FIN

Desde que Ethan había desaparecido los adultos parecían haberse puesto mucho más serios. Así, Gareth os había insistido tanto a Melissa como a ti en que no podíais salir solas, ni siquiera a sentaros en el bordillo en busca de «esas redes mundanas». Había sido muy tajante en la reunión en la que lo había anunciado... Pero de eso hacía ya un par de días, tal vez ya se le hubiera pasado un poco ese calentón.

Y eso había sido lo que te había llevado a buscar a Gareth en su despacho aquella mañana. Al fin y al cabo una chica necesita consultar su twitter de vez en cuando... Cualquiera tenía que entender eso, ¿no?

En cuanto llamaste a la puerta te llegó su voz desde dentro diciéndote que pasaras y cuando lo hiciste apartó sus ojos del mapa de Londres que tenía sobre la mesa para mirarte y dedicarte una pequeña sonrisa. 

—Sun-yun —dijo, con un leve asentimiento de cabeza—. ¿Va todo bien? ¿Necesitas algo?

La mirada de Herondale me hizo bajar la mía a las puntas de mis pies que incliné hacia dentro. Mi postura no perdió la rectitud de la espalda pero me recordó desagradablemente a cuando tenía que pedir algo a mi padre que ambos sabíamos cómo acabaría. —Necesito red en vena. ¡Qué pensarán mis seguidores!

— Si me lo permites... —dije entrando al despacho y dirigiéndome a su mesa.

— ¿Te puedo ayudar en algo? —procuré ser servil antes de pedir aunque al verle con ese mapa me moría por hacerle picar y enseñarle googlemaps.

El hombre amplió un poquito su sonrisa con tu ofrecimiento, pero negó con la cabeza haciendo que su flequillo se descolocase. 

—No, no te preocupes, lo tengo controlado —dijo, echándose un poco hacia atrás en el asiento—. Estoy preparando las zonas para repartirlas. Para la búsqueda de Ethan. —Frunció un poco los labios con esas palabras perdiendo la sonrisa y te hizo un gesto con la mano para que te sentaras si querías—. ¿Ha pasado algo?

Lo tenía controlado, por supuesto que sí, de algún modo llevaba mi sangre, o yo la suya, que más daba. Lo importante es que podíamos tenerlo todo bajo control, como yo esa reunión, solo tenía que recordarme que no era mi otro padre, si es que el otro lo era, que más daba.

Eché un vistazo al mapa cuando me explicó que era entendiendo que me había invitado a ello y arrugué la nariz al escuchar el otro nombre de cara de Mike. Era un fastidio que lo hubiesen secuestrado, con lo interesante que estaba su trama en la serie...

— ¿Y si han sido los fans cabreados por la mierda gay? —abrí los ojos con esa revelación y recé porqué fuera cosa de mundanos, aquello le quitaría el sentido a dejarme sin wifi.

Negué con la cabeza a la pregunta de mi padre-tio-abuelo —No es que haya pasado nada, es que me preguntaba si podría tener internet un ratito al día —puse cara de cachorro con mi petición, con ojos suplicantes y las puntas interiores de mis cejas buscándose—. Es que si desatiendo twitter se puede liar mucho, y seguro que allí corren noticias sobre Mike como la pólvora.

Gareth te miró con cara de estar haciendo un esfuerzo para comprender tu necesidad a pesar de que a él se le antojase alienígena, pero su expresión siguió siendo firme cuando habló de nuevo. 

—Puedes, siempre y cuando dos nephilim entrenados te acompañen —dijo, con un pequeño gesto de «es lo que hay»—. Lo siento, Sun-yun, pero no podemos correr riesgos. He rastreado a Ethan y no creo que esté ni siquiera en este plano. No quiero perderte también a ti. 

Se frotó la ceja con dos dedos. 

—Si tanto necesitas usar las redes esas mundanas, pídele a un par de personas que te acompañen. Y si Melissa también lo necesita —siguió, como quien habla de usar el retrete—, que lo haga a la vez que tú para no desaprovechar los activos.

Si no fuera Herondale quien era su respuesta ya me hubiese hecho poner los ojos en blanco y resoplado como un caballo.

No quería estar pidiendo favores y no era una cría, seguro que Jo si podía salir sola. Hacía cuatro días podía irme con la píldora azul, incluso con la roja, y ahora estaba encarcelada.

Se me hincharon los mofletes pero los intenté disimular.

— Eso es lo que no quiero —dije en relación a su recomendación final—. No quiero molestar ni ser un lastre... No me puede pasar nada —tanteé conciliadora y para que fuera directo a su subconsciente me pisé con otro tema—.

— ¿Cómo que e-chan no está en este plano? ¿No han sido los Mikexxies? —me puse seria. Aquello era una putada, ni skins ni noticias sobre ello habría. Era personal. Pero también era mi oportunidad de ganarme carta blanca al 3G. Era doblemente personal—. Díme qué puedo hacer.

El hombre te miró con extrañeza, como si no terminase de comprender algunas de las palabras que decías, pero no indagó más, tal vez suponiendo que sería parte de la jerga de los mundanos. Su mirada se volvió comprensiva, pero negó de nuevo con la cabeza. 

—No hay nada que puedas hacer, lo siento. Si es algo tan importante y de verdad lo necesitas, no te preocupes por molestar. Es nuestro deber cubrir las necesidades de los nephilim que se alojan en el Instituto, así que piénsalo como parte de nuestro trabajo. —Hizo una breve pausa antes de explicar algo más—. En Idris no funcionan vuestras redes, ni siquiera los teléfonos móviles, así que si tienes que solucionar algo con ellas, hazlo antes de que nos marchemos. 

No estaba en absoluto contenta, de hecho, estaba tan frustrada que tuve que hacer esfuerzos por mantener los pies quietos y bien pegados al suelo.

Saldría, y tanto que saldría. Algo tendría que excusar en twitter por mi próxima ausencia. Aunque no entendía que los móviles se frieran en Idris, no sabía que Alemania era tan basta.

Asentí con cabeza y espalda — Cualquier cosa que necesites, avisa. No estaré en ninguna parte —me despedí—.

Gareth se despidió con un gesto de cabeza y antes de que abandonaras el despacho de Deirdre, él ya estaba de nuevo con los ojos perdidos en el mapa.