Saki se queda paralizada unos momentos, intentando asimilar que se ha ido. Aquello último... ¿Era una amenaza? Desde luego no parecía buscar tranquilizarla. Esa necesidad por entablar amistad por Saki, y el hecho de no matarla... El arcano necesitaba algo de ella, pero no se lo había querido decir.
Miró el parque una vez más y se marchó de allí. Tenía claro que no iba a volver a pisar ese sitio. El ser había dicho... "Tenía muchas ganas de conocerte"... Era como si no pudiera conocerla en otro lugar... ¿O quizás la había estado buscando y la había encontrado ahora? No, sería demasiada coincidencia. El parque tenía algo que ver con su encuentro, eso estaba claro. Y de nuevo el recuerdo de Chika apareció en la cabeza de Saki. ¿Estaría bien que indagara en esa niña? Desde luego parecía alguien sin un ápice de maldad pero... ¿De verdad la conocía?
Con los pensamientos en mente Saki se paró delante de la puerta de la biblioteca, antes de que se diera cuenta de que estaba ahí. Entonces pensó en Lylia y sus amigos... Quizás irían ese día a la biblioteca. ¿Debería contarles lo sucedido? Quizás fueran los únicos que la creyeran. Pero contándoselo solo conseguiría que se implicaran más en ella. No, no quería complicarlos con sus problemas, a saber que tipo de seres les estaban persiguiendo a ellos (Desde luego parecían bastante asustados).
Saki se le pensó una vez más y, decidida, entró en la biblioteca.