Partida Rol por web

Y no quedó ninguno: Diez Negritos

8B. Ocho negritos viajaron por Devon...

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19/05/2011, 00:28
Director

Tras el grito desgarrador de Miss Sommers...

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19/05/2011, 00:52
Director

Myst y Bartok salen corriendo como alma que lleva el diablo, dejando atrás el cobertizo que habían encontrado. Atraviesan la espesa arboleda, olvidando la lluvia y el barro, sólo deseosos de saber qué demonios era lo que había sucedido.

Al llegar al otro lado de la densa arboleda ven un montón de huellas de barro que terminan justo en el borde del precipicio que marca el final de la isla del Negro. Al acercarse al borde, con curiosidad y no exentos de cierta perplejidad, veis que agarrado a la pared escarpada del final de la isleta, como a cosa de dos metros más abajo, se encuentra ascendiendo el señor Hawthorne. Parece estar subiendo tras haber explorado una especie de cueva cuya entrada se ve desde la superficie. Sube visiblemente alterado, y parece mostrar alguna mancha de sangre en las manos y la ropa, así que es factible que esté herido.

Antes de proceder a ayudarlo echáis un vistazo abajo, a la zona donde las rocas del final del islote se sumergen poco a poco bajo las aguas del mar. Allí, destrozado, os parece ver un cuerpo caído, el cuerpo de una mujer vestida de rojo brillante...

Sí, estrellado contra las rocas del fondo del precipicio yace el amasijo de carne y huesos fragmentados que otrora fue miss Scarlett Sommers.

El cura, trastornado y asustado, mira arriba inicialmente con miedo de que lo que ha visto vuelva a suceder...

Y allí os encontráis, Hawthorne escalando no sin muchísima dificultad, y Myst y Bartok echando un vistazo, horrorizados, desde la superficie.

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19/05/2011, 01:05
Director

Charles:

Cada vez que pestañeas, sientes el rostro de Miss Sommers fundiéndose con el de aquella criaturita inocente a la que tuviste que matar...

Sí, la expresión de sus ojos era idéntica. Dos almas suplicantes, dos pares de ojos suplicándote vivir...

Tu cabeza daba vueltas, y distabas de encontrarte bien. En estos momentos sientes ganas de vomitar y ligeros mareos que dificultan aún más tu ascenso.

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19/05/2011, 01:16
Director

Stephen:

¡Un cadáver destrozado!

Vale, eres un hombre con temple y nervios de acero... Hasta cierto punto. Pero ver el cuerpo destrozado de Miss Sommers te ha trastornado más de lo que suponías que podría hacerlo.

Por lo pronto, tus manos delatan que el otrora firme pulso ya no lo es tanto, y tu garganta te pide un trago a gritos para olvidar lo que acabas de ver.

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19/05/2011, 22:22
Stephen Bartok

 Bartok intercambio una breve mirada de confusión con su compañera.

Busquemos algo con que ayudarle, luego contestará algunas preguntas

 

Notas de juego

 ¿ hay alguna forma de ayudarle?

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20/05/2011, 23:17
Myst

Si la escena del comedor había sido desconcertante, la que tenía ahora delante le daba mil vueltas. Las preguntas sobre lo que había podido suceder me inundaban por completo ¿acaso ambos se han tropezado y han caído siendo la señorita Sommers la que ha salido peor parad? ¿O acaso el señor Hawthorne la había empujado y esta le había arrastrado con él? ¿O habrá sido ella la que ha intentado acabar con la vida de él? ¿O habrá sido nuestro anfitrión, o quien quiera que asesinase al señor Fox?¿O habrá sido…

Las palabras del señor Bartok me sacan de mi ensimismamiento y me devuelven a la realidad. Haya pasado lo que haya pasado debíamos de ayudar al señor Hawthorne. Ya habría tiempo para las preguntas luego. Tal vez en la caballeriza encontremos algo. Usted espere aquí mientras voy a buscar algo. Y dicho esto y sin esperar respuesta parto corriendo en dirección a la caseta que habíamos encontrado recientemente.

