Escudriñaste el lugar dejando que el poder de la sangre del Ángel fluyese por tu cuerpo, provocando un agradable cosquilleo en tus brazos. Tus pupilas se dilataron mientras mirabas a tu alrededor, fijándote en cada detalle, en especial en todo lo que atañía a las plataformas que habías manipulado.
Una comprensión profunda de la sala de entrenamiento brotaba en tu mente mientras tus ojos seguían su recorrido. Las distancias entre objetos, las alturas de las plataformas, la única salida, las armas que colgaban de las paredes... Todo encajaba de tal forma que estabas seguro de poder recorrer aquel lugar incluso con los ojos cerrados.
Estabas bastante seguro de que el sitio permanecía exactamente tal y como estaba cuando lo visitaste un rato antes.
Tirada oculta
Motivo: Astucia+Voluntad An
Dificultad: 6
Tirada (6 dados): 10, 4, 7, 4, 4, 6
Éxitos: 3
Al escuchar la pregunta de Emille, Lauretta miró hacia donde se encontraba Carlo y una sonrisa bailó en sus labios. Volvió a mirar a su contrincante y arqueó ligeramente una ceja.
- Ya me habían comentado que te gustan las... uhmmm... - Chasqueó los dedos, buscando la palabra que tenía en la punta de la lengua. - Cagana mare. ¿Tsuko hablare? - Le daba mucha rabia cuando le pasaba eso. - Apuestas - . Dijo finalmente y una mueca se formó en sus labios. - Dime, ¿esta vez qué se te ha ocurrido? - Le preguntó intrigada. La joven hablaba con un fuerte acento italiano, y algunas palabras le costaba vocalizarlas correctamente.
En ningún momento despegué mi atención de aquella chica. Con calma la evaluaba mientras ella hablaba, y al oír cómo aceptaba poner algo en juego di un par de pasos hacia atrás, desviando un instante mi mirada hacia los otros para repasarlos uno a uno. Aún así seguía pendiente de Lauretta, sólo por si acaso. Yo en su situación quizá habría aprovechado para empezar el combate por sorpresa.
- Si gano, te llevas de vuelta al pervertido. - Propuse, antes de detener un instante mi mirada sobre Amber. Luego volvía a buscarla a ella en un gesto desafiante. Uno que dejaba claro que, si rechazaba la idea, era sólo porque tenía medo a la derrota.
No sabía qué le había dicho Ethan a Amber y parecía que me iba a quedar con la duda, porque no conseguí captar nada. Volví a centrar mi atención en Emille y Lauretta, que estaban hablando de hacerlo interesante apostando. Cuando el chico dijo que si ganaba, ella se llevaría al pervertido, no pude evitar reaccionar.
-Eso, eso.- Aplaudí mientras sonreía entusiasmada. Mi reacción fue tan repentina que me quedé cortada. - Lo siento, no he podido evitarlo.- Me apresuré a disculparme con una sonrisa, antes de apoyarme mejor en la pared. Después me acerqué un poco a Milton y le susurré sin parar de sonreír.- Ya sé quién quiero que gane.
Al escuchar la propuesta de Emille, Lauretta dirigió su mirada hacia Andrea y estalló en una breve carcajada. ¿Chuo quosta hanno? Era consciente de que el inglés era bastante obstinado y un hueso difícil de roer.
Volvió a mirarle y tan rápido como había estallado la carcajada, sus labios se cerraron, formando una fina línea. - ¿Así que quieres pasarte por el forro las decisiones de tu...? - Suspiró. Cagana pabrola... - ¿Direttore? - Dijo finalmente, mirando interrogativamente a Andrea y chasqueando dos dedos.
Milton no pudo contener una sonrisa divertida al escuchar la carcajada de Nora y asintió con la cabeza a las palabras de la chica.
- Sí, yo también acabo de decidirme. - Convino, mientras doblaba una rodilla para apoyar el brazo sobre ella, en una postura relajada. Su mirada se dirigió hacia Lauretta y cuando ella miró a Andrea, él siguió el recorrido de sus ojos para mirarlo también.
Al escuchar la pregunta de la chica negué con la cabeza, sin plantearme siquiera que lo que estaba haciendo estuviera mal.
