Partida Rol por web

¡Ajajá! ¡Sumizome había salvado el día! Ayame agradeció en sus pensamientos a su Persona el haber podido sanar a los compis. ¡Ahora todo estaba más animado! ¡Incluso Yamada-kun había hablado por fin! Él había sido de los más afables, pero últimamente se le notaba decaído. Ayame le dio dos palmaditas en el brazo y le agradeció en tono suave el que hubiera vuelto a hablar e intentar integrarse. "Edd-kun. Muchas gracias por venir con nosotros al picnic. Estos días parecías no sé, estresado o preocupado..." le sonrió con calidez, en actitud reconfortante y amistosa. "Si necesitas hablar o cualquier cosa, cuenta conmigo ¿vale?" 

Anemashi sonrió muy feliz cuando empezaron a agradecerle el conjuro sanador que había hecho con Sumizome. "¡Jejeje! ¡De nada!" contestó a Saito, y luego también a Tetsuya. "¡Nada nada, no le des importancia Arashi-kun!" También contestó a Hayashi-kun, quién decía que esta era la primera vez en un picnic. "¡Oh no te preocupes, Ryo-kun! También es mi primera vez en uno, ¡ja ja ja!" 

¿Quizás estaba hablando mucho? Se esforzaba por mostrarse tranquila, alegre y afable, para pasarlo bien y que los demás también lo pasaran bien, pero lo cierto es que estaba bastante cortada, amedrentada por participar en una reunión tan grande de amigos y de formar parte de ello. Más asustada se quedó cuando Tetsuya sugirió aquel juego, 'El Rey', que consistía en dar órdenes incuestionables. Espera espera espera. ¿Incuestionables? ¡Pero eso...! ¡Ella no quería jugar a eso! ¿Y-y cómo podían encontrar eso divertido? ¿¡Y qué pasaría si le proponían cosas raras!? ¡Con lo que le había sugerido Oniwa-kun el día anterior ya tenía susto para rato! Sin embargo, Hotaru Matsumura, que era igual de tímida que ella o incluso más, parecía ilusionada con la idea, ¡hasta se había traido palitos para eso y todo! Si Matsumura-chan, ni Hiraki-chan ni Ryuzaki-chan protestaron, sería que quizás aquel juego era común y normal entre estudiantes ¿no? Que habría unas normas de etiqueta implícitas o algo así que ella desconocía... ¡S-sí! ¡Debía ser eso!

Lillie parecía especialmente entusiasmada por jugar. Tanto que lo estaba, que fingió sacar un palito y trató de darle el cambiazo con una rama. Aquello le resultó muy gracioso y tierno a Anemashi. De lo poco que había interactuado y visto interactuar de Lillie, era que era parecida a Oniwa-kun, salvando por supuesto las diferencias de edad y todo lo que ello conllevaba. Lillie parecia tan entusiasmada con el juego que hizo a Ayame temer por lo que fuera que quisiera pedirle al número que decidiese la niña. Pero a su vez, esta especie de temor era... era como... ¡Divertido! ¡Divertido en sí mismo! Era como... como... ¡como leer una novela de miedo!

"Hum.... HUMMMM..." Ayame se acercó a Lillie con la mano en la barbilla, como si fuera el detective de pipa y gorra famoso de aquella saga de libros. "Qué extraño... Sí que es largo el palito... Juraría que..." miró a Matsumura-chan, y le guiñó el ojo. "¿Tú qué dices, Hotaru? ¿Es uno de esos palitos raros modernos que se vuelven más largos de repente? ¡Creía que estaban descatalogados ya! Hummm..." giró la cabeza para mirar a Lillie de manera inquisitiva y luego a los segundos se encogió de hombros. "¡Qué guay! ¡Pues ya no hace falta seguir sacando palitos! Creo que ya tenemos ganadora para esta ronda, ¿verdad chicos?" les preguntó con una sonrisa animada. Si Lillie se había animado tanto y quería ir primera, ¿por qué no?

Si, lo siento. He estado un poco distraido. Siento no haber participado y haberos ignorado si lo he hecho, esta situación me sobrepasó un poco pero ya me siento mejor es casi como si fuera una persona nueva.

Miro a la niña siniestra, mientras noto como resbala una gota de sudor

Esto... No me hagas mucho caso porque no quiero cortarte las ilusiones,pero... Creo que ese palo no vale para el juego.

Lilie observó con cierto -falso- desconcierto acerca de lo que Edward Yamada estaba tratando de insinuar, como si en verdad creyera que lo que decía el rubio no era más que una sarta de tonterías y locuras, o mejor dicho, sandeces. Sea como sea, Lilie seguía manteniendo el palo en su mano, proclamándose como la ganadora que Ayame había dicho que era.

Mientras me comía una galleta me recosté en el césped, antes iba a coger uno de esos palos pero al ver las ganas que tenía Lillie de ganar ni me moleste ya que opinaba igual que Anemashi.

