Partida Rol por web

Al continuar hasta la habitación número seis, el grupo de jóvenes encontraron el cuarto de Tetsuya, el cual estaba en bastante mal estado, con algunos peluches rotos y lo que más llamó la atención de los jóvenes, el propio Tetsuya ahí dentro vendándose las piernas.

Hola chicos.

Al amo Arlek no le ha hecho mucha gracia que os abra las puertas de mi casa, pero bueno ¡ha sido solo una rabieta de nada! - rió con cierta timidez. - Habéis llegado bastante lejos, ya solo necesitáis avanzar un piso más para que Anemashi-san sepa la verdad y pueda dejar de culparse. - sonrió. - A partir de ahí ya no vale la pena seguir subiendo.

Se levantó sin dar tiempo a contestar y se marchó por el pasillo. Los jóvenes decidieron seguirlo, aunque este logró desvanecerse una vez más. El grupo de estudiantes llegaron hasta unas escaleras, en las cuales había un cuadro bastante extraño.

En cuanto acabo el combate lo primero que hice sin perder ni un solo segundo fue dar media vuelta correr junto a Yadiel, comprobar su estado y cargarla en brazos. No dije nada, tan solo me limite a cuidar de la pequeña mientras estaba inconsciente.

- Tetsu... -dije en apenas un susurro al ver como vendaban sus heridas, ¿que no valía la pena seguir subiendo? por supuesto que valía la pena- No pienso parar hasta dar con Arlek, sin importar cuanto deba de rebuscar en esta casa. Incluso si tengo que derribarla ladrillo a ladrillo.

Tras eso se marcho, no tenía prisa por seguirlo sabía que no serviría de nada, acabamos por llegar a unas escaleras y mientras las subíamos pudimos ver un cuadro.

- La vida de Tetsuya no ha sido mas que una desgracia detrás de otra, no podemos dejarle aquí. Debemos salvarlo y convertirnos en la esperanza de una vida mejor para él -dije mientras caminaba en busca de una salida, mientras pensaba en mis propios asuntos apreté un poco a la pequeña Yadiel contra mi pequeño y baje la cabeza para apoyar mi mentón en su cabeza- Momoka... lo siento pero no podré aguantar la espera... quiero volver lo antes posible, en cuanto recuperemos las fuerzas totalmente.

Nada más entrar en el subconsciente de Tetsuya, pronto os asaltó este. - ¡Hola chicos! Por fin habéis vuelto ¡pronto podrá ver Anemashi-san por qué tengo la culpa de todo! Así podrá ser más feliz.

¡Me alegra tanto que mis recuerdos vayan a ser útiles!

Se le notaba increíblemente alegre. - Tenéis que ir a la sala marcada en vuestro mapa como la número diecinueve ¡ahí está la respuesta a todo! Después iros. No hay nada más que hacer. ¡Os espero allí! - con eso dicho se fue corriendo sin dar tiempo a responder.

El grupo se paró un momento para observar la primera puerta cerrada, la cual conducía a la sala número cinco. Había un dibujo muy curioso y debajo todo completamente vacío.

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Aun así, al estar completamente cerrada, el grupo simplemente decidió continuar hacia delante. Al llegar a la habitación marcada con el número quince, el grupo se encontró en una casa que nunca antes habían visto. Allí Tetsuya estaba reunido con un grupo de sombras desconocidas, las cuales le hablaban con tranquilidad. - ¡Pues ya hemos acabado la faena! ¡Gracias a ti Tetsu-kun! - se rascó la cabeza tímido. - Yo... Eh... No he hecho nada... - recogieron las libretas y papeles de las mesas. - Bueno y ahora a ver una peli ¿os apetece? - a lo que Tetsuya respondió. - Pu... ¿Puedo quedarme yo también? - una de las sombras rió. - ¡Claro que no! Es la tercera de una saga que ya habíamos empezado a ver ¡que palo tener que explicarte lo que pasó en las otras dos! Ve a casa, anda. - Tetsuya suspiró y se fue, mientras los demás parecía que iban a pasarlo tremendamente bien. Incluso a través de la puerta Tetsuya pudo oír lo que se decía en el salón. - ¿Os imagináis que se queda? Menudo aguafiestas ¡no es divertido, ni ocurrente, ni interesante! Pero el tio por alguna razón siempre acierta a la hora de resolver ejercicios ¡se rumorea que incluso lo hace al azar! Que se acostumbre a tener la suerte de su lado, porque va a ser su única amiga. - rieron antes de desvanecerse en la nada...

En esta ocasión no aparecieron monstruos, solo un camino estaba libre, el que llevaba a la habitación diecinueve, donde os esperaba lo que quedaba del auténtico Tetsuya.

¡Já!