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24/05/2011, 15:22
Charles Hawthorne

Ascendía muy lentamente, con mucha dificultad. Estaba agotado y asustado, pero lo que más difícil hacía mi ascenso era que no podía apartar de mi mente la expresión de la señorita Sommers al caer. Cada vez que pestañeaba veía aquellos ojos con expresión incrédula y suplicante mirándome fijamente antes de precipitarse al vacío. Y me veía a mí mismo lleno de impotencia y de miedo al no poder hacer nada. Pero más que sentirlo por ella, sentía lástima por mísmo. ¿Qué sería de mí? ¿Qué pensarían los demás que había pasado? ¿Y si me culpaban de lo ocurrido? ¿Y si creían que yo era el asesino? No, imposible. ¿Cómo podrían dudar de mí? ¡Soy un sacerdote! Soy un siervo de Dios que dedica su vida a los demás. Nadie pensaría jamás que alguien com yo pueda hacer daño a un semejante...

Pero entonces miré abajo y vi el cuerpo de la señorita Sommers. No podía verlos, pero sentía sus ojos acusadores fijos en mí, mirándome, juzgándome, diciéndome "tú me dejaste morir". Cerré los ojos con fuerza y sacudí la cabeza tratando de borrar aquel pensamiento de mi mente, pero entonces un recuerdo acudió a mi memoria. Un recuerdo que me atormentaba cada noche. William... La mirada fija de William exhalando su último suspiro entre mis manos, sus ojos clavados en los míos, acusadores, temerosos ante lo que estaba ocurriendo y ante lo que sabía que iba a suceder. Las gotas de sudor resbalaban por mi frente y mis manos estaban húmedas. Por un instante estuve a punto de resbalar y caer al vacío con Scarlett Sommers, pero logré hacerme con el control de mí mismo, al menos en parte, y seguí ascendiendo. Apenas veía la pared rocosa ni el mar, ni el cielo. Solo veía aquellos ojos mirándome. William, Scarlett... los dos me juzgaban por lo que hice, lo que no hice, y lo que pude haber hecho.

Hice todo lo que pude, señorita Sommers. Yo no he tenido la culpa. Si usted hubiese sido una buena mujer, Dios le habría concedido una segunda oportunidad permitiéndome salvarla. Pero usted era una pecadora, y Dios la ha castigado por ello. Sí... Eso es... No ha sido culpa mía, Dios lo ha decidido así...

Trataba de convencerme a mí mismo de que no había nada que yo hubiese podido hacer para interponerme en el plan divino cuando alcé la vista y vi arriba, a pocos metros de mí, al señor Bartok y la adivina. ¡Menos mal, no estaba solo! Pero, ¡un momento! ¿Y si uno de ellos era el asesino? Bueno, en ese caso, no se atrevería a atacarnos porque seríamos dos contra uno. Sí, no había de qué preocuparse, todo iba a salir bien. Ya estaba a salvo. Llegué a la cima y me quedé sentado unos segundos a los pies de los dos invitados. Respiraba con cierta dificultad debido al esfuerzo, y necesitaba un momento para recuperarme. Por fin, me incorporé y decidí contarles lo sucedido antes de que tuviesen tiempo de iniciar un interrogatorio. Quería demostrarles que yo no tenía nada que ocultar. Hablaba entrecortadamente, porque aún no había recuperado del todo el aliento:

Vimos una cueva... ahí abajo... Dije señalando la cueva. La señorita Sommers y yo bajamos a inspeccionarla, pero... cuando descendíamos... alguien... desde arriba... lanzó algo contra la señorita... Ella cayó... Intenté sostenerla, pero... No pude hacer nada... El golpe... Ella...  Me costaba hablar. A mi mente acudían las imágenes de lo sucedido una y otra vez, como si estuviese reviviendo ese instante continuamente. Y sus ojos... No pude seguir hablando. Me llevé la mano a la frente y sequé el sudor que aún caía por mi rostro. Esperé a que uno de los dos dijese algo. Yo necesitaba descansar un momento, solo un momento...

