Partida Rol por web

Mei vuelve a beber, y luego contesta a Saki:

- He estado investigando. Acerca de los Arcanos en general. Es muy probable que los Arcanos tengan que ver con... con algún problema fundamental de tu vida. Puede ser tanto algo que haya ocurrido hace poco como algo que arrastres desde que eras niña. Pero muy probablemente - gira la mirada hacia Tsukihime - tu Arcano sea un producto de ello.

Mei se gira hacia ti y te mira entonces fíjamente.

- Hablando con Lylia hemos llegado a una conclusión. Todo el mundo tiene sus problemas. Por lo tanto, podría ser que todo el mundo tuviera su propio Arcano.

Para lo que está diciendo, parece muy tranquila.

Saki asimila su respuesta varios segundos y después concluye que aquello no la ha pillado por sorpresa.

Su idea no era esa, pero a través de Tsukihime había concluido ya que los arcanos estaban ahí para resolver sus problemas. La confirmación había llegado de forma más segura con Chikane. El hecho de que el arcano fuera un producto del problema no estaba tan alejado de su idea inicial. Después estaban gente como D-Five y Watanabe... No parecía que su arcano quisiera ayudarlos, solo parecía que estuviera acentuando su problema. ¿Podría querer decir eso que había dos tipos de arcanos? 

Y el hecho de que todos tuvieran un arcano... no parecía una conclusión ilógica. Al fin y al cabo como había dicho Mei todos tienen sus problemas, quizás el arcano se mostrara con mayor o menor intensidad según la gravedad del mismo... Saki le echó una ojeada a Tsukihime, ¿De verdad era tan grave su problema? 

- Entiendo. - Dice después de estar mucho rato pensando. - Eso le da un poco más de sentido a este asunto.

¿Y ahora qué? ¿Tendría que aceptarlo? ¿Tendría que asumir que era culpa suya que Tsukihime estuviese allí? Y... ¿Como iba a acabar con eso? Si hacía caso a Tsukihime quizás se acabaría convenciendo de algo... ¿No? ¿Y entonces que? ¿Simplemente Tsukihime desaparecería? 

No... no lo haría. Tsukihime ya se lo había dicho, ella era parte de Saki. 

Negro absoluto

Saki no pudo aguantar una pequeña risa ante aquel teatro. La respuesta había estado tan cerca que parecía imposible que no se hubiera dado cuenta antes. 

- Somos nosotros. - Dijo de pronto. - Los arcanos solo somos nosotros, gritando desesperadamente al mundo que nuestros problemas deben ser escuchados. ¿No te parece increíble lo egoísta que puede llegar a ser la naturaleza humana? 

Mei hace una pequeña sonrisa mientras comienza a recoger la mesa.

- Que los Arcanos somos nosotros, ¿eh? Yo tardé bastante en asimilar eso, aunque en el fondo fuera algo obvio. Podríamos decir que sí, que somos nosotros. O al menos una parte.

Mei se detiene un momento, mirando a la nada.

- Y tristemente, no me parece increíble lo egoísta que es la naturaleza humana. - reanuda sus labores - Si realmente todo esto trata únicamente de nuestros problemas, somos los únicos que pueden resolverlos. Por tanto, ¿no es normal que pensemos solo en nosotros?

Mei ha terminado de recoger y vuelve a la mesa. Se sienta frente a Saki y dice, en un tono que insinúa más de lo que significa:

- Porque solo nosotros podemos resolver nuestros propios problemas. ¿O no? ¿Podemos acaso ayudar a resolverlos?

No parece una pregunta que busque una respuesta. Parece una pregunta retórica. Pero aún así, esa pregunta se queda resonando en los oídos de Saki durante segundos. Segundos que parecen eternidades.

- ¿Ayudar a resolver los problemas del resto? No hace falta poner un arcano de por medio para que eso sea posible, simplemente pones un cierto interés de por medio y... - Entonces Saki se calló. Por su cabeza había pasado un nuevo pensamiento inesperado. - ¿O si que influye? 

Los arcanos... ¿Para que existían? Si de verdad solo eran ellos... ¿Por que necesitaba la gente una representación de sus problemas que se manifestara en la realidad? En parte era para que los demás pudieran ver su problema, para que se dieran cuenta de que algo estaba mal pero... ¿Se podía sacar una ventaja de aquello?