"Sí. Exacto. Señalaría a esos abusones y les diría: ¡Ja! ¿quién ríe ahora?" comentó Ayame bajando el móvil después de grabar. "Arashi-kun al final resultó ser uno de los que les están salvando la vida. Ojalá alguien les de una lección." Desprecio, desdén y cruel bullying descarado. A Ayame le resultaba repulsivo.

Fruncí el ceño al ver la escena, había gente aprovechada en todas partes, gente hipócrita que utilizaba a los otros. Yo nunca habría hecho aquello a un compañero y seguro que ninguno de mis amigos tampoco. 

- Malditas sabandijas - gruñí intentando ver sus caras.

- No te preocupes, Ayame-chan, si alguna vez me encuentro con esas alimañas tendrán un poco de medicina de Momoka. Si quieres incluso te dejaré un pedacito para ti - le sonreí con un gesto cómplice, a pesar de que mis ojos ardían de indignación. 

  Me molestaba la escena, pero mas por mis propios motivos pues nunca había sido mucho de amistades.

... si la vida te da limones... y ellos acaban de pasar a un limonero y todo... joder que con algo de imaginación podían haber sacado videos de accidentes de arashi....  

      Entonces sigamos... mientras antes despierte Arashi, antes podremos ayudarle a dar una lección a ese grupo... - mirando al único camino que nos quedaba y comenzando a andar en aquella dirección

.... entiendo la cadena de su versión de subconsciente... ¿ pero... y el guante ? ....

El grupo se vio forzado a continuar adelante, puesto que no conocían la respuesta de la imagen anterior. Avanzaron hasta la habitación número diecinueve, donde al entrar un recuerdo les asaltó. Pudieron ver a Tetsuya jugando con su perro Rukie en el parque conocido por todos, al cual no paraba de lanzarle una pelota y el canino se la devolvía. Hasta que Tetsuya la lanzó demasiado fuerte y la pelota se fue fuera del parque. El perro fue tras ella, con la mala suerte de que justo cuando el perro cruzaba a por la bola, un coche pasaba. El coche intentó girar para esquivar el perro, pero aun así lo golpeó brutalmente con el lateral, lanzandolo despedido. Por otra parte el coche salió despedido, haciendo que la conductora que iba al volante muriera en el acto.

Tetsuya vio horrorizado la escena. Fue corriendo hacia su perro, que acabó detrás de unos arbustos, donde parecía que nadie se había percatado que estaba, de hecho todo el mundo fue corriendo a socorrer a la mujer del coche, como era lógico. Tetsuya se quedó de rodillas junto a su perro mientras este exhalaba su último aliento.

Levantó la cabeza y contempló el horror del accidente. Todo era culpa suya. Si no hubiera lanzado la bola tan fuerte, su perro seguiría vivo. Aquella mujer seguiría viva. Cuando llegó la policía, escoltaron al pequeño Tetsuya a casa, donde informaron a los padres de este de lo acontecido. Tetsuya simplemente fue hasta su cuarto y puso la tele, en un estado de shock. Finalmente las noticias hablaron del accidente de esa misma tarde.

Una mujer muere en un accidente de tráfico tras intentar esquivar a un perro que se había escapado del parque. La identidad de la víctima es Shiori Anemashi, la cual iba a recoger a su hija, Ayame Anemashi. La adinerada familia ha quedado completamente devastada tras esta inesperada muerte.

Una lágrima recorrió la cara del impactado Tetsuya. - Lo siento Anemashi-san. Lo siento Rukie.

Es culpa mía, es culpa mía, es culpa mía, es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía,  es culpa mía, es culpa mía...

El recuerdo se desvaneció en un montón de nada y apareció en medio de la sala el propio Tetsuya. - ¿Lo ves? Te lo dije Anemashi-san ¡yo siempre tuve la culpa!

Soy lo peor... Pero al menos mis recuerdos te han servido para descubrir la verdad. Le dije a el amo Arlek que no pusiera sombras, que después de esto me odiaríais tanto que simplemente os iríais. ¡Así que marchaos, amigos míos! Ya no queda nada que salvar aquí. ¡Ya no queda nada importante!

¡No merezco que me saquéis de aquí!

"No... no, no no no..."

Con los ojos muy abiertos, Anemashi se desplomó sobre sus rodillas nada más escuchar las noticias que aparecieron en aquella televisión. Cuando Tetsuya le fue adelantando que sabía lo que le había pasado, que sabía por qué se culpaba a sí misma, ni en un millar de años Ayame hubiera sospechado que el chico decía la verdad. Que de verdad lo sabía, que de verdad había sido... culpa suya.

- ¿Lo ves? Te lo dije Anemashi-san ¡yo siempre tuve la culpa!