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30/05/2011, 21:15
Stephen Bartok

 Tranquilicese y recupere el aliento, lo necesitará para responder a muchas preguntas 

le dijo bartok mientras le ayudaba a alejarse del borde del acantilado, esperó a haberse separado unos pasos para permitirse el luje de mirar hacia lugar de donde había venido el ataque de acuerdo al Cura, pero solo fue un vistazo, de repente reparó en que la señora Myst no estaba con el y eso lo alarmó

Myst!!! Ha alcanzado al cima!!!Vuelva, ya no necesitamos de nada mas!!!

Gritó hacia la oscuridad, la lluvia y el frío viento nocturno ¿Donde se había metido?

Maldición! ... No es el fin de semana que me esperaba, apuesto a que tampoco es el que esperaba usted tampoco¿ verdad padre? Necesito un whiskazo, pero después de ver como le sentó tirar de la petaca a nuestro compañero me quedé con las ganas

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30/05/2011, 22:13
Myst

Detuve mi carrera ante los gritos del señor Bartok y gire mi cabeza a tiempo para ver como el señor Hawthorne resollaba al borde del acantilado. Como bien decía el señor Bartok y por mucho que me sorprendiera el anciano padre había logrado trepar la escarpada pared por sus propios medios.

Me gire completamente y volví lentamente hasta donde se encontraban los dos hombres. Me encontraba realmente impresionada ante la proeza física del cura. Dudaba mucho que yo mismo fuese capaz de subir siquiera la mitad de aquella fachada, como probablemente la gran mayoría de los que nos encontrábamos en la isla. Solo con eso ya se había ganado algo de respeto por mi parte. Aunque solo fuese un poco.

¿Dice que alguien les tiro una piedra desde arriba? Le pregunte al señor Hawthorne nada más llegar junto a ello ¿pudo distinguir algo de esa persona? ¿Está seguro de que no ha sido un simple desprendimiento? ¿Estará fingiendo o dirá la verdad? Y de ser cierto, ¿quién pudo lanzar la roca? ¿Alguno de los otros invitados? ¿Pudo ser la señora Morrigan o el señor Calvincott? Tendría sentido, ya que están contratados por nuestro “anfitrión” mister Owens y habrían podido tener acceso a la bote de jarabe de mister Fox. ¿O acaso ese tal U.N. Owens se encontraba en la isla y era él quien estaba perpetrando todos estos asesinatos? Sea como sea sugiero que volvamos en busca del resto de invitados. Si realmente hay alguien tratando de darnos caza por esos supuestos crímenes separados seremos un blanco más fácil. Debemos permanecer juntos si queremos acabar el viaje con vida.

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31/05/2011, 14:15
Charles Hawthorne

Por fin logré tranquilizarme al estar junto a los otros dos huéspedes. Recuperé el aliento y me puse en pie. La pregunta de la señorita Myst tenía sentido. Si era una roca, no tenía por qué haberla tirado nadie y podría haber sido una simple y desgraciada coincidencia. Pero no lo fue, y yo tenía la prueba. Eché a andar hacia la casa junto a la bruja, y decidí desvelar lo que guardaba en mi bolsillo.

