Cuando parte de los invitados deciden pasar un rato en la sala de billar, para relajarse tras los sucesos acaecidos.
Todo el grupo de invitados salió del salón, apesadumbrados y confusos sin excepción. Mientras algunos miembros solitarios decidieron partir en distintas direcciones, un grupo algo mayor salió por la puerta principal, con intención de explorar los exteriores de la isla.
Sin embargo, Bernard Marsh se adentró en la sala de billar, con la intención de jugar un rato para relajarse. Creía que iba a encontrarse en soledad, pues nadie más había mostrado interés por su propuesta de jugar un rato, pero justo cuando había agarrado un taco y se disponía a entrar en la sala, Robert Calvincott entró, distraído. Parecía que no quería estar solo.
By camember at 2010-12-17
Se notaba a todas luces que la sala de billar no había sido reformada recientemente. Se la veía algo desangelada, pero en su centro había una magnífica mesa de billar, que a fin de cuentas era lo que importa a la hora de divertirse, y no la escasa decoración de la estancia.
Los dos hombres se encontraban a solas, mirándose el uno al otro, Robert a un lado de la mesa, y Bernard al otro, taco en mano.
Robert se quedó a un lado de la sala, estático. Ser mayordomo significaba formar parte del mobiliario, y eso no era difícil para él.
No esperaba encontrarse a nadie tan pronto en la sala de billar, así que por el rabillo del ojo observaba a Shaw mientras se disponía a jugar una partida.
¡Vaya! Me alegra tener compañia de juego durante un rato. Jugar al billar solo tiene poca ciencia, la verdad.
-Señor Calvincott, entre usted y yo. Dadas las circunstancias en las que nos hemos visto imbolucrados, y teniendo en cuenta que lo que ha hecho quien le ha empleado, creo que se puede tomar la libertad de aguardar a que se encuentre una forma de salir como haria cualquier imbitado mas, sin preocuparse para nada de si es criado o no. A fin de cuentas, quien le ha empleado lo ha hecho meramente para gastarle una pesada broma.
¡Increible que yo le haya soltado todo este toston de golpe! No parezco yo mismo.
Saqué unos guantes del bolso y me los puse antes de volver a agarrar el taco. Parecia estar sucio y yo no quiero mancharme.
-¿Juega conmigo? Quizás podriamos charlar un rato. Cualquier cosa es mejor que estar aqui plantados esperando a que llegue el lunes y venga el maldito barco a buscarnos.
No suelo ser muy dado a conversaciones, y menos de las de rellenar espacios incómodos, pero estaba claro que algo había que hacer.
Me acerco y tomo uno de los tacos, y la tiza..
- Si me permite, señor Marsh.. Prefiero reservarme mis conclusiones de momento. Si algo ha quedado claro, es que la presencia de cada uno aquí no es fortuíta en absoluto, y del mismo modo, las opciones de salida también habrán sido cuidadosamente estudiadas..¿No lo cree usted?
Mientras hablaba preparé el taco, dando a entender que aceptaba la partida.
Prendí un cigarro mientras Marsh colocaba las bolas en triángulo para ser golpeadas.
-Abro la ventana si va a fumar, si no le importa- me dirijo hasta ella y la abro sin pensarlo dos veces- Bueno, caballero, es interesante lo que opina sobre las posibilidades de salir. ¿Cree usted que no vamos a poder salir de aquí hasta el Lunes? Quizas tenga razon. Tenernos todo el santo fin de semana a su merced, y mas teniendo en cuenta que se ha producido una muerte puede ser harto desagradable para nosotros, y por ende profundamente delicioso para quien nos haya jugado esta mala pasada.
Comienzo a preparar la mesa de billar.
-¿Cree que no habrá opción de salir? Quizás puedan hacerse señales a Tierra, o quizas haya un telefono en la casa. ¿Lo vieron usted o miss comosellame la criada cuando adecentaron la casa?
Recuerdas que, lamentablemente, no hay ni un solo teléfono en toda la casa, hecho que os extrañó un poquito al limpiarla. Tanto lujo, y tan pocas nuevas tecnologías comunicativas os extrañó un tanto.
- No, no hay teléfono, o al menos yo no lo vi. Me extrañaría que lo hubiese, pues como ya dijimos, parece que nuestros posibles pasos hayan sido cuidadosamente calculados..
Me dispongo a lanzar el primer tiro, apuntando hacia el vértice del triángulo de bolas de colores que se me ofrece sobre el tapete. Coloco el palo de billar en posición, y lanzo la bola en un certero golpe, que desparrama todas las demás sobre la mesa de billar.
Me dirijo hacia la ventana, para exhalar el humo del cigarro mientras mi compañero de partida tira a su vez, y a lo lejos veo movimientos en el jardín..
Serán los que han ido a buscar otra alternativa de salida.. Algo me dice que no van a encontrar muchas.
- La experiencia, señor Marsh, me ha enseñado que lo mejor es pasar inadvertidos, si me permite la observación. Tenemos un cadáver con nosotros.. ¡Y por Dios que no pienso ser yo el siguiente!
Justo tras el primer certero impacto de Robert, mientras Bernard estudiaba atentamente cómo proceder con el segundo impacto, y mientras ambos compartían sus sospechas comunes ante la imposibilidad de salir de la lujosa mansión, escuchasteis un estruendo horrible procedente del piso superior. Parecía talmente que alguien había arrojado violentamente al suelo algún mueble y todo lo que en él hubiera.
No era el sonido de un plato al romperse mientras fuese fregado en la cocina, no. No había duda alguna, procedía del piso superior, y no era un ruido común.
Me quedé petrificado ante el súbito ruido.
Miré a Marsh.Él también parecía confuso.
-¿¡Ha oido eso!?- dije - ¡Viene del piso de arriba!
Sin pensar muy bien lo que hacía, y con el palo de billar aún en la mano, eché a correr hacia el origen del ruído..
Detrás mía, me pareció escuchar que Marsh me seguía.
-¿Pero que demonios ha sido eso?
Yo suelto el palo y sigo al criado todo lo rapido que puedo. Se nota que es mas joven que yo, que galopa como un galgo y me cuesta seguirle. Cuando yo tenia su edad...
Pero no es momento de ponerse a recordar el pasado. Algo ha pasado. Pero no se que ha sido. Sera mejor subir a investigar. Ademas si se ha hecho daño alguien me necesitaran para curar. Aunque se tratase de una heridita superficial siempre es mejor que la trate un medico, aunque yo sea forense.