- No te engañes. - Le dije. - Si te gano y te lo llevas yo no me estaré pasando nada por el forro. - Aseguré. - Siempre puedes ganarme, o faltar a tu palabra, eso ya es cosa tuya. Pero yo no obligo a nadie a nada. - Enuncié con determinación, antes de formar una pequeña sonrisa.
- ¿Qué pasa? ¿Tan claro tienes que vas a perder?
Abrí los ojos muchísimo cuando pidió a Lauretta que me llevase de vuelta. No sabía que pensar sobre toda esa rabia contenida en el francés, simplemente me permití el lujo de sonreír más todavía y mirarlo fijamente antes de reaccionar.
— Por favor — solté con los ojos en blanco. Pero qué clase de apuesta es esa — empecé a decir en susurros con un tono cargado de indignación. Al cabo de unos segundos se detuvo y alzó la voz para que lo escuchase. ¡Pero tronco haber pedido que se desnudase también! Después de aquellas palabras solté una suave risa, claramente estaba de coña pero la idea no era del todo mala. Así al menos en el peor de los casos se llevaría un bonito recuerdo a Italia.
El continuo cuchicheo del resto le distrajo y miró de reojo a Nora y Milton antes de volver a mirar a los luchadores.
Parecía que Lauretta y Emille no se ponían de acuerdo, aunque yo no perdía la esperanza de que Emille ganara. Cuando Andrea abrió su enorme bocaza, no pude evitar saltar otra vez.- ¡Oh por Dios! Lo tuyo no es normal, háztelo mirar. Que alguien le dé bromuro o algo así a este salido.- Aunque fuera su única posibilidad de ver una chica desnuda, resultaba ofensivo y desagradable.
Lauretta le lanzó una mirada asesina a Andrea. Muchos pensarían que era por su propuesta de que se desnudara, pero eso ella lo había tomado como lo que era, una broma, y en el fondo le había hecho gracia. Estaba molesta porque, a sabiendas de que le costaba un poco el inglés, no le había echado un cable cuando se lo había pedido. Resopló y volvió de nuevo su atención a Émille.
- Está benne. Yo me llevo a Andrea si pierdo. Pero si gano, tendrás que servirme y cumplir todos mis deseos mientras esté aquí. ¿Capisci? - Tuto cagare, fopudo di torta
Al escuchar la estúpida e innecesaria aportación del pervertido - que no hacía más que confirmar que lo era - le dediqué una mirada fulminante. Por el Ángel, qué ganas tenía de que se marchase de allí. Su presencia lo convertía todo en un esperpento.
- Si eso es lo primero en lo que piensas, tienes un serio problema. - Le dije. - Y me refiero a uno de prioridades, no sólo a tu cara. - Enuncié, antes de girarme hacia Lauretta.
- Mientras no contradigan las órdenes de Gareth. - Puse como condición, tendiendo una mano para firmar el acuerdo. Odiaba a los llorones, y no iba a convertirme yo en uno después para no incumplir si la cosa se torcía. Aunque eso no iba a pasar, claro. Después de todo la victoria iba a ser mía.
- Mira quien fue a hablar, la más bella del reino - dije tras soltar un bufido al escuchar la réplica de Émille.
Me crucé de brazos y ladeé el rostro esperando que comenzase la pelea. ¿A qué esperan? - susurré lo suficientemente alto para que me escuchase Carlo.
Aunque viese a Lauretta tan confiada como parecía, me preocupaba un pelín pensar en un escenario donde perdía y me arrastraba de nuevo a Florencia. No quería dejar Londres por una apuesta contra ese francés arrogante.
Cuando quieras cuéntame tus preparativos y runas y comenzamos ^^.
Mantengo las runas de las armas como están en mi escena privada.
En cuanto a las runas que llevo encima sé algunas que me gustaría usar seguro, como la de Desvío, llevar un Iratze recién puesto, la de Precisión (Apuntar) y la de Aguante. Sin embargo, para decidir alguna más tendría que saber exactamente el impacto de las otras.
Pues cuando tengas claros tus preparativos, me avisas ^^.