.
En el tren de vuelta, Lylia vuelve con algunos compañeros del club. La tratan bien, así que no son mala compañía, aunque dure poco.
Al llegar a la parada, Lylia comienza a caminar hacia la bilbioteca. Pero cuando faltan un de calles para llegar...
Miro la hora en el reloj y decido volver al consejo, a lo mejor aún está Kyoya. No sé si es que quiero contarle lo que ha pasado, o simplemente volver con él. A lo mejor él me puede aclarar un poco más qué es esto. Y donde está el instituto de Natsuki.