Partida Rol por web

Al llegar al tercer piso sin ningún tipo de complicación, los jóvenes se vieron con tres caminos diferentes que seguir. La habitación cuatro y catorce estaban abiertas ya, pero la habitación trece parecía cerrada por una puerta en la cual ponía lo siguiente.

La arrastré a esto por estar enamorado de ella, pero ella se merecía una adolescencia normal, con problemas normales, no la gran responsabilidad que adquirió por mi estúpido deseo de acercarme más a ella.

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Al día siguiente Anemashi había recuperado el desánimo característico. La noche anterior había ido a comprar unas cosas antes de regresar al hospital para hacer vigilia con los demás. No era mucho, pero quizás les ayudaría en las batallas.

Ayame sonrió un pelín. "¿Enamorado de ella? Según los dibujitos era claramente Hiraki-chan..." su sonrisa se hizo más ancha mientras escribía Momoka Hiraki en la placa. "Pero no sabía que os conocierais de antes... Hiraki-chan, tienes que contarnos esa historia otro día..."

Ayame logró abrir la puerta sin ninguna dificultad, una vez dentro pudieron ver a Tetsuya caminando junto a Saito, camino a la armería. Se podían escuchar los pensamientos de Tetsuya a la perfección.

¡Momoka-chan se me ha declarado! ¡Soy un asco de persona! Si no hubiera pedido aquél estúpido deseo, no habríamos aparecido juntos en la corte oscura, no me habría invitado al club de teatro, no habríamos pasado tanto tiempo juntos y no se habría enamorado de un inútil como yo. Solo soy un egoísta que ha generado un montón de responsabilidades en gente que llevaba una vida normal... No la merezco, no merezco su amor... No puedo corresponder a su amor, a pesar de que llevo toda mi vida pensando en ella, porque no sería lo correcto, se merece a alguien mejor, a alguien que la haga feliz, a alguien que no la arrastre a luchar contra sombras demoníacas.

Cuando el recuerdo se desvaneció, no apareció ni un solo monstruo en la estancia, por lo que podían ir a otra. Por otra parte en la puerta que llevaba a la habitación número nueve, se podía leer.

Siento muchísimo que por mi culpa seas un desperdicio.

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Se llevó la mano a la barbilla. Usualmente era el propio Arashi-kun el que se consideraba un desperdicio... no le terminaba de encajar la frase. "En esta ocasión creo que no sé la respuesta..." ¿quizá sus compañeros tendrían alguna idea?

Yo no he intimado mucho con Tetsuya-kun... Así que ni idea. ¿Quizá deberíamos ir primero a otra sala? A lo mejor por ahí descubrimos algo ¡pero por ciencia infusa dudo que de repente lo sepamos! - comentó Miyuki, que era puro nervio y no le gustaba estar quieta.

Ayame asintió. "¡Tienes razón! Entonces, será mejor ponernos en marcha..." ¡el tiempo corría, después de todo! Ya era raro que Arlek no les hubiera puesto sombras para detenerlos o desgastarlos... ¿qué estaría planeando? Mal asunto...

Decidió avanzar a la otra habitación, arrastrando a sus compañeros consigo.

Por su parte Lilie agarró del vestido a Ayame y la siguió, como si esta muchacha deprimida no fuera más que un perro lazarillo de aquella pequeña niña que no quería perder el tiempo pensando en cosas como "¿Qué diablos le ocurre a Tetsuya y por qué todo el mundo está hablando de él?" o incluso "¿Tendrá una memoria de cuando tuvo una seta entre las piernas? Seguro que se cayó en el bosque".

¡Vamos! ¡Vamos!

... ¿ Alguien más a quien el piensa que arruinó de alguna manera ?...

... Hmmmm...

     ... ¿ Quizás su persona ? ...

... Nahhhh... 