- Mei, ¿Crees que los problemas se podrían resolver de otro modo? - Se piensa unos segundos lo siguiente. - ¿Crees que se podría afectar a los arcanos de los demás? ¿Enfrentarse contra ellos? 

Saki miró a Tsukihime. Su arcano quería ayudarla... pero otros... Otros parecían seres peligrosos. Al menos con el suyo podía razonar pero, ¿La oscuridad de Watanabe? Aquello no parecía tener ningún buen objetivo detrás. 

- Como dije en su momento, el Arcano de otra persona no puede causarte daño. O no de forma directa, al menos. Aunque tu tampoco puedes causarle daño. Pero puedes proteger a otra persona de su propio Arcano, o incluso ayudarle a luchar contra él. Puedes influir en derrotar a un Arcano ajeno, pero no puedes hacerlo por ti misma.

- Ejem...

Después de las palabras de Mei, Tsukihime empieza a hablar.

- Por si no os dais cuenta, lleváis todo el rato hablando de matar, derrotar, vencer... a Arcanos. Os recuerdo que hay Arcanos en esta sala. Me disgusta mucho que habléis así conmigo delante. Además de que no recuerdo haber hecho nada malo. De hecho, lo único que he intentado hasta ahora ha sido ayudar. Y solo estáis pensando en quitarme del medio. Ahora os planteo yo esta posibilidad: ¿Puede un Arcano derrotar a otro?

- No pienso en luchar contra ti, Tsukihime. - Dice Saki. - De hecho ya lo sabes, solo eres yo misma hablando desde otra parte de mí. - Entonces alterna la mirada entre Tsukihime y Mei. - Pero creo que hay diferentes tipos de arcanos. Estáis tú y Chikane, por ejemplo, es evidente que intentáis acabar con nuestro problema, pero la influencia que ejercéis con el mundo es solo sobre nosotros. Pero después están los arcanos de D-Five o Watanabe, que parece que influyan aquello que les rodea. Pienso que esos son los tipos de arcanos que hay que combatir. Lo que me pregunto que clase de problemas puede originar un arcano así... ¿En el interior de Watanabe existe una parte que pretende ser agresiva con su entorno? - Consciente de que se estaba perdiendo en sus pensamientos, Saki vuelve al tema principal. - Pero... ¿Que un arcano luche contra otro? Si supusiéramos que todos están basados en la misma idea quizás sea posible, ¿No? - Saki mira a Mei. 

- Pues... supongo que sí. Supongo que podría ser.

Mei no deja las cosas muy claras, pero tampoco parece que pueda explicar nada más.

- Sigo sin pensar que puedan derrotar al Arcano de otra persona porque sí, pero seguro que son más útiles que nosotros mismos.

Saki se quedó un rato pensativa, buscando algo más que añadir, pero no veía nada que mereciera la pena de ser comentado. ¿Las cosas a partir de ahora irían a mejor o a peor? Fueran como fueran el conocimiento se iba a convertir en un arma muy poderosa. ¿Y que tenía que hacer ella? Quizás su objetivo debiera ser a partir de ese momento intentar minimizar su problema... Y quien sabe, a lo mejor entonces podría intentar influir en el de los demás. Pero la duda seguía en su cabeza, ¿Desaparecería Tsukihime cuando ya no tuviese el problema? Si esa iba a ser la conclusión... Si su problema iba a ser resuelto a partir de un ser sobrenatural para que después ese ser desapareciera... ¿Eso no provocaría que su problema volviese a surgir?

Estaba claro que aún no había entendido del todo cuál era el significado de la existencia de los arcanos. Ahora sabia que eran, y para que servían pero... ¿Por que aparecieron? ¿Siempre estuvieron ahí? De nuevo preguntas y parecía ser que Mei se había quedado sin respuestas. 

- Siento ser descortés, Mei. - Dijo Saki mientras se levantaba. - Pero creo que por hoy no tengo mucho más que comentar. Si descubrieras algo más... Mantenme informada por favor, yo intentaré hacer lo mismo. - Saki se iba a dar la vuelta, pero de pronto se paró, recordando algo. - Por cierto, lo más seguro es que el sábado vuelva a venir. Creo que un amigo tuyo... O quizás un conocido vendrá también. Se hacía llamar D-Five, creo... Y a ti te llamó "Sacerdotisa". - Recordar la cara de D-Five en ese momento le hizo gracia a Saki. - Siento curiosidad por su arcano. 