Soy lo peor... Pero al menos mis recuerdos te han servido para descubrir la verdad. Le dije a el amo Arlek que no pusiera sombras, que después de esto me odiaríais tanto que simplemente os iríais. ¡Así que marchaos, amigos míos! Ya no queda nada que salvar aquí. ¡Ya no queda nada importante!

¡No merezco que me saquéis de aquí!

Odio. Odio puro y profundo se apoderaba de ella. Odio a Tetsuya Arashi. Odio a sí misma por odiar a Tetsuya. Odiar a la gente está mal. Había sido un accidente. Sabía que no era su culpa. Pero era su culpa. Y le odiaba por ello. Y se odiaba por ello. Era un hecho. Si él no hubiera tirado la pelota a la carretera el perro no habría cruzado. Si el perro no hubiera cruzado su madre estaría viva. -¿Pero a quién quieres engañar, Ayame? Sigue siendo tu culpa. Es doblemente tu culpa. Triplemente: por odiarle, por causarle este sufrimiento, ¡por existir! Si no hubieras nacido mamá estaría viva, papá no te habría abandonado y el perro de Arashi-kun estaría vivo, y-y el chico no hubiera tenido que vivir una infancia tan sumamente infeliz como la tuya. Mira cómo se culpa, mira cómo sufre, mira cómo prefiere morirse....-

-Y todo por tu culpa, Ayame.-

"No puedo... no puedo..."

No pudo contener más las lágrimas y se echó a llorar. "No puedo seguir..." Con dificultad se puso en pie. Entre sollozos, respiraba agitadamente, descontroladamente. "Soy una falsa, un fraude, una ricachona hipócrita..." se abrazó a si misma, apretándose mientras daba varios pasos atrás. "No debería estar aquí... no debería estar en ningún lado... no quiero estar aquí... ya no quiero salvarle... ya no puedo salvarle. Soy una hipócrita, una egoista... Lo siento... no puedo... no puedo... de verdad no puedo..." negando con la cabeza en shock, echó a correr por donde habían venido, a salir del subsconciente de Tetsuya Arashi.

Por su parte Lilie, cuando todo eso ocurrió, había sacado su teléfono y había comenzado a grabar, pues algo dentro de ella sentía que quizás fuera interesante, algo lo suficientemente bueno como para ser inmortalizado, como el nacimiento de un niño, o un Water Bottle Challenge... cosas que se suelen por en la televisión cuando es el cumpleaños de alguien, vamos.

-Mmmmm...

Se abstuvo de comentar nada, y mucho menos cuando Ayame parecía reaccionar de forma completamente normal -para ella- y de forma altamente sobreactuada y teatral por parte de Lilie, a fin de cuentas, nada de lo que escuchaba le parecía demasiado malo, o meramente fuera de lo normal, todos morían.

*Click*

-Y enviar... 

Lilie envió el vídeo al grupo, así Ayame podía recordar esos momentos y atesorarlos por siempre, no solo en sus recuerdos, sino también el teléfono. Sin lugar a dudas, Lilie era una persona de ayuda... y ya, como extras, los otros que no veían lo que en este lado estaba ocurriendo.

     Intentaba evitar darle peso al asunto ... mientras menos tenga que ver con ellos... menos me va a afectar cuando esto acabe.. , pero entre que la escena era lo suficientemente gráfica y que la voz de Arashi empezaba a inundar la habitación... era difícil mantener la indiferencia.

   ¡¡ Zio !! - chasqueando mis dedos a lo que una figura emplumada se reflejaba detrás mio dejando caer un leve trueno sobre el molesto niño de pelo blanco - Joder si que eres molesto - mientras miraba por el pasillo que se había marchado Anemashi ... no te culpo...

   Entiendo~Entiendo... buuubuuubuuu... mi talento para atraer la mala suerte es la responsable de todo... ¡joooder! - chasqueando nuevamente mis dedos y que el rayo volviera a caer - Los accidentes pasan... con o sin tu suerte... el mundo no gira alrededor tuyo - acercándome, realmente tenia ganas de golpearlo tal vez por frustración... o por asuntos mas personales ... tampoco es tiempo para eso... 

    Ella tal vez no quiera verte ni en pintura... - apuntando por donde se había marchado Anemashi - pero mientras el resto corran el riesgo de que nos fundan el cerebro yo no me pienso marchar.... 

Tetsuya recibió gustoso los rayos que le envió Yuuta y a pesar de que le hicieron algo de daño, no pudo evitar sonreír. 

¡Eso es! ¡Odiadme y salir de aquí!