Sé que no ha sido un simple desprendimiento, señorita Myst, y tengo una prueba que lo demuestra. Metí la mano en mi bolsillo y extraje de él el trozo de figura que me había llevado. Podía distinguirse perfectamente lo que era, a pesar de su estado. Se lo mostré a ambos y, al hacerlo, presté mucha atención a la expresión de sus rostros al verlo. Si uno de los dos era el causante de la muerte de la señorita Sommers, tal vez se pusiese nervioso al ver el arma del crimen y cometiese un error. Esto es lo que lanzaron desde la cima y golpeó a Scarlett Sommers. No es una roca, es una figura. Quienquiera que lo hiciese, tuvo tiempo de planear el crimen y pudo seguirnos sin que nos diésemos cuenta. Recogí este resto como prueba. Tal vez nos ayude de alguna forma... aunque no sé cómo. ¿Creen que deberíamos contarles a los demás acerca de esta figura o será mejor guardar el secreto? Lo más seguro es que el asesino quiera que todos lo sepan para que cunda el pánico y la total desconfianza entre todos nosotros. Sea como sea, no pienso confiar en ninguno de los otros. Solo cuatro personas salimos de la casa: una está muerta, yo que soy inocente, y los dos posibles asesinos. Uno de vosotros está cometiendo estos crímenes y, con la ayuda de Dios, pienso desenmascararlo y hacerle caer bajo el peso de la justicia.

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02/06/2011, 23:20
Director

Bartok:

Te parece sentir, procedentes de la casa, ruidos extraños. Da la impresión de que todos los que actualmente se encuentran en la mansión se han puesto a correr como locos de un lado a otro.

Tampoco descartarías que el estruendo que escuchaste justo antes no fuera el de algún mueble cayendo.

A juzgar por las caras de tus compañeros, no parecen haber percibido nada.

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02/06/2011, 23:22
Director

La figura de la que os habla el sacerdote es una figurilla rota. Sólo se conserva su cabeza, que es lo que sostiene Hawthorne. La estatuilla representa la figura de un negro.

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03/06/2011, 11:22
Stephen Bartok

Una expresión de extrañeza nació en el rostró de Mr. Bartok

¿No Habeís oido eso? Algo ocurre en la casa  dijo Bartok para alertar y para verificar con sus compañeros lo que claramente percibía ¿.... Es como si hubiera caido un mueble o algo muy pesado...?

 

 

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04/06/2011, 18:04
Myst

Observe atentamente la estatuilla que nos mostro el señor Hawthorne. No cabía duda de que algo así debió de ser transportado y lanzado por alguien, por lo que la muerte de la señorita Sommers no fue para nada un accidente. Y eso hace ya dos muertes en un espacio de pocas horas ¿pero, qué sentido tiene todo esto? ¿Acaso alguien realmente nos quiere ver muertos por esos supuestos crímenes? Se ve que en esta isla hay alguien que se cree una especie de justiciero. Debo de estar atenta a todos los que estamos en esta isla si quiero volver con vida.

Yo no he oído nada mister Bartok respondo a su pregunta llevándome la mano derecha a la oreja para intentar escuchar mejor, pero sin obtener ningún resultado. Espere, ¿ha dicho algo muy pesado cayendo…? comencé a tener el terrible presentimiento de que la caída de aquel objeto no había sido un simple accidente. Creo que deberíamos de volver a la casa. Si el oído del señor Bartok está en lo cierto temo que el de la señorita Sommers no sea el último grave accidente que suframos el día de hoy. Señor Hawthorne, ¿se encuentra ya mejor? ¿Cree que podrá acompañarnos hasta la casa?

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04/06/2011, 21:17
Charles Hawthorne

Yo tampoco he oído nada, señor Bartok, pero será mejor que vayamos a comprobarlo. No se preocupe por mí, señorita Myst, les acompañaré a la casa inmediatamente. Ya habrá tiempo para descansar.

 

Guardé de nuevo la estatua en mi bolsillo y aceleré el paso hacia la casa.

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20/07/2011, 01:20
Director

Regresáis, no demasiado aprisa dado el agotado estado en que se encuentra el padre Hawthorne, a la mansión. En los alrededores no os ha parecido ver a nadie, ni tampoco ninguna embarcación próxima. El aislamiento parece total.

Entráis en la casa, y encontráis al resto de invitados en la sala de billar, visiblemente agitados...

Notas de juego

Fin de escena :)