Partida Rol por web

Tal y como es habitual, Lylia y Saki pasan la tarde en la biblioteca. Una estudia. La otra trabaja. Pero ambas se conocen y diariamente terminan por charlar juntas.

En la mesa de la biblioteca, siempre la misma mesa, empiezo a colocar los temas que hemos hecho hoy para ordenarlos dentro de mi carpeta. 

Después de unos pocos minutos haciendo esto cojo un libro de biología y me pongo a hacer anotaciones en una hoja a parte sobre cosas que pueden entrar en el examen. Después de un par de horas, cuando están todos los temas revisados decido tomarme un descanso. 

Voy con la revista que compre ayer a ver a Saki. 

- Hola Saki.- Digo en voz baja cuando estoy cerca suya. - ¿Te acuerdas de lo que hablamos la semana pasada sobre la situación de Hong Kong? - Digo mientras busco en la revista el articulo que encontré. 

- Encontré un articulo que hace un análisis que está bastante interesante de la situación de la plaza de Hong Kong. Mira mira.- Muestro unas imágenes del articulo. - Cuando le he enseñado las imágenes le dejo la revista para que la lea luego con detenimiento y cambio de tema. 

- Hoy en general ha sido un día entretenido, podría haber sido mejor si no hubiera tenido que ver una escena que parecía sacada de un anime malo en la cual todas las chicas de las clases ofrecían sus flanes al presidente del consejo escolar. - 

Paro un momento y para dar la oportunidad a Saki de hablar le pregunto - ¿Cuando tu ibas al instituto también eran así? - 

Saki, que estaba concentrada en su lectura, aparta la vista del libro un momento cuando se acerca Lylia hasta el mostrador. Deja el libro sobre la mesa y con cara de sorpresa la comienza a escuchar. Recibe la sobrecarga de información intentando mostrarse interesada por la misma, aunque parece que no acaba de entender lo que Lylia esta diciendo. Cuando le da la revista la aparta un lado pensando en que quizás pueda echarle un ojo más tarde y la sigue escuchando. 

Cuando Lylia le explica la anécdota en el instituto parece que esta le parece bastante divertida a Saki y se ríe. Tras que su compañera deje de hablar por fin, medita un momento la respuesta. 

- ¿El instituto? Mucho más aburrido que eso. - Dice con tono de diversión. - Para mi el instituto eran solo los estudios. Quizás yo no estaría aquí si hubiese tenido una obra de teatro como esa en clase cada día. 

- Hay algo que nunca me había preguntado ¿Por qué trabajas aquí?- Hago una pequeña pausa. Para no parecer tan directa  añado.

- Yo siempre lo he visto como un paso lógico a pasarse todo el día aquí pero ¿También eras como yo y te pasabas el día en la biblioteca? - Pregunto sin ser muy inquisitiva, simplemente para mantener la conversación. 

- Quizás todo el día no pero... - Saki piensa un momento, parece recordar algo y después continua, algo nerviosa. - Bueno, estuve lo suficiente para que la gente de aquí me conociese. Y si sumas eso a que la biblioteca esta afiliada a mi universidad, considere que era un buen lugar donde pasar las tardes y poder ganar algo de dinero. Aunque no cobre mucho, no tengo que hacer mucha cosa y puedo leer tranquila si me apetece. - Dice mientras coge el libro que esta leyendo. 

Se crea un silencio corto, y Saki parece calmarse un poco. 

- ¿Y tú porque pasas tantas horas aquí? 

-Estudiar, divertirme. Esta biblioteca es casi como un parque de diversiones con todo lo que necesito.-

Hago una pausa en la cual miro a mi alrededor solo moviendo los ojos y añado. 

- Además es imposible estudiar en casa. Siempre hay algo que tengo que hacer, siempre hay ruido, siempre tengo la culpa de algo... Prefiero estar aquí.- Hago un titubeo de querer irme.

- Aquí soy feliz.- añado mientras vuelvo a la mesa en la cual tenia los papeles. - Siento molestarme con tonterías Saki, nos vemos mañana. Puedes quedarte con la revista.- digo antes de alejarme demasiado sin mirar a Saki a los ojos. 

- Adios Lylia, que vaya bien. - Dice Saki con una ligera decepción y observa como se marcha hasta la puerta. 

Una vez que se ha ido vuelve a sentarse y se concentra en la revista que le ha dejado.

Pero lo que fuera que pusiese en la revista no podía competir en ese momento con los pensamientos de Saki.

Las últimas frases Lylia habían pasado de la diversión a una dolorosa realidad. Había dejado claro que tenía problemas en casa, y que pasar las horas en la biblioteca era mucho mejor que estar allí. Una parte de Saki se vio reflejada en Lylia, y aquello provocó una nueva visión de su misteriosa conocida. Si bien ya le había parecido extraño su comportamiento a veces, ahora ya no podía verla de la misma forma y las piezas comenzaban a encajar. 

A pesar de ello los problemas de Lylia no hicieron más que reafirmar que sus problemas no parecían tan graves, ella al menos podía estar en casa. El pensar en su situación como un problema la dejó meditando durante unos momentos que parecieron eternos. Muchos pensamientos se cruzaron en su cabeza sin orden ni sentido en esos momentos. 

Cuando por fin consiguió volver a la realidad se dio cuenta de que la revista seguía en sus manos y de que habían pasado varios minutos. Saki apartó la revista y pensó que sería mejor dejar de darle vueltas a esas ideas de momento y volver al trabajo.