Stephen Bartok, Violet Morrigan y Robert Calvincott van al baño, y después a la cocina.
Del grupo de siete personas que aún permanecían en la casa, tres de ellas permanecen en el piso inferior. Unos segundos de demora os permiten ver a los otros cuatro -Myst, Marsh, Collins y Hawthorne- ascender las escaleras que conducen a la planta superior, en donde se encuentran los dormitorios y la sala de estar en la que habéis convenido como lugar de reunión para dentro de un cuarto de hora.
Tras ver como las cuatro figuras ascienden por las escaleras, los tres os dirigís al cuarto de baño. Uno por uno aprovecháis para hacer vuestro paso por esta estancia, ya que bien cierto era que salvo un par de los invitados, ninguno se había pasado por un servicio desde hacía un montón de horas.
¿Qué hora era? El tiempo parecía pasar a la velocidad de la luz, pues no quedaba mucho para las 6 de la tarde. ¿A qué hora se cenaría ese día? ¿Querría la gente probar bocado tras lo sucedido con Fox y con Walker?
Ya por fin, tras haber pasado por el cuarto de baño, los tres entrasteis en la cocina.
04 - Cocina
By camember at 2010-12-17
La estancia no podría haber sido más rústica y funcional. Se notaba a kilómetros que era una sala incialmente concebida con la única intención de ser utilizada por los criados, sin albergar la idea de que pudiera ser visitada por los posibles huéspedes o por las visitas. Pese a su aparente simplicidad, no podía dejar de percibirse como una sala enormemente funcional, totalmente preparada para preparar grandiosas comidas para un buen número de invitados.
Cabe destacar que los adornos brillan por su ausencia. Hay cientos de cachivaches, entre utensilios de cocina, vajilla y cristalería.
Tras un primer vistazo, os percatáis de que es bastante factible que el bote de las tisanas no se encuentre allí. Tras un breve vistazo de los tres, no encontráis dicho bote. Como casi toda la comida, salvo algunos pocos botes recientemente utilizados, algunas especias y poco más, se encontrará en la despensa de la casa, situada en el pasillo del piso inferior. Es la última puerta de la casa, al final del corredor. En ella se encuentran a su vez las escaleras que conducen al sótano de la casa, en donde se encuentran trastos viejos y la caldera.
Voy a ponerme a hervir agua caballeros.
Me tiembla el pulso mogollon. Estoy bastante alterada. Mucho mas de lo que crei que estaria.
¿Alguno se atreve a ir a la despensa a buscar las infusiones? O vayan los dos a mi me da igual. No creo que el asesino se atreva a venir a por ninguno de los tres estando a tan solo una sala de distancia. Con las puertas abiertas hasta podemos hablarnos a voces para asegurarnos de que no se atreva.
No se si les habra sonado asurdo pero cualquier cosa es util si nos va a servir para no acabar cadaver.
-Me parece una buena opción, el hablarnos constantemente.. Así yo mismo iría a por las infusiones.
No me apetecía quedarme solo, pero alguien tiene que hacerlo..
Violet tomó una cacerola y comenzó a llenarla de agua para hacer las infusiones. Robert estaba junto a la puerta, presto y dispuesto a salir hacia la despensa, ambos con el plan de Morrigan en mente: hablar bien alto, manteniendo una conversación, para evitar que los ataquen. Bien cierto era que ambas salas estaban muy, muy próximas, con lo que de atacar el asesino, se quedaría completamente al descubierto.
Ambos se detuvieron unos instantes, aguardando por Bartok. ¿Se quedaría en la cocina con Violet o saldría un minuto hasta la despensa con Robert?
Yo me quedaré en el pasillo, entre ambos, como comunicación desde la despensa y la cocina. Además, así estoy a la vista de los dos, y los dos a vista mía.
Así pues, los tres integrantes del grupo se separan, formando una especie de cadena. Calvincott va hacia la despensa a buscar infusiones y pastas. Bartok se queda en el pasillo, a la vista de uno y otro (y los dos a vista suya), y Violet aguarda en la cocina alimentando el fogón y controlando el agua.
Un auténtico trabajo en equipo.
Al cabo de un rato, los tres estábais listos para subir. Calvincott llevaba una bandeja de pastas, Morrigan una con tazas y una tetera humeante, y Bartok los auxiliaba portando unas cuantas servilletas de tela delicada.
Salvo que me digáis lo contrario, os subo a la salita del piso superior, donde aguarda Marsh.
Calvincott, Morrigan:
Escucháis el ruido de una puerta abrirse y cerrarse en el piso superior. Acto seguido, sentís otra puerta que se abre y se cierra. Parece que han tratado de hacer el menor ruido posible.
-¿Has oído eso? -le susurro a Violet-. Ha sido una puerta cerrándose..Apostaría mi vida. Esto cada vez me da más mala espina.. Subamos rápidamente a ver cómo están los demás.
Cada vez me cuesta más llevar la bandeja sin temblar..
por mí, podemos subir.
-¡Yo también lo he oido!
Le digo, y casi se me cae la bandeja al enfocar la mirada hacia la escalera y desentenderme por un momento de ella.
Vamos arriba. A lo mejor es alguno de los que ha ido a cambiarse.
Por mí vale también.