Partida Rol por web

Sunada no se esperaba en lo absoluto el golpe, por lo que a penas lo pudo bloquear bien. - ¡Oye! Pegas fuerte ¿eh? No está mal. - cuando ella atacó bloqueaste sin problemas, por lo que se quedó altamente sorprendida.

"¡Claro que serás de ayuda, mujer!" exclamó Ayame sonriendo de oreja a oreja, levantando el dedo pulgar hacia arriba extendiendo el brazo hacia ella, intentando transmitirle toda la seguridad y confianza que pudiera. Hotaru sonrió asi que supuso que había funcionado un poquito, lo cual la alegró. "Sí, sin problema, les aviso." sacó su móvil y mandó unos mensajitos. "Ya, jaja..." asintió al comentario de la chica sobre ser violentos solo por el hecho de serlo. "Como lo ha dicho Oniwa-kun queda un poco como si los malos fueramos nosotros..." Ayame se metió las manos en los bolsillos, y con el rostro compungido murmuró. _{"Aunque lo que dices de ser violenta solo por serlo es un problema que tengo yo también..."}

Desde que dí el primero golpe mi sonrisa se borró por completo estaba plenamente concentrado ya que este combate era mi carta de presentación en el club y sabía que las primeras impresiones eran importantes. Mi golpe conecto bastante bien, lo cual pareció sorprender a la chica aunque por el momento no prestaría mucha atención a sus halagos, entonces ella intento golpearme pero rápidamente hice girar la espada para ponerla al revés y ayudado de la mano izquierda pare el golpe por completo, entonces mientras ella se recuperaba aprovechando mi posición baje un poco la katana y di un corte horizontal apuntando a su estomago y dando un paso hacia delante.

Eeeh... - se quedó sorprendida ante lo que decía la niña. - Supongo que puedes comértelo, aquí nadie juzga a nadie _{y si consigues poderes avísanos que los demás querremos también...} - sorprendida por que una niña estuviera aquí, la curiosidad le pudo a la presidenta. - Bueno y dime ¿qué haces aquí? ¿No eres muy jóven?

¡Claro! - dijo con una emoción que no había expresado hasta ahora, parece que hablar sobre natación era algo que le emocionaba de verdad. - ¡Venga, vamos allá!

-Sacrificar cabras a demonios, comer corazones de pollos... -Dice la niña con una cara de decepción- y apuñalar cosas...

Lilie vuelve a dejar el corazón de pollo de donde lo había sacado y se limpia las manos con un pañuelo antes de volver a guardarlo, algo molesta con todo lo que había sucedido y la forma en la que esto había ocurrido, a fin de cuentas, el club de ocultismo y cosas paranormales no era más que una burda pantomima...

Y sí, no dijo nada más, esa era su respuesta.

¡Esta vez no me pillas con la guardia descubierta! - desvió tu espadazo, que le dio ligeramente, pero te dejo completamente al descubierto, haciendo que recibieras un fuerte golpe del que sabías que no te ibas a recuperar pronto.

Eeeh... Si, lo que tu digas pequeña. - comprendió que no iba a sacar nada en claro de aquella niña, por lo que abrió una bolsa de patatas y empezó a comérselas con cara de circustancia.

Pero poco duraría la calma, pues pronto unos chicos bien grandotes entraron en la sala. - ¿Aún estáis aquí? NO OS QUEREMOS AQUÍ MALDITOS NERDS ¡DEJAD DE OCUPAR ESPACIO Y IROS A PODRIROS EN OTRA PARTE!

La pequeña estaba dispuesta a salir de la habitación y hacer otras cosas en el tiempo de día libre que le quedaba, pero al parecer eso no iba a ser una opción con aquel grupo de chicos grandotes, por lo que decidió hacer lo que era lo más lógico en ese momento; abrir de nuevo su bolso, sacar con cuidado el corazón de pollo y lanzárselo a aquellos chicos.

-REEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE

Gritó la niña mientras se agachaba y cogía del suelo el cuchillo de plástico y se lanzaba contra el grupo de niños cubiertos en sangre de pollo y demás vísceras del emplumado animal; a fin de cuentas, no es un buen sacrificio si no echa sangre de vez en cuando, cuando decides morderlo.