- Por mi que empiece ella, total tarde o temprano nos tocará a todos ¿no? En realidad el tema de los palos es simplemente una forma de decidir quien es el Rey si tantas ganas tiene de serlo la primera pues adelante -hablaba con la galleta en la boca por lo que todo lo que decía se escuchaba regular, al menos era entendible

Tetsuya se había dado cuenta de la treta de la niña, pero aun así no podía negarle nada a esa niñita que tenía unos ojazos del mismo color que el alma del peliblanco. - Venga, venga, pues que empiece Blutsauger-san, después ya usaremos los palitos oficiales que trajo Matsumura-san. - dijo esto último mirando curioso la mochila que tenía Hotaru ¿qué más juegos tendría allí?

Mientras jugábamos haciendo cosquillas a Horaru, llegó Kuro, y poco después, el resto de nuestros compañeros.  Llegaron heridos y cansados, pero enteros. Suspiré aliviada y me acerqué corriendo.

- ¿Qué ha...?

Al escuchar lo que hablaban Saito y Tetsuya cerré los ojos y dejé salir un suspiro. No sabía muy bien qué pensar, pero algo me decía que Tetsuya había vuelto a anteponer a los demás y a menospreciarse a sí mismo. Me estaba preocupando cada vez más, algún día conseguiría que lo mataran y no estaba dispuesta a permitirlo. Sin embargo, ya habría tiempo para hablar sobre eso, ahora estábamos en un picnic. Pero no iba a olvidarme, tenía que hablar seriamente con él.

- Bueno lo importante es que habéis vuelto sanos y salvos - dije casi en un susurro - ahora disfrutemos del picnic. Es momento para divertirnos.

Tetsuya se acercó a mi y me dio un pastelito. Lo miré emocionada y le dediqué una dulce sonrisa.

- Muchas gracias, no hacía falta, eres alguien importante, igual que todos nuestros compañeros - tomé el pastelito con las dos manos y lo miré con atención. Tenía una forma muy bonita. 

Guardé el pastelito en la bolsa con cuidado y observé a Ayame mientras los curaba. Era una suerte que tuviera aquella habilidad, porque desgraciadamente, mis poderes de curación no servían en estas situaciones. 

- Excelente trabajo, Ayame - sonreí a la chica agradecida, mientras palmeaba su hombro.

Fue entonces cuando Ryo se me acercó para hablar con la consiguiente interrupción de Tetsuya. 

- Tetsuya tiene razón, divirtámonos primero. Un poco más tarde, cuando nos hayamos divertido y comido, hablaremos tranquilamente, Hayashi-san - le guiñé un ojo amablemente.

- Entonces, juguemos a El Rey Dice - dije animadamente sentándome en la manta.

Lillie demostró una vez más que era adorable. Me lancé sobre ella y le di un fuerte abrazo, frotando mi mejilla con la suya.

- ¡Pero qué mona eres, Lillie-chan! ¡Kawaii! 

Todos habían encontrado muy mono lo que había hecho la chica, pero para Hotaru había sido extraño y poco cordial, la verdad es que esa chica le producía algo de miedo así que prefirió quedarse callada, además, todos estaban accediendo que ganara con la rama que había encontrado, Hotaru suspiró y dejó a un lado los palitos, tomando uno de los vasos con refresco que había servido y bebiendo un pequeño sorbo, esperando que Lilie empezara a dar las órdenes como Reina. 

¡Pues la reina va a hablar! Y mi orden es... ¡Que el número siete se puede ir de este juego! - se quedó callada un segundo. - Anda que casualidad, soy yo. Nos vemos pringaos. - con eso dicho se fue detrás de un árbol con el palo que había robado para dibujar pentagramas.

Me quedé estupefacta ante lo que hizo Lillie. Con cara de "¿qué ha pasado aquí?", extendí una mano para poder coger un palito de los que tenía Hotaru.

Parece que al final vamos a tener que usar los palitos.

Estooooo... Vaaaale. Sino querías jugar podías haberlo dicho directamente. La verdad igual mejor, la niña siniestra me da bastante mal rollo. Avanzo a coger un palito de los que tenía Hotaru.

A ver qué pasa

Venga, venga, Yamada-san, recuerda que es una niña.

Además bastante... única. - intentó calmar la situación. Luego se fijó en que Momoka ya había sacado el palito. 

¡Que suerte! ¡Dios salve a la Reina Momoka-chan!

Casi me atraganto de la risa con la orden de Lillie, desde luego era lo último que me esperaba.

- Me muero... -fue lo primero que dije cuando recuperé el aliento- Ay, que bueno... Ha merecido la pena totalmente. Bueno ahora a sacar palos nosotros -me incline un poco pero antes de sacar uno mire el de Hiraki, luego el de Yamada, otra vez el de Hiraki- Ehhhhhh, Arashi tiene razón ese es mas largo. Has sacado el mas largo a la primera, que suerte entonces te toca a ti. ¿Cuales son sus órdenes, mylady?