  Pues si, será mejor que busquemos algo de información para sortear ésto.. - mientras dejaba de mirar el mensaje para comenzar a caminar junto al grupo, aunque revisando bien las provisiones con la que contaba ... Debemos cuidar nuestros recursos si está es nuestra última oportunidad... - aunque debe ser algo muy personal si es que está en una zona tan profunda... creo yo...

Al encontrarnos el primer acertijo del tercer piso mi corazón dio un brinco, pues ya conocía la respuesta. En silencio, vi como Ayame escribía mi nombre y la puerta se abría. 

- No hay mucho que contar - respondí con un susurro a la pregunta de Ayame-chan - yo le ayudé una vez, pero nunca me di cuenta de sus sentimientos, nunca me fijé en que me miraba. Siempre queriendo ayudar a todo el mundo pero no me di cuenta de su dolor. No sé cómo pude estar tan ciega.

El recuerdo al que la puerta dejó paso no hacía más que remarcar mis palabras. Algo dentro de mi comenzó a doler mientras escuchaba las palabras de Tetsuya. Aparté ligeramente la vista, ocultando mi rostro tras una cortina de largos cabellos, mientras las palabras del peliblanco resonaban en mi mente.

Cuando los demás sugirieron avanzar a otra sala, los seguí sin decir una palabra con la mirada perdida en mis propios pensamientos. Justo antes de irnos, miré el nuevo acertijo. En el grupo había otra persona con la autoestima baja, Ayame. ¿Y si Tetsuya se culpaba de que ella se pudiera considerar un desperdicio? No muy segura de haber acertado, escribí Ayame Anemashi para descartar la opción.

La puerta con el acertijo no se abrió y finalmente, guiados por Ayame, el grupo marchó hacia la habitación marcada con un cuatro en el mapa.

Una vez allí el grupo se encontró en las recreativas de su ciudad. Allí estaban Saito y Tetsuya, siendo abucheados brutalmente tras perder dos contra uno en un juego de luchas. Saito sonreía sin miramientos y aunque Tetsuya también sonreía hacia su compañero, una gota de sudor recorría su frente. Sus pensamientos pronto se hicieron públicos para los que allí estaban contemplando el recuerdo.

Si hubiera jugado mejor... No tendríamos que haber pasado por esto. Kitagawa-san igualmente parece estar tomándoselo bien... Tiene una autoestima de hierro. ¿Por qué alguien tan genial como él me ha invitado aquí? No paro de demostrar que no estoy a la altura, no solo a la hora de jugar, si no también con nuestras personas, ya he caído varias veces en combate y han tenido que rematar la faena los demás... Ojalá no te hubiera arrastrado a esto, Saito-kun.

El recuerdo se desvaneció... ¡Pero esta vez del recuerdo salieron varias sombras dispuestas a luchar! 

Puesto que no había ninguna otra sala más que visitar y la única que tenía puerta eráis incapaces de descifrarla ahora mismo, avanzasteis a la sala marcada como la catorce en el mapa. Allí os encontrasteis en la trastienda del café del señor K, aunque solo unos pocos conocían este lugar. Allí estaba Tetsuya junto con Ayame, la cual parecía estar limpiándose la cara de babas. Tetsuya sonreía al ver lo que ella hacía, aunque sus ojos expresaban una gran pena. Los pensamientos de Tetsuya una vez más, retumbaron por toda la habitación.

Claro que no eres inútil, Anemashi-san, eres una persona increíble a la que tus padres querían mogollón, pero fui yo el que irrumpió en tu vida, fui yo el que te hizo tan temerosa, tan insegura. Ojalá pudiera decirtelo, Anemashi-san, pero si te lo digo puede que te sientas mucho peor... ¿O quizá mejor? No quiero arriesgarme a hacerte sufrir más, me conformaré a guardar silencio y hacerte ver lo increíble que eres, Anemashi-san, aunque tenga que quedarme sin saliva llamándote mentirosa cada vez que te infravaloras.

 Tetsuya terminó de ajustarse la pajarita y con un gesto con su mano, la invitó a salir. - Ahora vamos a darlo todo y hacer que el señor K esté orgulloso.

