Violet Morrigan emprende un viaje de trabajo a la Isla del Negro...
Carta recibida el 24 de Abril de 1920:
He recibido excelentes referencias de usted como doncella. Me la han descrito como un ángel virtuoso de la mayor esquisitez. Es precisamente lo que estaba buscando. Le ruego encarecidamente que acepte la oferta de trabajo que le propongo a continuación. Acabo de adquirir una imponente mansión sita en la Isla del Negro. El primer fin de semana de Mayo inauguro la casa, dando por ese motivo una fiesta que durará todo el fin de semana. Me gustaría que aceptase servir durante ese fin de semana, a modo de prueba, para ver si tanto usted como yo quedamos satisfechos mutuamente, yo con su servicio, y usted con la generosa paga que pienso ofrecerle.
Si pasado ese fin de semana de prueba, un fin de semana que admito será intenso y duro, pues ejercer de doncella en un festejo de dos días puede ser extenuante para cualquiera, pero también una magnífica prueba para estar seguros de su valía, y de la remuneración que estoy dispuesto a ofrecerle, si pasado ese fin de semana de prueba accede a quedarse, hablaremos de sus honorarios y de las condiciones laborales que, estoy seguro, serán de su agrado.
Sé por experiencia con anteriores doncellas que el sueldo suele ser escaso, rondando los 500 dólares anuales. Bien, yo por un solo fin de semana estoy dispuesto a darle 100 dólares, lo cual me parece una generosísima oferta de cara a convencerle de que acceda a prestarme sus servicios.
No estará sola en la empresa, pues ayer mismo contraté los servicios de un mayordomo, Mr Calvincott, que se incorporará a la par que usted, percibiendo los mismos honorarios. Han de presentarse en mi mansión el Viernes por la noche, pues los primeros invitados lo harán a su vez el sábado por la mañana.
Una vez en la casa, ya les daré a ambos las intrucciones pertinentes. Comprobará, una vez en la Isla del Negro, que soy un cliente harto exigente, pero justo y generoso. Exijo un buen trabajo, pero también pago bien, y concedo más descansos que otros muchos amos, ya que considero que para que el servicio trabaje bien ha de estar suficientemente descansado y poder disfrutar de una parcela de vida ajena al día a día laboral.
Ojalá haya conseguido con esta misiva convencerle para que acceda a trabajar conmigo. Le ruego acepte al menos ese fin de semana de prueba. No se arrepentirá.
Atentamente
U.N. Owen
Vas a emprender el viaje a la Isla del Negro. Puedes narrarme lo que quieras, pero te pido 2 cosas:
1) dime qué medio de locomoción vas a utilizar para llegar hasta la costa.
2) dime qué metes en la maleta que vas a preparar para llevar.
Puedes narrar todo lo que quieras, tus impresiones sobre la carta, lo que piensas de quien te la ha enviado, lo que haces hasta que llegue el día de partir de viaje...
Es un mero post introductorio.
-¡Qué genial y fantástico! ¡Unos ricachones me quieren trabajando en su casa!
Daba yo saltitos por casa, como una colegiala enamorada. Y es que estaba enamorada, de mi nuevo trabajo, de las perspectivas de cobrar una fortuna por hacer el mismo trabajo por el que habitualmente me pagaban una miseria...
-¡Chupi, chupi, chupi!
Corrí a mi escritorio, y redacté la carta lo mejor que pude.
Carta de Violet a Mr y Mrs Owen:
Atentamente
Miss Violet Morrigan
Corrí a mi cuarto y preparé todas mis cosas. ¡Tenía mucho que preparar para irme a la Isla del Negro!
Maleta
Voy en tren, en segunda clase, por supuesto.