- Daichi Daizumi.

Saki tarda unos segundos en asimilar de qué habla Mei.

- Ese chico se llama Daichi Daizumi. Le conozco desde la primaria. Al empezar la secundaria, comenzó a comportarse de la manera en que lo hace ahora. Pero supongo que ya nos pondremos al día el sábado.

Saki y Mei se despiden educadamente la una de la otra. Saki comienza entonces a cambiar hacia su casa.

Por el camino, Tsukihime vuelve a hablar.

- ¿Sabes Saki? En el poco tiempo que nos conocemos, puedo asegurarte que has cambiado. Quizá no demasiado, pero has cambiado.

Tsukihime se para, y Saki se para con ella.

- Saki, quiero que tengas esto. Creo que ya has oído hablar de ello.

Tsukihime le tiende a Saki una carta del tarot. "El Emperador"

Así que era esto de lo que hablaba Mei, ¿eh?

Pese que a simple vista no pareciera tener nada de especial, al cogerla Saki pudo notar que no era una carta normal. El material con que estaba hecha era uno que nunca había visto, y la carta no pesaba en absoluto. Si un pensamiento tuviera peso, ese sería el mismo que el de esta carta.

- No me preguntes cómo utilizarlo. Si lo supiera, tu también lo sabrías. Pero en fin, - Tsukihime vuelve a caminar, esta vez apoyando su nuca en las manos, que tiene puestas detrás del cuello - creo que te la has ganado.

"Al final si que tenías más sorpresas guardadas, eh." 

Saki se miró la carta, si Tsukihime no sabía para que servía ella tampoco. Intentó pensar en el significado que tenía el emperador cuando lo había buscado por internet, aunque en ese momento no se acordaba en detalle, se hacía una idea general de por donde iban los tiros. Tsukihime encajaba bastante bien en ese perfil. Tarde o temprano su búsqueda entre la relación de los arcanos y las cartas se tendría que reanudar, pero ahora su cabeza estaba llena de otros pensamientos. 

¿Era el temor a reconocer que estaba cambiando lo que la atormentaba? En el fondo Tsukihime solo había trabajado a su favor, y ella no la había estado tratando bien en ningún momento. Quizás si comenzará a escucharla en serio... Quizás si viera el mundo con otros ojos...

Pero antes de llegar a conclusiones había un asunto importante que tratar. El pensamiento de que quizás Tsukihime desaparecería cuando concluyera su trabajo seguía en la cabeza de Saki. Si quería resolver un problema real a partir de la ayuda de un ser sobrenatural se tendrían que cumplir una serie de restricciones. Pero antes tenía que comenzar a estar en paz con ella misma. 

"Tsukihime... Perdóname por como te he tratado hoy." - Irónicamente, Saki se planteo en ese momento que se estaba disculpando con ella misma. - "De verdad que valoro lo que quieres hacer, pero..." 

¿Como plantearlo? ¿Por que había estado tan borde con Tsukihime hoy? Saki había pensado que se trataba del hecho de que el día anterior se había introducido en su cuerpo sin permiso, pero no, no era eso, su sentimiento iba más allá. Ella se había divertido en la pelea contra el dragón, pero su diversión se vio torcida en el momento que lo comprendió... Aquello quizás era real, pero se trataba de un hecho sobrenatural. Y después de lo que había estado pensando hoy... Sabía que cuando todo acabase, ese mundo sobrenatural que le había hecho abrir los ojos se acabaría también. Si, tenía que remediar ese mal trago, no podía depender de algo que quizás no existiese para siempre. 

"Me gustaría hacer un trato contigo. A partir de ahora, voy a dejar que me ayudes... Pero con una condición. Si mi problema es real, dentro de un mundo real... No creo que se solucione si se resuelve por medios irreales. Por eso te pido que si me ayudas evites mostrarme unas cosas que quizás perderé. Eso solo provocaría que mi problema volviese a salir a la luz."