"¡Ostras! ¡Debería habérseme ocurrido a mí también!" exclamó Ayame en un primer momento, sorprendida y también divertida por la ocurrencia de Lillie. Sin embargo al ver las reacciones de desagrado de Edd, Hotaru y Momoka acabó entendiendo el motivo del desagrado de ambos. ¡Era verdad! Si no quería jugar, bastaba con decírselo a los demás... Ello llevó a  Anemashi a cuestionarse a sí misma entonces: ¿quería jugar? Temía que fueran a pedirle algo vergonzoso y terrible... ¡algo de lo que tuviera que negarse! Pero las reglas del juego decían que no se podía uno negar...

Después de darle varias vueltas, decidió que sí que iba a hacerlo, que tenía que hacerlo bien. Era una gran oportunidad de que lo pasaran bien y se rieran juntos. Además, si quería hacerse amigo de ellos... ¡tenía que aprender a confiar! A-Aunque tenía mucho miedo de lo que pudiera pedir Oniwa-san especialmente...¡Pero por suerte le tocó a Hiraki-chan! Hiraki no pediría nada embarazoso... ...¿v-verdad?

Lilie consiguió dibujar un pentagrama lo suficientemente grande como para estar satisfecha usando ese mismo palo que, magicamente, había sacado de la rifa de palitos. Sin lugar a dudas, era una chica afortunada como para poder sacar semejante palo que además de hacerle ganar, era multi-usos.

-¡Ahora sacrificios! -Exclamó mientras corría por el parque en busca de algún bicho o animal pequeño al que golpear con el palo.

- Bien, soy la reina - levanté los brazos alegre y me puse a pensar qué podía mandar.

- Bien, hagamos algo divertido - saqué un palito de chocolate y sonreí traviesa. Era una prueba muy típica de este juego y siempre había querido ordenarlo - que el número tres y el número ocho coman cada uno por un extremo del palito. El primero en retirarse pierde.

"¡Oh no!" Ayame se llevó las manos a la cabeza. ¿¡Que Hiraki no iba a pedir nada embarazoso!? ¡Más quisiera Ayame que así fuera! "¡E-el tres soy yo!" miró a todos los compañeros, hecha un manojo de nervios, ligeramente ruborizada y todo. "¿Q-q-q-quién es el ocho?" ¡Oh diantres! ¿Cuándo una inocente y probablemente inepta social como ella accedió a participar en un juego así? ¡P-pero no pasaba nada! ¡Solo era un palito, y después, a mitad o así, quizás un poco más, rendirse y ya está! ¡Ánimo Ayam-! "¡Hmffh! ¡Pienso apurar hasta el final!" exclamó Anemashi cerrando el puño con determinación y brillo en sus ojos, completamente motivada a dar lo mejor de sí en el juego. Espera. ¿¡CÓMOOOO!? ¡No, Ayame! ¡No lo hagas! ¡Luego te arrepentirás durante todo un año o algo! ¡Seguro!

"¿Quién es el ocho?" repitió la pregunta, mucho más decidida, cogiendo el palito de chocolate. Ay, ay...

Ay, no. Porque tenia que salir primero. Miro un poco rojo a Ayame. Esto da bastante vergüenza.

Esto...Soy yo. repito hondo antes de hacer lo que el rey nos pide. Cojo un par de pañuelos que tenía por ahí y le tiendo uno.

Oye me da bastante vergüenza, te parece que nos vendemos los ojos. Así igual es menos embarazoso.

¡Kyaaah! ¡Qué vergüenzaaa! Inesperadamente para ella Ayame se ruborizó también mucho. ¡E-el número ocho e-e-e-era E-E-E-Edd! ¡Ay, qué vergüenza! Pronto toda la seguridad en si misma autoimpuesta se derrumbó como... como... ¡como cuando abres la ventana, sopla el viento y salen volando todos los papeles! O como cuando abres la ventana,  sopla el viento y pasa las páginas del libro que estabas leyendo... ¡y no recuerdas por donde ibas! ¡O-o algo así! ¡No se le ocurrían mejores ejemplos para definir esa... esa sensación mezcla de nervios, vergüenza y acaloramiento repentino!

Notó cómo su rostro se enrojecía. ¡Pero no quedaba otra! ¡Ya era demasiado tarde como para echarse atrás! ¿Pero en qué estaba pensando al aceptar el juego? ¡¿Y cómo se lo ocurrió decidirse por ir hasta el final?! Po-porque iba a ir hasta el final. A Ayame no le gustaba echarse atrás cuando se decidía finalmente por algo de verdad. ¡P-p-p-p-pero...!

El chico también estaba rojo y nervioso. Para de alguna manera intentar solucionar esto, propuso que se vendaran los ojos el uno y el otro. "V-vale... buena idea, E-Edd-kun..." También nerviosa, Anemashi se pasó el pelo por detrás de la oreja y asintió.