Tras ver toda la casa, Stephen Bartok se prepara para bajar a almorzar.
Tras el periplo por toda la casa, un periplo bastante agradable, a fin de cuentas, porque la mansión es francamente bella, por fin te dejaron unos minutos a solas en tu cuarto. En quince minutos todos estarían a la mesa del salón-comedor, preparados para darle al buen yantar.
By camember at 2010-12-17
Todas las habitaciones de invitados eran idénticas, como os habían indicado los criados. A cada uno os habían enseñado la propia, al señalaros cuál de todas las del piso era aquella en la que debíais pernoctar.
Al entrar, una cama bastante cómoda bajo la ventana. Frente a ésta, un armario de pared a pared. Junto a la cama había una mesilla de noche bastante elaborada.
Cabía decir que el revestimiento de las paredes y el suelo habían sido escogidos en un tono de madera oscura que le daba un cierto tono tétrico a la estancia. Quizás habían sido así decoradas para dotar a los cuartos de invitados de un aire de modernidad, pero casi daba más sensación de desasosiego que de modernidad.
En la pared restante sólo había una cosa, un pequeño cuadro con el siguiente texto:
Cita:
Uno se ahogó y quedaron:
Nueve.
Nueve Negritos trasnocharon mucho.
Uno no se despertó y quedaron:
Ocho.
Ocho negritos viajaron por Devon.
Uno se escapó y quedaron:
Siete.
Siete Negritos cortaron leña con un hacha.
Uno se cortó en dos y quedaron:
Seis.
Seis negritos jugaron con una colmena.
A uno de ellos lo picó una abeja y quedaron:
Cinco.
Cinco Negritos estudiaron derecho.
Uno de ellos se doctoró y quedaron:
Cuatro.
Cuatro Negritos se hicieron a la mar.
Un arenque rojo se tragó a uno y quedaron:
Tres.
Tres Negritos se pasearon por el Zoo.
Un oso los atacó y quedaron:
Dos.
Dos Negritos estaban sentados en el sol.
Uno de ellos se quemó y quedó:
Uno.
Un Negrito se encontraba solo.
Y se ahorcó, y no quedó
¡ninguno!
Curiosa la tonada, desde luego. Recordabas haberla canturreado en alguna ocasión durante la infancia.
Tras darle un repaso rápido a los armarios de la habitación, te percataste de que en el de la derecha había varias toallas, así como un pequeño botiquín con gasas, vendas, alcohol, catidades ingentes de somníferos (ni que fueras a pasarte toda la vida con insomnio)...
A simple vista no había nada más relevante en la estancia.
Escena similar a la 1. Tienes unos minutos para deshacer el equipaje, revisar el cuarto, colocarlo como quieras todo, cambiarte de ropa...
En breves instantes vais a ir todos a almorzar, así que dime qué haces mientras esperas a que transcurra el cuarto de hora.
Perezosamente dejó caer sobre la cama su maleta, el cuarto no estaba mal pero era muy lóbrego, la madera oscura de la pared absorbía casi toda la luz dando una sensación aprensiva, en general toda la casa parecía sacada de algún relato victoriano de terror, le provocaba cierta inquietud calmada que podía evolucionar a un miedo irracional, pues solo era una casa.... pero aquel poema.... trato de hacer cuentas sobre el nº de invitados, pero no se había fijado demasiado en ello.
Sin duda una broma de mal gusto. -se tranquilizó a si mismo echando a sus demonios fuera de su cabeza con una sacudida de la misma.
Abrió la maleta desechando esas sensaciones de profunda intranquilidad que le provocaba el entorno y empezó a estirar en el armario sus pertrechos de viaje, se metió una de las barajas en el bolsillo interior de la chaqueta, aún estaba precintada, y se miró unos instantes en la ventana, sobre la creciente oscuridad de afuera la luz del cuarto convertía a el cristal de la ventana en un espejo, así que ensalló en su sombrío reflejo su mejor sonrisa y se coloco el traje. Quizá pudiera conseguir compañía para esta noche y ayudarle a sobreponerse al desasosiego que le producía aquella habitación.
En el exterior se sienten pasos apresurados. Como tu dormitorio se encuentra al final de pasillo, ninguna persona ha de pasar por delante de tu puerta, salvo miss Sommers, que descansa en el cuarto frente al tuyo. No obstante, y pese a la lejanía con las escaleras, jurarías que ya has oído al menos tres o cuatro puertas abrirse y cerrarse, y al menos has escuchado en dos ocasiones pasos por el pasillo, alejándose en dirección a las escaleras. Parece que los invitados están poco a poco descendiendo rumbo al comedor, pese a que aún quedan, por lo menos, cinco minutos con respecto a la hora señalada por los criados para que comience el almuerzo.
Los pasos fuera de su habitación hicieron que dejará su "ensallo" y abriera la puerta curioso, miró a lo largo del pasillo a ver donde estaba quien fuera que tuviera tanta prisa.
Ves al hombre de aspecto mojigato caminar hasta aproximarse a las escaleras, para después descender con presteza. Ya no se escucharon más pasos. Debían de estar abajo ya todos, ya que no se sentía ningún ruido en el piso superior, mientras que del inferior se percibía el murmullo de conversaciones, más que posiblemente procedentes de la sala de estar-comedor.
El murmullo en el piso inferior ha aumentado considerablemente. Se escucha el ruido de sillas al correrse. Te ha parecido escuchar la voz de miss Sommers hablando alto y claro. También has escuchado algunos estornudos. El policía fijo que se encontraba ya abajo.
Alguien llamó a tu puerta. Parecía la voz de la criada, que había subido a ver si te encontrabas bien. No trató siquiera de girar el pomo, aguardando afuera a ver si obtenía respuesta.
Ya va, ya va... dijo de la que cogía sus cosas y abría la puerta El viaje ha resultado ser mas agotador de lo que parecía en un principio confesó el actor encogiendose de hombros ¿ Soy el último? pregunto mientras cerraba la puerta tras de si al salir al pasillo.
Ante la afirmativa respuesta de la doncella sobre si el invitado es el último o no, los dos ponen rumbo al comedor para reunirse con los demás y disfrutar de un estupendo almuerzo.
Fin de escena :)