Mientras más tiempo paséis aquí, más probabilidades tendréis de que os fundan el cerebro ¡así que vamos! ¡Fuera! - pero tras decir esas palabras, aparecieron algunas sombras, dispuestas a atacar al grupo. - ¡Eh! ¡Amo Arlek! ¡Se quieren ir! ¿No era ese el trato? Algo no está bien...

Derrotad a estas sombras y salid de aquí.

La escena me había tomado por sorpresa, ni en millón de años me hubiera imaginado lo que nos aguardaba. Sabía que Tetsuya había tenido una infancia difícil, pero jamás hubiera pensado... y que además, también Ayame-chan. Un fuerte dolor se apoderó de mi pecho mientras miraba a la muchacha sin saber qué decir. Di un paso hacia ella, levantando la mano para intentar consolarla y decirle palabras de ánimo, pero antes de poder hacer nada, Ayame echó a correr y salió de la habitación.

- ¡Ayame! - extendí el brazo hacia ella, mas mi gesto se vio interrumpido por un sonido.

Miré sorprendida a la pequeña a la par que nuevos mensajes sonaban en mi móvil. Lancé un suspiro triste, pero no le dije nada a la pequeña. Aunque con poco tacto, había informado al resto de lo que estaba pasando. Pero no todo había terminado ahí.

- Tu y yo vamos a hablar muy seriamente cuando este combate acabe - le dije a aquel Tetsuya Arashi con rostro grave preparándome para el combate.

El grupo acabó con las sombras sin demasiado esfuerzo, justo para ese momento, Ayame volvió.

Ahora la habitación número diecinueve se encontraba completamente vacía y los jóvenes podían elegir un nuevo destino. La puerta número uno tenía un pequeño escrito.

La habitación número dieciséis tenía un pequeño escrito.

Siempre me cuidaron por obligación, por nada más.

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La habitación número cuatro estaba abierta.  

"He vuelto, siento... la crisis que tuve..." dijo Ayame al regresar, mirando hacia abajo y agarrándose un brazo con modestia y arrepentimiento. "Yo... todavía le odio... creo... pero sigue siendo mi amigo y-y vosotros también, y si puedo ayudar..." Se dio cuenta que se había olvidado curarse las quemaduras del anterior combate. "Ah, esto es porque... Ki-Kitagawa-kun antes... E-es que Arlek aprovechó que me había separado de vosotros para poseerme con sus trucos mentales nos hizo enfrentarnos... E-estamos bien, el que no tiene que estarlo es Tetsuya cognitivo... porque nos ayudó y Arlek se lo llevó para torturarle..." explicó Anemashi mirando hacia abajo con tristeza.

Más le valía sanarse esas heridas. Ayame llamó a Sumizome para que la sanara.

     Descuida muchacha... tuviste tus razones... - mientras terminaba de ver como aquel esqueleto se volvía simple polvo - pero seria bueno que no te fueras así como así la próxima vez... estos sitios son peligrosos... y por lo que dices, parece que la mente maestra nunca a dejado de estarnos vigilando.

   hmmmmmm sera mejor rescatarlo entonces - decía con voz seria, aunque si observaban de cerca, mi vista se movia de manera errática con cierta preocupación .... mierda~mierda~mierda... igual puede que me haya pasado con los dos rayos sobre su cabeza... Vamos Yuuta., no todos pueden aguantar como nosotros... tal vez simplemente debi haberle golpeado el rostro para que se callara de una buena vez.... por que tiene que estar tan fragil el peliblanco... esta bien que se este muriendo, pero un poco mas de actividad fisica en su cabeza no estaría mal...

- Ayame-chan - contenta corrí hacia la chica y apoyé la mano sobre su hombro - no te preocupes, cuando salgamos de aquí tendremos tiempo para hablar y de que puedas pensar todo bien. Algo me dice que detrás de todo este asunto hay más de lo que hemos visto hasta ahora.

Al entrar en la habitación número cuatro, se vieron en el salón de la casa de Tetsuya. Allí estaba su madre, realmente enfadada con él. - ¿CÓMO QUE VAS COPIANDO LOS TRABAJOS DE TUS COMPAÑEROS? ¿Pero lo ves normal? ¡Me ha llamado tu profesora y sé toda la verdad! - el peliblanco estaba callado, por lo visto se resignaba a replicar, como si supiera que sería peor. - Siempre te metes en líos. Primero traes un perro de la calle a casa, luego haces que lo atropellen ¡y ahora descubro que te vas copiando de tus compañeros! ¿Qué clase de persona quieres ser así? A veces pienso que tu padre se fue porque lo avergonzabas. - bufó, alzó el brazo y apuntó dirección a la puerta que llevaba a la habitación número tres. - Ve a tu cuarto. Luego hablaremos.

El recuerdo se desvaneció sin que aparecieran sombras. Aunque ahora todas las puertas estaban cerradas y no podían avanzar.