El recuerdo se desvaneció, sin dejar monstruos a la vista. Solo dos habitaciones había frente a los alumnos de la escuela Kinjo Gakuin, una abierta, la número siete y otra cerrada, la número once. En la once se podía leer la siguiente inscripción.

Algunos la llaman demonio, otros la pequeña bruja. Pero después de todo lo que ha pasado, no me sorprende que haya creado ese universo en el que vive como un mecanismo de defensa.

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Tras ver aquel recuerdo, Ayame bajó la mirada en gesto sombrío. -Con tu mera existencia, Ayame, le has hecho sufrir, le haces sufrir... - se decía a sí misma en silencio, en su propia mente, en sus pensamientos. -Él nunca te dijo nada porque no quería hacerte daño. Y todo el rato intentaba animarte sin cesar, y ayudarte, porque te lo debía, te lo debe, te lo deberá siempre... Y a pesar de eso, a pesar de todos sus esfuerzos, a pesar de que además hasta te rescató de Arlek, a pesar de que intenta una y otra vez redimirse jamás le perdonarás. Le odias... le odias, le odias, le odias. Eres horrible, Ayame... horrible... eres una falsa y una egoista, incapaz siquiera de perdonar a quien decías era tu amigo... -

Quizá la respuesta al siguiente enigma fuera la pequeña niña que había asustado a todas las sombras antes. Pero Ayame no conocía a Lilie aún suficiente para saberlo, más allá de que sí, a veces era una pequeña demonio. Pero aún si quizás esa era la respuesta, Ayame no fue a introducirla, ya que no tenía fuerza... estaba utilizando todas sus energías en intentar acallar su propia voz en su mente, en intentar silenciar esas verdades que a sí misma se gritaba, y que dolían, dolían, dolían...

No había tenido que hacer nada realmente desde que entramos al Subconsciente, es decir la única pregunta la respondió Ayame y el combate Lillie y Yuuta mostraron su trabajo en equipo para quitarse de un plumazo a todos los enemigos. No me iba a quejar pero realmente me resultaba difícil limitarme a seguir al grupo sin hacer nada. Quería actuar, moverme y golpear cosas, mi estilo no era en absoluto paciente, mas aún sabiendo como sufría Tetsuya.

Me había acostumbrado tanto a los recuerdos como estábamos acostumbrados que me tomo por sorpresa el ver que ahora cada sala giraba en torno a alguien del grupo. Entonces las respuestas a todas las puertas debíamos ser uno de nosotros y podríamos ver la opinión que tenía el peliblanco sobre cada uno. Cuando llegamos a mi sala, me limite a apartar la mirada hacia otro lado mientras sonreía levemente sin decir ni una palabra.

Después tocaba un recuerdo sobre Ayame, cuanto mas veía sus pensamientos mas pensaba en que debíamos tener una muy larga charla en cuanto despertara. Me acerque a la puerta donde rezaba el siguiente acertijo y en cuanto leí la palabra pequeña empecé a escribir la respuesta.

- Lillie Blute... Blut... Bult... ¿como se supone que se escribe tu apellido, Lillie? -desde luego por mucho tiempo que hiciera desde que nos conocíamos aún no estaba ni remotamente cerca de saberme su apellido

Al escribir Lilie, la puerta se abrió. Por lo visto Tetsuya tampoco tenía muy claro como se escribía el apellido de esta, por lo que solo tenía en su mente el nombre. Tras abrir y atravesar la puerta, entraron en el castillo del noble, concretamente a la habitación de este, donde se podían ver a todos contemplando el cuadro en el que salía Lilie. Tetsuya no pudo evitar quedarse mirándolo con gran pena.

Pobre diablillo. Si no la hubiera arrastrado a esto con mi estúpida suerte, ahora no tendría que enfrentarse a su malvado... ¿Tío? No sé que será respecto a la pequeña, pero lo que es, es un cabrón. Ahora encima le he traído a la pequeñaja a su propia casa, para que remate la faena y acabe con ella... Si es que, peor no podría ser.

