Partida Rol por web

- ¿Tenemos que lanzarles cartas? Sigo sin comprenderte en absoluto. - Me giro hacia Kyoya y luego Lydia - ¿Vosotros entendéis algo?

Kyoya se encoje de hombros.

- No le veo la lógica a nada de esto.

- Esto es absurdo...- Pienso mientras observo las cartas. 

Me quedo callada esperando que añada algún tipo de información sobre todo esto. 

- No, no. Nada de lanzarlas. Aunque tampoco sé muy bien qué hacer con ellas. No recuerdo a mi maestra haciendo nada con ellas tampoco. De hecho, se las quedaban aquellos a los que ayudábamos.

Para romper el silencio que parece que está a punto de acabar con la poca cordura de los del consejo escolar pregunto.- ¿Tienes los nombres de las personas que habéis ayudado? 

- No los recuerdo, y que no es que llevemos ningún tipo de papeleo. Mi maestra tampoco me dijo nada sobre ellos. - ahora Mei parecía estar molesta - ¿Por qué iba a dejarme sola tan pronto y con tan poca información? Os aseguro que no entiendo la forma de actuar de mi maestra y me molesta tanto como a vosotros. Pero mientras sigáis unas pautas creo que todo irá bien. Básicamente tenéis que evitar ir solos. Y llevad el amuleto que os dí. Y si os encontráis en una situación como la de ayer, mantened la calma. Sobre todo, y lo más importante, creed siempre que saldréis de ahí con vida. Nunca perdáis la esperanza.

Se hace el silencio en la sala. Para finalizar esta conversación, Mei dice también:

- Y si encontráis a alguien más en esta situación, traedlo aquí. Lo mejor que podéis hacer es apoyaros mútuamente.

Alucino.

- ¿Y ya está? ¿Sólo tengo que mantener la calma frente a un jabalí gigante y todo saldrá bien? ¿Y de paso arrastrar a mi mejor amigo a todas partes? ¿ Y si te equivocas y realmente ese jabalí puede hacerle daño? - me llevo la mano a la cabeza y me quito el pelo de la cara - Mizushima ¿realmente no hay nada más? ¿Hay algún tipo de libro que puedas consultar? ¿Internet? Creo que ahora mismo me siento más perdido que al principio...

Kyoya está serio pero me mira y dice

- Tío, no te voy a dejar solo con esto - y se gira hacia Lydia y le dice - y a ti tampoco. No te conozco de nada, pero si algo que yo pueda hacer puede evitar que mueras, lo haré.

No está tratando de camelársela ni nada, es sólo que él es así, el hermano mayor de todo el mundo. Alargo el brazo y le doy una palmada en el hombro.

- Gracias Kyoya-sama <3 - uso una voz aguda como la de las irritantes admiradoras que le persiguen, estoy harto de esta situación tan tensa.

- Tranquilo, Shuujin - le dice Kyoya a Akito, levantándose del suelo - Yo te protegeré del gran y temible... ¡MEGAPUERCO!

Kyoya se arrepiente levemente - y solo levemente - al ver la cara de la sacerdotisa y de Lylia.

- Pero bueno, supongo que algo mejor estamos. Al menos sabemos como protegernos frente a ello. Un poco. Y deberíamos irnos ya o empezaran las clases.

No se habían percatado, pero el tiempo había pasado volando, y al fin y al cabo era un día escolar como cualquier otro.

- Gracias por su hospitalidad - dice Kyoya finalmente con una leve inclinación.

Tras una breve despedida, los tres marcháis a la escuela, donde pasáis otro día lleno de células, ecuaciones e historias varias sobre las guerras en Japón.

Las clases se os hacen pesadas, porque no paráis de pensar en lo sucedido entre la noche anterior y esta mañana. Akito y Kyoya están curtidos en el arte de responder las preguntas del profesor, pero Lylia es afectada más por los despistes varios y tarda en reaccionar alguna de las veces que el profesor le pregunta.

Al finalizar las clases, pasáis unos minutos en la sala del consejo, pero tras la insistencia de Lylia y puesto que no parece un plan tan malo, decidís ir a la biblioteca. Al fin y al cabo, si vais a repasar será un ambiente tan adecuado o más como puede ser el salón del consejo.

Alrededor de las 5 de la tarde llegáis a la biblioteca...