Los chicos grandotes, al acabar llenos de zumo de tomate y de peluches en formas de corazón, se quedan increíblemente sorprendidos, más aún cuando la niña se lanza a atacarles con un cuchillo de plástico que no les hace nada pero es increíblemente molesto. - ¡Pero niña! ¿Qué clase de deficiencias tienes? ¡PARA! - al final los tipos se fueron corriendo, no entendían nada y les preocupaba que afilaras el cuchillo de alguna forma.

Eeeeeh... - decía ya como costumbre Iori Cho. - Supongo que gracias, has hecho que se vayan, eres un buen perro guardián. - dijo con una pequeña sonrisa, sin separar su mirada de la bolsa de patatas.

Lilie volvió a donde se encontraba aquella otra niña y se acurrucó a su lado, mientras de forma furtiva metía su pequeña manita en la bolsa de patatas fritas gruñiendo levemente por si aquella muchacha se le hubiera ocurrido la no-tan-brillante idea de impedir que la joven obtuviera su comisión.

^_-Grrrrr...

Pero este segundo golpe no fue tan efectivo como el anterior y consiguió desviarlo sin excesivo problema lo cual me hizo tropezar y perder por tan solo un momento la guardia pero eso fue mas que suficiente para recibir un fuerte golpe directo a las costillas. Apreté los dientes mientras me recuperaba, por un momento dude al golpear ¿como? ¿por donde? mis pocos conocimientos me hacían incapaz de ver un hueco en su defensa por lo que a falta de algo mejor probé con una estocada rápida.

Saito contratacó con con un gran golpe, cosa que Sunada apreció, pero no se dejó achantar. - ¡Aún te queda mucho por aprender! - decía mientras paraba el golpe y contraatacaba. - Suficiente. Luchas bien chaval, tienes buena base, pero aquí te eneseñaremos a llegar a la perfección. - con una sonrisa te ofreció la mano para ayudarte a levantarte, mientras todos aplaudían.

Parece entusiasmado con la idea, más que yo desde luego. Pero eso no es razón para echarme atrás. Por un momento pienso en mis compañeros de anoche, mas debo centrarme en el ahora, y por qué no, disfrutar del momento, algo que debería hacer más a menudo ciertamente. Le dedico una sonrisa por inercia, y me coloco en posición al borde de la piscina. - Tres...dos...uno. - Cojo todo el aire posible para llenar mis pulmones y un instante más breve que un suspiro, ya tengo mi cuerpo sumergido en el agua. Una sensación que añoraba.

No necesito más para ponerme en marcha cual una lancha a motor que surca el mar. Mis extremidades se mueven con velocidad, con el único objetivo de llegar al otro extremo y dar la vuelta. Le puse todas mis ganas, porque mientras estoy sumergida, consigo olvidarme de todo y soy capaz de dejar la mente en blanco. Menos darle vuelta a las cosas y más actuar.

Mantengo tengo ritmo, como una danza perfectamente bien sincronizada, piernas, pies, brazos, manos, cuello, cabeza, pulmones, corazón, todas piezas son capaces de realizar perfectamente su función. Tan centrada que no soy consciente de adelantar, e incluso dejar atrás, a mi rival en esa improvisada competición.

A pesar de haber sido derrota por esta chica incluso tras el gran inicio que tuve parecía no importarme eso ya que tomando su mano me levante con un sonrisa de oreja a oreja.

- To has estado genial, cuando me paraste el golpe y me devolviste ese primer golpe casi me caí al suelo en ese momento, de hecho solo conseguí golpear una vez ha sido increíble... pero que sepas que quiero la revancha el próximo día... y el siguiente... y el siguiente... así hasta que te gane.

Nadas infinitamente más rápido que Shuichi, por lo que ganas la carrera dejando a este completamente atrás. - ¡Guau! Eres increíblemente veloz... ¡A lo mejor deberías ser tu la líder! - bromeó. - Ha sido increíble ¿dónde aprendiste a nadar así? ¡Quiero la revancha el próximo día!

Tras una noche de descanso para el cuerpo y una mañana bien larga llena de clases, parece que por fin tenéis algo de tiempo el día de hoy.