Siento que no voy a poder ayudarla con esto, que si me toca enfrentarme contra Eldwin, vamos a morir todos... Lo siento Lilie, por traerte a la guarida del lobo.

Y con un "Hee-hee, haa-haa" el recuerdo se desvaneció. Pero los candelabros que habían en aquél castillo... ¡Se transformaron en enemigos! 

El combate terminó y el grupo se vio encerrado si quería avanzar a la habitación número dos. Allí la puerta ponía lo siguiente:

Me ofreció un alivio para el dolor, un alivio para mi existencia, un alivio para mis amigos

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¡Caramba, qué buen trabajo había hecho Akemi-senpai! En un segundo los había derribado a todos... Ojalá ser tan fuerte como ella. Tendría que entrenar mucho...

¿Y qué había sobre la pantalla a escribir?

"Uhm... quizás sea..." Ayame se acercó y escribió algo en la pizarra.

Amo Arlek

Y la puerta se abrió, mostrando en su interior a un Tetsuya desnudo, en mitad del lago mirando a lo alto de la cascada, allí un joven pequeño, conocidos para algunos como Arlek, empezó a hablar con Tetsuya. - Yo te puedo ayudar, Tetsuya-kun. Puedo ver por todo lo que estás pasando por dentro... Por todo lo que has pasado... Lo mal que te sientes. ¿Qué me dices?

Tetsuya no tardó en responder. - Yo... No, no creo que deba aceptar tu oferta. Después de todo, trabajabas con Eldwin ¿no? Eres de los malos...

Arlek sonrió. - Eldwin era un loco y tú, una vergüenza para tus amigos ¡y para tu Persona, Sigmar! Si dejas que trabaje contigo, no podré tocar a tus amigos y no solo eso... No tendrás que sentir más dolor, se acabará todo esos sentimientos encontrados que tienes. - pero de pronto se oyó algo de barullo a través de los setos. - Parece que se acerca alguien. No hace falta que contestes... Nos veremos pronto.

Tetsuya se quedó mirando hacia allí arriba, entonces llegó Ayame para soltarle un tortazo descomunal... Y el recuerdo se desvaneció.

Esta vez no apareció ningún monstruo, pero si alguien que seguramente el grupo no recordaría con mucho cariño.

Hee hee

Haa haa

¿Me echabais de menos?

¿O preferís enemigos?

Tres ofertas traigo para vosotros

pistas para vencer, traigo dos

y una llave para un tesoro,

sin embargo os digo con decoro,

que solo un acertijo tengo para ofrecer

pues vuestras vitalidad deseo obtener...

Ah... recordaba la otra vez en la mansión del Conde que había aparecido aquella misteriosa sombra. La otra vez había dejado a Ayame apenas sin vida por equivocarse, fue una experiencia muy desagradable y dolorosa. Ayame no quería que ninguno de sus compañeros la sufriera, así que habló ella primero. "No nos vamos a jugar la vida de Testuya a un tesoro..." protestó Ayame. "¡Así que lo que queremos es una pista de cómo derrotar al Am-... a Arlek!"

Hee hee

Haa haa

La pista te va a costar

porque el acertijo es difícil de acertar.

Una mujer es escoltada a una rueda de reconocimiento,

rauda acude a aportar su conocimiento,

tras ver a cinco hombres tras el cristal

ninguno pudo reconocer por lo facial,

sin embargo sale del lugar asustada

con la cara completamente pálida.

¡Lo reconoció por la voz!

Esa fue la respuesta de Lilie, que, por algún extraño motivo se estaba imaginando una escena en donde la única forma de reconocer al culpable era por la voz, en concreto, una canción, y la policía obligó a todos los sospechosos a cantar hasta ver quien era el asesino del hermano de la mujer que iba a reconocer al culpable... y evidentemente, era el número 5... y el policía se olvidó de esa "parte de asesinar a su hermano" antes de cantar todos a coro.