Ya está. Ya lo había dicho, ahora estaba sentenciada. Quizás el proceso fuera largo y costoso... Pero al menos le gustaba tener las ideas claras por fin. 

- No puedo prometerte eso, porque no depende completamente de mi. Por mi parte, yo no te voy a solucionar nada, y eso deberías saberlo. Vas a solucionarlo tú, por los medios que creas convenientes. Reales, o no.

Las palabras de Tsukihime no tenían sentido, pero a la vez tenían mucho. En el fondo, Saki le pedía cosas a Tsukihime, siendo esta ella misma.

- Igualmente Saki, deberías quitarte esa idea de la cabeza. Un mundo irreal es necesariamente uno a parte de este, con todo lo que incluye. Un mundo irreal no tendría la gente que este mismo mundo tiene. A veces puede parecer tentador, pero la sociedad y la convivencia existen por alguna razón. ¿O tú has visto a Daichi acompañado alguna vez?

Saki se quedó paralizada un momento y tardo un rato en asimilar lo que quería decirle Tsukihime. 

"¿Estás planteando que mi mundo y el tuyo son diferentes y existen de forma paralela?"

Si eso fuese cierto... ¿Querría decir que los arcanos que se hacían visibles solo estaban pasando pasando de un mundo a otro? No era un tema totalmente aislado en los conocimientos de Saki, la separación entre el mundo real y un mundo sobrenatural había aparecido ya en muchas novelas. Pero que Tsukihime supiera eso... Solo daba cabida a una posibilidad. 

"Tu existencia... Es de muy anterior a conocerme, ¿Verdad?" - Se quedo callada un momento pero antes de que le diera tiempo a contestar volvió a hablar. - "Tsukihime, ¿tú me puedes hablar de donde estabas antes de nuestro encuentro?"

Saki había asumido que Tsukihime solo era una parte de ella misma pero... ¿No sería completamente ella misma? Solo que en otro plano existencial. 

Tsukihime se lleva una mano a la cara, tapándose con ella, y hace que no con la cabeza. Un facepalm en toda regla.

- Saki, con los hilos de pensamiento tan maduros que sueles hacer, me sorprende que llegues a esas conclusiones. ¡Y eso que soy tú!

Tsukihime relaja un poco la postura y suaviza la voz.

- Siento decepcionarte, pero no me refería a eso. Me refería que Daichi está... bueno, que se le va la olla. Se cree que vive en otro mundo, y por eso siempre está solo. Porque nadie quiere seguirle el rollo. Ese chico es como tú. Pero él no quiere aceptar la realidad.

A Saki le irrita la reprimenda de Tsukihime, aunque a su ceño fruncido se le unen una mejillas sonrojadas. 

"Al menos podrías reconocer que no te has explicado muy bien..."

Sigue caminando un rato en silencio, algo ofuscada, pero después se relaja, no tenía sentido estar encaprichada con esa tontería. Mientras camina sigue divagando. 

"Así que en el fondo... al final todos estamos solos en esto, existan o no los arcanos... Parece que la responsabilidad de mis acciones recaerá sobre mí." - Un rato de silencio. - "Al menos espero que me avises con antelación la próxima vez que vayas a tomar el control de mi cuerpo. Quizás entonces pueda juzgar si es un camino que quiero seguir o no."

Aunque al final... ¿Hasta que punto tendría que seguir ciegamente el juicio de su otro yo, Tsukihime, para acabar con sus problemas? 

- También puedes decirme cuando quieres que tome el control de tu cuerpo. Si te beneficia, ¿para que esperarías a que te lo pidiera yo?

"Tengo la esperanza no tener la necesidad de hacerlo."

Dicho esto, a no ser que Tsukihime vuelva a decir algo, Saki se mantiene callada el resto del camino hasta su casa.  

Tsukihime no dice nada durante el resto del camino, y en cierto punto desaparece. Saki sabe que está dentro suyo, pero sigue sin hablar.

El tiempo que pasa en casa antes de la hora de la cena es silencioso. Pero es un silencio tenso, no como el silencio al que estaba acostumbrada.

Cuando, después de cenar, Saki se mete en la cama, Tsukihime se despide con un sencillo "Buenas noches", antes de que Saki caiga rendida entre las sábanas.